domingo, octubre 21, 2018

Dimas Castellanos desde Cuba: La pelota cubana tocó fondo


La pelota cubana tocó fondo

Por Dimas Castellanos
La Habana
20 de Octubre de 2018

El pasado 8 de octubre, en el programa televisivo "Al duro y sin guante", el periodista Reinaldo Taladrid afirmó que la pelota cubana había tocado fondo y que Cuba era el único país del mundo al que se le impide establecer contratos con las Grandes Ligas.

En 1961, después que los equipos Almendares y Cienfuegos disputaron el juego final de esa temporada, se creó el Instituto Nacional de Deporte, Educación Física y Recreación (INDER). Un mes después se emitió el Decreto 936, mediante el cual quedó prohibido el deporte profesional, las trasmisiones televisivas del béisbol norteamericano, mientras la Liga Nacional, las ligas de verano y los topes con equipos de Grandes Ligas —que desde 1931 hasta 1959 sostuvieron encuentros en Cuba— fueron suspendidos.

El deporte quedó subordinado a la política.
La pelota irrumpió en Cuba en el siglo XIX. En su segunda mitad ya existían unos 200 equipos, se fundó la primera Liga y peloteros cubanos jugaron en la costa este de EEUU con más victorias que derrotas, incluyendo topes contra equipos profesionales.

(Fidel Castro en un partido de béisbol al inicio de la revolución.)

La Serie Mundial de Béisbol, que celebró su primera edición en 1938, efectuó las cinco siguientes en La Habana, de las cuales Cuba ganó cuatro. En la Serie del Caribe iniciada en 1949, de las 12 primeras ediciones Cuba ganó siete, las últimas cinco de forma consecutiva.

En los años 40 en el Estadio del Cerro se fundó la Liga Cubana de pelota profesional con los equipos Habana, Almendares, Cienfuegos y Marianao, cuyos juegos se trasmitían por la radio y la televisión.

En los años 50 los Cuban Sugar's Kings irrumpieron en la Triple A cuando Cuba era la segunda potencia de pelota profesional y la primera amateur.

"Triunfo" y declive

Sin economía suficiente, pero con las subvenciones soviéticas, Cuba se impuso en las competencias amateurs centroamericanas, panamericanas y mundiales. En medio de esa euforia se declaró la "victoria de la pelota libre sobre la pelota esclava". En 1975, el líder de la revolución dijo: "Si en otros países de América Latina no existe la revolución social, no se desarrolla la revolución social; por mucha técnica; por muchos entrenadores que contraten; por muchas cosas que inventen, no podrán obtener los éxitos que obtiene Cuba en el deporte".

Con la pérdida de las subvenciones soviéticas, el espejismo se evaporó. En la primera versión del Clásico (2006), Cuba quedó en segundo lugar. En la segunda versión (2009), pasó al quinto lugar. En la tercera versión (2013), no pudo mejorar la quinta posición. Y en la cuarta versión (2017) la derrota sufrida fue estrepitosa, Cuba no clasificó.

El declive fue más evidente en los topes con las universitarias de EEUU, a las que Cuba entre 1987 y 1996 había derrotado en ocho de diez oportunidades: en 2013 perdieron los cinco encuentros.

La lección era clara: Cuba iba en camino de tocar fondo. Pero, ¿cuáles podrían ser las causas?

El costo de la pelota requiere de una economía eficiente. La estatización introdujo la ineficiencia productiva, la insuficiencia salarial, el deterioro de las instalaciones deportivas y el éxodo de atletas y entrenadores,. Después de 1961 decenas y decenas de peloteros cubanos han firmado en Grandes Ligas de EEUU y en sus sucursales. Y los menores de 13, 14, 15 y 16 marchan por el mismo camino.

Las modificaciones introducidas a partir de 2013 son insuficientes. El aumento de los salarios, el regreso a la Serie del Caribe después de 53 años, la autorización a peloteros cubanos para jugar en ligas profesionales con el compromiso de regresar a Cuba... La prueba de esa insuficiencia, a pesar de la calificación de traidores a la patria a los que desertaban, es que entre 2013 y 2016 unos 200 peloteros, de diferentes edades, niveles y posiciones, se marcharon del país.

Se impone, pues, la readaptación al modelo al de la pelota profesional, lo cual es imposible sin readaptar a Cuba a la economía de mercado, pues la crisis en la pelota es reflejo de la crisis del modelo totalitario.

¿Tocó fondo?

La afirmación es cierta, pero habría que extenderla todavía más. También es cierto que Cuba es el único país donde sus nacionales requieren un permiso para entrar a su país, donde no pueden ser empresarios, donde no se permite asociarse libremente, donde no pueden elegir directamente al presidente de la República, donde se les impide ser ricos, entre otras muchas limitaciones; todas ellas manifestaciones del modelo totalitario.

Los cubanos no tienen que pedir un permiso oficial al Gobierno norteamericano para firmar contratos con los equipos de Grandes Ligas, pero tienen que firmar la siguiente declaración: "Por este medio declaro que he asumido residencia permanente fuera de Cuba. Además, por este medio declaro que no pretendo volver a Cuba, ni me permitirán volver. Por este medio declaro que no soy funcionario prohibido del Gobierno de Cuba... y no soy miembro prohibido del Partido Comunista de Cuba".

El pasado año Rob Manfred, comisionado de las Grandes Ligas estadounidenses, dijo que en las conversaciones con Cuba los principales temas fueron la libre circulación de jugadores cubanos hacia las Grandes Ligas y la posibilidad que regresen a su país fuera de temporada. Algo imposible de solucionar mientras la pelota esté subordinada a la política y los peloteros no pueden contratarse libremente sin mediación del Estado.

Por tanto, la solución no radica en la pelota, sino en la política. Hay que devolver las libertades a los cubanos, con lo cual se derrumbarían los argumentos con que se sostiene el embargo. Entonces la pelota —que junto al baile y la música desempeñó tan importante papel en la conformación de nuestra identidad nacional— comenzará su recuperación.
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