viernes, mayo 19, 2023

Alberto Roteta Dorado: MARTÍ ANTIMARXISTA

 MARTÍ ANTIMARXISTA

Por: Dr. Alberto Roteta Dorado


Santa Cruz de Tenerife. España.- Se ha especulado demasiado sobre las posiciones políticas y filosóficas del gran héroe cubano José Martí, cuyo aniversario 128º estamos recordando hoy, 19 de mayo. Para no resultar reiterativo, toda vez que he escrito varios artículos y ensayos publicados en algunos medios, trataré de ser lo más objetivo posible, y también lo más breve que pueda, con la intensión de llevar a los lectores los elementos esenciales que demuestren la firme postura del Apóstol en relación con su antimarxismo y antisocialismo. De modo que lo especulativo, mediante la subjetividad, pueda dejar paso a lo objetivo a través de la propia palabra del Maestro.

Nada mejor que ir a la sabia enseñanza del colosal autor de “Versos Libres” para demostrar su verdadera postura en este sentido. Acudiré a unas pocas referencias de su extensa obra escrita para que los lectores puedan comprender, de una vez, que Martí jamás profesó el socialismo, y mucho menos el marxismo como, por desgracia, el régimen comunista de Cuba ha tratado de imponer mediante la tergiversación de su sagrada enseñanza. 

Cuando murió Ralph W. Emerson, en 1882, y Karl Marx, en 1883 y, José Martí, contemporáneo de ambos, hizo referencia a sus vidas y obras. Recordemos que Martí ejercía el periodismo y era publicado en varias revistas y diarios de su tiempo. Se encontraba en la cumbre de su carrera periodística, siendo publicado en más de una veintena de medios, ya fuera en los Estados Unidos de América, donde vivió la mayor parte de su vida, o en varias naciones de Centroamérica y Suramérica. 

Al filósofo trascendentalista Ralph W. Emerson le dedicó uno de los más colosales ensayos que se han escrito en las letras hispanoamericanas, escrito que se publicó por primera vez, justo un día como hoy, 19 de mayo, pero de 1882, en La Opinión Nacional, en Caracas, Venezuela, y que el propio Martí, en su testamento literario, recomendó a Gonzalo de Quesada y Aróstegui, que se incluyera en el tomo dedicado a los norteamericanos en el proyecto de edición de sus obras. Este ensayo, además de ser prefecto desde el punto de vista estilístico, es extenso y profundo, lo que demuestra sobremanera la admiración de nuestro apóstol por el gran pensador estadounidense, lamentablemente, demasiado olvidado en nuestros días. 

Sin embargo, al morir Karl Marx solo redacta unas brevísimas líneas que publicó en las páginas del diario “La Nación”, el 29 de marzo de 1883. En este escrito lo llamó "alemán de alma sedosa y mano férrea"; pero también afirmó que “anduvo de prisa, y un tanto en la sombra”, lo que demuestra el desacuerdo del héroe de Dos Ríos con los postulados socialistas marxistas.

Marx había muerto, y nos guste o no, fue un personaje con cierta trascendencia en la contextualidad del proletariado europeo de las últimas décadas del siglo XIX. Un periodista de la altura de Martí no podía pasar por alto este suceso, de ahí que se sintiera comprometido con los diarios para los que colaboraba ante la muerte de Marx. Las breves palabras dedicadas al autor de “La miseria de la filosofía” son una prueba irrefutable de lo que afirmo. La extrema brevedad y sencillez de este escrito – algo no habitual en José Martí– lo convierten en una simple nota necrológica de cumplido; pero jamás en un ensayo o escrito como el que dedicó un año antes al filósofo norteamericano Ralph W. Emerson. 

De esta nota necrológica dedicada a Marx al profundo y extenso ensayo dedicado a Emerson va un buen trecho. Para Emerson todos los elogios del mundo, amén de hacer una panorámica general sobre su obra, la cual Martí conocía sobremanera. Para Marx unas breves líneas, y entre sentencias y afirmaciones escuetas acerca de su labor, una constante confrontación con los postulados expuestos en sus doctrinas filosóficas y sociales. 

Martí afirma en el citado escrito dedicado a Marx: “Karl Marx ha muerto. Como se puso del lado de los débiles, merece honor. Pero no hace bien el que señala el daño, y arde en ansias generosas de ponerle remedio, sino el que enseña remedio blando al daño”. Estas primeras líneas de la nota periodística resultan interesantes y merecen ser comentadas. Primero le señala el lado aparentemente bueno: “se puso del lado de los débiles, merece honor”, frase que sacada de su contexto nos pudiera dar la idea de un Martí que admira a quien llamó “el pensador más poderoso del mundo del trabajo”.

Sin embargo, si analizamos la frase inicial de la nota necrológica en su totalidad encontraremos la verdadera pretensión de José Martí, esto es, refutar constantemente los postulados marxistas: “no hace bien el que señala el daño, y arde en ansias generosas de ponerle remedio, sino el que enseña remedio blando al daño”. El autor de “Versos Libres”, con su exquisita agudeza y visión futura, fue capaz de entrever lo que originaría la idea marxista del enfrentamiento entre el proletariado y la burguesía, las clases antagónicas que, según Marx, estaban llamadas a una tenaz lucha, siendo el proletariado el encargado de aniquilar a la burguesía; premisa que siguen sosteniendo los marxistas actuales a pesar de la demostración de lo ineficaz que resultan las propuestas de los regímenes socialistas inspirados en la propuesta marxista.  

