Uva de Aragón sobre la Asamblea Constituyente de 1940 (I PARTE). Gobierno de Fulgencio Batista 1940-1944
No he encontrado la segunda parte del artículo de Uva de Aragón.
Al triunfar la Revolución, Fidel Castro, después de muy poco tiempo, tenía especial interés en que Ramón Grau San Martín se fuera de Cuba y le enviaba personas para que lo convencieran; Grau se negó a irse de Cuba. Según un vecino que vivía cerca de la casa de Grau ubicada cerca de las esquinas de las calles 5ta y 14 en Miramar, La Habana ( cerca de donde estuvo la jefatura del G-2 y donde hoy radica el museo de la Seguridad del Estado), Grau murió casi en la miseria y hasta tuvo que dar un par de zapatos suyos para que vistieran a Grau. Este vecino, que era médico, contaba como Grau murió en la instalación hospitalaria en que él trabajaba y que cuando introdujeron el cadáver en el elevador, un estudiante para hacerse el ¨gracioso¨propuso usar el cadáver para las clases de anatomia; este vecino le llamó la atención. El régimen no quería permitir que Grau fuera tendido con la bandera cubana encima de su ataud, pero personas amigas de Grau insistieron y pudo ser tendido con la bandera cubana. La casa de Grau fue agujereada por personal de la Seguridad del Estado en varios lugares tratando de encontar las riquezas que supuestamente Grau había robado y escondido; no encontraron nada.
En los artículos posteados se leen grandes gestos de Batista y de Grau San Martín respecto a conspiradores que deseaban quitarlos del Poder político. ¿ No ven los lectores alguna diferencia con el actuar de los Castro ?
Hay una anécdota escrita en un libro donde se narra que en plena lucha antiBatistiana, se oye sonar el teléfono en la casa de Grau y la madre de ¨Polita¨ Grau ( ¨Polita¨ era sobrina de Grau, y en esos días ya había pasado de su juventud) toma el teléfono y al preguntar quién llamaba, le responde Batista y después de los saludos de cortesía, Batista le dice que quería hablar sobre ¨Polita¨, pues cada vez que el Coronel Esteban Ventura Novo seguía una pista de conspiraciones y acciones subversivas, estas llegaban hasta ¨Polita¨ y que ya él, Batista, no sabía qué hacer para impedir de que Ventura actuara. Batista añadió que de ocurrir algo no sabría cómo mirar al ¨Doctor¨, pues así era como Batista llamaba a Grau.
Tomado de http://www.vitral.org/
De la Constituyente a la Jornada Gloriosa
Fulgencio Batista y Ramón Grau San Martín, las dos figuras que surgieron con mayor fuerza de la Revolución del 33, se enfrentaron en las urnas el 14 de julio de 1940.
Ganó el primero. El criterio más difundido es que no faltaron fraudes. Posiblemente no eran necesarios. La nueva Constitución no entraba en vigor hasta el 10 de octubre y los comicios se llevaron a cabo bajo la ley electoral Gutiérrez. El voto no era directo, sino preferencial. El coronel, que había construido hábilmente una coalición política, tenía una amplia ventaja.
Batista se supo rodear de personalidades de gran talento, como Gustavo Cuervo Rubio, Carlos Saladrigas, José Manuel Cortina, Víctor Vega Ceballos, Juan J. Remos, Aurelio Fernández Concheso, Ramon Vasconcelos, Amadeo López Castro, Jorge García Montes y María Gómez Carbonell, nombrada ministra sin cartera en 1942, la primera mujer que aparece en un gabinete presidencial. Pero los constantes cambios en sus gabinetes impidieron una labor provechosa en los ministerios.
Entre los aspectos positivos de estos años, pueden destacarse: fortalecimiento de la autonomía universitaria, desmilitarización de los institutos tecnológicos, promulgación de la Ley de Maternidad Obrera, creación de la Caja del Retiro Azucarero y establecimiento del voto directo. Entre los negativos: la violencia política que no cesó; la intervención excesiva del Presidente en la política, que especialmente al principio de su mandato parecía olvidar que ya no regía el sistema presidencialista; y la corrupción administrativa, que lejos de frenarse, aumentó.
