Video y algunos apuntes sobre la lucha guerrillera antiCastrista en la zona rural y central de Cuba dentro del marco de la GUERRA CIVIL contra la naciente dictadura castro comunista
HIGH BEAM / LUZ LARGA
16 de febrero de 2023
La historia del Escambray. Invitado Enrique Encinosa
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Nota del Blogguista de baracutey Cubano
En efecto, es correcto llamarle Guerra Cívil, y tal es así que hasta el régimen Castrista así lo ha entendido y dicho en ocasiones. En el tomo I del libro Las Reglas deL Juego, elaborado por miembros de la Dirección Política del MININT y publicado en 1992 por la Editoral San Luis, editoral del MININT se lee ( sólo teniendo en cuenta a los insurgentes alzados en zonas rurales y no a la oposición urbana de la cual hubo más de 300 organizaciones según ha expresado Fidel Castro) lo siguiente:
¨El General de Ejército Raúl Castro calificó este largo batallar como una guerra civil; en 1967 expresó que en aquellos encuentros contra el bandidismo perdieron la vida cerca de 500 combatientes revolucionarios, y las operaciones costaron al Estado cubano entre 500 y 800 millones de pesos. Ese fue el balance de la destrucción de 179 bandas y casi 3 600 alzados que asolaron el teritorio nacional a mediados de 1960 y 1965 fundamentalmente. Cien mil hombres rastrearon las antiguas seis provincias del país para aniquilar a unos 200 grupos de alzados. ¨ ( pag 125-126)
Una observación interesante: el Doctor en Ciencias Arnaldo Jiménez de la Cal, oficialista historiador de la ciudad de Matanzas, en su libro Principio y fin del bandidísimo en Matanzas. (1998), que fue Premio 26 de Julio del año 1997, expone en sus datos que de los aproximadamente 600 alzados ( o sea, individuos que participaron en la lucha con el arma en la mano; luego no se tiene en cuenta los suministros, guías, personal de apoyo, etc. ) que hubo en la provincia de Matanzas, y que fue aproximadamente el 25% del total que hubo en todo el país, sólo tres habían pertenecido a los cuerpos armados de la anterior República, mientras que más de 90 habían pertenecido a los cuerpos del régimen Castrista: Milicias Nacionales Revolucionarias, Ejército Rebelde, Policía Nacional Revolucionaria, etc..
En ese libro del Dr. Jiménez de la Cal, se citan fragmentos de discursos locales de Fidel Castro donde se dice que fueron errores de la Revolución los que conllevaron a que tantos campesinos se alzaran. Ese libro se lo presté a mi amigo Víctor Rolando Arroyo Carmona, pues él quería escribir un artículo para Cubanet sobre esa temática, y en un registro y requisa del Departamento de Seguridad del Estado, se llevaron todos los libros de su Biblioteca Independiente Los Reyes Magos, incluyendo el mio; disculpen no poderle citar esos fragmentos.
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Tomado de http://www.latinamericanstudies.org/
Escambray: La Guerra Olvidada
(Un Libro Historico De Los Combatientes Anticastristas En Cuba (1960-1966))
Por Enrique G. Encinosa
Le decían El Loco. El apodo le vino por su audacia, por su sangre fría, por la manera temeraria de actuar ante el enemigo. Manolo López López era de Chambas, en el norte de Camagüey. Fue encarcelado cuando era aún menor de edad, acusado de participar en actividades guerrilleras contra el régimen castrista. Lo enviaron a Torrens, una cárcel para menores en La Habana, para cumplir sentencia y recibir adoctrinamiento político.
Pero El Loco nunca cumplió la condena. Con una navaja se abrió una herida en el estómago, al lado del ombligo. Lo llevaron a un hospital, donde le cosieron la herida. Y antes de regresar a Torrens, El Loco amarró una tira de sábanas y se lanzó por una ventana, perdiéndose en la oscuridad de la noche.
