Un vecino del siempre cuestionado Uberto Mario escribe sobre el regreso de éste a Cuba tras retirase en EE.UU.
(Página de Facebook de Oscar Pampillo)
Uberto Mario, mi vecino, amigo de la infancia de mi primo Armandito, de Los Camilitos. viniste a este país porque lleno de glorias del nuestro a echar palante a tus amigos revolucionarios.
Allá siempre fuiste una rata y aquí, en este país que te abrió las puertas, no tuvisteis agallas para triunfar y como no triunfaste tampoco trabajando 19 años en La Carreta de la Calle 8 volvisteis a ser otra vez chivato.
¿No te da penas ser tan asqueroso, (como te decía mi primo).
¡ASQUEROSO!
Te gusta ser chivato y lo disfrutas y por eso eres el perdedor clase A más cobarde que he visto.
Tú eres el tipo más (otra vez) asqueroso que yo he conocido en mi vida.
Eres la resaca del viejo comunista borracho, eres la miserable actitud de una persona que ha vivido toda su vida de CHIVATO y vas a morir siendo CHIVATO BARATO.
Yo conocía a tus jefes estupido.
Te juro que te vamos a denunciar por doble agente traidor cantinero.
Te escribe esto Oscarito Pampillo, el hijo de Ofelia, tu vecino y me cago en Pastrana por haberte parido miseria de persona.
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(Fotos de Uberto Mario en su juventud en Cuba cuando trabajaba en Radio Guamá. Video de Uberto Mario donde dice supuestamente las razones por las que no iría a Cuba nientras estuviera la tiranía y su consejo a aquellos colegas que han hablado o escrito y desean ir a Cuba. Las fotos y el video fueron añadidos por el Bloguista de Baracutey Cubano)
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Tomado de https://www.facebook.com/elprofeylaislabella
(Página de Carlos Lazo (Puentes de Amor))
Declaración de Uberto Mario, un cubano que regresó del odio
¿Por qué voy a Cuba?
Vine a Miami hace 20 años. Llegué vociferando mentiras y estupideces contra Cuba y lleno de un odio que no me dejaba dormir tranquilo. Hoy me avergüenza recordar todo aquello. Y mientras, paralelo a eso, en Cuba, mi hijo crecía, estudiaba y se me hacía Doctor en Ciencias. ¡Qué cosas tiene la vida!
Y así pasaron mis años en esta ciudad, un lugar donde hay mucho amor silencioso, pero donde el odio campea por su respeto. Yo era parte de ese odio. Pasé mucho tiempo buscando respuestas y tratando de hallarle un sentido a mi vida. Andaba como un ciego, dando bastonazos y no hacía más que tropezar y caer.
Finalmente, después de casi dos décadas de ausencia, el año pasado por fin regresé a Cuba. Allí me reencontré con mi barrio, con mis vecinos y con mi familia. Fue como si me despertara de una pesadilla. Fue como si de pronto abriera otra vez los ojos y volviera a ver la luz. Aquella gente de la que yo había dicho tantas cosas feas e injustas me recibieron como a un hijo querido que regresa a casa. No hubo recriminaciones. No hubo caras largas. Entonces comencé a luchar para curarme y mantenerme en el “trillo” del amor.
Lo primero que hice para encontrar esa sanación que necesitaba fue acercarme a viejos amigos, aquí en Miami. Gente que conocía desde mi infancia y que sentían por Cuba lo que yo había redescubierto ahora. También lo logré ayudado en parte por Puentes de amor. Ese proyecto, entre ofensas y aplausos, ha logrado aglutinar a muchos cubanos como yo, gente de bien que un día sintió odio y resentimiento pero que regresó de ese odio. No me apena decirlo. Puentes de amor es hoy para mí una especie de hermandad o templo, con gente que pueden ser católicos, santeros, cristianos o ateos y donde el único culto que se practica es al amor incondicional a la familia cubana.
