Baracutey Cubano: Ha fallecido en Cuba Rafael Alcides intelectual condenado al ostracismo por la tiranía Castrista pues ¨prefirió decir y escribir lo que sentía que era justo, ético y artístico. Y con ese manto de decoro se cubrió hasta la eternidad.¨

miércoles, junio 20, 2018

Ha fallecido en Cuba Rafael Alcides intelectual condenado al ostracismo por la tiranía Castrista pues ¨prefirió decir y escribir lo que sentía que era justo, ético y artístico. Y con ese manto de decoro se cubrió hasta la eternidad.¨

Angel Santiesteban-Prats
20 de junio de 2018

Rafael Alcides, este artista de la palabra renunció a toda la comodidad que le pudo brindar el oficialismo, a cambio solo le pedían hacer silencio; pero él tenía su vergüenza, pecho y honestidad, más inmenso que toda la fortuna con la que pudieran intentar comprarlo. Devolvió su medalla de “miembro fundador de la Uneac”, y aceptó el ostracismo y el silencio a que lo condenaron por no aplaudir; prefirió decir y escribir lo que sentía que era justo, ético y artístico. Y con ese manto de decoro se cubrió hasta la eternidad.

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Nadie (2017) - Trailer

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Entrevista Miguel Coyula y Rafael Alcides sobre el documental NADIE

Rafael Alcides: Ep1 Las Cosas Lindas / The Beautiful Things

Rafael Alcides: Ep4 - Erase una vez en Biran / Once Upon a time in Biran

Un Poema de Rafael Alcides: Ep7 - El Extraño / The Stranger

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Tomado de http://www.diariodecuba.com

Rafael Alcides dialoga con Castro en un documental de Miguel Coyula

Por Marcia Cairo

La Habana

19 de Diciembre de 2016

advertencias de la Seguridad del Estado de que no iba permitir la exhibición, e incluso iba a cerrar la calle con patrullas para no dejar pasar a ninguna persona, se estrenó en la Galería El Círculo el documental Nadie, del cubano Miguel Coyula, con la presencia del poeta Rafael Alcides, su protagonista.

Según el director, conocido por su largometraje Memorias del desarrollo, la idea surgió de una entrevista de cuatro horas, a partir de las vivencias juveniles del poeta: un antes y un después del triunfo de la Revolución. Pero la particularidad es que lo documental se nutre de la ficción, utilizando trozos de películas clásicas y famosos personajes del celuloide, ya que la imagen fue filmada con una

tela de fondo. Coyula también utiliza material de archivo, como fotos y fragmentos de discursos.

(Rafael Alcides)

Un personaje femenino, suerte de musa-simbólica, narra y actúa llevando el hilo conductor de la historia, e interroga al intelectual en algunos momentos.

Aunque lo más original radica en insertar a Fidel Castro, como antagonista, que se contrapone a los pensamientos y juicios de Alcides, quien narra las etapas de su vida como una relación de amor y odio con la Revolución.

Coyula, quien se confiesa un inadaptado, al igual que su protagonista, hace años no cuenta con las instituciones para producir sus documentales y películas, las financia él mismo y apuesta por los concursos.

Vale la pena disfrutar de 67 minutos con el carisma y la inteligencia de este artista, que hace confluir temáticas variadas como la definición de la belleza femenina, la desmitificación de un líder mediante un análisis de la invasión de las tropas rusas a Praga, o la instauración del socialismo, el fusilamiento

del general Ochoa, y el ostracismo autoimpuesto por Rafael Alcides como resultado de su desencanto con un sistema.

Después de concluida la proyección del documental, Alcides sostuvo una charla con los presentes en la que relató cómo fueron deteriorándose sus vínculos con la UNEAC y el destino de su libro de poemas Nadie, luego de que su esposa regresara de un viaje a Perú y le confiscaran en la Aduana varios volúmenes.

Apartado por los intelectuales oficialistas, Alcides ha escogido publicar solo en el extranjero y vivir a la sombra, pero seguir siendo fiel a sus principios.

El poeta es "profeta y testigo" de su época, dijo. Aunque se le excluya de participar y viva ajeno a lo que acontece en su país, hará lo suyo con su propio discurso.