Casi desnudo, herido, y sin recursos, Manolito López se las arregló para regresar a Camagüey, donde se alzó de nuevo. Cumplió los 18 años en la manigua. Aprendió sus tácticas guerrilleras de Rolando Martín Amodia y Arnoldo Martínez Andrade, dos ex oficiales del Ejército Rebelde que fueron los pioneros de los alzamientos contra el castrismo en Camagüey. El Loco participó en muchas acciones, incluyendo el asalto a las Minas de Perea, la toma de los poblados de Río y Centeno, y numerosas emboscadas en los llanos de la Provincia. Para febrero de 1962, a pesar de su juventud, era comandante guerrillero, jefe de los alzados en Camagüey.
En los próximos seis meses, Manolito El Loco se convirtió en uno de los jefes guerrilleros más audaces de toda Cuba. Los propios castristas publicaron relatos que demuestran la audacia de Manolito. En Boquerón, la milicia tendió una emboscada a los alzados. 'En el primer combate murió un guerrillero, Justo López Fuentes. Al poco rato, cuando la milicia peinaba el terreno en búsqueda de la guerrilla, se escucharon dos disparos. Dos milicianos se desplomaron. Cuando las tropas castristas llegaron al farallón desde donde los alzados habían disparado, no encontraron guerrilleros, pero sí encontraron colgado de un árbol un pequeño letrero que decía.
«Por cada patriota muerto, la vida de dos milicianos.
»(firmado) Manolito López
»Comandante en Jefe Frente Norte de Camagüey,»
A Manolito El Loco lo buscaron con ganas. Y él, con su locura y su audacia, continuó rompiendo cercos. Mucho triple cerco se cerró sobre campo vacío mientras El Loco y sus hombres cruzaban sembradíos y potreros, evadiendo a los cazadores de las tropas especiales castristas.
Con temeridad, los hombres de El Loco López llevaron a cabo constantes contra-ataques, a pesar de ser continuamente perseguidos y acosados por el ejército castrista. El 29 de junio de 1962, con la milicia pisándole los talones, Manolito y sus hombres detuvieron a un ómnibus en El Chorro. Después de matar a dos milicianos que viajaban en el vehículo, El Loco le prendió candela al autobús.
El 10 de agosto lo cercaron en Los Barriles. En el primer combate, Manolito López fue herido. Una bala le produjo una herida en el cuello y otra le traspasó una mano. Los cazadores tiraron un triple anillo. Por una semana, centenares de soldados rastrearon las piedras y los farallones, pero no encontraron el rastro de los once guerrilleros escondidos.
Oscar Figueredo, uno de los jefes de las tropas especiales se adentró en Un pedregal. Allí estaba El Loco. Recostado a unas piedras, el joven jefe guerrillero apuntó serenamente con su carabina M 1. Apretó el gatillo cuatro veces. Tres plomos dieron en el blanco. Una bala se incrustó en la barriga de Figueredo. Dos plomos más, uno sobre cada tetilla, destrozaron el pecho del oficial castrista. Oscar Figueredo murió instantáneamente.
El nudo de tropas comenzó a estrangular al grupo de alzados. Floro Camacho, el lugarteniente de Manolito, lo ayudó a tratar de escapar. El Loco estaba débil. Con hojas de savia se había tapado la herida en el cuello, y la herida de la mano estaba infestada. El Loco sabía que su hora había llegado. Con aplomo, el jefe guerrillero de 19 años de edad le cedió el mando de la guerrilla a Floro Camacho, parapetándose después en unas piedras, para cubrirle la retirada a sus hombres.
Atrajo fuego enemigo sobre sí para salvar a sus hombres. Desde las piedras, disparó con su carabina M I y su pistola calibre .45, para confundir, para que los castristas pensaran que había más de un alzado atrincherado, peleando. Lo rodearon. Le dispararon en cruce de fuego y las balas partieron gajos, reventaron piedras.
Desde el pedregal, El Loco gritó que se rendía, que se le habían acabado las balas. Varios cazadores de las tropas especiales se pararon para ir a capturarlo, pero fueron dispersados por una lluvia de balas. Era un truco. El Loco no iba a rendirse.
La balacera continuó. Desde su escondite, entre piedras comidas por las balas, Manolito El Loco lanzó granadas hacia el nudo de hombres uniformados que cada momento se acercaban más. Mientras el joven alzado se desangraba en el pedregal, Floro Camacho y los otros alzados cruzaban el anillo de tropas que se extendía por varios kilómetros.
