Ferrán Núñez, presidente de la Asociación Autonomía Concertada para Cuba, afirma que la nueva Ley de Nietos viene como anillo al dedo al proyecto de Reunificación de Cuba a España
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“Esta Ley le viene como anillo al dedo al proyecto de Reunificación de Cuba a España", dijo en entrevista con Martí Noticias el intelectual Ferrán Núñez.
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Por Armando de Armas
Junio 24, 2018
El anuncio esta semana de que el Senado de España inició los trámites para reformar la llamada Ley de Nietos, que podría conceder la nacionalidad española a más de 200 mil cubanos, es una buena noticia para un proyecto que busca la reunificación de la isla con su otrora madre patria, dijo en entrevista con Martí Noticias el intelectual contracorriente Ferrán Núñez, presidente de la Asociación Autonomía Concertada para Cuba.
Núñez explicó que el procedimiento legislativo para arribar al fin de unir nuevamente la isla a España “es casi similar en las dos Cámaras, y los tiempos también se parecen mucho. Es el Congreso de los diputados el que hace las leyes, y luego el Senado les da el visto bueno. Lo que ha ocurrido aquí es que, con esta votación unánime, el Senado ha “pedido” a los diputados que tomen en consideración esta propuesta de ley para que la debatan en el Pleno en un plazo máximo de dos meses. Una vez que esto ocurra, la propuesta, ya en forma de Ley, volverá al Senado para ser ratificada. Creo que, si todo va bien, y se mantiene la Legislatura sin contratiempos, dentro de 7 meses tendremos una nueva Ley de Nietos”.
El escritor agrega que “en todo caso, no va a ocurrir como con la anterior propuesta que inscribió PODEMOS en el Congreso al principio de la Legislatura, en diciembre del 2016, y que luego nunca presentó ante el Pleno, a pesar de que el gobierno no la vetó. Esta vez, con un mandato del Senado, la propuesta se llevará al Pleno, sin importar las agendas políticas de los partidos, y como parece que hay consenso, lo que queda sería puro trámite. Aunque por supuesto, no pueden excluirse cambios de opinión de última hora. No es lo mismo gobernar que pedir las cosas desde un balcón. Si tienes tiempo de mirar el debate del día 18, verás que el portavoz socialista en el Senado no paró de soltar lugares comunes durante su intervención. Le dieron un papelito para salir del paso. Espero que para el debate en el Congreso vayan mejor preparados, y sobre todo que no cambien de opinión. Mis contactos en el Senado no han podido asegurarme a 100% que todo irá bien".
Sobre los que resultarían beneficiados de ser aprobada la Ley de Nietos, Núñez apunta que las estimaciones se quedan por debajo de la realidad.
"En realidad 200 mil personas me parecen muy pocas. Teniendo en cuenta que en la generación de los nietos, o sea, la de nuestros padres (voy a cumplir 55), cualquiera tiene un abuelo o una abuela española, y que hace 10 años muchos de ellos no hicieron el trámite, las estimaciones son poco realistas. En todo caso, podemos apostar que dada la degradada situación económica de esas familias, esta vez no dejarán pasar la oportunidad", subrayó.
(El intelectual contracorriente Ferrán Núñez, presidente de la Asociación Autonomía Concertada para Cuba.)
El escritor sugiere mo adelandarse a los acontecimientos, y esperar a que la nueva ley sea aprobada.
"Ya veremos lo que pasa, primero, porque, aunque sabemos en qué consiste la ley, y las cuatro categorías de excluidos que la misma beneficiaría, su redacción final puede ser más restrictiva. Además, no hay que olvidar que el Consulado de La Habana tiene la mala costumbre de saltarse las directivas, como ya ocurrió repetidamente en el pasado e incluso está ocurriendo ahora mismo”, acotó.
¿Volverá Cuba a España?
