Vicente Morín Aguado desde Cuba: Un millón de firmas para Maykel Osorbo, que lo están matando en una cárcel de Cuba
Un millón de firmas para Maykel Osorbo, que lo están matando en una cárcel de Cuba
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Un rapero cuyo nombre artístico es Maykel Osorbo ha reiterado la negativa a abandonar su país natal, muere en prisión desde hace 8 meses
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Maykel Osorbo
Por Vicente Morín Aguado
La Habana
19/01/2022
Esta es la historia de dos cubanos encarcelados, ambos clamando justicia, con la marcada diferencia de que la suerte de cada uno está signada por el país donde fue apresado: Maykel en su patria, Cuba, y Rogel ha escapado al país vecino, 90 millas al norte del suyo.
Jared Polis, gobernador de Colorado, conmutó una sentencia de 110 años de prisión, reduciéndola a diez, contra el camionero Rogel Aguilera, al considerar que el dictamen del juez, apegado estrictamente a la ley, era, sin embargo, “atípico y excesivo”, según le escribiera Polis personalmente al convicto.
Un rapero cuyo nombre artístico es Maykel Osorbo ha reiterado la negativa a abandonar su país natal, muere en prisión desde hace 8 meses, con numerosos obstáculos al normal ejercicio de su defensa, amenazados sus familiares hasta de perder el mínimo permiso de una visita cada 45 días, supeditada al comportamiento de los implicados respecto a sus opiniones sobre los derechos humanos en el país donde nacieron.
El problema de cómo funciona la ley y el sagrado respeto a los derechos de cada persona, dados en la individualidad característica del ser humano, es tal vez la confrontación más importante que, oculta tras los discursos políticos, existe hoy entre los dos países.
Rogel tiene 23 años, cometió graves faltas al conducir, contribuyendo involuntariamente a la muerte de 4 personas, heridas a otras diez y considerables daños materiales. Su caso fue magnificado, en justa reivindicación, mediante una internet libre en un país donde los medios de difusión están fuera del control del estado, ajenos a los dictámenes de un partido político único permitido y gobernante.
Ocurrió un fenómeno sociológico digno de valorar, las redes sociales juntaron casi 5 millones de firmas en unos meses, exigiendo conmutar la tan desproporcionada decisión legal. La causa contó con varias celebridades a su favor, entre ellas a dos bellísimas damas, Shakira y la Kardashian, ¿sabrán ellas de Maikel?
Voy a contarles por qué están matando en la tristemente conocida prisión de “5 y ½” —La Guayana de Papillon a la criolla— en Pinar del Río a este negro cubano, y ojalá se sumen a mi petición de firmas los millones de luchadores contra la discriminación de los afrodescendientes, entre ellos los muy activos de Black Lives Matter, sumando las celebridades que apoyaron la justa demanda del infortunado chofer con remolques.
Maikel vivía en el muy pobre barrio de San Isidro en la muy turística Habana Vieja. Antes del Coronavirus los visitantes solían pasearse por la calle que da nombre al barrio, soltando algún que otro dólar a los vecinos, hospitalarios como es costumbre nacional.
Sucedió que los pobres de San Isidro, influenciados “subversivamente” —dice el gobierno-— por artistas de allí mismo, entre ellos el rapero Maikel y el performancista, negro también, Luis Manuel Otero, comenzaron a cuestionarse por qué el reino de prosperidad prometido durante décadas por el barbudo comandante no acababa de tocarles a la puerta, y si la policía cada vez que opinaban en contra del gobierno.
Surgió el Movimiento San Isidro, MSI, de entrada, protestando por un decreto ley que regulaba, hasta en sus propias viviendas, la tenencia y exposición de obras de arte. Luis Manuel salió a la calle, en performance, vestido con una bandera cubana, delito según el sistema judicial en boga, siendo llevado a prisión decenas de veces. Ahora mismo corre peligro de muerte entre las rejas.
Maikel por su parte, el 4 de abril se resistió a uno de los continuados arrestos aplicados a su persona, sin orden judicial, sin cargos en su contra. Ese día, con la fuerza de su puño derecho rompió la esposa que le apresaba, en tanto los vecinos le apoyaron, impidiendo que una pandilla de policías terminara arrestándolo. La fotografía de “El Osorbo”, casi una mala palabra en la lengua yoruba de los antiguos esclavos, puño en alto, rota la cadena policiaca, se convirtió en símbolo libertario, denuncia incontestable de una dictadura.
Luis Manuel recibió recientemente el reconocimiento de la revista Time entre las 100 personalidades más influyentes de 2021 y Maikel grabó desde su patria, en plena clandestinidad, fragmentos del video antológico de “Patria y Vida”, la dos veces premiada canción del año dentro de los Grammys latinos.
En Cuba es delito punible, sentenciado con penas de prisión, salir a la calle cantando Patria y Vida, claro rechazo a la sexagenaria consigna de Patria o Muerte, exigida a todo el pueblo cubano por el máximo líder desde que proclamara el socialismo.
Maykel Osorbo está padeciendo raros síntomas cutáneos de una enfermedad totalmente ajena a su condición física antes de su actual encarcelamiento.
Maykel no ha causado daño físico o material a persona alguna en su país, ya se sabe de sus delitos, según se entiende la justicia en Cuba.
El empleo de malas prácticas médicas, causando hasta el asesinato de opositores al castrismo, está bien documentado. Una publicación reciente del Cuban Studies Institute, aborda este tenebroso asunto.
Un millar de cubanos están hoy encarcelados, sentenciados o esperando condenas, la venganza de los represores para los que han desafiado un “orden” presentado ante el mundo como ejemplo de armonía entre el pueblo y sus líderes, ha llegado al punto de condenar a adolescentes menores de 18 años, que están pagando entre rejas su amor a la libertad, desacreditando la validez del adoctrinamiento comunista.
Cada firma es un acto de dignidad humana, quebrando las esposas de la dictadura.
© cubaencuentro.com
Etiquetas: 11J.11-J, cárcel. firma, cuba, Maykel Osorbo, prisi pm, rapero, un millón
1 Comments:
Ah, pero esta vida, aunque es de un hombre de color, no importa. Pregunten a la gente de Black Lives Matter. Es tanta la hipocresía y la miseria humana, tanta.
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