Y por eso y por mucho más es que voy y seguiré yendo a mi país a ver a mi familia y a colaborar en todo lo que se pueda. Por eso voy a Cuba. Porque allí están los míos, los de mi sangre, los del barrio y toda mi gente. Por eso apoyo a Puentes de amor. Porque esos cubanos diversos no invierten en armas, ni en manifestaciones para incitar al desorden y la violencia, todo lo contrario. Puentes de amor llena las bolsas de medicinas, alimentos y esperanza, para todos nuestros compatriotas, desde el cabo San Antonio hasta la punta de Maisí. Puentes de amor promueve la doctrina del amor entre todos los cubanos, sin pedir nada a cambio.
Voy a Cuba a darle la mano al guajiro Sanluiseño que, de sol a sol, ya prepara su nueva cosecha tabacalera. Voy a Cuba a jugar pelota con los chamacos del barrio que quieren ser como Linares o Casanova. Voy a Cuba y ayudo a mis hermanos cubanos, porque yo también soy de allí, de donde hay un río y soy de donde se dice: Asere qué bolá… También soy de donde se abrazan amigos de toda la vida a quienes no les importa el odio porque ellos han optado por el amor.
Hoy día me interesa más la familia cubana (y poner un granito de arena para aliviar un poco las necesidades de mi barrio) que perder mi tiempo en escribir o gritar frases de odio contra mis hermanos. Y me dedico, sobre todo, a cerrar filas contra el bloqueo criminal e injusto que Estados Unidos le ha impuesto a mi humilde pueblo.
¿Qué más? Hoy estoy en paz. Hoy encontré lo que busqué por muchos años. Regresar a casa me hizo ver la luz. Es simple. ¡Por eso voy a Cuba!
UBERTO MARIO
CUBANO-AMERICANO.
Residente en Miami Beach,Florida.
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Coloresperanza
Video de hace 16 años:Patricia Poleo y Uberto Mario
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Tomado de http://baracuteycubano.blogspot.com/
Tomado de http://ovario2.com/
Mario Uberto ya ha publicado varios trabajos sobre su experiencia como agente de inteligencia cubana. Se identifica como “periodista radial y exagente de la inteligencia cubana bajo el alias de Marcos”. Asevera que fue captado por el MiNINT (Ministerio de Iinteligencia cubana) en febrero de 1987, labor que desarrolló hasta su deserción en el 2003.
Actualmente reside en Miami. Esto fue lo que escribió tras el escándalo del audio donde el exconductor de La Hojilla, Mario Silva, lanza graves acusaciones contra funcionarios de Gobierno: Venezuela y los serios asuntos de la inteligencia cubana
Venezuela y los serios asuntos de la inteligencia cubana
Llegué a Venezuela el 16 de diciembre de 1999 y me mantuve entrando y saliendo del país, en misiones del gobierno cubano, hasta noviembre del 2003. Muchas de las veces en que salí a un país latinoamericano lo hice con pasaporte venezolano, con el nombre de José Carlos Contreras, el mismo que tuve en mi cédula de identidad y con la que voté en el referendo del 2011 para aprobar la Constitución Bolivariana, la Bicha, como la llamaba Hugo Chávez (la cédula la utilizaba en funciones de trabajo, moviéndome por todo el pais, y se guardaba en la Embajada cubana, pues se consideraba que era un documento para misiones especiales al igual que el pasaporte venezolano).
Fui el primer enviado del ICRT (Instituto Cubano de Radio y Televisión) a Venezuela para montar las primeras 10 emisoras de radio comunitarias en los cerros de Caracas, en julio de 2003 (ya hoy existen 540 en todo el país). Como agente de la inteligencia, realicé “trabajo profiláctico” con todos los médicos cubanos, di seguimiento a periodistas de Globovisión como Leopoldo Castillo y Orlando Urdaneta, y fui correo de confianza para el traslado y recogida de documentos gubernamentales desde y hacia Cuba, a través de Trinidad y Tobago, Chile, Colombia, Aruba, Surinam, Panamá, Nicaragua y Honduras. A todos esos países siempre fui a buscar documentos y valijas para llevar a Cuba, residiendo en Venezuela.
Siniestro personaje
También trabajé en el aseguramiento de las visitas de Fidel Castro a Venezuela, estuve a cargo de todos los grupos de reporteros de radio y televisión de Cuba que visitaron el país, y se me asignaron tareas de contrainteligencia relacionadas con los cuadros cubanos allí, como Alberto Juantorena y el doctor Rafael García Portela, así como del personal de prensa de la embajada cubana.
