La caravana y el nativismo. Carlos Alberto Montaner en su yihad contra el Presidente Donald Trump COMPATIBILIZA en su artículo con la tesis del MARXISMO CULTURAL o NEOMARXISMO sobre el NACIONALISMO
Published on Nov 18, 2018
Nacionalismo vs Globalismo, Julio M. Shiling (escritor y politólogo) y Luís G. Díaz-Ortega (periodista y presentador) analizan las diferencias del nacionalismo y el globalismo en el contexto político actual. Programa Foro17, WLRN Canal 17 (Miami) transmitido el 18 de noviembre, 2018.
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Nota del Bloguista de Baracutey Cubano
Marxismo cultural
El marxismo cultural, o también, neomarxismo, nueva izquierda, liberalismo cultural, o izquierda cultural, es una construcción teórica que interpreta y aplica conceptos marxistas en términos socioculturales en lugar de económicos, utilizando una síntesis de las ideas de Karl Marx y de Sigmund Freud.
Comenzó formalmente con la fundación de la neo-marxista Escuela de Frankfurt, en Alemania, en 1924. A partir de los años 1960' se fue extendiendo por todo Occidente, y en menor medida fuera de él.
Esta interpretación creó un conjunto de ideas surgidas como forma de subversión contra diversos valores tradicionales y otros elementos fundamentales de la sociedad occidental como la familia, la religión, la sexualidad, la raza, el nacionalismo e incluso el arte, a los que considera "atrasados", "obsoletos" u "opresivos". Esta subversión cultural se disfrazó bajo el eufemismo de Teoría Crítica
De este modo "critica" y ataca cada uno de los aspectos, características e instituciones propios de la sociedad occidental-europea a la que considera y señala como "opresiva".
Para ganar su creciente influencia sus discípulos han buscado obtener el control de todas las instituciones culturales como escuelas, universidades, medios de comunicación y la industria del entretenimiento.
El marxismo cultural suele identificarse con el progresismo, su movimiento político; y con la corrección política, su principal instrumento de manipulación, control y censura.
En Europa occidental y en Estados Unidos no se ha aplicado nunca el modelo económico marxista, sin embargo, el marxismo cultural domina todos los aspectos en las sociedades occidentales actuales.
Fundamentos, influencias y manifestaciones
El marxismo cultural se ha fundamentado y derivado en diversas ideologías y movimientos, algunos más importantes que otros:
- Igualitarismo: negación de las diferencias entre individuos. Es el mantra de Todos somos iguales.
- Antiblanquismo: odio a la raza blanca y justificación del genocidio blanco. Inmigracionismo. Promoción del mestizaje. Victimización de los no blancos y criminalización de los blancos.
- Feminismo: victimización de las mujeres y criminalización de los hombres. Exaltación del matriarcado y denigración del patriarcado tradicional de Europa.
- Apoyo al homosexualismo, y a otras formas de degeneración sexual.
- Oposición a las religiones: especialmente anticristianismo, aunque no únicamente.
- Animalismo: victimización de los animales y criminalización del ser humano.
- Anarquismo, antimilitarismo y pacifismo. Desafío injustificado a la autoridad.
- Antifascismo, y anti-nacionalismo en general. Negación de las naciones, de los pueblos y de las razas.
- Defensa del aborto libre, el consumo de drogas, la prostitución y de otras prácticas contrarias al buen funcionamiento de una sociedad.
- Universalismo: el marxismo cultural busca implantarse, suplantando a otros sistemas de valores. Defiende sus ideas como si fueran axiomas o dogmas universales, y busca la implantación de las mismas creencias y los mismos valores para todos los pueblos.
- Nihilismo moral: paradójicamente, el marxismo cultural también niega las verdades y los valores universales. De ahí derivan el todo vale, con mi cuerpo hago lo que quiero, mientras no me afecte me da igual... que tanto lo caracterizan.
- Chovinismo ideológico: debido a la hegemonía del marxismo cultural en el ámbito intelectual e institucional, consideran sus posiciones como dogmas sagrados, y su discusión inaceptable. Descalifican a sus opositores gratuitamente, y caen en falacias como la falacia de autoridad o el argumentum ad baculum. Por eso han creado el concepto de crimen de odio. De igual manera buscan apoyarse en la ciencia, pero hacen caso omiso a ella en temas como el de la raza.
