sábado, octubre 09, 2021

Jorge Luis González Suárez: La última página del diario de Carlos Manuel de Céspedes. El diario de un ardido por su remoción como Presidente de la República en Armas por autoritario


Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

El General de Brigada Julio Sanguily Garrite  y el Coronel del Ejército Libertador, gran tribuno, Senador y Secretario de Estado  Manuel Sanguily Garrite  en la República nacida el 20 de mayo de 1902 eran  HERMANOS..

El jefe de la conspiración para el levantamiento en armas  en 1868 era Francisco Vicente Aguilera; el levantamiento se había pospuesto dos o tres veces esperando, entre otros argumentos, para  vender el azúcar de la zafra y tener dinero para la guerra. Carlos Manuel de Céspedes y López del Castillo había dilapidado su fortuna en viajes y vida suntuosa y  el pequeño ingenio de la Demajagua que había comprado con su hermano estaba hipotecado y la  dotación de esclavos era solamente de una decena si mal no recuerdo. No se ha encontrado evidencias de que iba a ser apresado por motivos políticos ni tampoco el supuesto  telegrama para su detención  por el cual  su sobrino, Ismael Céspedes,  que trabajaba en el telégrafo le avisó de su supuesta detención. De los otros conspiradores no hay noticias semejantes.

Carlos Manuel de Céspedes en sus 5 ó 6 años  como Presidente de la República de Armas  actuó de manera autoritaria y son conocidos  sus discrepancias con el civilista Ignacio Agramonte y Loynaz, al que José Martí llamó ¨diamante con alma de beso¨y ¨la azucena de la Revolución ¨por su actuar sin máculas. y llegó a  expresar: “De Céspedes el ímpetu, y de Agramonte la virtud”.


Quizás la más notoria de todas las reacciones en contra de Céspedes, la hizo el General Ignacio Agramonte, primo de Ana de Quesada, quien se declaró abiertamente enemigo de Céspedes, escribiéndole una carta a la Cámara el día 26 de Abril de 1870 en la que incitaba a deponer al Presidente.

(Ignacio Agramonte y Loynaz)


A continuación fragmentos de esa carta:

«… ¿Hasta dónde nos llevarán las contemplaciones y la falta de energía de la Cámara de Representantes? ¿Hasta cuándo aparecerá impasible ante tantos abusos? ¿Esperará que Carlos Manuel y sus Secuaces arruinen el país, para proceder con energía?

No parece sino que se quiere acabar con el Camagüey para poder decir luego neciamente, cuando se le haya reducido a la impotencia, que no hace nada, que el enemigo se pasea impunemente en su territorio; y en tanto sus Representantes que conocen el mal, que lo palpan como yo, y como todos, sufren y callan por contemplaciones que se avienen mal con la marcha firme y enérgica que exige toda revolución y la conciencia de todo buen patriota.

Piensen, amigos míos, que contraen responsabilidades ante los hermanos cuya confianza tienen, ante su conciencia y ante la Historia, los Representantes del Camagüey que permiten se les sacrifique en aras de celos mezquinos y de un encono injustificable; y de una vez pongan coto á esa explotación y á esa devastación inmotivada que amenazan hundir el país y la Revolución»

De V. V. de corazón. — Ignacio Agramonte y Loynaz.
Quemado de Cubilas, Mayo 21 de 1870


Al final del diario de Carlos Manuel de Céspedes hay un escrito,  con otra letra diferente, que dice que un negro que había sido esclavo o sirviente  de Salvador Cisneros Betancourt, Marqués de Santa Lucía (1828-1914) ya entonces Presidente de la República en Armas se había presentado ante el batallón español de San Quintín para delatar  donde estaba Carlos Manuel Céspedes; conocida su ubicación  fueron y persiguieron a Céspedes el cual fue muerto por  el cubano Brígido Verdecia.

Se cree que Salvador Cisneros Betancourt se había negado a ofrecerle a Céspedes permiso para salir al exterior, donde estaba su familia (su segunda esposa Ana de Quesada, su hija y su hijo) porque Céspedes  cuando era Presidente de la República le había negado el permiso de salida del país al abogado, periodista y Mayor General Francisco Maceo Osorio, el cual había pedido ese permiso por su enfermedad para recuperarse en el extranjero. Maceo Osorio (quién había sido amigo de Céspedes tuvo posteriormente grandes diferencias con Céspedes) quien era muy amigo de Salvador Cisneros Betancourt,  muere de esa enfermedad el 16 de noviembre de  1873. Poco tiempo antes de la muerte de Céspedes, Salvador  Cisneros Betancourt le había retirado  la guardia personal a Céspedes, el cual muere muy pocos meses  después que Maceo Osorio el 27 de febrero de 1874.

