Esteban Fernandez: El Paraiso Perdido. Julio M. Shiling: Fue una gran república
EL PARAISO PERDIDO
Por Esteban Fernandez
26 de diciembre 2021
Éramos felices y no lo sabíamos, vivíamos en un vergel y no nos percatábamos de eso, solo peleabamos entre Almendaristas y Habanistas.
No estábamos conformes con nada, hasta si le subían unos centavos al pasaje de las guaguas unos jóvenes revoltosos bajaban las escalinatas de la Universidad protestaban y hasta quemaban algunas.
No agradecíamos -y tal parecía que ni cuenta nos dábamos- que teníamos una de las clases medias más grande del planeta. ¿Quiénes sabíamos que nuestro peso estaba a la altura del dólar? Nunca escuché decir eso.
Los emigrantes eran muy pocos y los inmigrantes muchos. Jamás escuchamos loas a la libertad de prensa y al derecho de críticas de absolutamente todos nuestros gobernantes…
Lo teníamos todo, playas bellas, el cielo mas azul del planeta, la tierra más fértil, pero nos quejábamos de todo, llamábamos ladrones a todos los políticos, sin embargo, cuando algunos salían pobres de los cargos públicos decíamos: “¡Que tonto fue por no haber robado!” Todavía hoy se utilizan nuestros defectos como justificación al castrismo.
Se hablaba de discriminación racial cuando en la vida cotidiana todos considerábamos a los negros, a los blancos, a los mulatos y hasta los chinos aplatanados nuestros amigos y hermanos.
Había mil errores, corrupción, sectores y zonas donde había pobreza, muchos odiaban el golpe de estado de Batista y en nuestras mentes convertíamos en millones nuestros defectos. Mirábamos las manchas del sol sin agradecer su brillantes.
Unos perversos malandrines, bribones, asesinos, delincuentes comunes, fueron vistos como nuestros salvadores, al cabecilla de ellos como un José Martí, y hasta como un resucitado Jesucristo. Algunos se alejaron de Dios aceptando de buena gana que su puesto lo ocupara un Satanás nacido en Birán.
Y un primero de enero, hace exactamente 63 años, a la Isla bella y prospera le cayó encima una bomba atómica muchos mas catastrófica que la de Hiroshima, un millón de terremotos y huracanes, una plaga muchísimo peor que las de Egipto, un virus mucho mas devastador que el Corona… Y la mayoría tuvo la estupidez de aplaudir y recibir como héroes a los enviados del Diablo…
De una punta a la otra la tierra fue anegada con la sangre de compatriotas, la prosperidad fue aniquilada, y descubrimos que hasta de abajo de las piedras salían envidiosos, criminales y delatores.
La capital ayer iluminada y bella parece que fue bombardeada, lo mejor de la nación fue encarcelada, a veces hasta por “el grave delito” de ser religiosos…
Un par de tipejos -apoyados por el populacho- que debieron haber sido abortados por su madre, acabaron con la quinta y con los mangos …
Con tantos países que existen en el orbe terrestre nos tocó a nosotros el mayor de los castigos. No es justo. Y lo triste es que todavía no nos ponemos de acuerdo para barrer del mapa a las alimañas que han pulverizado a nuestro país.
Y 63 años más tarde, a 90 millas de sus costas, algunos nos quieren hasta quitar el derecho de exponer nuestra nostalgia y de recordar con amor el paraíso perdido.
No busquemos mas excusas, la culpa de todo la tuvo un monstruo, nuestra ignorancia, la envidia y maldad de muchos y sobre todo los que hoy siguen apoyando y participando en la barbarie.