Algunos factores externos, principalmente la Segunda Guerra Mundial, tuvieron gran efecto en la Isla. En los primeros años, la economía sufrió grandemente y escasearon productos básicos. Posteriormente, el aumento de las zafras, hizo posible la recuperación económica. Cuba, por razones históricas y geográficas, se colocó del lado de los Aliados. Hoy en día, sin embargo, asombran algunas de las medidas que se tomaron entonces. Por ejemplo, Cuba declaró la guerra a Japón, Alemania e Italia y se arrestaron miles de ciudadanos de estos países. Los cubanos sufrieron la pérdida de los navíos “Santiago de Cuba”, “Manzanillo” y “Libertad” y las vidas de sus sesenta y dos tripulantes; a su vez, hundieron un submarino alemán y ejecutaron por espía al alemán Henri Augusto Luning.
El conflicto bélico estimuló la creación de nuevas industrias de guerra que favorecieron la economía. Otras condiciones, como la regulación de abastecimientos y precios, ofrecieron nuevos márgenes para el peculado. El sargento que había empezado en el ejército como taquígrafo, salió de la Presidencia millonario.
Batista colaboró con los comunistas, al punto de llevarlos al gabinete y permitir que dominaran organismos laborales, como la Confederación de Trabajadores de Cuba, donde tenían un considerable respaldo de las masas desde su creación en 1939. Es posible, como señala Octavio R. Costa en su magnífica obra Imagen y trayectoria del cubano en la Historia (V. 2, p. 279) que no lo hiciera por convicción o simpatías sino por cálculo político. Esta cooperación fue mutuamente beneficiosa. Los comunistas consiguieron evitar huelgas sindicales a partir de 1942; por su parte, el gobierno favoreció sus demandas, y los obreros obtuvieron aumentos salariales y otras mejoras. Recordemos que Washington y Moscú fueron aliados durante la guerra y que los comunistas articulaban un discurso muy atractivo sobre los derechos de los trabajadores y de las clases más desposeídas. Habían contribuido positivamente en la Asamblea Constituyente y contaban con figuras de gran talento y prestigio, como Juan Marinello y Carlos Rafael Rodríguez.
El desarrollo urbano habanero, especialmente en cuanto a edificios de servicio público, fue notable. Se construyeron las sedes del Archivo Nacional, la Sociedad Económica del País, la nueva Escuela Normal de La Habana, el Hospital de Maternidad Obrera, el Palacio de Convenciones y Deportes. No toda la construcción fue en la capital. El hospital “Ambrosio Grillo” y la presa pluvial de Charco Mono en Santiago de Cuba, el hospital de Banes (de donde era oriundo Batista), bancos de sangre, hospitales y once Institutos de Segunda Enseñanza fueron algunas de las obras en el interior. Se creó la Escuela de Periodismo Manuel Márquez Sterling y se cedió el hospital “Calixto García” a la Universidad de La Habana. Se comenzó el hospital para tuberculosos de Topes de Collantes y el edificio de la Biblioteca Nacional.
Una vez alcanzada la Presidencia, aunque rodeado por una camarilla militar que mantuvo su influencia, Batista fue reduciendo las prerrogativas e intromisiones del ejército en la vida nacional que había caracterizado su ejecutoria durante la precedente etapa militarista. De ahí que en febrero de 1941 se produzca un intento de golpe de estado de parte del Jefe del Ejército, José Eleuterio Pedraza. Batista lo sofocó hábilmente. “El hombre —se decía en la calle— se puso el jacket”. Fue a Columbia, habló a la tropa, destituyó a Pedraza, lo envió a Estados Unidos con su familia, y sin mirarla, rompió la lista de los que habían conspirado con él.
