Marlene Azor Hernández sobre Cuba: Las causas de la violencia de género vienen dadas, en primer lugar, por la imposición desde 1959 de la violencia como política de Estado
Nota del Bloguista de Baracutey Cubano
La palabra feminicidio hasta antes de estos tiempos era para aquellos que mataban a una mujer SÓLO por el hecho de ser mujer:
Diccionario de la Real Academia Española. RAE.es
feminicidio
Del lat. femĭna 'mujer' y -cidio; cf. ingl. feminicide.
1. m. Asesinato de una mujer a manos de un hombre por machismo o misoginia.
machismo
De macho1 e -ismo.
1. m. Actitud de prepotencia de los varones respecto de las mujeres.
2. m. Forma de discriminación sexista caracterizada por la prevalencia del varón. En la designación de directivos de la empresa hay un claro machismo.
Tomado de https://www.cubanet.org/
Los “estereotipos” ocultan la violencia estatal contra las mujeres cubanas
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Las causas de la violencia de género vienen dadas, en primer lugar, por la imposición desde 1959 de la violencia como política de Estado
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Por Marlene Azor Hernández
7 de febrero,2023
CDMX, México. – El pasado 6 de febrero la periodista Dixie Edith publicó en el medio estatal Cubadebate la supuesta victoria de una campaña por la igualdad de género en Cuba. Plegada a la propaganda del partido único, la periodista deposita la culpa de la violencia contra las mujeres en la “mentalidad” de los ciudadanos. Con deshonestidad intelectual, Edith no repara en la violencia contra las mujeres en Cuba como política de Estado. Tampoco se detiene a evaluar el fracaso de las políticas públicas orientadas a detener la violencia de género.
A pocas horas del asesinato de Leidy Bacallao, una adolescente de 17 años que fue ultimada por su expareja dentro de una estación de policía en Camagüey, resulta inadmisible señalar como motivo de la violencia de género los estereotipos que puedan albergar los ciudadanos sobre los roles de la mujer en la sociedad.
La plataforma feminista cubana YoSíTeCreo y el Observatorio de Género de la revista Alas Tensas (OGAT) han denunciado 35 feminicidios en el año 2020, 36 feminicidios en 2021, y 34 en 2022. Como bien señalan las feministas en la Isla, esto es solo la punta del iceberg bajo un gobierno enemigo de la información pública, que procura evitar a toda costa ser evaluado por la ciudadanía.
Hoy en Cuba existen 123 presas políticas según la información publicada en diciembre pasado por la ONG Prisoners Defenders. Sin embargo, al igual que la propaganda oficial, la periodista Dixie Edith no incluye a las presas políticas dentro de la violencia de género, ni la represión a las Damas de Blanco, que han sido brutalmente golpeadas por agentes de la Seguridad del Estado.
La organización opositora Estado de Sats ha recogido varios de estos incidentes en la serie “Vamos por ti y por tu familia”, estrenada en febrero de 2017. En esa época la agresión física fue el método más usual contra las Damas de Blanco, complementado con el acoso a sus hijos en las escuelas. Hoy son reprimidas con arrestos arbitrarios y multas ilegales, pero el hostigamiento continúa cada domingo.
La periodista de medios oficiales tampoco alude a las amenazas y arrestos arbitrarios que sufren las madres de los presos políticos por denunciar las ilegalidades que se cometen contra sus hijos en las cárceles, donde cumplen condenas injustas y prolongadas en condiciones infrahumanas. Hoy, entre las formas más recurrentes de tortura contra las presas y presos políticos figura la ausencia o negación de atención médica.
Las artistas e intelectuales desterradas del país por sus ideas políticas, como Carolina Barrero, Katherine Bisquet, Camila Lobón, Anamely Ramos y Omara Ruiz Urquiola, son invisibilizadas por Edith, muy ocupada en el asunto de “los estereotipos”, que nada tienen que ver con el fiasco de las políticas públicas para eliminar la violencia de género en Cuba.
Habría que empezar por desmantelar el esquema patriarcal y homofóbico de los Castro, que auparon a Celia Sánchez Manduley y Vilma Espín como asistentas del nuevo régimen machista y totalitario. Sumisas, casi invisibles, ambas mujeres fueron poco más que secretarias emocionales para los dictadores. Nada aportaron a la voz política de las mujeres cubanas, y mucho menos representaron sus intereses.
En la actualidad, la secretaria de la Federación de Mujeres Cubanas, Teresa Amarelle Boué, reproduce desde su cargo el mismo esquema patriarcal que la continuidad de Miguel Díaz-Canel impone a las mujeres en Cuba: un rol de asistenta subordinada a las orientaciones del PCC. Bajo su mandato, desde 2018, ha sido imposible reivindicar la voz política independiente de las mujeres en Cuba. La violencia estatal sigue haciendo blanco en las mujeres que defienden los derechos humanos, mientras que aquellas que son amenazadas o atacadas por sus exparejas no cuentan con refugios ni protección.