Respecto a lo que significaría la aprobación de esta ley para el proyecto que dirige, y que propone regresar Cuba a la órbita de España, Ferrán Núñez manifestó que “esta Ley le viene como anillo al dedo al proyecto de Reunificación. Primero, porque los españoles de Cuba son los únicos cubanos que tienen derechos civiles dignos de ese nombre, empezando por el de asociación. Las más de 100 asociaciones de españoles que existen en la isla están autorizadas por el régimen, y aunque su marco de acción es limitado, no es menos cierto que podrían funcionar en el futuro como una caja de resonancia para la democracia. En segundo lugar, los españoles de Cuba tienen derecho a voto, pueden votar durante las Elecciones Regionales, pero también las Autonómicas. No hay que ser muy ducho para comprender que esta masa de votantes, que hoy es de 150 mil personas, y mañana de medio millón, como en Argentina, puede jugar un papel importante, decisivo, en la política española, y también en Cuba".
El escritor explicó su visión de un futuro de Cuba bajo la égida de España:
"Podemos imaginar en un futuro no muy lejano a los candidatos a la presidencia del gobierno español haciendo campaña en la isla. Este proceso, como quiera que se mire, ejercería influencia sobre el resto de los cubanos sin derechos. Los españoles de Cuba tienen esa posibilidad porque los ampara la Constitución española. En Cuba, cualquiera de ellos podría crear una antena del Partido Popular, como la que existe en Miami, por ejemplo, y ponerse a hacer campaña entre sus adherentes. No tienen que pedirle permiso al régimen, porque es un derecho que tienen como españoles. Hace poco estuve hablando con Rocío Monasterio, una política del partido VOX, y me aseguró que estaría encantada de “amadrinar” a algún valiente que quisiera representar a VOX en Cuba”.
Ferrán Núñez está consciente de que aunque "nada de esto serviría para que Cuba volviese a la órbita de España enseguida", contribuirá a la democratización de la isla.
"Llegado el caso, esos españoles de Cuba, en su mayoría jóvenes, sabrán lo que son unas elecciones libres y cómo se llevan a cabo. Su experiencia servirá de ejemplo al resto de la población, no me cabe la menor duda", aseveró.
Y volviendo a la pregunta original, Núñez respondió: "Para volver a poner a Cuba en la órbita de España hace falta amor. La Ley de Nietos no basta. Tenga en cuenta que llevamos 120 años aprendiendo una historia manipulada, y que esos sentimientos están indisolublemente ligados a la formación de una Nación, fallida si quiere, pero que goza de un reconocimiento internacional como tal".
El escritor opina que la llegada de estos nuevos españoles podría traer cambios importantes dentro de Cuba.
"Imagine esa masa electoral cabildeando por un partido en particular a cambio de beneficios legales. Por ejemplo, podríamos pensar en una ley que obligase a las empresas españolas que operan en el extranjero a contratar el 5% de su plantilla con ciudadanos españoles residentes en los países donde realizan sus actividades, pagándoles en euros. ¿Se imagina lo que ocurriría en Cuba? Además de que todos querrán su pasaporte rojo, la gente comenzaría a ver a España con otros ojos (...) Pero aún se puede hacer más", aseguró.
¿Ley de Bisnietos?
El autor de obras ensayísticas como Cuba Española. Un proyecto para el siglo XXI, argumenta que “si esta nueva Ley de Nietos ha salido adelante, es porque muchos hijos de emigrantes, sobre todo argentinos, han sabido justamente hacer eso, cabildear a su favor. No hay ninguna razón que impida seguir haciendo presión para llegar hasta los bisnietos. Sin ir más lejos, los italianos lo permiten. Cualquier persona que pueda demostrar que su ascendiente nació en Italia a partir de 1861 puede recuperar la nacionalidad sin dificultad. Una nueva Ley de nacionalidad ampliada, daría derecho a millones de hispanoamericanos, pero en particular beneficiaría a los cubanos que nacían españoles hasta 1940, al menos. Pero para lograr todo eso hay que organizarse de verdad. Como lo hicieron los argentinos. Pero también los sefardíes, que también pueden recuperar la nacionalidad si lo desean desde el 2015. Llegados hasta aquí, nada es imposible. El día que en lugar de medio millón de españoles en Cuba hablemos de 6 ó 7 millones, la isla entrará en la órbita española por su propio peso, y sin disparar un solo tiro”.