( jefe del Ejército Coronel Fulgencio Batista y Zaldivar y Jefe de la Policía Coronel José Eleuterio Pedraza Cabrera en los años 30s del pasado siglo XX)
En 1943, con motivo de la guerra, Batista invitó a los partidos de la oposición a formar un gobierno de coalición. En realidad, siempre incluyó en su gobierno a personalidades de diversa procedencia partidista. Era una forma inteligente de neutralizar a posibles adversarios, aunque varios de ellos renunciaron en breve tiempo a sus cargos. Incluso los auténticos —el mayor núcleo opositor— vacilaron; pero la fogosa oratoria de uno de sus miembros, Eduardo Chibás, y su denuncia constante de todos los males del gobierno, hizo imposible que aceptasen. Por otra parte, se separaron del gobierno importantes figuras como Cuervo Rubio, Raúl Menocal, alcalde de La Habana, y Guillermo Alonso Pujol, presidente del Senado.
A finales de 1943, el 83% de un electorado de 3,333,000 se inscribe en los partidos políticos, muestra de la fe del pueblo cubano en las nuevas normas del juego establecidas por la Constitución de 1940. El Partido Auténtico, en primer lugar, casi dobla la filiación del segundo, el Liberal. Llega 1944, año de elecciones. Carlos Saladrigas - Ramón Zaydín, la candidatura de la Coalición Socialista Democrática se opone a la de Ramón Grau - Raúl de Cárdenas, de los Auténticos. Algunos aconsejan a Batista que vete el código electoral y dificulte la victoria de la oposición. No lo hace. El 1 de junio de 1944 se producen unas elecciones trasparentes. Los propios cubanos se sorprenden. Grau gana por una mayoría abrumadora. Saladrigas, siempre elegante, lo felicita. Chibás bautiza la fecha como “la jornada gloriosa”. El Presidente electo, con Carlos Prío y Chibás, visita Palacio invitado por el Presidente saliente. El 10 de octubre toma posesión Grau. La democracia parece ir por buenos rumbos y el pueblo, entusiasta, se llena de nuevo de esperanzas.
La cubanidad: ¿amor o gatillo alegre?
Ramón Grau San Martín gozaba de una inmensa popularidad. Lo precedía una mística revolucionaria y las denuncias de su partido al peculado y la violencia durante gobiernos anteriores. Pese a su “ceceo”, por su simpatía y el nacionalismo de la plataforma del Partido Auténtico, lo apodaron “El Apóstol de la cubanidad”. La cubanidad, decía Grau, era amor.
¿Cuál fue el balance de su gestión? En los aspectos positivos, hay que destacar la obra social, que, aunque procedente del Congreso, el Presidente apoyó. Se crearon Cajas de Retiro y Seguros de profesionales y trabajadores, que beneficiaban, desde abogados y farmacéuticos hasta barberos y trabajadores de electricidad y gas. Otras medidas de la época fueron la Jornada de Verano —los comercios cerraban los lunes y daban el día libre a los empleados—, el fondo de Estabilización del Tabaco y la disposición que imposibilitaba el despido de empleados sin un previo expediente que lo justificara por causas mayores. En 1946, se llevó a cabo el Primer Censo Agrícola, esencial para fijar en el futuro cualquier política sobre cuestiones de la tierra y su cultivo.
(Ramón Grau San Martín y Fulgencio Batista en el traspaso de poderes en 1944)
En lo económico, también hubo mejoras. La zafra de 1947, cercana a los 6 millones de toneladas, superó el monto récord que había alcanzado en los años veinte. Continuaron las ventas globales a Estados Unidos, pero Grau mantuvo una firme posición negociadora. Apoyado en los reclamos de los obreros, el gobierno obtuvo mejores precios para el azúcar y, además, logró que se vinculara al aumento de los precios de los productos norteamericanos consumidos en Cuba. Ello hizo posible “el diferencial azucarero”, mediante el cual la diferencia entre el precio marcado previamente para la venta del azúcar y el superado por el mercado se repartía entre colonos y trabajadores agrícolas, para quienes representó un notable incremento en sus ingresos. El dinero corría. El Presidente aseguraba que había “dulces para todos”.
