Entrevista a Francisco Javier Alfonso Vidal ex Gran Maestro de la masonería en Cuba que renunció y se exilió
“Ni traidor, ni cobarde”: Entrevista al ex Gran Maestro de la masonería en Cuba
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CubaNet conversó en exclusiva con Francisco Javier Alfonso Vidal para indagar sobre los motivos que lo llevaron a salir de Cuba y exiliarse
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Por Camila Acosta
5 de enero 2023
LA HABANA, Cuba. – El Gran Maestro de la Gran Logia de Cuba, Francisco Javier Alfonso Vidal, anunció su renuncia y exilio en Estados Unidos ―por presiones de la policía política cubana― este 3 de enero. Además de conmocionar a los más de 25 000 masones cubanos dentro y fuera de la Isla, se trata de uno de los sucesos más trascendentales de la historia de la Orden en las últimas décadas, y evidencia las tensiones con el régimen, así como el proceso de cuestionamientos que está teniendo lugar entre los masones y la dictadura cubana.
CubaNet conversó en exclusiva con Alfonso Vidal para indagar sobre los motivos que lo llevaron a tomar esta decisión, así como respecto a los planes de la Seguridad del Estado y sus agentes o colaboradores infiltrados entre los masones en la Isla.
―En su carta de renuncia usted explica que su decisión se debió al acoso constante de la Seguridad del Estado cubana. Reláteme uno de estos encuentros, el que más le impactó, con Poll, el agente que constantemente lo citaba e interrogaba.
―Sin duda fue el último encuentro: duró cerca de dos horas, se habló de todo, incluso [el agente Poll] parecía responsabilizarme de las actividades que estaba haciendo Viñas [José Ramón Viñas Alonso, Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo del Grado 33 para la República de Cuba]. Según Poll, si yo hubiese resuelto el problema hace seis meses atrás, es decir, expulsar al Soberano, nos hubiésemos evitado los problemas que hay hoy. Viñas tiene relación con la UPF [Federación Universal para la Paz, en español], la que ellos denominan como Secta Moon. Poll me cuestionó haber recibido públicamente al Soberano en el acto por la fundación de la Gran Logia de Cuba, celebrado el 5 de diciembre último, por recibir un reconocimiento de la UPF y no parar el discurso del Gran Orador, Luis Steve Ocaña (quien llamó a los masones a hacer política). Me dijo que se estaba recibiendo dinero para los familiares [de los presos políticos] del 11J y que se estaban guardando cosas en el Supremo. Me trató de chantajear diciendo que jurídicamente ellos podían cerrar la Institución y, finalmente, me dijo que no me iban a dejar viajar a México.
En fin, me trató de amedrentar poniendo a la Institución por medio; también me instó a suspender al Gran Orador para dar un golpe de autoridad con respecto a la posición política, ya que existen masones disgustados al respecto.
―Usted menciona también la complicidad de algunos funcionarios de la Gran Logia de Cuba con la Seguridad del Estado. ¿Cuáles han sido estas complicidades, no solo con el objetivo de expulsar al Soberano, sino a lo largo de sus trabajos en la Gran Logia?
―Es elemental los tropiezos que estamos teniendo para el desarrollo de nuestro trabajo. La inoperatividad del Gran Secretario [Carlos Alberto Pirez Benítez], la conspiración, a mis espaldas, del Ejecutivo, conjuntamente con el pasado Gran Maestro, Esnesto Zamora [Gran Maestro entre 2018 y 2022] y otros hermanos generan una conspiración en mi contra que se reafirma con la desesperada Circular Especial No. 012, que viola todo los preceptos legales.
¿De dónde saca la idea el Gran Secretario de que yo abandoné el país cuando tengo una visa para estar en México por 180 días, además de que la Gran Logia está de receso hasta el 15 de enero? Yo bien pude haber estado disfrutando mis vacaciones, sin embargo, él da por hecho que yo abandoné la delegación. Pero, si observamos sus comentarios después de mi declaración, usa los mismos argumentos que el Gobierno de Cuba, circulados en medios masónicos para su limpieza de imagen y para desviar la atención. Siempre busca una justificación y, según él, yo estoy buscando argumentos para el miedo creíble. Realmente sus comentarios son ofensivos.
