Esnteban Fernández: EL POBRE DONALD TRUMP VA A LA TRITURADORA
Por Esteban Fernández
29 de marzo 2016
Vuelvo a repetir que no simpatizo con el pobre Donald Trump, por lo tanto les sorprenderá el título de este escrito. Les explico: Digo “pobre” porque Donald Trump no tiene ni la más ligera idea del terreno movedizo donde se está metiendo. Ustedes saben perfectamente que desde hace varios meses él está compitiendo con PERSONAS DECENTES. Observen que cuando Jeb Bush y Marco Rubio trataron de “tirarse para el solar” las balas les salieron por las culatas. Simple y llanamente porque ninguno de los dos tiene madera de tártaro.
Poniéndome como ejemplo: yo puedo parecer un chusma en una reunión de graduados eminentes de la Universidad de Harvard, sin embargo en el Solar del Reverbero soy un “viejo fisto”. Yo conocí un gordo de seis pies (a pesar de que tenía 13 años) que les quitaba las meriendas a todos los niños de la escuela, pero un día se le fue la mano y le partió la cabeza a un muchachito y cayó preso en el Reclusorio para Menores de Torrens y allá enseguida le “cogieron la baja” y hasta nalgadas le daban.
Ese es Donald en la actualidad, ahora es el bravucón, él que le come el lunch a todos sus decentes contrincantes políticos, pero si logra ser el candidato por el Partido Republicano entonces sí que le va a caer carcoma.
Ahí es cuando sufrirá el despiadado y virulento acoso de las dos maquinarias políticas más perversas y poderosas que existen en el mundo: la de Obama y la de los Clinton. Esa gente sí que no cree en cuentos de caminos. Ahí es cuando tendrá que demostrar que “se come el azúcar cruda y el agua sin masticar”.
Y que no venga Donald con la historieta (como ahora) de que él va a subvencionar su campaña política porque va a necesitar más de un billón de dólares para hacerle frente a la carga de machetes que le vendrá encima.
No existe un republicano con más “cacas”, con más errores, con más bancarrotas, con más meteduras de patas, tarros pegados, matrimonios fracasados, estafas consumadas y todo este desmadre lo han simplemente esbozado muy suavemente sus adversarios republicanos. Por eso es el candidato preferido de los demócratas. Por la sencilla razón de la gigantesca cantidad de barrabasadas cometidas.
La cosa cambiará radicalmente cuando la violenta pandilla de investigadores privados, los cientos y cientos de leguleyos, la grotesca prensa liberal (que hoy en día lo tratan con guante de seda) lo tiren dentro de una moledora de carne y lo hagan picadillo.
¿Con qué cuenta para defenderse? Con nada. Reúne a un montón de “fans” pero recuerde que hasta Juan Gabriel agrupa más. No tiene una maquinaria política propia, ni inclusive cuenta con la maquinaria del partido. En política internacional y en conservadorismo es “out por regla”.
Se va a enfrentar contra unos consumados mentirosos, se va a oponer a dos politiqueros (Bill y Hillary) matreros, maquiavélicos, bajos, oportunistas que han hecho de la trampa un bien remunerado modo de vida. Y que cuentan con legiones de marañeros sargentos políticos. Y encima de eso tendrán el apoyo de la claque obamista que no han sabido gobernar pero son expertos en campañas publicitarias y en las traquimañas.
Y la única forma en que Donald sabe defenderse es acudiendo al exabrupto, a la cuchufleta, a la ofensa personal sin poder hilvanar un inteligente y brillante contra ataque. Eso le ha servido contra el Dr. Ben Carson (un médico tan decente que no pudo ni mandar para el diablo a las mequetrefes de “The View” y Jeb Bush que desde un principio me pareció un guanajón. Pero ahora, si obtiene la nominación, el “mambo será diferente” y se tirará en un río lleno de pirañas.
Por lo tanto (porque ya sobrará decir que no me gusta Trump para nada) no leerán ni una sola crítica de mi parte contra él durante todo este año. Lo van a despedazar, a crucificar, y conmigo que no cuenten para esa “cacería de pelirrojo” que se avecina. Y siempre tengan presente que yo votaría hasta por Calígula mejor que por Hillary.
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