No me sorprendió el caso de la conversación de Mario Silva, el siniestro personaje de “La Hojilla”, Mario-Silva11con el oficial de la inteligencia cubana Aramís Palacios. El escándalo se destapó el pasado 20 de mayo y forzó la inmediata salida del aire del presentador chavista.
Silva es un hombre de bandera roja, de padres comunistas de origen español (padre gallego y madre canaria), identificado como un revoltoso en las empresas en que trabajó, un gritón callejero. Llega a las altas esferas del gobierno venezolano después de 1999, de la mano de Maria de la Paz Higueras, una boliviana nacionalizada venezolana y también comunista. Antes de fundar “La Hojilla”, en el 2004, se vincula a Aporrea.org, un sitio digital que ellos montan con nombres falsos para escribir artículos contra cualquier persona incómoda.
Desde el 2000, Amado Hernández Iturraga, Regla Trufin (que ya no está tampoco porque desertó) y Angel Gámez, hijo del general Oscar Gámez, rector del Instituto Superior del MININT (Minsiterio de INteligencia cubana) “Capitán San Luis”, trabajábamos en un grupo operativo que decidió mandar a Silva a Cuba. Lo mandamos por tres meses al instituto del MININT, por donde han pasado muchos venezolanos, y cuando regresó nos reuníamos todos los sábados, a la 1 pm, en La Candelaria, una pizzería italiana de Caracas.
Lo que no quiso cumplir
Un día le propusimos que se volteara y se infiltrara dentro de la oposición venezolana, pero no quiso. Se acobardó. Entonces le enviamos un informe a Tomás Rodríguez, jefe de Centro de Inteligencia en Venezuela, diciéndole que “el gordo” (también mencionado como La Foca) no servía para eso. Silva habló con José Vicente Rangel para que no le diéramos esa tarea y nos confesó: “Mira, yo prefiero estar aquí echándole plomo a la oposición por la televisión, pero no infiltrarme”.
Ahora lo escucho en su grabación con Aramís Palacios, alias El Gato, utilizado por los servicios de la inteligencia cubana. Aramis, santiaguero, cuyo nombre de guerra es “Roque”, es quien lo entrevista. Estuvo por Centroamérica en varias embajadas, fungió como jefe de Centro en Bolivia y vino a Venezuela para remplazar a Tomás Rodríguez, tras la salida del embajador cubano Germán Sánchez Otero en el 2009. Rodríguez es uno de los asesores que está ahora mismo dentro del cuerpo de seguridad de inteligencia militar de Venezuela.
El trabajo de Aramís Palacios como “entrevistador” de Silva es muy fácil de hacer, muy similar al que yo hice con varios venezolanos. Este episodio no es resultado de técnica colocada para grabarlo, sino de una grabadora puesta para que “cante”. El hombre estaba herido, porque aspiraba a dirigir la estatal Venezolana de Televisión (VTV), lo que lo convierte en una presa fácil.
Este fue un operativo diseñado para quemar a Aramís Palacios. Hay seguramente fotos, imágenes de Palacios que en cualquier momento pueden salir al aire, lo que explica su salida inmediata hacia Cuba. No importa. En Venezuela quedan figuras como el General de Brigada Alejandro Ronda Marrero, jefe de la Estación Centro en la República Bolivariana de Venezuela y conocido por muchos como “el general de los pinchos duros”; el segundo jefe de la estación, el coronel Leonardo Collazo Iglesias, ex diplomático en la misión cubana en Washington y objeto de un controversial incidente en el 2000; y el jefe de operaciones, Coronel Alcides, el agente Danilo, quien dirigió el centro en Moscú en los años 90.
Hoy en cada unidad militar de las Fuerzas Armadas Bolivarianas hay varios políticos de tropa que no son más que oficiales de la contrainteligencia militar cubana.
El caso de Raciel
Otro caso recientemente destapado me remonta a mis días de niñez y formación en Cuba.