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Nota del Bloguista de Baracutey Cubano
En el libro La verdadera República de Cuba, escrito por el Dr. Andrés Cao Mendiguren, uno de los mejores libros sobre la república cubana (1902-1958 ) que se ha escrito (quizás el mejor de los que he leido en mi vida), incluyendo la monumental obra en 10 tomos Historia de la Nación Cubana, aunque este último incluye el período colonial y llega hasta el año 1952, se lee:
¨Cabe decir que aquellos pensamientos de 1913 expresaban una realidad porque esa nación se alcanzó muy pronto en décadas posteriores, aunque en 1959 fue demolida por los que usurparon el poder, y ha sido vilipendeada por una oleada de intelectuales comprometidos o mediocres. El testimonio de ello es que Cuba ocupaba las primeras posiciones en todos los renglones de los anuarios de las Naciones Unidas para la América Latina. Y hay que reconocer que estos logros tan destacados no se hubieran podido conseguir si nuestros gobernantes, y a pesar de sus errores, no hubieran tenido interés y acierto para resolver los problemas de la sociedad cubana, si nuestros legisladores no nos hubieran dado una legislación avanzada y moderna, o si el pueblo cubano no hubiera estudiado y trabajado para superarse. El pueblo cubano era exigente y siempre aspiraba a lo mejor, pero tenemos que acusarnos de un pecado, y es que cuando no lo lográbamos plenamente, en vez de analizar los fallos y aplaudir lo logrado, prodigábamos una crítica irresponsable.¨ (Cao, 2008, p. 87)
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Realpolitik commented on "Esteban Fernandez: El Paraiso Perdido. Julio M. Shiling: Fue una gran república"
6 mins ago
He llegado a pensar que a Cuba le fue tan bien que su dicha, en vez de propiciar agradecimiento y satisfacción, dió lugar a ambición, codicia y envidia, y la envidia sobre todo fue fatal. No queda duda de que muchos cubanos ni apreciaban lo que tenían ni lo merecían, y acabaron derrumbando su propia casa y las del resto del país, a cambio de ruinas envenenadas. De cierto modo, fue un "error" imperdonable, o tan serio que hubo que pagar un precio altísimo, y todavía se sigue pagando.
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Tomado de https://patriademarti.com/
Fue una gran república
Por Julio M. Shiling
20 de mayo, 2021
Fue una gran república. El comunismo en Cuba, igual que en otros países que han padecido (o padecen) semejante mal, urgió de un régimen totalitario para fundamentar su incrustación. Factores cruciales para concretar exitosamente ese empeño, han sido la mecanización sistemática del terror estatal, un esquema de premiación/castigo para provocar la sumisión y la promulgación y el reforzamiento de la contracultura. Este último elemento estratégico del proyecto comunista cubano consiste de la tergiversación metódica de la realidad y los hechos, por medio de la manipulación de la cultura, que es como las sociedades perciben el mundo material. Esta maquinación busca alinear la percepción de la substantividad cotidiana de los cubanos, con los objetivos ideológicos y dictatoriales, para así facilitar el control social. Como punta de lanza, esta imposición cultural artificial ha conllevado a que, con consistencia invariable, el poder político haya confeccionado la adulteración del pasado, la ocultación del presente y el engaño sobre el futuro.
Nuestros próceres han sido difamados. Los crímenes de lesa humanidad cometidos han sido negados descaradamente. La historia cubana entera, tal como la ha propagado el castrocomunismo y sus papagayos, ha padecido de una campaña de embaucamiento intensivo. La república que surgió aquel 20 de mayo hace 116 años y que según la mistificación castrista, ellos mataron el 1 de enero de 1959, ha soportado el mayor vilipendió en su guerra deconstructiva sucia. Sin embargo, los hechos son maestros en la obstinación.
Cuba republicana, como todo ensayo político, tuvo sus luces y sus sombras y fue parte de un proceso en evolución constructivo, que el régimen de los Castro frustró. Cuba de 1902 a 1958, dejó grabado fidedignamente para cualquiera que quisiera indagar, analizar y formular un juicio crítico y equilibrado, su record como república liberal. Es cierto que las cifras no revelan en cualquier análisis la complejidad integradora del caso en punto, pero no es menos cierto que las ciencias sociales sin pretender describirlo todo, emplean índices y establecen estándares por alguna razón. Éstos nos permiten examinar datos y figurar parámetros de comparación. El castrismo con los índices ha sido un experto en la prestidigitación calculada, ese arte que busca engañar al espectador, utilizando las manos y otros trucos. Dicho sea de paso, que esos mismos índices o sus equivalentes, son los que nos muestran la información que abajo aparece.
Algunos de los logros en la salud de la República de Cuba eran laudables. En 1957, Cuba gozaba de una tasa de mortalidad infantil más baja que Francia, Bélgica, Austria, Japón e Italia. Hoy todos esos países tienen índices en este campo que superan a Cuba. En cuanto a médicos per cápita, Cuba republicana tenía más galenos por cada mil habitantes en la década de los 1950’s que el Reino Unido, Finlandia, Noruega, Suecia, Irlanda y España y estaba emparejada con los Países Bajos. En cuanto a la expectativa de vida humana en años, en esa misma década, los cubanos vivían más que los costarricenses, los chilenos, los surcoreanos y los portugueses. Hoy todos los ciudadanos de estas naciones viven igual o más que los cubanos. Por un país en “subdesarrollo”, Cuba pre comunista superaba a muchos de los galardonados hoy en la élite del primer mundo. ¿A qué mundo llevaron los castristas a Cuba?
