martes, febrero 27, 2018

Nicolás Águila sobre el músico cubano Ignacio Piñeiro y el himno de Asturias : Asturias, Patria querida. Génesis y metamorfosis de un himno*

Tomado de https://www.facebook.com/


Asturias, Patria querida

Génesis y metamorfosis de un himno*
Por Nicolás Águila
27 de febrero de 2018

Cuentan que cuando Juan Pablo II visitó Asturias en 1986, lo recibieron como era de rigor con los acordes del himno asturiano. Y el Papa, que además de ser polaco las cazaba al vuelo, les dijo con cierta picardía a los altos dignatarios presentes en el acto: "Esa música… a mí me suena". Y cómo no le iba a sonar si era una melodía de su propio país, trasplantada a Asturias tiempos atrás por mineros polacos que se habían asentado en esa región al norte de España.

Para algunos era casi un escándalo constatar que la música del himno no fuera originariamente asturiana; más aún, ni siquiera española en general, sino que había sido importada de Polonia como los pepinillos encurtidos. ¿Quedaba entonces el consuelo de la letra, al parecer tan auténticamente asturiana como la fabada misma? Eso era lo que se creía hasta que los investigadores se pusieron a examinar con lupa el texto de la canción devenida en himno y hallaron que todas las pistas apuntaban a una conexión cubana. La letra, si se juzgaba por su origen, era tan dudosamente asturiana como en su tiempo lo fuera El Encanto, la famosa tienda habanera gestionada por empresarios astures residentes en Cuba y precursora de los grandes almacenes Galerías Preciados y El Corte Inglés.

El letrista desconocido de repente dejaba de serlo. Salía del armario del anonimato, pero con un nombre que no tenía nada de anónimo ni de anodino. Se llamaba Ignacio Piñeiro, y así se sigue llamando, puesto que es una figura inmortal de la música popular cubana junto con su afamado Septeto Nacional. El maestro Piñeiro fue nada menos que el autor de éxitos tan sonados e inolvidables como 'Suavecito' y 'Échale salsita', este último parcial y descaradamente plagiado por George Gershwin en su mundialmente famosa 'Rhapsody in blue'.

 (Ignacio Piñeiro)

Por circunstancias meramente fortuitas, antes de conocer la letra original de Ignacio Piñeiro ya yo había conocido una versión de 'Asturias, Patria querida' que había llegado de rebote y directamente de España a mi pueblo natal de Cumanayagua, en la actual provincia de Cienfuegos, como en un viaje transcultural de ida y vuelta. De lo cual solo vine a percatarme durante mi segunda estancia española, hará unos doce años. De cierto modo, a mí me sucedió como al Papa, aunque en otro sentido y sin que yo pretenda compararme con el Sumo Pontífice. Fue cuando me fijé por primera vez en la segunda estrofa del himno asturiano:

"Tengo que subir al árbol,
tengo que coger la flor,
y dársela a mi morena
que la ponga en el balcón".

A mí también me sonaba esa musiquita que tenía guardada en el último rincón del disco duro. Primero fue como un 'dejá vu' y luego me brotó por evocación espontánea aquella olvidada cuarteta que los colegiales aprendimos a cantar con las monjitas españolas en un modesto colegio parroquial de provincias a fines de los años cincuenta. Si la memoria remota no me hace quedar mal, la estrofa decía textualmente así:

"Tengo que ser fervoroso,
tengo que amar a Jesús
llevándole todos los días
una pequeñita cruz".

Era el mismo tema, aunque con la letra adaptada a fines religiosos y sin pretensiones literarias. Evidentemente no es un salmo del rey David, pero tampoco hay que ser demasiado exigentes en el análisis de sus valores poéticos. Se trata de un simple canto escolar con objetivos estrictamente doctrinales, que solo he sacado del cajón de los recuerdos porque no deja de resultarme curioso haber conocido, de niño y en un contexto pueblerino, una versión digamos catequética de 'Asturias, Patria querida', mucho años antes de conocer el himno asturiano como tal.

Llegados a este punto, conviene aclarar que 'Asturias, Patria querida' aún no había alcanzado por entonces su rango de himno regional. No fue sino hasta 1984, poco antes de la visita de Juan Pablo II, cuando fue oficialmente declarado himno del Principado de Asturias. En mis tiempos de escolar con las hermanas de El amor de Dios, 'Asturias, Patria querida' era simplemente una canción muy conocida en España, cantada en fiestas y celebraciones, muy especialmente entre asturianos. De ahí que, con excepción de la invocación patriótica del primer verso, que le da título a la composición, le falte el patriotismo y la marcialidad que caracterizan a los himnos nacionales.

La finalidad de Ignacio Piñeiro, al componer su canción, no era otra que homenajear al padre nostálgico a través de un tema que exaltase los valores de su Asturias natal. Y tanto lo logró con su texto sencillo y candoroso, que llegó a popularizarse como el canto por excelencia a la tierra asturiana. Con el tiempo –vaya usted a saber cómo y cuándo— la letra se divorció de la música original para casarse con la melodía polaca y alcanzar así su avatar definitivo de canción sincrética y transcultural, en mi opinión dignificada con toda justicia al elevarla a la categoría de himno asturiano. La pieza del maestro Piñeiro, dedicada a Asturias como a una novia lejana, está concebida por y desde la asturianidad más honda. Es asturiana por el asunto y la intención, y lo es por la devoción filial del autor, un criollísimo cubano, mestizo por añadidura, hijo de padre astur y madre cubana afrodescendiente que muy probablemente sea la “morena” de la segunda estrofa del himno, citada más arriba.