En el orden negativo, los vicios —la corrupción y la violencia política— que habían plagado al país y que los auténticos habían denunciado, lejos de eliminarse, se agravaron. En cuanto a la malversación, el caso más notorio fue el de José Manuel Alemán, que ocupó varios cargos ministeriales y ejercía gran influencia en Palacio. Se calcula que alcanzó una fortuna de más de $50 millones. Algunos aseguran que Alemán padecía de un cáncer terminal y que repartía el dinero con generosidad. En todo caso, no fue el único. Dicen que el dinero se sacaba en maletas de las arcas del Tesoro. ¿Hipérbole criolla? Quizás, pero surgieron millonarios de la noche a la mañana. Al mismo tiempo, hubo intentos de parte de parlamentarios honestos de encausar a los gobernantes que se enriquecían a costo del erario público. Lamentablemente, no prosperaron.
Durante los dos primeros años, los auténticos estaban en minoría en el Congreso y Grau buscó el apoyo de los comunistas. Cuando obtuvo mayoría legislativa, sin embargo, se apoyó en el clima de la “guerra fría” para romper con ellos e intentar controlar el movimiento sindical. Utilizó para esta operación grupos gansteriles. El asesinato de Jesús Menéndez, líder sindical azucarero, es ejemplo de la sangrienta secuela.
Resurgieron con fuerza el “bonchismo universitario” y el “gansterismo político”. Algunos historiadores achacan a Grau una responsabilidad pasiva. Alegan que “dejó hacer” con la idea de que los pandilleros se matarían unos a otros. El argumento es débil porque muchos de los matones estaban a sueldo del gobierno. Los atentados, las bombas, las amenazas, los tiroteos, la violencia, adquirieron proporciones gravísimas.
Una fecha funesta fue el 15 de septiembre de 1947, en que la batalla de Orfila regó de cadáveres el barrio de Marianao. Muchos de los protagonistas de los sangrientos eventos ostentaban grados de comandante en la Policía. Eran en verdad una fauna gansteril apodados como los del “gatillo alegre”. Entre los muertos, la esposa de Morín Dopico. Su pequeña hijita, herida.
Algo igualmente grave se achaca al Presidente Grau: su rechazo al régimen parlamentario. Bloqueó todas las iniciativas de senadores y representantes para interrogar o enjuiciar a sus ministros cuando se colocaban por encima de la ley. En ningún momento, el hombre que presidiera la Asamblea Constituyente de 1940, mostró respeto por el Congreso. Entre el poder ejecutivo y el legislativo se produjo un abismo. Al mismo tiempo, si había habido infinidad de errores anteriormente, también un gran número de personalidades inteligentes, con sentido cívico y patriótico, habían ocupado cargos gubernamentales. Ahora el Presidente se rodeaba —con excepciones, naturalmente— de personajes desconocidos y en muchos casos mediocres. Podría verse como un renuevo generacional y una democratización de la política, antes dominada por la clase alta y media, y por los intelectuales. Pero cabe preguntarse ¿qué consecuencias tuvo para Cuba?
También en 1947 se produce el entrenamiento, en Cayo Confites, de más de un millar de cubanos con planes de desembarcar en Santo Domingo para derrocar al General Trujillo. En la operación estaba involucrado Fidel Castro que, a partir de 1945, comienza a actuar en la vida pública cubana, principalmente en el escenario de la Colina Universitaria. A instancias de Washington, el gobierno, que no ha estado a margen de los planes expedicionarios, confisca las armas.
Otro evento de menor relevancia de estos años pero que ha quedado grabado en el imaginario nacional: el misterioso robo del famoso diamante del Capitolio y su igualmente inexplicable aparición en el despacho del Presidente.
Desde 1946 pueden vislumbrarse las divisiones entre los auténticos. Eduardo Chibás se separa y crea el Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo). Remeda a Muñoz Marín en Puerto Rico y enarbola el lema “Vergüenza contra dinero”. El más ardiente defensor de Grau, se convierte en su implacable fiscal. En sus programas radiales cada domingo por la CMQ, Chibás denuncia con inflamada retórica todos los males del gobierno. ¿Exagera? ¿Ayudan o perjudican estas diatribas radiales al proceso democrático? ¿Qué efecto tendrán sobre el electorado en los próximos comicios?
