viernes, enero 04, 2019

Escritor cubano Abilio Estévez: 'Ninguna revolución puede pretender mantenerse efectiva 60 años sin caer en una contradicción' . Laritza Diversent: Yo no salvaría nada, en mi opinión es un período marcado por la intolerancia política y el adoctrinamiento

 Tomado de http://www.diariodecuba.com

'Es una necesidad urgente que los cubanos aprendamos a ser demócratas'

DDC
Madrid
3 de Enero de 2019

¿Se puede hablar aún de Revolución en Cuba?

La falta de alternancia y pluralismo político no me permite afirmar que se pueda hablar de Revolución. Legalmente existió hasta el momento en que se adoptó la Constitución de 1976, que institucionalizó el Gobierno actual.

¿Qué habría que salvar del período revolucionario?

Yo no salvaría nada, en mi opinión es un período marcado por la intolerancia política y el adoctrinamiento.

En una nueva Cuba no se debería prescindir del acceso a la educación y a la salud, que no son logro o gracia de la "Revolución", son una obligación del Estado.

La educación en Cuba, en los últimos 25 años, ha experimentado un retroceso en la calidad de la enseñanza, determinada principalmente por la situación económica y una serie de políticas públicas erráticas; por ejemplo, incorporar a las aulas maestros (adolescentes) emergentes.




(Laritza Diversent)

El daño social es incalculable. La educación en la Cuba del mañana desempeñará un papel decisivo en la promoción de los derechos humanos y la democracia.

Por supuesto, hay que eliminar todas y cada una de las prácticas actuales que discriminan a individuos por motivos políticos, la aplicación de planes de estudio que constituyen adoctrinamiento, la prohibición de instituciones de enseñanza privadas, la negación de la libertad académica del cuerpo docente y de los alumnos. Sobre todo, hay que respetar el derecho de los padres a elegir el tipo de educación de sus hijos y escoger escuelas distintas de las públicas.

¿Cómo clasificarías el momento actual de Cuba?

Por clasificarlo de alguna forma, diría que especial. El incremento del acceso a internet en un sector de la población ha demostrado que los cubanos no quieren guardar silencio, a pesar de la represión, el eficiente control social y la ausencia de mecanismos de participación política.

A falta de libertad para reunirse, asociarse y manifestarse públicamente, las redes sociales se han convertido en el espacio donde coincidimos, nos expresamos y apoyamos. Se ha desarrollado el discurso político y sobre asuntos de interés público.

A pesar de la intolerancia política, se ha escrutado y criticado a las instituciones del Estado. Sin embargo, opino que es necesaria la formación (educación) urgente en materia de derechos humanos.

Las redes también son un espacio donde se replica la intolerancia y la discriminación por motivos políticos; donde es evidente no solo la repetición de patrones de comportamientos dictatoriales del grupo político que tanto se critica, sino también sus discursos.

No se nace demócrata. En el momento actual es necesario que aprendamos a serlo. Creo que es una necesidad urgente.
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Tomado de http://www.diariodecuba.com

'Ninguna revolución puede pretender mantenerse efectiva 60 años sin caer en una contradicción'


DDC
Madrid
3 de Enero de 2019

¿Se puede hablar aún de Revolución en Cuba?

Si no estoy equivocado, la palabra "revolución" define el "cambio radical del alguna cosa", y no hay cuerpo ni país que resista un cambio radical durante 60 años. Ninguna revolución puede pretender mantenerse revolucionariamente efectiva durante 60 años sin caer en una contradicción. Casi me parece ingenuo intentar explica que hace muchos (muchos) años que no puede hablarse de revolución en Cuba. Y no solo por lo dilatado del tiempo, sino porque además desde el instante en que el deseo de transformación de la realidad económica, política, ideológica, alcanza el poder, la revolución se institucionaliza, se inmoviliza.

(Abilio Estévez. (EFE))

Una vez logrado eso que llaman "libertad", comienzan a levantarse los muros para defenderla; se arman los ejércitos, se entrenan sofisticados espionajes para mantener la libertad. Se busca y encuentra un enemigo exterior, poderoso, que permite clasificar, perseguir, anular voluntades, apresar, fusilar al que disiente porque pone en peligro la igualdad, la libertad y, por supuesto, los sagrados valores de la patria. Cuando una revolución se erige en verdad absoluta y decide que nadie puede tener opinión propia ni permitirse quedar al margen, como ha dicho Todorov, ya se ha convertido en lo contrario de lo que proponía su aspiración inicial. Es el inevitable momento en que el rebelde se transforma en burócrata. Y el control de un partido único, la incapacidad de disentir, establece el totalitarismo. La voluntad de decir NO, que estaba en su origen, ahora obliga a decir SÍ.

En caso de que hubiera alguna vez el noble intento de mejorar la vida de los cubanos, la conformación del Estado Todopoderoso, la posesión del poder (que entraña, como es lógico, la ambición personal y el miedo a perderlo) lo alteró muy pronto. Sé que digo obviedades, lo lamento. Aunque quizá no esté mal recordar estos lugares comunes cuando es preciso reflexionar sobre un período tan dilatado en el tiempo en el control de un pueblo: ¡60 años! 60 años diciendo SÍ.

Para mí es difícil establecer con exactitud la fecha en que la Revolución comenzó su proceso de parálisis. Es un proceso, lo que significa que se desarrolla en el tiempo. ¿Tal vez en 1961 cuando Fidel Castro dijo aquello de "con la Revolución, todo; contra la Revolución, nada"? ¿O quizá cuando se crearon los campos de trabajo forzado (UMAP) para la "reconversión" de católicos, homosexuales y otros "desafectos"? ¿O hacia 1968, con la llamada Ofensiva Revolucionaria y la justificación de la invasión soviética a Checoslovaquia? Ese es un año importante porque, además, fue el de la intervención estatal de los pequeños negocios y el del premio (y estigmatización) de Fuera del Juego a Heberto Padilla y Los siete contra Tebas de Antón Arrufat.

En cualquier caso, ya en 1971, con el Primer Congreso Nacional de Educación y Cultura, el barco se había detenido definitivamente.

¿Qué habría que salvar del período revolucionario?


La verdad, no sé qué responder a esta pregunta. La llamada "Revolución" es ahora mismo el "ancien régime". Lo justo sería lograr un país del que nadie tuviera la obsesión de huir.

¿Cómo clasificaría el momento actual de Cuba?

No conozco suficientemente la Cuba de hoy y no me siento capaz de clasificar un largo período bastante inclasificable. Además, eso de ordenar, definir, determinar no está entre mis virtudes. Pienso, si acaso, en una maravillosa novela de Joseph Conrad, de las de su época de madurez, titulada La línea de sombra, en la que un joven capitán se arriesga a zarpar con marineros enfermos de peste. En alta mar, el velero tropieza con la calma chicha. Y los hombres se mueren... Y el velero no avanza…