Dos cazadores lograron acercarse al guerrillero. Dos ametralladoras vaciaron sus peines sobre las espaldas del muchacho de Chambas. El Loco se retorció entre las piedras y quedó inmóvil.
El comandante Manolito López López había muerto.
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Tomado de http://www.latinamericanstudies.org
Escambray: La Guerra Olvidada
(Un libro historico sobre combatientes Anticastristas En Cuba (1960-1966))
Por Enrique G. Encinosa
EL FRENTE NORTE DE LAS VILLAS Y CAMAGÜEY
Al igual que en Pinar del Río, en la Provincia de Camagüey hubo pocos alzamientos en comparación con otras Provincias, donde miles de hombres se alzaron. Pero a pesar de los reducidos núcleos de alzados, el frente norte de Las Villas y Camagüey fue una zona muy activa de los focos guerrilleros.
El 10 de octubre de 1961, Rolando Martín Amodea, un ex piloto de la Fuerza Aérea y ex oficial del Ejército Rebelde, se alzó en Camagüey, con nueve hombres. Una de sus más destacadas acciones, fue el asalto a las minas de asfalto de Perea, donde los alzados destruyeron equipos, quemaron un edificio y capturaron las armas de la posta. La guerrilla se mantuvo activa por varios meses hasta que fue desmembrada. Martín Amodea se desplegó hacía La Habana, donde fue capturado el 25 de septiembre de 1964 y se presume que fue fusilado por el régimen.
El 8 de julio de 1961, otro ex miembro del Ejército Rebelde, Arnoldo Martínez Andrade, armado de un FAL belga comenzó a vertebrar una guerrilla en el norte de Las Villas. La primera acción significativa de la guerrilla de Amoldo Martínez, tuvo lugar el 18 de septiembre, cuando tomó el poblado de Río, donde nueve milicianos fueron heridos en cómbate. Al mes siguiente, en la finca Juan Velozo, la guerrilla rgmpió un cerco en el que murieron dos milicianos. El 20 de noviembre la milicia les tiende otro cerco en la finca Las Flores, pero la guerrilla logra huir. Pedro Pino, uno de los hombres de Arnoldo murió en este combate. A pesar del constante acoso, Arnoldo y sus hombres lograron quemar sembradíos en la zona Caibarién y Chambas, también tirotearon un vehículo del régimen en la carretera del circuito norte. En el mes de diciembre los alzados quemaron un jeep del Central Adelaida, mataron a dos milicianos en las cercanías de Sagua la Grande, destruyeron el tren del Central Narcisa y eludieron un cerco de milicia en Aguada de Pasajeros. A comienzos de 1962, y perseguidos por centenares de milicianos y soldados, el reducido grupo de valientes guerrilleros rompieron un cerco en Guavabo, capturaron seis rifles de la cooperativa del Barrio Amarillo, y quemaron un camión del régimen en la carretera de Meneses.
Aunque nunca existieron más de seis grupos con un total de setenta combatientes, los alzados del frente norte de Las Villas y Camagüey se mantuvieron activos desde 1961 hasta finales de 1965. Las bajas que le causaron al aparato militar del régimen fueron numerosas e incendiandos muchos edificios y vehículos del gobierno.
Entre los jefes guerrilleros más conocidos que operaron en esa zona y durante diferentes períodos de esta guerra, se encontraban Juan Martínez Andrade, el hermano de Arnoldo, y Manolito López, apodado El Loco. López era un muchacho de sangre fría que se había alzado a principios de 1960, cuando era menor de edad. Capturado, fue enviado a la cárcel para menores de Torrens, de la cual escapó para alzarse nuevamente. Para fines de 1961, López se había convertido en uno de los jefes guerrilleros más odiados por la milicia de Camagüey.
