Justo Antonio Triana: ¿Quién no es traidor en Cuba?. Primer lugar compartido del concurso Qué pasa Cuba
Nota del Bloguista de Baracutey Cubano
¿Quién no es traidor en Cuba? No lo se, pero es muy difícil de quitarle a Fidel Castro el título de Gran Mentiroso en Jefe
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Tomado de https://puentealavista.org/
¿Quién no es traidor en Cuba?
Por Justo Antonio Triana
13 de enero de 2021
El pueblo cubano quiere un cambio. O mejor dicho: el pueblo cubano necesita un cambio. Ese que debió suceder en 1994 y que —a diferencia de checos y rumanos— no supimos conquistar nosotros mismos. En consecuencia, nuestro pueblo se ha visto relegado a mendigar su libertad a los pies de los dirigentes. Una y otra vez, el pueblo ha acudido a las vías legales establecidas por esos mismos dirigentes: ha escrito cartas, enviado quejas, visitado ministerios… incluso ha recogido y presentado miles de firmas a la Asamblea Nacional. Sin embargo, el pueblo ha sido “peloteado” sin misericordia cada vez que ha intentado ir por las rutas convencionales, y ha sido silenciado cuando ha propuesto en público sus alternativas.
Por mucho tiempo ese mismo pueblo creyó en la honestidad de su gobierno, pero su gobierno no hizo más que cerrar todas las puertas. En 1961 Fidel Castro se reunió con un grupo de artistas en la Biblioteca Nacional para decirles —en resumen— que si su arte no era “revolucionario” no tenía derecho a existir. Aun así, otro grupo de artistas, casi 60 años más tarde, dio su voto de confianza al poder y se reunió para dialogar con el gobierno; pero el gobierno una vez más les dejó claro (no con palabras, sino con tánganas y operativos policiales) que no le interesaba dialogar. El poder nuevamente se burló de los artistas. “Con la Revolución, todo” —incluyendo los gritos y los golpes. “Contra la Revolución, nada.” —ni la poesía, ni el futuro.
El pueblo cubano quiere que le escuchen. O mejor dicho: el pueblo cubano necesita que le escuchen. Pero hay una pared que nos divide a los unos de los otros; que nos separa más allá de lo geográfico e impide que nos hagamos escuchar: nuestra incapacidad de respetar las diferencias. En Cuba —y donde quiera que haya un grupo considerable de cubanos— es difícil que alguien diga que no está de acuerdo con la mayoría, y que esa mayoría respete su elección. Nuestra falta de tolerancia se nota lo mismo en campos y ciudades que en estadios y universidades. Y desde luego, también en la manera en que defendemos nuestra posición política. La miseria, la falta de información y el adoctrinamiento han contribuido a que desarrollemos un odio irracional a todo aquel que no piense como nosotros.
Pero esto no viene de ahora, ni surgió de la nada en 1959, ni reposa debajo de una piedra. Todo ese odio viene de mucho más atrás; es muy común en nuestra historia y Fidel Castro constituyó su clímax.
Si nos ponemos a analizar, nos damos cuenta de que ese mismo comportamiento agresivo e intolerante de los partícipes en los actos de repudio, golpeando y gritando “que se vayan” a los que piensan diferente, es el mismo, sádico, de aquellos voluntarios cubanos pidiendo a gritos la muerte de los estudiantes de medicina en 1871. La misma histeria, ciento cincuenta años después. En 1871 los “traidores” eran los estudiantes de medicina. En 2020 son los del Movimiento San Isidro.
Si nos parece exagerada esta comparación, invito a remitirnos a la frase “Machete, machete, que son poquitos”, recién publicada (y eliminada a posteriori) por el medio oficialista Cubadebate, aludiendo muy retorcidamente a sus enemigos ideológicos. Si no ha habido machete, es porque ahora —gracias al internet— no pueden darse el lujo. Ahora sus métodos no son tan radicales; ya no te fusilan, pero sí fusilan tu reputación. Y hacen creer al pueblo que tu existencia constituye una amenaza a su propia identidad.
