El estancamiento de la industria turística cubana. Emilio Morales: Los competidores del turismo rn el Caribe rompen récords mientras Cuba se estanca pues en Cuba el turismo ruso no cubre el desplome del turismo europeo
La industria turística cubana, empantanada en la continuidad
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Los pobres resultados alcanzados por la industria turística cubana en los primeros tres meses del año auguran otro año de estancamiento en el sector, que lo mantiene a la zaga en la región del Caribe.
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Por Emilio Morales
Miami
10 de abril 2024
Los pobres resultados alcanzados por la industria turística cubana en los primeros tres meses del año auguran otro año de estancamiento en el sector que lo mantiene a la zaga en la región del Caribe. La llegada de 808.678 turistas al cierre de marzo es un 45% menor que la alcanzada en 2019, año previo a la pandemia, cuando visitaron el país 1.470.196 viajeros.
De mantenerse esta tendencia será muy difícil que lleguen a los tres millones de turistas en 2024, lo cual significa que por tercer año consecutivo volverán a incumplir los planes trasados por el Gobierno. La industria turística cubana se enfrenta a la peor crisis de su historia. La mediocridad manifiesta de las autoridades cubanas en el manejo de la crisis multisistémica que presenta el país ha puesto en crisis al sector que se le ha dedicado la mayor suma de inversión en los últimos 15 años.
Esta situación ha generado una drástica reducción de vuelos al país por parte de varias líneas aéreas de Europa, así como el cierre de operaciones por parte de otras de EEUU, debido a una disminución considerable de la demanda producto, de los problemas estructurales de la infraestructura hotelera del país, el mal servicio y las escasas opciones existentes en el mercado para satisfacer el ocio y el entretenimiento de los visitantes, lo cual hace que las operaciones sean incosteables.
En este sentido, a la estampida de líneas aéreas que se han marchado de Cuba en los últimos meses hay que sumar la más reciente, ejecutada por el operador alemán Touristik Union International (TUI), gigante del turismo europeo. Dicha compañía ha suspendido sus vuelos de Amsterdam a Varadero a partir del próximo mes de mayo por escasez de clientes. Hay que señalar que este es el único servicio aéreo que actualmente une a Cuba con Países Bajos.
En términos económicos la industria turística cubana, que se supone es la locomotora de la economía cubana, presenta unos indicadores que dejan mucho que desear. El gasto per cápita por turista no llega a los 500 dólares. La ocupación hotelera apenas alcanza un 15%. Miles de trabajadores con experiencia que trabajaban en la industria turística se han marchado del país. Actualmente tres de cada cuatro habitaciones de hotel permanecen vacías en la Isla.
Esta realidad contrasta con la terquedad del Gobierno de seguir invirtiendo desproporcionadamente los escasos ingresos del país en una industria que no levanta cabeza. Hay que recordar que, a pesar de los pobres resultados, el régimen cubano ha invertido más de 24.000 millones de dólares en los últimos 15 años, abandonando a su suerte otros sectores de la economía como la matriz energética, la agricultura, la industria azucarera, la infraestructura de servicios de salud y la producción de medicamentos. Esto sucede en medio de una profunda crisis energética que ha traído de vuelta los maratónicos apagones de más de 16 horas, una crisis alimentaria que ha generado que miles de familias cubanas tengan solo una comida al día, y una crisis en los servicios de salud, donde la escasez de medicamentos en farmacias y hospitales es crónica.
Los competidores del Caribe rompen récords mientras Cuba se estanca
En contraste con esta realidad, es notable el salto que han dado los competidores que tiene la Isla en la región del Caribe, quienes en la etapa postpandemia han roto récords de arribo de turistas en comparación con la etapa prepandemia. Estos resultados no son casuales y denotan la acertada estrategia que han tenido estos competidores en el manejo de sus respectivas industrias turísticas, los aciertos que han tenido en la definición y la diversidad de ofertas de sus respectivos productos turísticos, los cuales están en constante renovación ofreciendo siempre nuevas y atractivas experiencias a los clientes en un amplio espectro de posibilidades que van desde el ámbito cultural, comercial, hasta el entretenimiento, experiencias culinarias y hasta servicios de salud.
A esto hay que sumar el manejo acertado que han tenido en la planificación y la ejecución de las inversiones y la libertad empresarial que existe en la comercialización de estas industrias en estos mercados, donde no existe la centralización del Gobierno, ni monopolio estatal y en donde el sector privado y el emprendimiento constituyen el motor laboral que garantiza el éxito de la industria. Estos pilares contrastan con el inmovilismo y las erradas estrategias implementadas por las autoridades de la Isla.