Luego Martí expresa: “espanta la tarea de echar a los hombres sobre los hombres. Indigna el forzoso abestiamiento de unos hombres en provecho de otros. Mas se ha de hallar salida a la indignación, de modo que la bestia cese, sin que se desborde, y espante”, frase que no necesita comentarse, toda vez que resume la esencia del marxismo en su verdadero rostro: “echar a los hombres sobre los hombres”, esto es, la lucha armada de las masas proletarias – según Marx, las encargadas de abolir a la burguesía– con el objetivo de establecer un nuevo orden político y social: la instauración de la dictadura del proletariado, algo que Martí consideró uno de los más graves y grandes errores de su doctrina, lo que demuestro al citar las propias palabras del Maestro: 

“Todo el poder que iría adquiriendo la casta de funcionarios, ligados por la necesidad de mantenerse en una ocupación privilegiada y pingüe, lo iría perdiendo el pueblo, que no tiene las mismas razones de complicidad en esperanzas y provechos, para hacer frente a los funcionarios enlazados por intereses comunes. Como todas las necesidades públicas vendrían a ser satisfechas por el Estado, adquirirían los funcionarios entonces la influencia enorme que naturalmente viene a los que distribuyen algún derecho o beneficio. El hombre que quiere ahora que el Estado cuide de él para no tener que cuidar él de sí, tendría que trabajar entonces en la medida, por el tiempo y en la labor que plugiese al Estado asignarle, puesto que a éste, sobre quien caerían todos los deberes, se darían naturalmente todas las facultades necesarias para recabar los medios de cumplir aquéllos”.

Si continuamos analizando el mencionado escrito dedicado a la muerte de Marx nos encontraremos con una frase determinante para demostrar la postura de Martí en relación con el marxismo, y de manera particular con la visión de su fundador: “Karl Marx estudió los modos de asentar al mundo sobre nuevas bases, y despertó a los dormidos, y les enseñó el modo de echar a tierra los puntales rotos. Pero anduvo de prisa, y un tanto en la sombra, sin ver que no nacen viables, ni de seno de pueblo en la historia, ni de seno de mujer en el hogar, los hijos que no han tenido gestación natural y laboriosa”. 

Como en las palabras analizadas antes, Martí comienza con una frase que resulta ser un tanto halagadora: “estudió los modos de asentar al mundo sobre nuevas bases, y despertó a los dormidos”. Vale la pena cuestionarnos ahora a que se refiere el Apóstol cubano cuando expresa que despertó a los dormidos. No creo que esté haciendo referencia a un despertar que conduzca a una verdadera toma de conciencia, sino a la posibilidad de esos enfrentamientos que ya había comentado antes y que resumió brillantemente en la frase: “espanta la tarea de echar a los hombres sobre los hombres”, perteneciente al mismo escrito. 

De inmediato Martí reflexiona a continuación de esta sentencia y expresa: “Pero anduvo de prisa, y un tanto en la sombra, sin ver que no nacen viables, ni de seno de pueblo en la historia, ni de seno de mujer en el hogar, los hijos que no han tenido gestación natural y laboriosa”. Idea esencial para comprender, de una vez y por todas, las serias discrepancias de Martí con el autor de “El Capital”. Andar en la sombra puede ser interpretado de múltiples formas. Desde la ingenuidad de una simple metáfora hasta la radical reafirmación de un Marx ajeno a la realidad de los proletarios, para los que, se supone, está hecha su doctrina de la lucha de clases y del establecimiento de la dictadura del proletariado. Como todos sabéis Marx jamás trabajó entre las masas proletarias; sino que observó y describió el fenómeno desde la sombra – utilizando la frase martiana–, esto es, completamente ajeno a la realidad del “mundo del trabajo”. El resto de la frase es bien explícita para comentarla. Solo recordar que es una reafirmación de la posición antimarxista del genial hombre que recordamos hoy, en el aniversario de su muerte. 

La brevedad del escrito dedicado a Marx no permite ahondar más en el asunto. Martí fue un precursor del antimarxismo; aunque el régimen cubano intente ocultarlo. Ya me he referido en otros escritos a las falsas hipótesis basadas en la idea de un desconocimiento de Martí acerca de la obra de Marx. Tal vez no profundizó en el estudio de las obras de Marx. No era de interés para Martí penetrar en los postulados que sustentan la doctrina marxista. No obstante afirmar que fue un desconocedor de su obra es un disparate. Sencillamente no simpatizó con el marxismo y basta. Estudió y profundizó en las enseñanzas de muchos filósofos como Hegel, Fichte, Schelling, Balmes, y de manera particular Krause, porque sus obras le resultaban convincentes – independientemente de que fue capaz de discrepar con autoridad y sapiencia en varios aspectos de ciertos puntos de sus propuestas–. 

La exclusión de Karl Marx demuestra que no era de su interés ahondar en algo que no compartía. Martí jamás podrá ser considerado como un admirador de la figura de Karl Marx y menos aún como un marxista. No hay derecho a situarlo junto al pensador alemán que tanto daño ha hecho, y que aún después de muerto y sepultada su enseñanza en gran parte del mundo, sigue haciendo a la humanidad del presente. 

*************


Etiquetas: , , , , , , , , , ,