Respecto a Puerto Rico, el intelectual declaró que “nosotros pedimos la reunificación para las dos islas primero. Hay que ser realistas. El portal que administro publica con frecuencia artículos de opinión de autonomistas puertorriqueños, y en particular de Iván Arrache, que dirige desde 2012 una asociación que se llama “Autonomía para Puerto Rico”. Este movimiento, cosechó algunos éxitos mediáticos en el pasado, pero ahora se ha quedado un poco estancado por problemas internos. En la isla también existe otra agrupación, el Movimiento de Reunificación de Puerto Rico con España, cuyo líder, José Nieves, estuvo en el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas en 2016, y allí, en medio de toda la patulea independentista, reclamó la vuelta a casa".
Núñez añadió que ese momento, que califica de histórico para el movimiento reunificacionista, no fue destacado por ningún medio de prensa en España.
"Como sabemos, la gran mayoría (de la prensa española) está al servicio de la izquierda mundialista, y al resto, para ser honestos, no le interesa mucho la hispanidad. Los borbones son europeístas. Muy poco se puede hacer contra la orientación política que viene de tan alto y de tan lejos”, señaló.
Sobre los "salvajes" cubanos
Preguntado sobre el título de su último y polémico libro España contra los salvajes: Cuba: la Guerra Civil olvidada, el autor argumenta que “llamar salvajes a los cubanos es un guiño para molestar un poco a la academia. Los isleños nunca ostentaron oficialmente este estatuto, como sí ocurrió con las poblaciones aborígenes del norte de África. Para controlarlos mejor legalmente, los franceses redactaron un Código del indigenado que regulaba vidas y milagros en los territorios conquistados. Pero, cuidado, que España no haya legislado en ese sentido no significa que, en la práctica, los cubanos no fueran considerados también como indígenas. Poco se ha estudiado la influencia mutua que se ejercieron españoles y franceses en la administración colonial, pero las similitudes existen y son numerosas. Haría falta una investigación más profunda de la que he hecho yo para comparar mejor las dos colonizaciones. En todo caso, lo que es cierto es que los franceses acordaron derechos de ciudadanía plena a mediados del siglo
XIX a ciertos grupos de personas dentro de sus colonias, algo que España no hizo, o que implementó cuando no le quedó más remedio", indicó Ferrán Núñez.
Respecto a la índole del dominio español allende los mares, el escritor señaló que “para comprender lo sucedido hay que tener muy claro lo que la palabra colonia significó" desde la conquista de América hasta la llegada de Carlos III.
"La historiadora María Elvira Roca lo explica muy bien en sus intervenciones. Las reformas carlistas no sólo le dieron el golpe de gracia a un imperio que se hacía pedazos, sino que introdujeron diferencias entre españoles, que con muchísima razón acabaron por sentirse discriminados por el aparato administrativo que, poco a poco, fue ocupando las parcelas de poder que les arrebataron las reformas a principios del siglo XVIII.
Hasta aquel momento América estaba constituida por Virreinatos, no por colonias. El término se fue modificando semánticamente a lo largo del siglo, para acabar prostituido hoy. Ingleses y franceses establecían manufacturas o colonias manufactureras en los territorios conquistados. España no podía hacer lo mismo en los Virreinatos, que llevaba siglos organizados política y económicamente de otra manera. No es lo mismo conquistar e imponer leyes en el siglo XVIII que en el siglo XV. En el segundo caso, las reformas modificaron radicalmente una legalidad probada a lo largo del tiempo, suprimieron derechos naturales adquiridos, e introdujeron desigualdades entre españoles”, explicó.
Sobre el proceso que condujo a la independencia de las posesiones españolas, Núñez acotó que algo así “no ocurrió de la noche a la mañana".
"Para que el 'mismo' se convierta en el 'otro' hace falta un largo proceso de divorcio. Las independencias en el continente, alentadas por Inglaterra y la masonería, aceleraron el trámite que, en el caso de Cuba, tomó mucho más tiempo.
Primero (y eso no lo encontrarás en ningún libro de historia), porque la idea de convertir la isla en una manufactura fue una decisión que tomaron los criollos, no una estrategia impuesta por la corona. Por eso, mientras ellos mandaban no hubo problemas mayores, y aunque existían motivos de queja, no había nada que las negociaciones entre caballeros no pudiesen solventar. La amarga queja del Padre Varela, partiendo al destierro en 1823: 'En Cuba la única patria es el azúcar', perdone que no la cite como es debido, pero es exactamente eso lo que quiso decir, resume perfectamente el pensamiento de los criollos de su clase y generación en aquel momento.