La industria turística dominicana y la del estado de Quintana Roo en México son dos ejemplos que visualizan esta realidad de manejo exitoso de la industria versus el manejo deficiente de la industria, como lo han hecho las autoridades cubanas.
En dos años de postpandemia Cuba ha tenido un fuerte declive de 48,50% en la cantidad de turistas que ha visitado el país. Esto significa que en 2023 visitaron la Isla 2.295.301 turistas menos que en 2019, año previo a la pandemia. En contraposición, la República Dominicana fue visitada en 2023 por 10.306.517 turistas, para un crecimiento del 59,88%, lo cual representó la llegada de 3.860.481 turistas más que en 2019, cuando recibieron 6.446.036 turistas. Con Quintana Roo (México) ocurre otro tanto: los balnearios de la Rivera Maya, Cancún y la isla de Cozumel recibieron 21.000.046 turistas en 2023, lo cual representó un crecimiento del 25,74% en comparación con 2019, cuando recibieron la vista de 16.700.000 turistas. El aumento fue de 4.300.046 turistas.
Si analizamos los datos del segundo año post pandemia podemos verificar cuan fuerte es la dinámica de crecimiento de los mercados de la República Dominicana y Quintana Roo en comparación con el débil crecimiento que ha tenido el mercado cubano. La República Dominicana creció en el segundo año postpandemia (2023) en 1.830.001 turistas en comparación con el primer año (2022). En Quintana Roo el incremento fue de 1.200.046 turistas. En el mercado cubano el incremento fue de 822.892 viajeros.
El estancamiento de la industria turística cubana
Los resultados alcanzados por la industria turística cubana en 2023 (2.436.979) son comparables a los obtenidos hace 15 años, cuando en 2009 registró la llegada de 2.429.809 turistas.
Es exactamente en ese periodo que abarca desde el 2009 hasta el 2023 que el régimen cubano ha invertido 24.000 millones de dólares en la construcción de nuevos hoteles. Sin embargo, a pesar de las inversiones, la industria turística cubana presenta serios problemas estructurales y está siendo afectada por diversos factores que la hacen menos atractiva que la de los competidores de la región del Caribe.
Entre los factores internos de mayor incidencia podemos mencionar la escasez de alimentos, medicamentos y la espiral inflacionaria en la que ha caído la economía del país y ha puesto a vivir a más del 80% de la población en la pobreza, generando un creciente aumento del crimen en las calles. Esto ha traído como consecuencia que varios de los principales países emisores de turistas a Cuba hayan generado alertas de viaje a sus ciudadanos sobre la falta de alimentos y medicamentos, así como la inseguridad ciudadana, el aumento de la criminalidad y lo asaltos en las calles de la isla
Por otra parte, hay que agregar el mal servicio que se oferta en los hoteles, así como la mala calidad de la comida y el mal estado de las instalaciones hoteleras. La mala higiene en las instalaciones, expresada en las constantes quejas de los turistas refiriéndose a la suciedad y la presencia de cucarachas en las habitaciones. A esto hay que sumar la gran ola migratoria que ha sacudido al país y que ha representado la reunificación de decenas de miles de familias. En este sentido, el exilio ha priorizado el sacar del país a sus familiares por encima de invertir en viajes para visitar sus familiares en la isla.
En 2023 visitaron el país 358.480 cubanos residente en el exterior, lo cual representó un 42,55% menos que la cifra alcanzada en 2019, año previo a la pandemia. Esto representó la llegada de 265.495 viajeros menos.
En el primer trimestre de 2024 esta tendencia al declive ha aumentado. La cantidad de cubanos residentes en el exterior que visitaron la Isla fue de 75.382, lo cual representa un 46,51% menos que en igual periodo de 2019, cuando recibieron 140.938 viajeros.
En otras palabras, este declive ha crecido 3,96 puntos porcentuales, lo cual confirma la prioridad del exilio cubano de invertir en sacar a su familia de Cuba en vez de programar viajes a la Isla para visitarlos. Esta realidad constituye un duro golpe a la economía cubana, pues el segmento de cubanos residentes en el exterior es el segmento turístico que mayores ingresos per cápita genera a la industria turística cubana. La crisis multisistémica que atraviesa el país, el aumento de la represión y la falta de oportunidades para los cubanos son factores que también asfixian el proceso de recuperación de la industria turística cubana.
A esto hay que sumar los problemas de los apagones que sufren las ciudades cubanas y las dificultades con el abasto de agua. También se pueden mencionar la falta de higiene en las calles, donde se puede observar la acumulación de grandes cantidades de basura, con todas las consecuencias que esto genera: mal olor, afectación del medio ambiente y ser un foco para el brote de enfermedades y roedores.
