Los nietos del Che. Miguel Sales Figueroa con un texto breve sobre las protestas en Cuba
AmericaTeVeCanal41
Julio 30, 2021
¿Que hay detrás de la muerte de generales en Cuba?
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Por Miguel Sales Figueroa
31 de julio 2021
La gramática de la lengua española no explica todo lo que ocurre actualmente en Cuba, pero ayuda a entenderlo.
Por ejemplo, en alguna ocasión he escrito que Miguel Díaz-Canel es una sinécdoque. La sinécdoque es una figura retórica en la que se designa la parte por el todo o el todo por la parte. El nombre de Díaz-Canel (la parte) resume y sirve para designar al gobierno y al régimen de la Isla (el todo), aunque en realidad su representatividad sea muy endeble.
Los lemas que coreaban los manifestantes del 11 de julio, de marcado tono sexual, iban dirigidos contra el sistema (¡Policía, pinga!) y contra el presidente (¡Díaz-Canel, singao!). Tanto al orondo mandatario como a alguno de sus voceros (Aleida Guevara, entre otros), les molestó el carácter “vulgar” del repertorio callejero. Algo así ocurrió hace varios años, cuando el rockero Gorky Ávila estrenó aquella inolvidable canción dedicada al Moringuero en Jefe, cuyo estribillo repetía “no coma tanta pinga, Comandante”.
Sentirse injuriado por esas invectivas populares es tomar el rábano por las hojas. Son metáforas del afán liberal que no admiten una interpretación literal. Díaz-Canel no debería enfadarse. Cuando lo llaman singao, nadie alude a su virginidad anal, en sentido recto, sino a su condición de mentiroso y mala persona, en sentido figurado. Si en vez de realizar una carrera política trepando entre las mieles y los algodones del PCC, el nuevo presidente hubiera pasado unos meses en el embere mayor -que es donde se han forjado siempre los dirigentes cubanos, desde José Martí hasta el más joven de los líderes opositores que hoy comen harina con gorgojos en el Combinado del Este- comprendería fácilmente el carácter metafórico de las nuevas consignas.
En cuanto al buen o mal gusto de los lemas, cabe subrayar una evidencia que haría sonrojar a Pero Grullo: son los hijos y nietos del régimen de 1959 quienes los han concebido y promulgado, enfrentándose el 11 de julio a las porras de la policía política y los garrotes de las escuadras de sicarios que allí llaman “brigadas de respuesta rápida”. Toda la instrucción, todo el adoctrinamiento y toda la educación familiar que han recibido, es producto del sistema socialista. Son aquellos niños que durante años tuvieron que jurar “Pioneros por el comunismo, seremos como el Che”, en la ridícula ceremonia matutina de la escuela. (Ya por entonces, algunos con precoz vocación anexionista apostillaban: “asmáticos”).
Aleida Guevara calificó a esos jóvenes de “marginales” y “gente de baja calaña”. El gesto exquisito de la hija del carnicero de La Cabaña recuerda a los mohines de disgusto de las marquesas que en 1789 veían pasar bajo las ventanas de sus palacios a los sans-culottes, que desfilaban por París cantando, con las cabezas de los nobles degollados ensartadas en la punta de una pica. Ella mejor que nadie debería de saber que las revoluciones se hacen con esos ingredientes: sangre, violencia y grosería. Y si todavía no se ha enterado, le sugiero que lea la correspondencia de su difunto padre, que es una esclarecedora gramática del crimen político.
Etiquetas: 11-J, 11J, castrismo, Castro, cuba, Diaz Canel, dictadura, levantamiento, manifestaciones, protestas, SOS Cuba
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