Otros jefes guerrilleros fueron Floro Camacho y Everardo Díaz Brunet, conocido por Frías, ambos veteranos del Ejércitd Rebelde, y Mario Bravo, que era barbero y en su historia guerrillera consta que logró eludir docenas de cercos. También se destacó mucho un carnicero de Iguara, Adalberto Méndez Esquijaroza, llamado El Quia, que medía seis pies y medio y pesaba más de doscientas libras de puro músculo. El Quija era un hombre arriesgado, en una ocasión logró romper un cerco robándose un caballo de un potrero y cruzando al galope las líneas de miicias, a la vez que disparaba dos ametralladoras M3 como si fueran pistolas. En otra acción El Quija fue herido por una ráfaga de ametralladora, y a pesar de tener cinco balas en su cuerpo, logró evadir el cerco. Adalberto Mendez Esquijaroza El Quija estuvo activo en la zona norte desde 1961 hasta 1963, año en que se desplazó a la zona del Escambray, donde supuestamente fue
capturado y fusilado.
El Quinto Cuerpo del Ejército de Camagüey contaba con aproximadamente treinta mil hombres dirigidos por el Comandante Demetrio Monseney Villa; y tenía varias compañías especiales de Lucha Contra Bandidos (LCB)que eran dirigidas por el primer teniente Manuel Castañeda, y los tenientes Dennis Carvajal, Teobaldo Castillo, Emilio Reyes, Francisco Márquez Mola y el Capitán Pedro Nodal Loyola, Jefe de Operaciones Provinciales del LCB. Las tropas especiales del LCB eran utilizadas para enfrentar a las guerrillas dentro del cerco, una vez que se ubicaba la posición de un grupo de alzados. El LCB era respaldado en los cercos por las unidades militares del M I N FA R y por las milicias provinciales de Camagüey. Todas estas unidades militares tenían a su disposición amplios recursos de transporatación, vehículos blindados, artillería ligera y morteros. El Quinto Cuerpo del Ejército de Camagüey también contaba con un amplio aparato de inteligencia militar y civil. El primer teniente Rubén Montero era el jefe del Departamento de Seguridad del Estado (Sección Bandas) a nivel provincial. Montero era asistido por el teniente Arturo Hernández. Ambos hombres dirigían un equipo represivo en el cual se encontraban los tenientes Valenzuela, Daniel Reche y Sergio Rodríguez del Rosario, ayudante de Montero. Este equipo coordinaba las labores con el Teniente Zamora, jefe de la policía en la zona de Chambas, y Hermitano Echemendía, jefe de milicias en la zona de Tamarindo.
Todo este inmenso aparato militar y represivo fue utilizado para aplastar a unas cuantas docenas de alzados, dispersos en varios grupos real armados. Es evidente que la lucha entre los alzados y las unidades castristas, en todos momentos de esta guerra fue una lucha desigual. Lo demuestra las tácticas empleadas por las guerrillas en Camagüey.
Durante los años 1962 y 1963 hubieron sangrientos combates en el Cayo de Las Mujeres, Boquerón, Monte La Cruz, Loma de Los Barriles, El Trillón, finca Jobo Rosado, Sabana de Imías, Colonia La Habana, Esmeralda, v la zona de Jatibonico. Entre las tropas castristas que perecieron en estos combates se encontraban dos importantes oficiales de LCB, el jefe de sector teniente Delfín Luis Paz, y un jefe de las Compañías Especiales, Oscar Figueredo. Paz fue muerto con dos de sus hombres en Monte La Cruz el 5 de febrero de 1963, al caer en una emboscada tendida por el Jefe Guerrillero Juan Alberto Martínez Andrade. El 18 de agosto de 1962, en la zona conocida por Los Barriles. Figueredo rodeó a la guerrilla de Manolito López López El Loco que murió en el combate, pero antes de caer, tres balas de su M 1 se incrustaron en el pecho y en el vientre de Figueredo, quien murió instantáneamente.
Después de la muerte en combate de Arnoldo Martínez Andrade en julio de 1962, cerca de Yaguajay, la zona del frente norte de Las Villas y Camagüey quedó bajo el mando de su hermano, Juan Alberto Martínez Andrade. Los Martínez Andrade estaban como muchas familias cubanas, divididas en sus sentimientos. Dos hermanos fueron guerrilleros y otros dos fueron milicianos.