Si el ansia por recuperar el amor perdido de María Félix --que triunfaba sola y por la libre en los Madriles de fines de los cuarenta—fue la fuerza motriz que condujo al mexicano Agustín Lara a componer el chotis 'Madrid', desde México y sin conocer aún España; y si, sin proponérselo don Agustín, el número se convirtió en la canción emblemática madrileña, nada tendría de extraño que el canto asturiano por excelencia sea una pieza con música originalmente polaca, pero a la larga asturianizada, y con letra escrita por el músico habanero que triunfó y arrasó abriéndole nuevos rumbos estilísticos al repertorio sonero.

Pero sin ir más lejos, ¿acaso 'La Ma Teodora' no se sigue considerando el primer son cubano? Más aún, es incluso reverenciada por muchos como la madre de todos los sones, no obstante el jarro de agua fría que nos lanzara el novelista y musicólogo Alejo Carpentier tras revisar viejos archivos y demostrar documentadamente, con meticulosa erudición de aguafiestas, que 'La Ma Teodora' no pasaba de ser una copia de una antigua copla extremeña. Basta, sin embargo, con haberla oído interpretada por el dúo Los Compadres, por poner un ejemplo señero, para no dudar en lo más mínimo de su raigal cubanía, sin importar que sus orígenes inciertos se remonten a una copla antiguamente cantada en la región de Extremadura, de la cual acaso no haya nadie que se acuerde en la actualidad.

De la misma manera, para entender por qué 'Asturias, Patria querida' es el canto emblemático del Principado a mí me bastó sólo con haber contemplado a unos jóvenes asturianos cantando con ardor en una sidrería esa canción que es suya por derecho propio. Independientemente de su génesis y metamorfosis, fruto de la interacción cultural inevitable en un mundo que en muchos aspectos ya era una aldea global antes de ponerse de moda la globalización posmoderna, lo autóctono del himno viene dado ante todo por la voluntad de los asturianos de hacerlo suyo.

La paternidad de una criatura no está determinada tanto por la huella genética de los progenitores como por el amor con que la acogen los padres de adopción. 'Asturias, patria querida' es tan genuinamente asturiana como la sidra o la fabada, a pesar de su condición de hija adoptiva, o quién sabe si precisamente por ello. Y es tan asturiana como don Carlos, aquel simpático personaje de mi infancia que, siendo apenas un adolescente, emigró a Cuba y allí murió sin ver jamás de nuevo su terruño natal, pero con toda Asturias intacta en su corazón de asturiano aplatanado.
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*Parte de un trabajo más extenso originalmente publicado en la 'Revista Hispano Cubana', Nº. 40, 2011, págs. 101-107.

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Asturias, Patria querida

(Letra de Ignacio Piñeiro)

Asturias, Patria querida,
Asturias de mis amores;
¡Quién estuviera en Asturias,
en todas las ocasiones!

Tengo que subir al árbol,
tengo que coger la flor,
y dársela a mi morena
que la ponga en el balcón.

Que la ponga en el balcón,
que la deje de poner,
tengo que subir al árbol
y la flor he de coger.
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ASTURIAS PATRIA QUERIDA CANTADO


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Himno nacional de Asturias - Asturian National Anthem.


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Septeto Naconal De Ignacio Pineiro




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Septeto Nacional De Ignacio Piñeiro 1978. Suavecito


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ALGUNOS COMENTARIOS DEJADOS

El Septeto Nacional de Ignacio Piñeiro......se me estruja el corazon al escucharlo.......que Gloria de Cuba fue este gran musico y su Septeto......sin olvidar a su cantante, otro grande, Carlos Embale.....a pesar de los muchos años que han pasado, conservo en mi ¨envejecida¨  memoria los viajes que hacia desde la Habana hacia otras ciudades y pueblos de la Isla... ....y la ¨obligada¨ parada en el Congo de Catalina de Güines.....restaurante donde se inspiro Piñeiro en su ¨Echale Salcita¨, deliciosa salsa que preparaba el Congo para rociar las deliciosas masitas de puerco que con tanto arte preparaba......muchas veces disfrute de aquel exquisito Menu del Congo......alli tambien paraban varias Rutas de Omnibus InterProvinciales como Santiago- Habana, La Flecha de Oro. La Ruta 34, Omnibus Menendez,etc.......Muy cierto es que recordar es volver a vivir.........Gracias al Sr. Nicolas Aguila por traernos estos gratos e inovidables recuerdos de aquella Caba de Ayer que tanto nos duele.......
Ángel Riguero
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Gracias a usted por ser un asiduo lector de Baracutey Cubano. 
En Échale Salsita se habla de las butifarras del Congo ¿ Eran tan extraordinaria? ¿ Se perdieron la receta de la salsa  y en general los ¨secretos de cocina¨del Congo?
Yo era niño y no disfruté de esas vivencias pues la catástofe  traida por el Castrismo a Cuba  llegó cuando tenía solamente 9 años y mis vivencias infantiles se reducen a La Habana.
Un fuerte abrazo y nuevamente: Gracias a usted !!