El campo de la educación, brotan semejante resultados y es víctima de la misma gesta timadora. El argumento del castrocomunismo en cuanto a sus alardeados “avances” en la educación, depende de la ignorancia de su receptor. En otras palabras, la dictadura busca limitar el análisis de las cifras, a un fenómeno estático y aislado y no uno comparativo y dinámico. El experimento comunista cubano heredo un país alfabetizado en casi un 80% de su población. Progreso de la proporción que alude la propaganda castrista, lo tuvieron países como El Salvador, Perú, Brasil, Bolivia y República Dominicana (entre muchos otros). En 1950, El Salvador tiene un nivel de alfabetización de menos del 40%. Hoy cerca del 90% de los salvadoreños pueden leer y escribir. Los dominicanos estaban en la misma situación y hoy 92% de sus ciudadanos están alfabetizados. Ambos casos más que duplicaron los porcentajes en los índices de alfabetización. Brasil y Perú, con un 50% de alfabetizados en 1950, han alcanzado respectivamente hoy, el 93% y el 95%. ¿Por qué no se habla de los grandes logros de estos países? ¡Todos ellos lo lograron sin tener que sufrir 58 años de un régimen totalitario!
En cuanto a la relación entre la remuneración a la sociedad y la suma de lo que produce el país en bienes y servicios y llamado el producto interno bruto (“PIB”), Cuba estaba, en 1956, en el cuarto lugar del mundo con el 64% del PIB cubano empleándose como remuneración a los trabajadores cubanos. Hoy en Cuba ese por ciento es del 37%. ¡Esto representa un decrecimiento de un 42%! En términos del PIB per cápita (en relación al número de personas), Cuba gozaba del puesto número 15 en la escala mundial en 1957 en ingreso. En el 2010, la dictadura castrista colocó a Cuba en el número 29. Lo que hemos visto es un crecimiento negativo, en prácticamente todas las clasificaciones medibles, cuando se toma en cuenta el tiempo transcurrido y se hace una comparación dinámica y relativa.
En la política, el resumen es aún más claro. En los 56 años de la Cuba republicana, hubo 16 individuos que ocuparon la presidencia, de partidos políticos diferentes y en gran parte, participando en elecciones competitivas. Podemos señalar entre 1902 y 1958, 11 años de gobernanza cubana de corte autoritario. Esto significa que a pesar, incluso, de los 2 años de gobierno extranjero producto de la segunda intervención norteamericana (gran error de los políticos criollos), las libertades civiles y políticas fueron la regla y no la excepción. Esto es un contraste magnánimo con los 62 años de absolutismo totalitario, dinástico, oligárquico y militar, de Cuba comunista.
Por eso cada 20 de Mayo, cada cubano, viviendo en libertad o en despotismo, debe de celebrar el Día de la Independencia de Cuba. ¿Qué Cuba republicana tuvo defectos? Claro que sí. Igual que absolutamente toda república liberal en la historia, sin excepción. El ensayo democrático es un proceso evolutivo de perfeccionamiento continuo. ¡Cuán fatídico resultó el experimento comunista que comenzó aquel 1 de enero de 1959! Ahí paró el avance. Cuba fue, sin duda, una gran república.
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El Dr. Jorge Salazar Carrillo, profesor titular de economía de FIU sobre el gran desarrollo económico de Cuba en el siglo XX antes de Castro
Etiquetas: avances, cuba, economía, Esteban Fernández, Jorge Salazar Carrillo, paraiso, perdido, República, Shiling, sociales, sociedad
1 Comments:
He llegado a pensar que a Cuba le fue tan bien que su dicha, en vez de propiciar agradecimiento y satisfacción, dió lugar a ambición, codicia y envidia, y la envidia sobre todo fue fatal. No queda duda de que muchos cubanos ni apreciaban lo que tenían ni lo merecían, y acabaron derrumbando su propia casa y las del resto del país, a cambio de ruinas envenenadas. De cierto modo, fue un "error" imperdonable, o tan serio que hubo que pagar un precio altísimo, y todavía se sigue pagando.
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