jueves, diciembre 19, 2019

La realidad cubana y la ilusión perdida. Alejandro Armengol: Un intento despiadado de manipulación masiva, de no darle tiempo a nadie de percatarse que su vida ha sido empobrecida cultural y económicamente

Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

El destacado poeta y  periodista Raúl Rivero describió  hace  tiempo  de manera lacónica la situación cubana : ¨SIN PAN Y SIN PALABRA¨ .

Pero lo de Cuba  va mucho más allá  que el empobrecimiento cultural  y económico que plantea Armengol en su artículo, ya que  ese empobrecimiento alcanza  en muchos cubanos  el ámbito espiritual  hasta el punto de provocar un muy serio  daño antropológico muy difícill de  revertir.




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La realidad cubana y la ilusión perdida

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Un intento despiadado de manipulación masiva, de no darle tiempo a nadie de percatarse que su vida ha sido empobrecida cultural y económicamente
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Por Alejandro Armengol
Miami
18/12/2019

La realidad cubana, en su forma más cruda, es la tragedia de la ilusión perdida.

El 1º de enero de 1959. El día en que el ciudadano se creyó dueño de su destino y terminó encerrado, preso de sus demonios y de los demonios ajenos.

La revolución como un dios arbitrario. Un proceso que alentó las esperanzas y los temores de los pobres y la clase media baja; que les dio seguridad para combatir su impotencia y les permitió vengarse de su insignificancia. Que nutrió el sadismo latente en los desposeídos y les brindó la posibilidad de ejercer un pequeño poder ilimitado sobre otros, pero que al mismo tiempo intensificó su masoquismo, al establecer como principio la aniquilación del individuo en el Estado, y vio en ello satisfacción y gozo.

Un sistema que desde sus comienzos hasta hoy —y mañana si llegara a existir— alienta el oportunismo, porque no posee principios. Una patria que solo ofrece a sus hijos la satisfacción emocional que se deriva del embrutecimiento, la envidia, el odio y el delito compartido. Una ideología que alimenta el patriotismo como un sentimiento de superioridad, pero que en cambio practica la entrega total del país al mejor postor.

Un intento despiadado de manipulación masiva, de no darle tiempo a nadie de percatarse que su vida ha sido empobrecida cultural y económicamente.

Un país cuya mayoría de la población actual ―que aún no había nacido dicho 1º de enero― siempre ha vivido bajo el poder de un padre putativo, dominante y despótico, pero también sobreprotector y por momentos generoso en el pasado: el Estado cubano, que por décadas se ejemplificó y concretó en una figura, un hombre, un gobernante. Padre al que se trató no sólo de complacer en ocasiones, sino de obedecer siempre; al menos de aparentar esa obediencia.

Una población dominada por un régimen continuista, pero ahora nada dispuesto a seguir prometiendo esa sobreprotección de un Estado supuestamente capaz de satisfacer las principales necesidades del ciudadano ―aunque esto fuera siempre más una declaración que un hecho― y que lo ha abandonado materialmente, mientras yace atrapado entre la incertidumbre, la desesperanza y el tedio.

Tras la épica engrandecida hasta el cansancio de la lucha insurreccional y los primeros años de confrontación abierta, se abrió paso una obligación repetida, generación tras generación, de servir de puente a un futuro que se definía luminoso. En lo cotidiano fue un destino vulgar, que se caracterizó por el aburrimiento: el trabajo productivo y la guardia nocturna con el fusil sin balas.

Desde el punto de vista psicológico, se descartó primero el derecho a la adolescencia —el afán de la rebelión— y luego se transformó el principio de la realidad que rige la adultez por una simulación infantil.

Ese detener el tiempo transformó a los cubanos en eternos niños. Ahora esos niños ya ancianos están viendo que todo el esfuerzo de una revolución rápida y violenta se está transformando en una contrarrevolución pausada y sin algarabía en lo económico, aunque con igual represión. El capitalismo vuelve a Cuba, en su forma más primitiva y despiadada, sin ninguno de los resguardos que en otros países se han conquistado a lo largo de los años; una mezcla cansada de mercantilismo, capitalismo salvaje y clientelismo.

La lucha por sobrevivir convertida en realidad única. Por un motivo u otro, se acumularon las frustraciones en rebelarse. Hasta donde llegaron las concesiones hechas al sistema es historia personal. Unos fueron heroicos en su fracaso, otros simplemente cobardes o pusilánimes. Se puede argumentar que no fue una culpa personal o ciudadana, pero ha definido el panorama nacional.

Una tras otra, se han ido amontonando las generaciones inacabadas, incompletas en su capacidad de formar un destino.

Los cubanos se han transformado en maestros de la espera. Nos enseñaron a dominar el arte de la paciencia: un futuro mejor, un cambio gradual de las condiciones de vida, un viaje providencial al extranjero. Nos enseñaron también a no arriesgarnos, a no creer en el azar, a resignarnos a la pasividad. Seguimos esperando.