―Carlos Pirez está cumpliendo su segundo mandato como Gran Secretario. En el mandato anterior, usted era Gran Tesorero. ¿Cuál ha sido el trabajo de esta persona? ¿Cuál es su relación con la Seguridad del Estado y la Oficina de Asuntos Religiosos del Partido Comunista de Cuba (PCC)?
―Las relaciones del Gran Secretario con la Oficina de Atención a Asuntos Religiosos del Comité Central del PCC son insuperables; de hecho, antes de venir para México, yo tuve una discusión con unos de sus funcionarios porque ellos no se comunicaban conmigo, que soy el Gran Maestro, para tratar asuntos relativos a la Gran Logia; todo era a través de Pirez. Esto es de extrañar ya que Pirez se muestra en las redes como un genuino opositor al Gobierno. Su trabajo en la Gran Secretaría deja mucho que desear, se muestra muy errático y a veces con desapego. Pirez es un hombre inteligente, ha dirigido empresas en Cuba, lo cual no justifica su proceder errático.
―Usted menciona también al pasado Gran Maestro, Ernesto Zamora. ¿De qué otras maneras Zamora colaboró con la Seguridad del Estado o sirvió a los intereses de esta durante su mandato?
―Zamora es débil en su carácter; su afán de figurar como alguien reconocido lo hace vulnerable ante la Seguridad del Estado. Yo lo sorprendí llorando el día que tuvo que dejar el cargo y hoy en día aún no se adapta a la idea de que ya no es el Gran Maestro. Todo esto lo aprovecha la Seguridad. Ellos al parecer estudian tu perfil. Con mucha insistencia ellos decían que yo era una gente noble y humilde y por ahí se acercaron a mí; además, los funcionarios de la Oficina de Asuntos Religiosos hablan con mucha vehemencia de él, de hecho, ellos estaban confiados en que yo iba a seguir la misma línea de Zamora.
―Además de los comentarios, ¿qué le lleva a suponer que el actual Gran Tesorero, Ernesto Javier Navarrete Batista, es policía o trabaja directamente para el Ministerio del Interior?
―Ernesto empieza a trabajar conmigo cuando Lázaro Cuesta era el Gran Maestro (2015-2018) y durante todo el período de Zamora. Yo lo llevo en mi candidatura porque necesitaba un hombre fuerte en ese cargo y llevaba tiempo trabajando conmigo. Eso me lo criticaron debido al fuerte comentario que existe de él que trabaja para la Seguridad.
Ya en el cargo de Gran Tesorero, él va a desarrollar un inusitado interés por el auto de la Gran Logia. La Seguridad en un momento me llama para decirme que el auto estaba relacionado con una salida ilegal; por otra parte, en víspera de mi viaje a México, medio en broma y medio en serio, me insinuó que nosotros, o sea mi esposa y yo, nos íbamos a quedar en México. Esto, por supuesto, me tomó de sorpresa. Ni tan siquiera en ese momento había pasado esta posibilidad por mi mente. En otra ocasión él se precipita a que le firme unos papeles pendientes, y usa la frase “por si acaso” y no tiene sentido si yo iba a estar poco tiempo fuera de Cuba.
En Cuba nada sucede de forma casual. Esto da la medida de que era bien intencionado precipitar mi salida del país, no tiene sentido que la Seguridad me dijese que ellos no me iban a dejar viajar a México.
―¿Por qué cree que el actual Diputado Gran Maestro, Fernando González, es una persona afín a los intereses de la Seguridad del Estado?
―Fernando hizo mucha fijación con el tema de la sesión del Pleno de la Academia [Academia Cubana de Altos Estudios Masónicos], donde supuestamente se violó la ley al tratar temas políticos. Además, intentó siempre de prevenirme de que no autorizara al Soberano a visitar libremente las logias; de hecho, él forma parte de la conspiración que se fraguaba en el onceno piso de la Gran Logia [donde radican las oficinas de los altos funcionarios de la Institución] cuando me encontraba en Europa. Algunos creen que es manipulable; yo no lo creo, él es bastante inteligente.
―¿Qué otros planes tienen o pudieran tener la Seguridad del Estado o estos altos funcionarios?