A la guerrilla de Juan Alberto el régimen castrista le atribuyó más de un centenar de sabotajes y de crímenes contra el Estado. Elusivo, Juan Alberto logró escaparse en varias ocasiones de los cercos castristas. El 10 de diciembre de 1963, en las cercanías de Jatibonico fue rodeado y dos de sus hombres fueron capturados, pero Juan Alberto rompió el cerco matando en la refriega a un sargento del LCB. Tres meses más tarde, el 7 de marzo de 1964 en la loma Los Indios en la cordillera de Florencia, fueron sorprendidos y cercados por un operativo del LCB cuando Juan Alberto y sus hombres se reunían con la guerrilla de Mario Bravo Cervantes. Los dos jefes guerrilleros y sus hombres rompieron cerco, y se internaron en los montes de la zona. Dos soldados del LCB fueron heridos.
Sin embargo, las guerrillas estaban debilitándose, habían arrestado a centenares de colaboradores y suministros y muchos recibieron condenas carcelarias. Las condiciones para llevar adelante esta guerra no eran las más propicias, el país subsistía a base de tarjetas de racionamientos, los bienes de consumo para avituallar a las guerrillas cada día eran más difíciles de obtener, la represión desplegada por el régimen hacía casi imposible conseguir armamento y balas y perseguidos por miles de soldados enemigos, los grupos guerrilleros de la zona norte empezaron a desintegrarse.
En mayo de 1964, el LCB se apuntó una sangrienta y rápida victoria. Los guerrilleros sufrieron seis bajas y dos milicianos fueron muertos, en un breve pero muy mortífero combate en Aguacate. Un guerrillero herido, Estervino Gutiérrez, fue capturado por el LCB. Gutiérrez, un ex soldado del Ejército de Batista, pactó con el diablo para salvar su vida y delató a todos los campesinos que él conocía en la línea de suministros, y se ofreció para servir de práctico al LCB en
su búsqueda de alzados. Durante meses, el ex guerrillero armado con un rifle soviético, participó en numerosos cercos contra sus antiguos compañeros de lucha. Pero las cosas cambiaron para el traidor en 1965. Clemente Aragón, un alzado capturado por el LCB fue interrogado por oficiales de la Seguridad del Estado, los que lo trataron de implicar en el ahorcamiento del soldado y miembro de la Unión de Jóvenes Comunistas Roberto Gutiérrez en 1964. Aragón admitió que él había ahorcado al soldado del LCB y que no lo había hecho solo. En la seguridad de que sería fusilado, Aragón narró el ajusticiamiento del comunista, implicando directamente a Estervino Gutiérrez en los hechos. Clemente Aragón fue fusilado, pero tuvo la satisfacción de ver morir a su lado a Estervino Gutiérrez, traidor de las guerrillas.
El 10 de junio de 1964, las guerrillas de Floro Camacho y Frías Brunet fueron cercadas en la zona de Nogueras. Brunet murió en el primer encuentro. Entre las bajas sufridas por el LCB, se encontraba el Capitán Pedro Nodal Loyola que fue herido en una pierna. Los alzados se parapetaron en una cueva desde donde resistieron a las tropas castristas durante cuatro días. El cuerpo de Brunet comenzó a descomponerse y el mal olor en la cueva se hizo insoportable; sin agua que tomar, los alzados chupaban pasta de dientes para mantenerse húmeda la boca. Floro Camacho tenía una herida infestada en una mano. Los hombres del LCB, habían sellado las entradas de la cueva y esperaban pacientemente, tocando música por los altoparlantes. El día 14, los guerrilleros, con heridas infestadas y las lenguas hinchadas por falta de agua, se rindieron. Floro Camacho fue fusilado.