© cubaencuentro.com
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Tomado de https://baracuteycubano.blogspot.com/2019/11/

La pobreza en Cuba

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¿Están los trabajadores cubanos por debajo del índice de pobreza mundial?
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Por  Waldo Acebo Meireles
Miami
07/11/2019 


De acuerdo al World Bank la línea de pobreza para el año 2018 fue de $1,90 por persona por día, lo cual llevado a ingreso mensual es igual a 57,79. ¿Cómo este indicador se comporta en Cuba?

De acuerdo a los datos oficiales[1] el salario promedio en Cuba está muy por debajo de la línea de pobreza, veamos el siguiente gráfico:


Índice de pobreza y Cuba.


Además del salario promedio de todos los trabajadores incluimos el que corresponde al sector Educación lo cual es un elemento más para entender porque hay escasez de personal docente en Cuba y el de los pensionados que indican que estas personas viven prácticamente en la miseria[2].

En el caso del Sector Educacional ocupa el lugar 15 de los 18 sectores que informa la ONEI, los sectores 16; 17 y 18 son: ‘Administración pública, defensa, seguridad social’; ‘Hoteles y restaurantes’ y ‘Cultura y deporte’ respectivamente. En el caso de ‘Hoteles y restaurantes’ supongo que el deprimido salario, que no se corresponde con la importancia del turismo en la economía nacional, probablemente queda compensado con las propinas y el hurto continuado de recursos, lo cual explicaría a su vez que muchos maestros y profesores hayan emigrado a ese sector que en los números fríos de la ONEI no parece competitivo.

Seguramente algún ‘troll’ argumentará que los datos del World Bank no son aplicables al entorno cubano ya que los trabajadores reciben otros beneficios aparte del salario como la vivienda gratuita o casi gratuita, raciones de alimentos con precios subvencionados, educación y atención médica gratuita y otros. Sin tomar en cuenta que esos ‘beneficios’ salen precisamente de esos bajos salarios y pensiones.

¿Quiere esto decir que todos los trabajadores cubanos están por debajo del índice de pobreza? No necesariamente. El hecho de que la ONEI utilice la medida de tendencia central llamada media o promedio oculta e imposibilita el determinar con alguna exactitud ese importante dato, de haber empleado la mediana ese análisis pudiera ser posible y sus resultados se acercarían con bastante exactitud a determinar cuántos trabajadores ganan un salario por debajo del índice de pobreza[3].

Como es imposible a partir de los datos que tenemos, es decir los promedios, convertirlos en el estadígrafo mediana decidimos construir la tabla que aparece a continuación en la que, si no se puede llegar a una conclusión certera de la información que nos interesa, pero por lo menos podemos hacer una aproximación manejable, si no exacta, por lo menos indicativa.


A ‘grosso modo’ o como decimos en Cuba: ‘a ojo de buen cubero’ no menos de 4 millones de trabajadores y pensionados se encuentran por debajo del índice de pobreza, lo cual representa en una población de 11 millones un 36 % mínimo, pero si consideramos las personas que dependen de estos asalariados entonces el estimado se elevaría dramáticamente a un 70 %. Cuba se ha convertido en un país de miserables, de personas que viven en la miseria.

Pero no hay que desconsolarse estamos mejor que Haití 78 % y Nicaragua 79,9 %, el resto de los países que tienen índices peores son del continente africano y tres de Asia: Pakistán 73,6 %; Laos 74,1 % y Camboya 77,7 %. Nuevamente para ahorrarle trabajo a algún ‘troll’ daremos los datos para EEUU y Miami: 13,4 % y 16,7 % respectivamente, aunque esos indicadores no parten de índice del World Bank sino de los establecido por el Censo que va desde $1.065,00 mensual para una persona a, por ejemplo, $2.538,00 mensuales para una familia con 5 personas[4].

La tabla expone otra situación que debería ser una preocupación para la gerontocracia cleptómana gobernante, pero hasta ahora no parece importarle, y es la relación que existe entre el total de persona trabajando que suman 4.482.700 y los pensionados 1.670.502, por tanto, por cada pensionado solo hay 2,68 personas que realizan un trabajo y no todos ellos son propiamente productores de riquezas. Este es un problema que se ira agravando con el envejecimiento de la población y la migración de jóvenes en edad productiva[5].

Después de 60 años de experimentos, errores, voluntarismo, medidas coercitivas, ilegalización de los esfuerzos de los emprendedores y otras tantas barbaridades lo que se ha logrado es un país que se encuentra entre los más pobres del mundo.

[1] Oficina Nacional de Estadística e Información [ONEI] Anuario Estadístico de Cuba 2018 Empleo y Salarios Edición 2019

[2] Datos tomados del Anuario ya citado: 7,5 - Salario medio mensual en entidades estatales y mixtas por provincias y 7,13 - Cantidad de beneficiarios de la seguridad social vigentes, pensión media y altas concedidas.

[3] Si tomamos cinco datos que sumen 100 por ejemplo 20+20+20+20+20 y hallamos el promedio este será 20; pero si esos datos son 40+30+10+10+10 de igual forma el promedio será 20 pero la mediana sería 10 lo cual es un resultado más ajustado de lo que se pretende analizar.

[4] U.S. Census Bureau, Small Area Income and Poverty Estimates (SAIPE) Program. Poverty Thresholds for 2018 by Size of Family and Number of Related Children Under 18 Years