En el año 2016 se dio a conocer la primera encuesta nacional sobre la “percepción” ciudadana de la violencia contra la mujer, realizada por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI). Fue un sondeo sesgado, conducido por instituciones y medios de difusión afines al partido único, que niega las disímiles formas de violencia que sufren las mujeres cubanas, incluida la violencia política, ejercida directamente por el Estado.
A finales de noviembre de 2019 decenas de mujeres presentaron una solicitud ante el Parlamento Cubano, en la cual pidieron incluir en el cronograma legislativo ―que se extiende hasta 2028― el tratamiento de una norma específica. La dictadura respondió que no se haría tal cosa, sino que el Código Penal y el Código de las Familias incorporarían los derechos necesarios para responder a la violencia de género.
En diciembre de 2022 Naciones Unidas dio cuenta de los estereotipos machistas en la población cubana, basándose en un informe oficial del castrismo con más de 25 años de antigüedad.
¿Cómo se construye una política fallida?
- Evitar analizar la responsabilidad gubernamental en la violencia política estatal contra las mujeres cubanas.
- Ocultar el patrón patriarcal del sistema político cubano.
- Impedir la voz política independiente de hombres y mujeres.
- Ocultar la pobreza y las desigualdades como estímulo a la violencia en Cuba.
- Desconocer el hambre por sus políticas de secuestro del aparato productivo del país, y la violencia estatal que implica para los ciudadanos.
- Ocuparse de los estereotipos en los ciudadanos para culparlos por la violencia.
- Desconocer seis décadas de sistema educativo precario y fracasado para generar conductas cívicas decentes.
- Presentar como un logro cívico un Código de las Familias que sigue persiguiendo los derechos civiles y políticos de los cubanos.
En el tema que nos ocupa, como en los restantes graves problemas que acumula la nación cubana, la dictadura manipula el discurso sobre los derechos humanos, se ocupa de la periferia y no de sus responsabilidades, y, lo más grave, organismos internacionales como Naciones Unidas reproducen sus falsedades sobre la supuesta preocupación gubernamental por erradicar la violencia de género en el país.
Si la comunidad internacional desea ayudar a Cuba, debe consultar a la sociedad civil independiente, pues las causas de la violencia de género vienen dadas, en primer lugar, por la imposición, desde 1959, de la violencia como política de Estado.
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PERO ....
Tomado de https://diariodecuba.com
Reporte desde La Habana: Indignación por la muerte de jóvenes cubanos en estaciones de Policía
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El periodista de DIARIO DE CUBA Jorge Enrique Rodríguez comenta los temas más relevantes de la semana.
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Por Jorge Enrique Rodríguez
La Habana
08 Feb 2023
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Tomado de https://www.cubanet.org
“La ‘unión’ con su asesino fue un infierno para la niña Leidy Bacallao”
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La adolescente de 17 años asesinada en Camagüey era sometida a "maltratos y golpizas constantes" por su pareja, quien "ejercía un control con celos tóxicos", revela un académico cubano
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CUBANET
7 de febrero, 2023
LA HABANA, Cuba. – El profesor Julio César González Pagés publicó un post en su muro de Facebook donde revela nuevos detalles sobre el feminicidio en Camagüey de la adolescente de 17 años Leidy Bacallao, ultimada a machetazos por su expareja delante de varios oficiales de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR).
El crimen ha enardecido a la opinión pública y reavivado el debate sobre la necesidad de una ley integral contra la violencia de género, una norma que no está prevista en el cronograma legislativo cubano trazado hasta 2028.
La información compartida por el académico ―conocido además por sus estrechos lazos con el oficialismo― está basada en varios testimonios de amigos residentes en la localidad de Camalote, quienes le habrían contado que la relación de Leidy con su agresor, Elesván Hidalgo, comenzó cuando ella tenía 13 años y bajo el consentimiento de sus padres, que son Testigos de Jehová.
“Elesván Hidalgo se integra a dicha comunidad para poder ‘formalizar’ la relación y se va a vivir a la casa de la hermana de ella (Leidy), que emigró a los Estados Unidos”, explica. También precisa que la “boda” no se hizo en un juzgado formal, sino que fue amparada por las tradiciones de ese grupo religioso.
“La ‘unión’ fue un infierno para la niña Leidy Bacallao por los maltratos y golpizas constantes a los que la sometía Elesván, quien ejercía un control con celos tóxicos”.
Pagés argumenta en su publicación que la niña regresó a vivir con su mamá, y que su padre, también emigrado, pretendía llevársela a vivir con él. En la noche del crimen, relata, “Leydi salió huyendo de la fiesta (…) en dirección a la subestación de la Policía, donde solo se encontraba un policía de guardia”.
Agrega que Elesván Hidalgo habría desafiado al oficial, asesinando inmediatamente a la joven.
Contrario a lo que afirma la escueta nota divulgada por el Ministerio del Interior (MININT) en medios oficiales, y según la cual el homicida habría recibido un balazo en la zona lumbar, Pagés afirma que el policía disparó al agresor en el muslo, pero no pudo evitar el crimen.
Etiquetas: cuba, cubana, estaciones de Policía, Estado, Estatal, indignación, jóvenes, machista, muerte, mujeres, Revolución, violencia, violencia de género
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