―El objetivo es cambiar la imagen de la masonería con respecto al Gobierno. La Gran Logia de Cuba, para estar bien, tiene que dar muestra públicamente de que apoya al Gobierno,; mientras eso no suceda, está condenada al fracaso en cualquier tipo de gestión. Por otra parte, evitar que Viñas llegue a la máxima dirección de la Gran Logia en un futuro.
―¿Cuál es su opinión sobre el Soberano Gran Comendador, José Ramón Viñas Alonso? ¿Por qué tanto interés en expulsarlo de la masonería? ¿Por qué tanto interés de la policía política en la masonería cubana en general?
―Esto viene dado por la capacidad de convocatoria que tiene la Institución tanto dentro como fuera del país; y aunque los masones no tenemos conciencia de ello, el Gobierno sí lo sabe y trata por todos los medios de evitar que esto suceda.
Por otra parte, en estos momentos, Viñas cuenta con el apoyo mayoritario de los masones cubanos; también goza de apoyo internacional, esto lo pone en posición de un líder en potencia. Viñas me dijo en México que estaba salvando a la masonería, y pudiera ser que sí, en parte, pero realmente estaba salvando al país. Si bien es cierto que desde el 11J ha surgido un grupo grande de opositores, carecemos de liderazgo. Están creadas las condiciones para lograr ese liderazgo que pudiera dar el tan añorado deseo de todo los cubanos, y Viñas tiene que tener conciencia de que él dejó de ser de la masonería para ser del país, no le queda de otra.
―La masonería en Cuba está viviendo una de sus mayores crisis. Del desenlace que tenga la situación actual depende el futuro de la Orden. No solo están las presiones de la policía política, sino que peligra el Tratado de Paz y Amistad entre el Supremo Consejo y la Gran Logia. También está en juego el prestigio de la Orden como defensora de las libertades. ¿Qué recomienda a los masones ante las actuales circunstancias?
―No, creo que la masonería cubana va a salir más fortalecida, porque ahora conoce la verdad. El obstáculo era yo; la Seguridad utilizó la competencia de liderazgo como recurso para dividirnos, y pudo haber causado su efecto: yo fui bombardeado con sentimientos anti Supremo Consejo; supongo que el Soberano igual, anti Gran Logia.
Yo me retiro y queda un solo líder que es Viñas, y a la masonería no le queda de otra que utilizarlo a su favor. En Cuba es difícil, hay muchos hermanos que prefieren tener una Institución fuera de los temas políticos; hay otros que responden a los intereses del Gobierno o tienen intereses propios que no quieren perder, pero es difícil mirar a un lado.
Sé que el próximo Gran Maestro tendrá las manos atadas debido a nuestras leyes, pero la masonería cubana es parlamentaria y el Gran Maestro hace lo que la Cámara [Alta Cámara de la Gran Logia, cuerpo Legislativo de la masonería en Cuba] indica. No debe ser el Gran Maestro quien decida, se requiere el mandato de los masones.
Yo recomiendo apostar por la unidad de liderazgo; la masonería cubana debe elegir a José Ramón Viñas Alonso como su Gran Maestro. Creo que es hora de ir directamente a plantear posiciones, no podemos seguir por las ramas, debemos ir a la raíz, esa es mi opinión.
―Debido a su renuncia desde el exilio, algunos lo califican como traidor, otros como cobarde. ¿Qué les respondería?
―Si hubiese sido traidor o cobarde, hubiese escogido el camino más corto, o sea, enviar a Viñas y a Stive para la Corte Suprema de Justicia Masónica. La responsabilidad de enjuiciarlos no era mía, y así quedaba bien con todos. Lo único que hice fue apartarme, me consideré un obstáculo, y la Seguridad del Estado, como mencioné antes, utilizó la competencia de liderazgo para dividirnos. Muchos masones la usaban, constantemente me decían que yo era el líder de la masonería cubana.
Traidor y cobarde hubiese sido prestarme para los planes de la Seguridad del Estado, o hacer silencio y arrodillarme. Esta fue la salida que encontré a todo: salirme del juego antes de traicionar a mis hermanos, antes de traicionar los preceptos masónicos.
Ni traidor, ni cobarde. Soy humano. Toca a la historia juzgar mis acciones pasadas y futuras.
Etiquetas: Camila Acosta, cobarde, cuba, entrevista, Gran Logia, Gran Maestro, masón, nasonería, traidor
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