Desde el punto de vista estructural hay que agregar la falta de una diversificada oferta extra-hotelera que sea atractiva para los turistas. Sobre todo, dirigidas al área de entretenimiento. Los turistas se quejan mucho de la falta de opciones. En Cuba no hay parques de agua, ni parques temáticos de atracciones, solo algunos delfinarios y centros de buceo. La vida nocturna en la Isla está prácticamente muerta.
Otros de los grandes problemas que presenta la industria turística cubana es la centralización estatal, marginando la participación del sector privado. Una diferencia notable en comparación con el resto de los países competidores de la región, donde el emprendimiento ciudadano es uno de los componentes principales del tejido comercial turístico.
El turismo ruso no cubre el desplome del turismo europeo
Uno de los errores estratégicos más graves cometido por el régimen cubano ha sido el apoyo a Rusia en la guerra a Ucrania. Esta apuesta ha borrado prácticamente el turismo europeo de la Isla. La llegada de viajeros de los principales cinco emisores de turistas de Europa a Cuba (Italia, Francia, Alemania, España e Inglaterra) han tenido un profundo declive en los últimos tres años. Si comparamos el primer trimestre de 2019 con el de 2024 vamos a constatar un declive de 67,45%. De 260.266 turistas recibidos en el primer trimestre de 2019 pasó a ser de 84.713 en igual periodo de 2024. Esto significa que han viajado 175.553 turistas menos de estos mercados.
La apuesta al turismo ruso ha sido un fracaso. Aunque la llegada de turistas rusos ha experimentado un crecimiento del 41,66%, la cantidad de turistas rusos llegados al país (66.887) no compensa la caída del turismo de los principales cinco mercados emisores europeos a Cuba.
Aun con esta realidad, las autoridades cubanas en vez de trazar estrategias para tratar de recuperar el tradicional turismo europeo se empeñan en impulsar el turismo ruso. En este sentido, como parte de la política de apoyo a Rusia en su invasión militar a Ucrania, las autoridades cubanas están tratando de obtener a cambio inversiones rusas en el sector turístico cubano. Algo que carece de sentido cuando tienen una planta hotelera que solo está siendo ocupada en un 15%.
Según el ministro cubano de Turismo, Juan Carlos García Granda, las autoridades cubanas han estado negociando por dos años inversiones rusas en la infraestructura turística cubana. La intención es atraer capitales de inversionistas rusos al turismo cubano, en particular para la construcción de complejos hoteleros, instalaciones de red de varias categorías, con estacionamiento de yates y otros proyectos. Sin embargo, los oligarcas rusos hasta el momento no han abierto la billetera.
Conclusiones
El declive de la industria turística cubana es un hecho. El modelo de continuidad implementado por el sucesor Miguel Díaz-Canel ha hecho retroceder la industria del ocio en Cuba por más de 15 años. Las malas estrategias implementadas por el Gobierno han arruinado a la industria que se supone era la locomotora económica del país, en la cual han invertido más de 24.000 millones de dólares en los últimos 15 años y hoy apenas presenta un 15% de ocupación.
Los magros resultados alcanzados en los últimos tres años muestran un profundo declive de varios de los principales segmentos turísticos: el turismo europeo y los cubanos residentes en el exterior, que han caído 67,45% y 46,51% respectivamente. A lo que se suma la caída del turismo norteamericano en 74,29% debido a las sanciones que fueron derivadas de los ataques sónicos a los diplomáticos norteamericanos y que pusieron fin al deshielo entre Cuba y EEUU y que no ha podido recuperarse a pesar de la reanudación de los vuelos comerciales de EEUU a Cuba por parte de la Administración Biden. La crisis multisistémica que presenta el país, el deterioro social, la estampida migratoria, el aumento de la represión, la escasez de alimentos y medicamentos, el alto costo de la vida debido a la espiral inflacionaria, el alto nivel de pobreza que se percibe (88% de la población), han hecho caer estrepitosamente el atractivo turístico que años atrás tenía el país.
Las malas estrategias gubernamentales en el manejo de las inversiones hoteleras, en la distribución de las inversiones en los sectores estratégicos de la economía cubana, más los errores en el manejo de la política de restructuración económica interna y externa, y el desastroso manejo de la política exterior han sido factores claves que han impactado negativamente en el desempeño de la industria turística cubana. Estos hechos hoy se reflejan en la abrumadora superioridad que presentan los mercados competidores en la región del Caribe, que imponen récords de arribo de turistas y de ingresos mientras en Cuba ocurre todo lo contrario.
Esta involución de la industria turística cubana es el resultado de la involución del propio régimen cubano y su incapacidad de remodelarse al menos económicamente. La principal industria del país, el sector donde más se ha invertido en los últimos 15 años, hoy es una industria en decadencia, un espejo fiel de lo que es el régimen cubano.
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