- Un concepto sesgado de democracia y libertad: los marxistas culturales dicen defender la democracia. Sin embargo, no aceptan los resultados democráticos que no sean acordes con sus creencias. Véanse las reacciones de ciertos elementos tras el triunfo del Brexit o de Donald Trump. De igual modo, su discurso dice defender la libertad de pensamiento, pero en realidad no existe libertad de pensamiento más allá de su propia ideología, pues cualquier crítica será atacada como "intolerancia" y etiquetada con los numerosos términos usados para desprestigiar a sus críticos.
- Hedonismo: búsqueda del placer gratuito y vacío. Fácilmente apreciable en los movimientos hippies.
- Creencia de que los medios justifican el fin. Escasa visión de futuro.
- Creencia de que todo cambio es a mejor. Oposición al conservadurismo (que se puede considerar antagonista al marxismo cultural o progresismo).
- Promoción del arte degenerado.
- Rechazo del revisionismo histórico. Creencia ciega en las versiones oficiales de la historia.
El marxismo cultural niega la importancia, e incluso la existencia, de las naciones y de las razas. Esto le sirve como base para atacar muchas posturas opositoras, o para justificar la consecuencia última de su sistema de valores: el genocidio blanco. A fin de cuentas, si se niega que exista la raza blanca, ¿por qué va a ser un problema su desaparición?
Para negar razas y naciones, lo que hacen los marxistas culturales es adoptar una postura relativista, y fingen tener problemas para identificar ciertos colectivos y hechos, aunque luego sepan distinguirlos perfectamente en otras situaciones.
Por supuesto, esta doctrina funciona en torno a dobles estándares, y el marxista cultural nunca aplicará esta lógica para justificar los abusos cometidos hacia pueblos no europeos. No se le ocurrirá, por ejemplo, negar la existencia del pueblo palestino para justificar el holocausto palestino, como hacen ciertos sionistas. Ni tampoco se le ocurrirá negar la existencia del pueblo saharawi para justificar la ocupación colonial marroquí en el Sáhara Occidental. Y el mismo marxista cultural que pretenda "no saber quién es blanco" ante la denuncia del genocidio blanco, no tendrá problema en distinguir entre blancos y negros a la hora de acusar a los blancos de la esclavitud, o de ser una raza privilegiada.
Otras posturas
El relativismo moral es un elemento clave en casi todos los aspectos del marxismo cultural: la negación de valores universales. Además de buena parte de lo expuesto, el relativismo y la negación de la excelencia también dan pie a la producción y defensa del arte degenerado.
Tomado de http://www.elblogdemontaner.com
La caravana y el nativismo
Por Carlos Alberto Montaner
27 de octubre de 2018
Miles de centroamericanos se dirigen hacia la frontera méxico-americana. Son, más o menos, ocho mil. Trump ha dicho que “no pasarán”. Su vice Mike Pence afirma que Juan Orlando Hernández, presidente de Honduras, le contó que Venezuela financia la caravana. Agregó que es difícil creer que no haya entre ellos espías o terroristas del Medio Oriente.
Puede ser, aunque la mayor parte está formada por personas decentes y trabajadoras. Cuba lo ha hecho tres veces y en medio de la riada humana colocó sus peones. Nicolás Maduro es sólo un muñeco de ventrílocuo al frente de la colonia venezolana. Hace lo que le manden. Los Castro, que siempre han preconizado el exilio de sus oponentes, lanzaron tres éxodos masivos salvajes: “Camarioca” en 1965, “Mariel” en el 80 y el “balserazo” de 1994. Entre col y col colocaron sus lechugas envenenadas. El propósito era convertir las crisis internas cubana en riñas domésticas estadounidenses. Esos episodios se saldaron con 350 000 nuevos refugiados.
La mayoría es hondureña. Se han sumado cientos de salvadoreños y guatemaltecos. Huyen de la falta de oportunidades y de la violencia que reina en sus países. En general son familias desesperadas que escapan de sus infiernillos particulares. A nadie le gusta abandonar su país de origen. Ni siquiera se trata de mejorar súbitamente de nivel de vida. Es cuestión de esperanzas. Han perdido la fe en las sociedades de las que proceden. Saben que son inexistentes las probabilidades de abrirse un mejor futuro en sus países.