Sin embargo, este bonito panorama se desmoronó con las independencias, y la llegada de los 'liberales' al poder en Madrid hacia 1834. ¿Quiénes eran estos liberales? Personas que esencialmente habían asumido el discurso de la Leyenda Negra, y que daban por sentado que la ruina de España se debía a su atraso secular. Para remediar tanto mal había que acelerar el tren de las reformas y, en particular, imponer un nuevo pacto colonial en los últimos territorios que la corona conservaba. Si con las Leyes de Indias y el resto de aparato legislativo no existían reales diferencias entre españoles, y las poblaciones indígenas se encontrabas protegidas; el cambio arbitrario impuesto por Madrid, siguiendo criterios de buen gobierno importados de Francia, trajo desigualdades y sembró la semilla de la discordia entre españoles”, señaló convencido Ferrán Núñez.
¿Cómo ven los españoles el regreso de Cuba a España?
En relación con la simpatía o antipatía de los españoles con el regreso de Cuba al ámbito ibérico, el intelectual responde que “no saben que concurre un movimiento reunificacionista. Incluso la palabra no existe en el diccionario. De todas maneras, las élites españolas, con el rey a la cabeza son europeístas. Su mirada hacia la América Morena, como dice un colaborador del Diario de la Marina, comunista él, no es sino mera retórica. Si a eso le añadimos que España es hoy un país acomplejado por el tema de la colonización, con su soberanía comprometida por la presencia de bases norteamericanas, sin olvidar que una parte fundamental de su territorio se encuentra bajo mandato inglés, y que al país le aqueja una deuda pública que sobrepasa su PIB, no veo como se les podría ocurrir ponerse a la cabeza de nada".
Ferrán Núñez señala que se puede comprender que los intelectuales españoles, "casi todos de izquierda, permeados por las tesis de la Leyenda Negra, no sean capaces de ver el enorme potencial de la hispanidad, reconstruida sobre nuevas bases".
El escritor opina que "los españoles de provincia, como usted tan justamente nos ha definido, también tenemos una gran responsabilidad. Solemos mirar a España como el imperio que fue, y ninguno de nosotros acaba de integrar la idea (que defiende María Elvira Roca), de que la Península es uno de los tantos pedazos que quedaron de aquel imperio. Una entidad impresionante, que Inglaterra, la masonería y la Leyenda Negra, sumado a los errores de gestión de sus propias élites, consiguieron desarticular para nuestro perjuicio colectivo.
Aun así, tengo muy claro que dada la crisis que atraviesan nuestros países, y en concreto Cuba, España sería primordial a la hora de sacar adelante la idea de la Reunificación, porque a través de la herramienta de la nacionalidad, dispone de un “arma de articulación, de reunificación masiva. Bastaría que se dieran cuenta”.
Ante el cuestionamiento de quienes pasarían a ser las máximas figuras patrias en la isla, de pasar Cuba bajo un régimen autonómico, y de si serían hombres como Rafael Montoro y Francisco de Arango y Parreño, Ferrán Núñez respondió: "De la oscuridad a la luz. Así de claro. Creo que la historia de Cuba tiene que ser reescrita de cabo a rabo.
Las leyendas nacionales se diseñan para fabricar países. La nuestra se escribió también con ese fin, con una diferencia fundamental, los hechos que la sustentan ocurrieron ayer. O sea, que la manipulación es reciente, verificable. Los actores de aquellos hechos son nuestros bisabuelos. El mío fue escolta de Máximo Gómez, ¡figúrese! Lo que quiero decirle es que todavía estamos a tiempo de fabricar españoles, de reconectar a Cuba con la historia nacional común de España y de la hispanidad. Con un programa de estudios adecuado y con voluntad política, en 10 años todo podría ser distinto. La educación y la inmersión cultural pueden mucho, y muy rápido. Piense que en Cataluña hace 15 años había sólo un 10% de independentistas, y hoy casi son el 40%. Todo eso gracias a una política voluntarista de un gobierno autonómico, que ha enfocado todos los recursos del Estado hacia un solo objetivo: fabricar catalanes allí donde sólo había españoles, aderezando el pastel con un relato nacional inventado, que ha permeado profundamente no solo la ideología del paleto común, sino hasta los claustros universitarios. Igual que ocurrió en Cuba hace 120 años”, concluyó.
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