Esteban Fernandez: “¡CUBA: QUE OTROS TE OLVIDEN, YO NO PUEDO!”
Tomado de https://www.facebook.com/
“¡CUBA: QUE OTROS TE OLVIDEN, YO NO PUEDO!”
Por Esteban Fernandez
10 de julio, 2024
¿Cómo olvidar el aroma que sentía invariablemente al entrar en los Centrales azucareros Amistad, Providencia y Gómez Mena…
Los olores de la tierra mojada después de un aguacero, de la Mariposa (flor nacional de Cuba) del café Baquedano y el sabor peculiar de las aguas del Río Mayabeque… . Todas las iglesias del mundo sus aguas benditas debían venir de ese río.
Ni idea tenia de que cada paso que diera se convertiría en inolvidable para mi.
La picada de los mosquitos en la Playa del Rosario, una caída montando patines, ver por primera vez La Familia Pilón en la televisión, un tomeguín solitario cantando en la finca El Mamey, y mi madre planchándome una camisa en la saleta de mi casa en Pinillos 463.
Cada día en mi mente se convierte en “inolvidable” simplemente porque escuchaba por la radio a las 12 del mediodía los episodios de ”Los Tres Villalobos”.
¡Que alegría que de pronto abrieran “La Dulcería Quintero” en mi pueblo y eso fue un acontecimiento inolvidable para mí: ¡Mi primer batido de fresa!
Ir a una tienda en La Manzana de Gómez y comprarme un par de zapatos que esa misma noche los estrené dándole vueltas al pueblo con uno de mis seis hermanos escogidos llamado Manolo Amich…
¡Que preciosa me lució Brigitte Bardot semi desnuda en La película “¡Y Dios creó a la mujer!”
Ahora cierro los ojos y me parece estar de nuevo en el Instituto de Güines una noche: Una velada artística donde cantaron Marta Pérez e Isidro de Cámara. Y ¿Cómo olvidar aquel instante en que enciendo el televisor y veo "Patrulla de Caminos" con Broderick Crawford?
En mi memoria están cada guante, cada revólver de fulminantes, cada bate, cada pantalón, cada camisa, cada regalo realizados por mis padres y son apreciados y añorados en mi vida actual.
Una visita relámpago a la Playa de Varadero, sus aguas cristalinas, y mi padre diciéndome: “Tira una peseta al agua para que veas que la puedes ver de lejos” Y su risotada cuando yo le contesté: “Está bien, pero dame tú la peseta para tirarla, yo estoy arrancado”.
Como olvidar al dueño de la carnicería de al lado de mi casa, Quinito Quintero, con su cuchillo haciéndome una quimbumbia y suplicándole a mis padres: “¡Esteban, Ana María, no se lleven a los muchachos a vivir a San José de las Lajas porque no voy a tener con quien jugar al Monopolio por las tardes!”
Y de pronto, cuando menos lo esperaba, todo el país se tiñó de sangre, gritos de "paredón", milicianos, chivatos, y llegó el momento más inolvidable e histórico de todos: Montarme en un avión de la Pan American, y después tener que conformarme con recordar un millón de “momentos históricos” aunque, quizás, no hayan sido verdaderamente históricos.
Que sé yo, pero ¡para a mí lo fueron! Qué tristeza que no pude retratarlos todos y haber traído una bolsa llena de aromas…
Etiquetas: cuba, cubana, Esteban Fernández, Güines, nostalgia, olvidar, recuerdos, Revolución
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