Los nicas que escapan de la represión de Daniel Ortega se refugian en Costa Rica. Sin embargo, en esa triste caravana no hay panameños ni costarricenses. Son dos países de la región centroamericana en los que las personas perciben un mañana mejorable con sus esfuerzos. En Panamá (que ha acogido a decenas de miles de venezolanos), y en Costa Rica, (más de medio millón de inmigrantes nicaragüenses) hay un grado de justicia independiente y existe la posibilidad de escalar la ladera social. Se puede mejorar por medio del trabajo y la superación intelectual. No hay maras dedicadas al asesinato y la extorsión. Panamá pronto será la nación latinoamericana con mayor ingreso per cápita. Superará, incluso, a Chile, hoy por hoy el país puntero de la región.
A Trump no le viene mal la caravana. Estamos en tiempos de elecciones y muchos votantes respaldan su intransigencia contra los inmigrantes. Le permite presentarse como el apóstol del nativismo. El nativismo es la expresión estadounidense del nacionalismo étnico. Es la otra cara del proteccionismo económico. El nativismo, como corriente de pensamiento y como actitud está presente en todas las latitudes. Los extranjeros nunca son bien recibidos por la totalidad de la sociedad que los acoge a regañadientes.
Trump fue sincero y se declaró “nacionalista”. Eso es de agradecer. Al menos fue franco. Ocurrió en Houston. Respaldaba al senador Ted Cruz que intenta reelegirse. El problema es que los sabios padres de la patria en 1776 no fundaron una nación, sino una república, y existe una clarísima distinción entre ambos conceptos.
La república es el diseño racional de un tipo particular de Estado limitado en el que los gobernantes necesitan el consentimiento de los ciudadanos. Depende de la leyes y las instituciones, y da por sentado que la infinita mayoría se colocará voluntariamente bajo la autoridad de la legislación vigente. La república fomenta y promueve el patriotismo constitucional. Por definición, las repúblicas son incluyentes.
La nación, en cambio, depende de líderes carismáticos. Es otra cosa. Las personas se agrupan por la religión que sustentan y la geografía que tienen, por la tribu principal, o por la lengua, o por una interpretación histórica especial. Por su propia naturaleza, las naciones son excluyentes y hostiles a las otras naciones. De ahí el nativismo.
Es lamentable, pero esta caravana no pasará y sus integrantes no tendrán la suerte que en el pasado tuvieron los cubanos. En USA gobierna un nacionalista-nativista, no un republicano en el buen sentido de la palabra.
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Johnny reday 27 October 2018 at 10:11 pm Permalink
Parece que no solo Andrès Oppenheimer se ha vuelto ridìcolo buscando trepar una una pared vertical de cristal con sus solas manos, con infantiles elucubraciones en contra de Trump, dañando su imagen de periodista de alto nivel.
Ahora tambièn el estimado Montaner inventa sorpresivas imàgenes para seguir en el mismo papel.
La realidad es una sola.
A nadie le gusta que unos ajenos se metan a la fuerza en su propia casa, sin ser invitados, y exigan comida, un techo y quedarse como huèspedes vida natural durante.
Las reglas, como bien ha evidenciado Montaner hablando de los lazos que el concepto de Res Pùblica imponen, estàn echas porque todo el mundo las respete.
Yo tenìa listo un trabajo en Tucson Az. Empezaba cuando presentaba la Green Card. Pero..NADA. Salì del paìs.
Pero la mayorìa de la gente del Rìo Grande del Norte a Puerto Toro considera las reglas una solemne estupidez, hechas para los tontos.
Y si alguien exige respeto a esas legras, Montaner lo etiqueta de “nativista”, mientras ya salen comentarios hablando de nazismo.
Mejor pararse un rato a meditar: “Por que USA es USA y Brasil, Mèxico, Argentina no son USA?”.
Entre comillas: Panamà y Costa Rica han impuesto restricciones a la inmigraciòn venezolana.
Nativistas tambièn ellos?
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