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RAMÓN GRAU SAN MARTÍN
Presidente de la República de Cuba
4 de septiembre de 1933 – 15 de enero de 1934
1 de junio de 1944 – 1 de junio de 1948
Ramón Grau San Martín (13 de septiembre de 1881 en La Palma, Pinar del Río, Cuba - 28 de julio de 1969 en La Habana, Cuba) fue un médico fisiólogo y Presidente de Cuba (1933-34, 1944-48).
Grau participa en Miami de la creación de una Junta Revolucionaria, compuesta por el Directorio Estudiantil Universitario, Acción Revolucionaria, otros catedráticos de la Universidad, como él, el Conjunto Revolucionario Cubano, los Nacionalistas y el ABC, el 22 de marzo de 1933.
Como Presidente provisional promulgó una serie de medidas nacionalistas y de tendencias socialistas. El 22 de septiembre, Fulgencio Batista y Zaldívar y el embajador de los Estados Unidos sostienen una reunión secreta para que Grau San Martín fuese remplazado y en la que Batista se pone a disposición de Sumner Wells. El 4 de octubre, Grau es objeto de atentado, pero salió ileso. Batista y Wells vuelven a entrevistarse, y este último apoya a Batista y le pide un gobierno sólido que Estados Unidos pueda reconocer. Dos días después, el gobierno de Grau concede la autonomía universitaria.
(Ramón Grau San Martín)
El 3 de noviembre, el gabinete de Grau impide que este renuncie a la presidencia. Grau increpa a Batista por sus reuniones con el embajador estadounidense, Sumner Wells, sin autorización del gabinete presidencial, y el Directorio Estudiantil propone que Batista sea fusilado. Grau se niega y lo deja marchar, ratificándolo como jefe del ejército.
Sumner Wells se reúne, el 19 de noviembre de 1933, con Roosevelt, a espaldas del secretario de estado, en el que este último se ve impelido de anunciar, días después, que no reconoce a ningún gobierno que no tenga el apoyo del pueblo cubano. Grau escribe una carta a Roosevelt para que termine con la injerencia de Wells en Cuba.
Grau se reúne con la oposición el 9 de diciembre, pero declara nulos los acuerdos y el día 10 la reunión fracasa.
El 2 de enero de 1934, el gobierno de Grau convoca a elecciones de delegados para la Convención Constituyente prevista para el 22 de abril de 1934, se concede la gratuidad de la matrícula universitaria y se otorga a la mujer el derecho al sufragio universal. Se aprueba un decreto de carácter antilatifundista, que establece el derecho de tanteo del gobierno en subastas de bienes inmuebles.
El 10 de enero se efectúa una triple entrevista entre Grau, Batista y Caffery, nuevo embajador de los Estados Unidos, resultado directo de la renuncia de Grau San Martín. Batista, con el apoyo de la Junta Revolucionaria, designa presidente al ingeniero Carlos Hevia que, varios días después, es sustituido por el Coronel Carlos Mendieta y Montefur, nombrado por Batista. Fin del Período del gobierno Provisional de Grau.
Grau San Martín sirvió como el presidente de la Convención Constituyente que redactó la Constitución del 1940
El 1 de junio de 1944 se celebran elecciones generales y gana el Partido Revolucionario Cubano Auténtico. Ramón Grau San Martín resulta elegido Presidente de la República, junto a Raúl de Cárdenas Echarte como Vicepresidente. El gobierno electo no alcanza la mayoría en el Senado, pero gana la alcaldía de La Habana.
El 10 de octubre, Ramón Grau San Martín toma posesión de la Presidencia de la República.
Durante los primeros años del mandato de Grau, comienzan a cobrar fuerza grupos político-gangsteriles derivados de la época de Machado, que en 1945 entrarán en conflictos y enfrentamientos cruentos entre ellos.