Resulta que desde el período colonial cada gobierno despótico ha llamado “traidores” a los que le llevan la contraria. Fue así cuando los bayameses desafiaron las restricciones económicas de la metrópoli a través del comercio de contrabando (o enriquecimiento ilícito) entre los siglos XVII y XVIII, y cuando los vegueros (cuentapropistas) se sublevaron en Occidente contra las leyes que les impedían vender sus productos por la libre,en 1717 y 1723. Luego se fueron sucediendo una serie de conspiraciones antigubernamentales —probablemente “pagadas por la CIA”— que fraguaron en el comienzo de las luchas por la independencia, de mano de dos grandes “traidores” a su “Madre Patria” (España), a la que tanto le debían: Francisco Vicente Aguilera, y Carlos Manuel de Céspedes.
De más está decir que para el gobierno de aquella época los mambises no eran más que una partida de bandidos alzados para crear desorden; y que en los periódicos no faltaban caricaturas pintándolos como los peores elementos de la sociedad. ¿Y para qué hablar de lo que pensaba ese gobierno de Martí? Martí era considerado un revoltoso, un vendepatria y un traidor. Por eso estuvo en el presidio: por llamarle apóstata a Carlos de Castro y Castro, compañero suyo que se unía a los voluntarios españoles. O sea, que para José Julián servir al poder opresivo era la verdadera traición a la patria. Más tarde ese poder haría correr rumores sobre un supuesto alcoholismo con tal de desacreditarle, y luego le llamaría mercenario por recaudar dinero en Estados Unidos para la Guerra del 95. (De más está decir, también, que nuestra independencia fue en gran medida financiada desde el exterior… pero mejor ni entrar hoy en ese tema.) El hecho es que todos los que alguna vez han disentido de un poder autoritario han sido degradados a agitadores, mentirosos, terroristas, mercenarios, vendepatrias, y traidores. Fue el caso de Céspedes, Agramonte, Martí, Huber Matos y Oswaldo Payá; pero también el de Galileo Galilei, Darwin, Gandhi, Mandela, y Martin Luther King Jr. Todos fueron apestados sociales: a todos se les trató de silenciar con el estigma del “traidor”. Y sí, fueron traidores. Sobre todo al abuso de poder de sus gobiernos, y a las ideas que les restringían su libertad de pensamiento y expresión.
Aunque nos parezca mucho, sesenta años no son nada en la historia de un país. De aquí a un tiempo se verá con claridad lo que gran parte del pueblo cubano de hoy no estaba capacitado para ver; y se juzgarán las acciones del régimen actual como mismo hemos juzgado las de los regímenes anteriores. Pero para eso Cuba necesita un cambio. Y ese cambio comienza por nosotros. Debemos ser distintos de lo que criticamos, para enseñarle al pueblo “enardecido” y a las masas “espontáneas” —o al verdadero pueblo, que se esconde temeroso detrás de la pantalla de un dispositivo móvil— que somos más educados, más creativos y más valientes que el poder.
Decía Unamuno que para vencer hay que convencer. Pues que siga el poder “venciendo” con sus conquistas y victorias, que nosotros seguiremos convenciendo con verdades. Y que nos llamen traidores si desean. ¿Quién no es traidor en Cuba?
Primer lugar compartido del concurso Qué pasa Cuba .
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Cómo vamos a decir: ésta es nuestra patria, si de la patria no tenemos nada?
Mi patria, pero mi patria no me da nada, mi patria no me sostiene, en mi patria me muero de hambre.
¡Eso no es patria! Será patria para unos cuantos, pero no será patria para el pueblo (aplausos).
Patria no solo quiere decir un lugar donde uno pueda gritar, hablar y caminar sin que lo maten; patria es un lugar donde se puede vivir, patria es un lugar donde se puede trabajar y ganar el sustento honradamente y, además, ganar lo que es justo que se gane por su trabajo (aplausos).
(Castro barks at an aide who forgot papers he wanted. This is during the stopover in Camaguey. From Life magazine - Castro in Triumphant Advance to Havana - January 19, 1959 )
Patria es el lugar donde no se explota al ciudadano, porque si explotan al ciudadano, si le quitan lo que le pertenece, si le roban lo que tiene, no es patria.
Precisamente la tragedia de nuestro pueblo ha sido no tener patria. Y la mejor prueba, la mejor prueba de que no tenemos patria es que decenas de miles y miles de hijos de esta tierra se van de Cuba para otro país, para poder vivir, pero no tienen patria. Y no se van todos los que quieren, sino los pocos que pueden. Y eso es verdad y ustedes lo saben (exclamaciones).
