domingo, agosto 06, 2017

Zoé Valdés sobre la protesta popular del 5 de agosto de 1994 en La Habana conocida como El Maleconazo



Cuba, 20 años del Maleconazo

Por Zoé Valdés
5 de agosto de 2014


Yo estaba en Cuba, viví de primera mano estos sucesos. Cuán lejos estamos hoy de aquella furia, de aquella rebeldía que enardeció por unas horas al pueblo cubano. Yo estuve allí, sé de lo que hablo, de algo verdaderamente inédito, del pueblo en las calles, de la juventud en las calles, de la ira en las calles, de la dignidad en las calles.

Las puntas de la manifestación eran mujeres con niños en brazos. Soltaron a las Brigadas de Respuestas Rápidas, la policía no vaciló en disparar. Un hospital se llenó de heridos, el anestesista de guardia era mi vecino; la gente entraba chorreando sangre, dando alaridos: “¡Abajo Fidel! ¡Abajo la dictadura!”.

Por unas horas fuimos libres. Por unas horas La Habana entera clamó: “¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad!”. Duró poco, es verdad. Pero supimos ser libres, supimos enfrentarnos. ¿Las ratas? Escondidas como siempre. Hasta que salió la Rata Mayor, cuando ya la policía había controlado las calles junto a los civiles de las BRR, traidores de la democracia, y su vida no peligraba.

Sucedió el 5 de agosto de 1994, el mismo día que le puse punto final a ‘La nada cotidiana’, novela premonitoria, novela catarsis. Diez años después moría mi madre en París, el mismo día, un cinco de agosto, exiliada. Yo me me había largado en el ’95, sabiendo que los acontecimientos del Maleconazo no se repetirían en largo tiempo. Escribí un libro sobre ello ‘Ira de ángeles’. Todavía hoy, esa ira alimenta mi escritura, espero que así sea hasta el fin de la dictadura.

Zoé Valdés.