Andres Alburquerque: Me quedo con los irreducibles que nada quieren oír de dialogo
Me quedo con los irreducibles que nada quieren oír de dialogo
Por Andres Alburquerque
29 de noviembre de 2018
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Me quedo con los irreducibles que nada quieren oír de dialogo y saben por que? Porque con las dictaduras no hay dialogos. Jamás los hubo y jamás los habrá:
TANTO NADAR...
Conozco algunos cubanos que gracias a la visa de cinco años o su pasaporte europeo visitan nuestro condado con frecuencia; no pocos han comprendido que esto no es la Yuma sino la Llama e inteligentemente han optado por la vía más conveniente; lo mejor de ambos mundos; “forrajear” en la Yuma y gozarlo en Cuba. Nuestra gran nación posee tantos intersticios que hay posibilidades para casi todos; así las cosas los compatriotas se la buscan por la izquierda en un país gobernado por la derecha. En principio no solo me abstengo de criticarlos sino que me alegra que seres humanos encuentren modo de aliviar el tenaz peso del experimento kafkiano que aún prevalece en Cuba; pero me gustaría hacer un poco de historia. Si, yo sigo jodiendo con la historia porque los cubanos somos maestros en eso de jamás pedir disculpas; jamás reconocer errores y con increíble swing hacernos los locos como si aquí nunca hubiese sucedido nada.
Muchos de los que hoy emulan a aquellos cubanos de los años cincuenta llenaban un formulario para encontrar empleo y/o militar en el partido estado; el único, el imperecedero, en el que negaban hasta la náusea cualquier credo o dogma que no fuese el de los dos sajones que inventaron el hambre con onda; si porque eso de comunismo parece tener tremenda onda hoy en día. Pero bien; volvamos a la planillita y todo lo que había que negar en ella; además de la religión se negaba tener parientes en el extranjero y en especial se negaba tener el menor contacto con ellos. De pronto, como por arte de magia y gracias a la genial política del pueblo a pueblo; si ese sistema perverso mediante el cual la Junta llena Miami de segurosos de todo tipo mientras nosotros tenemos que pedir permiso para visitar nuestro país de origen, gracias al pueblo a pueblo decía, los que no tenían familia aquí de pronto carajo si la tenían!!!; hasta los que tiraron huevos están aquí repito: con tremendo swing, como si nunca hubiese sucedido nada.
Entonces cuando uno de esos ancianitos de rostro apergaminado sufre un Chango con conocimiento y empieza a echar espuma por la boca gritando insultos la gente lo tilda de extremista, racista, revanchista y cuanto improperio existe. Pero que se habrá creido ese viejo ‘e mierda? está siempre dando la nota; los tiempos cambian. Nadie se detiene un segundo a pensar que el anciano protesta porque el tuvo que venir aquí; entrar por la puerta de servicio, aprender un idioma lleno de zetas; erres endebles y un montón de íes que si no te apuras en lugar de sabana dices mierda, renunciar a poder ver el lugar donde nació para ahora encontrarse en pleno Flagler con el cabron que le intervino la casa y ahora se la busca por la izquierda en un país de derecha.
Al final perdimos todos; los cubanos vuelven a “buscársela” en el norte revuelto y brutal y regresamos al punto de partida del que nunca nos debimos desviar, pero con una gran diferencia: sesenta años más tarde y con un pueblo antropologicamente diezmado, con una vulgarización de la cultura y una pérdida tan generalizada que de vernáculo perdimos el verna .
2 Comments:
Andrés, ya te olvidaste de que tu eras otro fidelista, de como te comportabas en la Guido Fuentes y en el preuniversitario del Vedado??
A la persona que se esconde detrás del anonimato
Un refrán dice que ¨rectificar es de sabios¨; además, el autor cuando era alumno de la Secundaria Básica y el Preuniversitario era un joven ignorante, lleno de deseos de cambiar las cosas malas en el mundo, una persona donde la influencia de personas cercanas, la prensa, la tv, etc. influye mucho en las ideas. Muchas personas ilustradas con más edad y experiencia de la vida ¨se fueron con la de trapo¨. Por otra parte tengamos en cuenta que muchas personas después de estar totalmente convencidas de lo que era el Castrismo fingieron su simpatia hacia esa dictadura pues el estudio, el buen empleo, etc. y hasta la salida del país dependía de y depende de la dictadura totalitaria castrista. Cuba es, salvo excepciones, un gran teatro Kabuki por la cantidad de grandes caretas que hay que ponerse para alcanzar puestos privilegiados.
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