Dr. Fidel Castro Ruz
Primer Ministro del Gobierno Revolucionario; Presidente del INRA; Presidente de la Comisión Nacional de Fomento del Turismo.
Comandante en Jefe de la Fuerzas Armadas
Comandante:
No sé si después de escribir estas líneas pueda seguir viviendo, o no sé si seguiré viviendo con el adjetivo denigrante "traidor" delante de mi nombre.
De lo que sí estoy seguro, es de que a mi conciencia le llegó el momento de negarse a trabajar por una causa que no es la misma que llevó a los cubanos al clandestinaje, al exilio, a la guerra y a la muerte.
Por eso no me importa que Ud. el día de mañana quiera desintegrar mi prestigio y mi honra (yo sé que lo va a hacer) ante un pueblo que aun tiene fe en Ud. porque no ha vivido en el seno del Ejército Rebelde y del Instituto Nacional de Reforma Agraria como he vivido yo.
No sé de qué me acusará ante el pueblo, si de inepto, de borracho, de ladrón, de batistiano, de marihuanero, de pepillo o de alguna otra cosa que se le suele endilgar a los que no quieren engañar al pueblo y se niegan a seguir en la comparsa roja.
Sólo sé que después de haber oido de sus labios el asunto de la carta de Trujillo en que se "alababa" a Huber Matos, creo que usted es capaz de falsificar una carta con mi firma confesando que he asaltado el Banco Nacional.
Pero prefiero ser escueto, Comandante; después de la última reunión del INRA, en la cual oí de sus labios el plan completo para comunizar a Cuba, muy poca fe me quedó en Ud.
Pero tratando mi cerebro de aferrarse a una última tabla, traté de disculparlo y me dije: "Esto lo hace para tratar de tranquilizar al ala roja", como antes pensaba: "De esto Fidel no sabe nada".
Pero ahora después de la canallada que se le ha hecjho a quien nunca estuvo conjurado con nadie, a quien siempre le planteó verticalmente y de frente el problema comunista, a quien Ud. mismo estimuló varias veces a mantenerse firme, a quien fue el héroe del cerco de acero a Santiago de Cuba, a Huber Matos Benitez, yo creo comandante Fidel que el problema de Cuba no es plantearse hasta que punto hay infiltración comunista en este Gobierno Verde Olivo, sino hasta que punto hay infiltración Verde Olivo en este Régimen comunista.
Y ahí está Huber Matos, el héroe que cometió el delito de ser sincero en una carta particular a Ud. Ahí está, desnudo en una celda, cuidado por cancerberos fieles al "glorioso" Piñeiro, al "valiente" "Barba Roja", ahí está impotente frente a la calumnia que pesa sobre él.
No, Comandante, los traidores a la revolución no son los Huber Matos. Los traidores a la revolució son los que la han prostituido, volviéndola roja.
Por eso yo renuncio a mi puesto en este Ejército Rojo y a mi cargo como Segundo Jefe de la Zona O-22 "Ciro Redondo" de Desarrollo Agrario del I.N.R.A,
Por eso, y por los puntos que le paso a exponer:
1- Porque no quiero engañar al guajiro, diciéndole que va a haber reparto de tierra (como Ud. prometió en La Sierra Maestra y sigue prometiendo todavía), cuando sé, porque Ud. mismo lo dijo en la última reunión del INRA, que no se iba a dar tierra a nadie, que solo crearíamos cooperativas en tierras que serían del Estado, pero que el campesino no debía saberlo. ¿Por qué Ud. no es sincero con ese campesino que dio su vida por hacer libre a Cuba y que espera justicia?
2- Porque me niego a engañar al guajiro diciéndole que el día de mañana ellos serán los dueños y administradores de las cooperativas, sabiendo que Ud. personalmente nos ha dicho que el administrador ha de ser siempre el Estado y observando en la práctica que no hay la más leve intención de formar al guajiro para que ocupe el día de mañana esa administración.
Sea sincero con ese campesino, Comandante, dígale la verdad, dígale que va a seguir siendo jornalero, ahora del Estado y que no será propietario. Dígale además, que las ganancias de esa cooperativa van a ser limitadas.