Una semana después, en la Loma del Blanquizal de Mayajigua, el Comandante Lizardo Proenza del LCB dirigió un inmenso cerco para atrapar a Mario Bravo Cervantes y a ocho de sus hombres. En esta operación establecieron un cerco de siete kilómetros cuadrados para capturar a los nueve guerrilleros, destinándose ocho batallones del LCB con quinientos veinte y ocho hombres cada uno, que sumaban un total de más de cuatro mil hombres. Por largo tiempo el LCB había perseguido a Mario Bravo, el Comandante Guerrillero de 25 años de edad quien era uno de los hombres más dificiles de arrinconar en toda Cuba. Con melena larga, vestido de verde olivo y armado de un `rifle chaco M52, Mario Bravo era un líder natural. Sus hombres usaban jícaras como cascos, para desde la distancia lucir como soldados del MINFAR involucrados en el cerco. Fi .ás de una ocasion los alzados habían marchado a la retaguardia la de las columnas del ejército que se movían por las carreteras, confundiéndose con los miles de soldados que rastreaban is zona.
Pero el comandante Proenza se puso de suerte, lograron capturar a un alzado, quién delató la posición de la guerrilla. Rápidamente el LCR cerró el cerco. En la acción murió un soldado castrista y otro resultó herido. Un guerrillero murió en el combate y tres fueron capturados heridos. A pesar del cerco de cuatro mil hombres, tres alzados lograron escapar el anillo de la muerte. Mario Bravo fue capturado en grave estado, tenía la mandíbula destrozada por una bala de ametralladora VZ, y su pecho y cuello llenos de fragmentos de granada. El escritor castrista José Norberto Fuentes escribió varios relatos sobre la captura y muerte de Mario Bravo, pero los historia no se ajusta a las versiones ofrecidas por los hombres que estuvieron presentes en el combate como oficiales del régimen castrista y que hoy se encuentran en el exilio. Fuentes narra como Mario Bravo le besó las manos a sus captores, portándose cobardemente. Nada más incierto. El jefe guerrillero, en sus últimas horas se portó como el hombre que siempre fue, su último gesto fue el de regalarle su reloj de pulsera al enfermero que lo atendió.
Los combates continuaron. En julio de 1964 murió en un combate en Bella Mota el guerrillero Paco la Rosa. La Seguridad del Estado, utilizando delatores y por confesiones obtenidas por medio de torturas, fue ubicando a los grupos guerrilleros, cercándoloscon tenacidad. El 6 de julio de 1965 en el Valle de los Ramones, Juan Alberto Martínez Andrade fue cercado por tropas del LCR que eran dirigidas por Lizardo Proenza y el teniente Sergio Rodríguez. Sirviendo de práctico del LCR había otro ex guerrillero convertido en traidor, Eduvino García Aragón. Heriberto Bartolo Labrada y Juan Alberto Martínez Andrade murieron en el combate. Tres alzados lograron eludier el cerco.
Tres meses más tarde, el 6 de octubre de 1965, dos guerrilleros fueron capturados y el último alzado Rafael Labrada Martínez, murió en combate. Los Labrada Martínez eran tres hermanos, y todos murieron alzados contra el castrismo en la Provincia de Camagüey.
Todos los jefes guerrilleros de Camagüey, los hermanos Martínez Andrade, Floro Camacho, Frías Brunet, El Loco López, y Mario Bravo hoy descansan en tumbas anónimas en suelo cubano.
Así terminó, a finales de 1965, una operación militar en la que treinta mil hombres bien armados estuvieron cuatro años para derrotar a setenta alzados, mal armados y hambrientos.
El Centro de Investigaciones Históricas de la Seguridad del Estado (CIHSE) estima que las pérdidas de vidas humanas “se acercan a las 700” entre caídos en combate, víctimas civiles de los grupos insurgentes —“hubo 299 bandas y unos 3995 alzados”— más otras personas que murieron por diversas razones relacionadas indirectamente con la guerra civil. Al respecto de las operaciones de suministro a los alzados, el Inspector General de la CIA Lyman Kirkpatrick informó: “Alrededor de 151.000 libras de armas, municiones y equipos se enviaron por aire, pero no se lanzaron realmente más de 69.000 libras, pues el resto fue devuelto a la base. Y de estas 69 000 libras por lo menos 46.000 fueron capturadas por fuerzas de Castro, que se apoderaron de diez cargamentos, mientras que nuestros agentes solo pudieron recuperar tres”.