Zoé Valdés fue la que transcribió  el diario de Carlos Manuel de Céspedes cuando ella trabajaba  con Eusebio Leal, el cual ignoró su trabajo al publicar el diario. La siguiente foto es ella trabajando con una gran lupa para hacer la transcripción.


**************
Tomado de https://s3.eu-central-1.amazonaws.com/

La última página del diario de Carlos Manuel de Céspedes

********

El diario del Padre de la Patria, con sus acres comentarios que contradicen las versiones de la historiografía oficial, es otra muestra de que la historia de Cuba tiene muchas lagunas

******** 

Por Jorge Luis González Suárez

7 de octubre de 2021

LA HABANA, Cuba. ─ El historiador de La Habana Eusebio Leal Spengler publicó en 1992 un documento histórico trascendental: “El Diario Perdido” de Carlos Manuel de Céspedes (Editorial Ciencias Sociales).

Es interesante la historia de cómo ese texto llegó a nuestros días. Al morir Céspedes en la finca San Lorenzo el 27 de febrero de 1874 el diario fue tomado por los españoles como trofeo de guerra. El brigadier Julio Sanguily lo compró a las autoridades españolas y pasó después a manos de su hijo Manuel Sanguily. Este, a su vez, legó a su hijo el manuscrito. A su muerte lo heredó su esposa, Sarah Cuervo.

El documento llegó posteriormente a manos de José de la Luz León, diplomático y periodista, quien lo tuvo en su poder hasta su fallecimiento en La Habana el 5 de junio de 1981. Su viuda, Alice Dana, por orden expresa del difunto,  entregó en sobre cerrado el manuscrito a Eusebio Leal. En el exterior del sobre, estaba escrito: “Estos papeles son de mi patria”.

La última etapa del diario abarca desde el 25 de julio de 1873 hasta el 27 de febrero de 1874, día de la muerte de Céspedes. Recoge las anotaciones que hizo Céspedes después de ser sustituido como Presidente de la República en Armas.

En la última hoja del diario, Céspedes hace fuertes críticas a varios patriotas de la época.

Sobre Tomás Estrada Palma dijo: “Era tan inmoral en sus costumbres privadas como hipócrita en sus manifestaciones públicas. Después de exigir en las mujeres una pureza ideal, seducía y hacía madres a las hijas de sus mayorales y por último lo hizo con una joven de buena familia que vivía en la casa de él en compañía de su anciana madre”

Sobre Salvador Cisneros Betancourt, marqués de Santa Lucía, escribió: “El Marqués tenía en Camagüey pésima opinión. Ignorante, arruinado, petardista, vicioso, puerco, no gozaba de más consideraciones que las que le dada su título”. Y agrega: “Después se ha distinguido por su crasa ignorancia, bajeza de miras y solapada ambición personal”.

Comentó sobre Luis Victoriano Betancourt: “No se ocupaba de sus funciones en la Cámara desde 1870, nunca ha tenido opinión propia, siempre ha sido eco de otros…”.

De Eduardo Machado comentó: “Se distingue por su miedo a los españoles… De poco ha servido en la revolución, pues la mayor parte del tiempo la ha pasado en los ranchos, huyendo y consumiendo los recursos de las familias”.

De Juan Spotorno afirmó: “Teniendo de quien hablar mal está satisfecho. Ligero, imprudente, ignorante de los negocios públicos y poco amigo de hallarse en contacto con el soldado no obstante de ser un coronel del ejército, tiene todas las malas cualidades de los hombres que hablan con dos voces y harán de él lo demás todo lo que quieran siempre que le arrojen alguna presa en que hincar el diente.”

La página final concluye: “Abrazando en conjunto a todos estos legisladores, concluiré asegurando que ninguno sabe lo que es la Ley”.

Los demoledores comentarios escritos por Carlos Manuel de Céspedes en sus horas finales son verdaderamente inquietantes.

Resulta llamativa en especial su mala opinión sobre Tomás Estrada Palma, quien sería, en la guerra de 1895, hombre de confianza de José Martí, su sustituto al frente del Partido Revolucionario Cubano y el primer presidente de la República.

De ser ciertos los cuestionamientos que hace Céspedes, demuestran a las claras la desunión y las rencillas que había entre algunos de los principales jefes de  la Guerra de los Diez Años, a la postre factor esencial  del fracaso de la contienda iniciada el 10 de octubre de 1868 y que terminó en 1878.

¿Por qué tanto rencor entre los que luchaban  por la independencia? ¿Serían solamente casos aislados?

El diario del Padre de la Patria, con sus acres comentarios que contradicen las versiones de la historiografía oficial, es otra muestra de que la historia de Cuba tiene muchas lagunas. Habrá que reescribirla, sin censuras, en una patria libre y democrática para conocer la realidad.

**************

Etiquetas: , , , , , , , , ,