3- Porque no quiero engañar al pueblo que cree que la Reforma Agraria está haciendo pequeños propietarios y que está estructurando Cooperativas.
Dígale la verdad, dígale que lo que Ud. ha hecho es volver jornalero del Estado al jornalero del terrateniente. Y ponga su nombre a esas Cooperativas falsas que Ud. hace llamar "Haciendas Comuneras". Y dígale sinceramente al pueblo, no tema, como se llama el régimen que hace ese tipo de "haciendas comuneras": "Régimen Comunista".
Se lo está diciendo, Comandante, quien ha hecho 34 de esas "haciendas comuneras", creyendo que de verdad iban a ser verdaderas cooperativas, en que el campesino iba a ser dueño de la tierra, y recibiría cursos de capacitación para administrar las cooperativas. ¿No se acuerda la cantidad de veces que Ud. dijo que nuestra zona era la primera de Cuba? ¿Y cuando la felicitó por televisión?
4- Porque no quiero engañar a los comerciantes y bodegueros y decirles que las "Tiendas del Pueblo" solo se harán en el campo y solo cobrarán un 10 % de ganancias, y que esto se hace para obligar a los demás comercios del campo a no cobrar un precio abusivo al infeliz campesino; cuando usted mismo ha dicho por sus propios labios en la última reunión del INRA, que con las tiendas del pueblo haríamos como en la guerra: que empezaríamos en el campo, y cuando el campo fuera nuestro, tomaríamos las ciudades. ¿ No se acuerda?
¿Tampoco se acuerda que nos dijo que cuando una bodega ofreciera resistencia poniendo las precios más bajos que nuestras "Tiendas", pusíeramos los precios por debajo del costo aunque perdíeramos? ¿No se acuerda que nos entregaron un folleto sobre tiendas del pueblo, y que el antiguo bolchevique universitario, hoy Capitán Núñez Jiménez aclaró que el folleto era "confidencial", pues si se daba a la publicidad ocasionaría una batalla contra todos los comerciantes y bodegueros?
Sea sincero con su pueblo, Comandante Castro, diga a todos que los comercios y bodegas pasarán a manos del estado o sucumbirán por la competencia del Estado, y dígales como se llama el régimen en que todos los negocios están en manos del Estado: Régimen Comunista.
5- Porque me niego a engañar a los industriales y a los que sueñan en invertir en industrias nuevas, diciéndoles que el gobierno estimulará la iniciativa industrial privada, habiendo oido de labios suyos el plan para fomentar industrias estatales de todo los tipos que producirán a más bajo costo que las privadas y obligarán a éstas a cerrar o a vender al Estado. Después de haber oido al Che Guevara decir que estuviéramos atentos a cualquier tipo de industria nueva que se quisiera poner para comunicárselo inmediatamente al INRA, pues no quería que cualquier particular se le adelantara al Estado. Después de oirle sugerir que el control del permiso para industrias nuevas debía pasar de Agricultura al INRA, para vigilar esto de más cerca.
Sea sincero con los industriales, Comandante Castro, dígales que más tarde o más temprano, sus industrias serán del Estado. Y dígale al pueblo, Comandante Castro, como se llama el Régimen donde las industrias son manejadas por el Estado: Régimen Comunista.
6- Porque me niego a presenciar el hambre que vendrá sobre Cuba por querer implantar esa comunización violenta con hombres ineptos aun para hacer esto.
Claro que comprendo que éste es el momento que Ud. espera, para con la justificación económica del caos, intervenir estatalmente toda la economía del país y cerrar con justificación y con broche de oro, este ciclo de conversión comunista de la isla de Cuba.
7- Porque he sido engañado, vilmente engañado, por los que me estimularon a luchar contra el comunismo en el seno de las Asociaciónes Campesinas , haciéndome cree que tenía el respaldo oficial si procedía con mano izquierda y con diplomacia.
Por creer eso, nos enfrentamos al conocido y mediocre líder comunista en Contramaestre y Mafo, Rodríguez Rivas, que fue enviado por el Capitán Antonio Pérez (Jefe del Buró Agrario del Ejército, organización comunista, aparentemente disuelta) a trabajar a Manzanillo entre los campesinos, porque en Manzanillo no lo conocían como comunista.