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Rafael Alcides sobre el documental Nadie

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Tomado de http://cafefuerte.com/

Rafael Alcides: La honestidad no tiene problemas ideológicos

Por Nils Longueira Borrego
15 de abril de 2017

Adiós plano, contraplano, corte, la diplomática tercera persona del plural no personal que desgaja la autoría. Ahora se trata de la capacidad empática de mi ser de ponerse los zapatos, las ropas de Rafael Alcides y se sentarse en su silla a palpar los manuscritos de obras raídas.

Nadie, última obra de Miguel Coyula, posee ese efecto de conducir y depositar violentamente ante los ojos del que mira el drama desgarrador de un hombre. Rafael Alcides es un hombre. No es un héroe planimétrico, calculado y mediático. Es un tipo, como dijera mi vecino de la Habana Vieja, real.

Nadie, más allá de cualquier pretensión artística, obliga a que mientras la imagen ilumina la sala cada uno sea Rafael Alcides.

(Rafael Alcides)

Esa eucaristía se basa en la palabra directa, en la exposición del protagonista de sus ideas mirando a nuestros ojos. No hay más. El resto de los recursos visuales se supeditan a la sola figura del hombre que expone su visión del mundo y su drama individual con una mezcla de desenfado y sentimiento que conmueven. Miguel Coyula logra convertir la experiencia individual de un sujeto anclado a un contexto específico en un discurso de alcance universal. Más allá de cualquier ideología y militancia, es la conexión que se establece al presenciar el dolor ajeno.

El octavo pecado capital

La película no obstante, y para mi sorpresa, parece tener «problemas ideológicos» en ambas orillas del «charco», para seguir parafraseando a mi vecino. Por una parte, Alcides vía Coyula dice las verdades que en Cuba todo el mundo sabe y poca gente dice sin ambages ni eufemismos. Y este ha sido, como sabemos, el octavo pecado capital después de enero de 1959. Con eso basta para desaparecer de las pantallas cubanas. Por la otra, como desciende sin prejuicios en el proceso de transformación ideológica que llevó al Alcides simpatizante del proceso al punto de rebeldía y oposición a ese proceso, algunos en la orilla opuesta la condenan y le ponen la etiqueta «roja». Los seres humanos no somos entidades estables, invariables, monolíticas. Y a veces los grandes relatos políticos olvidan ese componente esencial de los procesos históricos y sociales.

En un momento del documental Alcides explica su teoría acerca del funcionamiento de los procesos de cambio social en Cuba. Según él, siempre hay un «grupito» de gente que genera los cambios, después la gritería, el tumulto y la gran masa popular que se suma y aplaude. La anagnórisis me golpeó en ese segundo, desprevenido como estaba ante una verdad tan tajante. Nuestra historia ha sido siempre la historia del grupito suicida, de los «locos» y «arrebatados» que han alzado la voz contra el status quo. Adiós la imagen épica construida por Elpidio Valdés, adiós las fotografías en sepia de la Revolución del 30. En ese instante, algo cambió en mi manera de percibir la historia de la isla, me vi ante un modo de pensarla y entenderla totalmente distinto. En ese instante, además, el ostracismo al que se ha visto condenado Rafael quedó desarmado. Con ese ejemplo basta para que Nadie cumpla su encomienda y brinda una nueva luz a la experiencia de vida del que presencia las imágenes.

Palabra de Alcides

El arte, cuando más allá que alguna caricia estética o regodeo formal, tiene un propósito y algo urgente que comunicar, posee esa virtud de romper encierros y cercos para generar ideas, emociones, pensamiento en el que sintoniza con la obra. El binomio Coyula-Alcides en Nadie logra interpelar al que mira, involucrarlo, convertirlo en parte de lo que sucede en pantalla. Aquí no hay público y artista y un espacio en el medio. La palabra de Alcides, la forma en la que Coyula la presenta, la sinceridad con la que se asume la puesta, y el valor indiscutible de la historia de vida de este hombre (no de un personaje) se fusionan con el que, desde la butaca, completa el ciclo, produciendo de esta manera una experiencia memorable.

Como bien explicaba Alcides, siempre es un «grupito» de gente los que hacen los cambios, por eso no nos preocupemos por la legión de censores de toda índoles y orillas, por los infartados y los que no quieren comprender, al final eso son de los que no se acuerda nadie, y se quedan sumergidos en la masa amorfa de los diferentes tipo de estándares. Esos son los que de un segundo a otro, como relata Reynaldo Arenas, pasan del capitalismo al comunismo, del comunismo a cualquier otra cosa, y así, sucesivamente, ad infinitum.

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