En abril de 1945, el gobierno de Grau consigue elevar el precio de la libra de azúcar en el mercado estadounidense de 2.65 a 3.10, ajustando dicho precio al índice del coste de vida en los Estados Unidos. En julio Cuba firma la Carta de las Naciones Unidas como país fundador.
En marzo de 1946 Juan Manuel Alemán es nombrado primer ministro y este organiza el llamado "BAGA" (Bloque Alemán-Grau-Alsina), poderoso instrumento de corrupción política. Días después es robado el diamante de 23 kilates que marca el kilómetro cero de la Carretera Central, ubicado originalmente bajo la cúpula del Capitolio Nacional o Congreso de la nación. Semanas más tarde, aparecerá sobre la mesa del Presidente de la República.
El 13 de octubre de 1946, seis organizaciones retiran apoyo político a Grau por corrupción e ineficacia y, a principios de 1947, Eduardo Chibás ataca virulentamente al gobierno de Grau por corrupción.
En 1947 la inestabilidad callejera, entre otras cosas, por causa de los grupos político-gangsteriles es tal, que el gobierno se ve obligado a destacar fuerzas militares para cuidar las calles.
El Ministro de Educación, Alemán, es acusado de malversación y cesado por Grau, que le nombra ministro sin cartera.
En marzo de 1948, el PRC (A) designa candidatos para las siguientes elecciones generales a Carlos Prío Socarrás para la Presidencia y a Guillermo Alonso Pujol para la Vicepresidencia. También el Partido del Pueblo de Cuba (Ortodoxo) designa a Eduardo Chibás y a Roberto Agramonte, y el Partido Socialista Popular (PSP), comunista, a Juan Marinello y a Jesús Menéndez, como presidente y vicepresidente respectivamente, pero gana las elecciones el PRC (A). Resultan ser las últimas elecciones democráticas y plurales del país.
El diez de octubre de 1948 toma posesión de la Presidencia Carlos Prío Socarrás. Fin del Gobierno Constitucional de Ramón Grau San Martín.
Tras ceder la presidencia a su protegido, Carlos Prío Socarrás, en 1948, Grau se retiró prácticamente de la vida pública. Reapareció en 1952 para oponerse al golpe de estado de Batista. Grau luchó por la presidencia en 1954 y 1958, pero se retiró justo antes de cada elección, denunciando fraude del gobierno. Después de la revolución cubana y el ascenso de Fidel Castro, como dictador, en 1959, Grau se retiró a su hogar en La Habana, en donde murió el 28 de julio de 1969.
ALGUNOS COMENTARIOS DEJADOS
Robert A. Solera ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Uva de Aragón escribe sobre los gobiernos en Cuba ...":
Lastima que Uva de Aragon escriba con tanto descuido un tema tan apasionante e importante. Como ejemplo menciona a Grau como presidiendo a los Constituyentes, sin aclarar que solo lo hizo por breve tiempo y quien SI presidio fue su padre Marquez Sterling. Cuando habla de la Jornada de Verano dice los comercios cerraban el lunes, cuando en realidad era los martes y jueves la tarde y los detallistas solo cerraban de 1 a 3 p.m. Adcionalmente habla de Pedraza y lo nombra Jefe del Ejercito y luego unos parrafos mas tarde lo identifica como Jefe de la Policia. Otro si. Ya en los principios de los 40s habia asesinatos gangsteriles. El Colorado hacia de las suyas e incluso un hermano de Rita Montaner, que era cabo de la Policia y era considerado un esbirro de Machado fue muerto a tiros en el Reparto La Sierra. Y necesitaria mucho mas espacio y tiempo para comentar mas sobre El BAGA de Aleman y algo que ella menciona de pasada, la ORPA, con los affaires y los "trueques" .
Etiquetas: ASAMBLEA CONSTITUYENTE DE 1940, Batista, Constitución de 1940, Constituyente, cuba, Fulgencio Batista, gobierno, grau, Jornada Gloriosa, Ramón Grau San Martín
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