Muchos cubanos de mi generación nos sentimos inspirados por las personas que vestían de verde olivo. Y cuando conversábamos con oficiales del MININT, era como ver a personas diferentes, hombres superiores. Yo tenía 12 años y ya quería ser “Camilito”, quería enrolarme desde temprano en un uniforme militar y llegar a ser Ingeniero Naval, Político de Tropas o Agente de la Seguridad del Estado.
Y eso fue precisamente lo que hizo Raciel García Ceballos hasta que se puso fatal y lo agarraron “con las manos en la masa”. Y digo lo agarraron, porque según las fuentes de inteligencia del ex subsecretario de Estado, Roger Noriega, el guajirito pinareño Raciel se dedicó a diseñar, estructurar y maniobrar -desde Pinar del Río- el fraude electoral que llevo a Nicolás Maduro al poder en los comicios del pasado abril.
Raciel ha sido un soldado, una marioneta, un peón más de esta madeja de trucos y acciones electrónicas que La Habana maneja con destreza. Lo afirmo porque Raciel, el agente “Segundo”, trabajó en Caracas como coordinador de información a finales del 2002. Después se fue a Isla Margarita para el chequeo y contrachequeo de la base de datos instalada en La Orchila. Esa oficina radicaba en el área turística, con fachada de agencia de viajes y buceo de la cadena cubana de turismo HORIZONTES.
Rastreando venezolanos
Más tarde, a mediados del 2003, Raciel retornó a Caracas con su jefe, Angel Games, “El Ruso” para la inteligencia cubana, con vistas a organizar en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela todo lo relacionado con el seguimiento a venezolanos en el exterior (siempre a través de sistemas computarizados), y con el plan de lo que después sería la expropiacion de la CANTV, emporio venezolano de las comunicaciones, y el rastreo pasivo y activo al Consejo Nacional Electoral (CNE).
Y como Raciel se destacó tanto en cada misión que le asignó el Departamento 11 del MININT en La Habana, la direccción secreta que se dedica a rastrear electrónicamente al mundo entero desde distintas bases en el occidente de Cuba, fue entonces que pasó a formar parte del grupo UNO, integrado por especialistas en computación. UNO funciona únicamente bajo las órdenes del General Ronda Marrero, el hombre fuerte de Ramiro Valdés para montar todo tipo de operacion encubierta en America Latina desde los años 70.
En ese grupo Raciel se especializó y trabajó en las acciones fraudulentas que Caracas lleva a cabo desde las eleccciones del 2002. UNO está conformado por más de 20 especialistas, por eso digo que alguna pifia cometió y ahora paga las consecuencias. Porque cuando se está en la inteligencia, se pagan culpas y no se cobra ninguna.
Situación difícil
Raciel, mi amigo el “Cara de bache”, el hijo de Nancy la maestra y nieto de Cuco García el barbero del Capo; el jugador de fútbol desde los “Camilitos”, el ajedrecista que siempre quería ir con blancas, enfrenta hoy una situación difícil en su carrera como oficial de la inteligencia, pues si cometió alguna indiscreción o realizó algún comentario inoportuno los pagará en Cuba. En las filas del MININT el más mínimo error cuesta bien caro y mucho más si detrás del asunto está un personaje como Roger Noriega.
Noriega y Otto Reich, otro ex subsecretario de Estado para América Latina, siempre han sido objetivos de privilegio para la inteligencia cubana. Recuerdo que en el 2002, cuando el grupo operativo de entonces recibió información de que ambos estaban de manera encubierta en la ciudad de Maracay, estado Aragua, y hasta allá se dirigieron algunos colegas cubanos con órdenes de eliminarlos.
Hoy recuerdo que cuando me encontré con Raciel en el Hotel Tamanaco, en la capital venezolana, me comentó: “Tareíta la que me han dado, este es un país muy desorganizado, pero esperemos a ver cuanto tiempo estoy por acá”.
No lo vi ni supe más de Raciel hasta ahora, cuando todos nos enteramos de su gran trastada en Venezuela
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Etiquetas: agente, castrista, chivato, cuba, exagente, G-2, GE, Inteligencia, monitoreo, Oscar Pampillo, peligros, Pinar del Río, Radio Guamá, reclutamiento, seguridad cubana, Uberto Mario, Venezuela, videos
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