Por creer eso nos enfrentamos a esa otra organización comunista, que esconde sus intenciones bajo el nombre de uno de los mártires más puros de la revolución: "La Federación Provincial Campesina Frank País".
Y en respuesta a todos nuestros trabajos y sacrificios, y después de lo de Huber Matos, me entero de que el camarada Rivas ha sido nombrado en el I.N.R.A. de Manzanillo y se me ordena que disuelva los Comandos Rurales y se me "aconseja" que no ataque más al comunismo y que me haga "el de la vista gorda".
Yo sé que quien me dijo esto, me lo dijo por mi bien, y solo cumplía órdenes, pero yo sé retirarme a tiempo y no tengo la nobleza de Huber de esperar sentado a que me desprestigien, para ser conducido después a una prisión donde no podría ser útil a mi patria.
8- Porque me niego a seguir escuchando esas marchas de las milicias juveniles donde se inculca al niño un caudillismo estúpido y absurdo, esas marchas que oía por las noches en las calles de Manzanillo: Uno, dos, tres, cuatro, viva Fidel Castro Ruz.
9- Porque me niego a seguir tolerando que se inculque un adoctrinamiento marxista al Movimiento Revolucionario y a los nuevos maestros que suben a la Sierra.
10- Porque me niego a seguir pasando la vergüenza de que se escoja en el mismo pueblo donde yo repetía que este gobierno no era comunista, a una mujer comunista, que no hizo revolución, para asistir con Vilma Espín al Congreso Latinoamericano de Mujeres, y que se desprecie a tantas mujeres manzanilleras valiosas que arriesgaron sus vidas en pro de nuestra causa verde-olivo.
Por eso, Comandante, por eso y algo más que en su momento diré, presento MI RENUNCIA.
Pero no solo mi renuncia. Creo que ha llegado la hora de citar al honor y al decoro de todas las fuerzas sanas y revolucionarias del país, para ir sin vacilaciones y sin temores al rescate de nuestra Revolución, y de hacer esto, despreciando la ayuda y aun el contacto con los corrompidos del Régimen pasado y con los buitres de Ciudad Trujillo. Esta ha de ser una tarea nuestra.
Una tarea del pueblo sano, de los campesinos, de los obreros, de los universitarios que tenemos el orgullo de un José Antonio Echevarría que siempre tuvo una posición vertical frente a los rojos, de los soldados rebeldes, del pueblo en general, de este pueblo heroico que ha sabido escribir con sangre los pedazos más bellos de la historia de Cuba.
Creo que ha llegado el momento de hacer saltar de nuestras gargantas ese grito bendito y heroico que hirió los aires de la Sierra Maestra para lanzar a Cuba una promesa de un futuro glorioso.
Ese grito que sale de una montaña trágica de muertos. Ese grito que sale de los charcos de sangre derramados por una causa grande, cubana y distinta. Ese grito que sale de lágrimas y de huérfanos.
Ese grito que sale de sepulcros aun tibios. Ese grito que hará erguirse del suelo los cuerpos de los mártires, para clavar en los traidores rojos la mirada sin vida de sus cuencas vacías, y decirles: Revolución sí, pero comunismo no.
Ese grito patriótico y trágico de LIBERTAD... O MUERTE
Firmado: Primer Teniente Manuel F. Artime Buesa
2do. Jefe de la zona O-22 "Ciro redondo" del INRA. (Del archivo privado de Aldo Rosado-Tuero)
Fidel Castro traicionó los los acuerdos del Pacto de Caracas que le dió la responsabilidad de Jefe Militar de la oposición antibatistiana de las organizaciones que firmaron dicho pacto en 1958 Ese engaño y traición lo manifestó Fidel Castro aún después del triunfo del 1 de enero de 1959. En los primeros minutos del siguiente video se ve y oye al propio Fidel Castro durante la lucha insurreccional en la Sierra Maestra contra el régimen de Batista diciendo que no es comunista ni marxista y que su filosofía política es una democracia representativa con justicia social en una economía bien planificada.
(Ocean Sur, USA, 2007)
[1]Carlos Franqui, “Diario de la revolución cubana”. (Ediciones R. Torres, Barcelona, 1976)
Etiquetas: cuba, fidel castro, Raúl Castro, revolución cubana, traidor
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