Es conocido la infiltración de agentes en los grupos de alzados durante la lucha guerrillera en contra del totalitarismo Castrista que se llevó a cabo durante el primer lustro de la década de los años 60s;en la foto aparecen Orlando Hernández Lema y Reineiro Perdomo los cuales eran agentes infiltrados en los grupos de alzados de Evelio Duque y Osvaldo Ramirez respectivamente.
Ahora bien, el asesinato de Manuel Ascunce Domenech y el ajusticiamiento de Pedro Lantigua fue llevado a cabo oficialmente por el casi desconocido grupo dirigido por Braulio Amador Quesada ( este grupo era una tenientura itinerante con escasa comunicación con la capitanía y la comandancia correspondiente según la dirección establecida entre los grupos de alzados en las montañas de El Escambray ; nada de participación de los jefes reconocidos Pedro Sánchez ni de Julio Emilio Carretero; eso lo demuestran los documentos desclasificados del DSE)
. Desconozco la relación de Alberto Núñez Betancourt." Junior" para sus conocidos y " el agente Félix " para el DSE con ese grupo de Braulio Amador; se que cumplió prisión política pero no se cual fue su causa y si estuvo anteriormente ¨alzado¨. Un supuesto reclutamiento de Junior durante la prisión politica, que es la versión oficial dada por el régimen, puede servir para proteger el secreto de misiones Castristas llevadas a cabo por Junior como agente antes de ese momento.
La duda que tengo es que esa información que da Fariñas no se ajusta al hecho de que Pedro Lantigua era un eficiente guía de las tropas castristas para detectar y localizar a los alzados y sus refugios; su desempeño había provocado la muerte y encarcelamientos de algunos de esos luchadores rurales. Esta información sobre Pedro Lantigua fue dada por Anibal Velaz, uno de los jefes militares dela contrainsurgencia Castrista en esas montañas en aquella época, durante el ¨juicio ¨ conocido como la Demanda del Pueblo de Cuba contra el Gobierno de Estados Unidos, el cual se efectuó en Cuba en la segunda mitad de los años 90s.Por otra parte, familiares de Fariñas fueron destacados combatientes que durante esos años defendieron a la dictadura, hasta su padre combatió en el Congo junto al Che Guevara, luego la información que tiene Guillermo Fariñas dada las relaciones de su familia y conocidos no se puede en nada desechar.
De ser verdad lo que afirma Fariñas sobre las muertes del joven brigadista Manuel Ascunce Domenech y de Pedro Lantigua, entonces el Castrismo es más perverso que lo que yo pensaba, lo cual ya era extremadamente alto.
Todas las ilustraciones de mi nota son del libro ¨30 Años de la Seguridad cubana. Las reglas del Juego¨de la Comisión de Historia de los Órganos de la Seguridad del Estado. Dirección Política Central. Ministerio del Interior, en el cual básicamente además de dar una versión muy parcializada y tergiversada de lo ocurrido dentro de Cuba, se callan la labor de esos órganos en el Exterior cubano con lo cual esa ¨Historia ¨ queda reducida a la mitad; así ha de ser lo que han hecho para seguir con el cuento del ¨David contra Goliat¨, que no hay manera de contarla sin dañar grandemente ese cuento.
Las tempranas relaciones políticas, militares, de Inteligencia y Contrainteligencia con la Unión Soviética y otros países en el marco de la mal llamada Guerra Fría, las invasiones Castristas que partieron tempranamente de Cuba (desde marzo-abril de 1959, a Panamá, Nicaragua, Santo Domingo, Haití, etc.) y otras acciones subversivas no escapaban a los órganos de Inteligencia de los EE.UU., los cuales tenían informado al Presidente Dwight D. Eisenhower, el cual el 17 de marzo de 1960 aprobó el documento titulado “Un programa de acción encubierta contra el régimen de Castro”,con el objetivo de derrocar a la amenaza que se establecía a 90 millas de las costas de EE.UU. pese a que su gobierno de manera extraordinariamente rápida había reconocido la llegada al poder del nuevo régimen en Cuba.
Etiquetas: alzados, bandas, bandidos, combatientes, cuba, Enrique Encinosa, escambray, guerrillas, Héroes del Escambray, la guerra olvidada, lcb, libro, limpia del escambray, lucha guerrillera, milicianos
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