viernes, julio 05, 2024

Orlando Freire Santana desde Cuba: El régimen no le temía a George W. Bush, sino al Proyecto Varela. La respuesta del régimen a dicho proyecto fue el engendro constitucional que establece la irrevocabilidad del sistema socialista.

 
Tomado de https://www.cubanet.org/

El régimen no le temía a Bush, sino al Proyecto Varela

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La respuesta del régimen al Proyecto Varela fue el engendro constitucional que establece la irrevocabilidad del sistema socialista.

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Por Orlando Freire Santana

5 de julio, 2024

LA HABANA, Cuba. – Una vez más el periódico Granma miente. En esta ocasión como parte de esa arbitraria política del régimen de invisibilizar a la oposición interna y reducir todo lo que acontezca en la Isla al diferendo entre Cuba y Estados Unidos. El caso que nos ocupa está enmarcado en el aniversario 22 de la promulgación de ese engendro ―el actual artículo 4 de la Constitución de la República― que establece la “irrevocabilidad del sistema socialista” en la Isla. 

En su edición del pasado 26 de junio, el citado órgano oficial del gobernante Partido Comunista de Cuba, publicó el artículo “En Cuba el socialismo es irrevocable”, en el cual se insiste en el supuesto malestar que le habría causado al presidente George W. Bush la referida maniobra castrista. Así se expresó Granma: “El 26 de junio de 2002, el órgano legislativo, en nombre del pueblo de Cuba, adoptó cambios en la Carta Magna; 36 días después de las diatribas planteadas por Bush, la respuesta cubana le estropeaba su desayuno: ‘En Cuba el socialismo es irrevocable”. 

Por aquellos días del año 2002 cobraba fuerza, tanto a nivel nacional como más allá de nuestras fronteras, el Proyecto Varela, que cuatro años atrás había sido lanzado por el opositor Oswaldo Payá, y que había logrado reunir más de 10.000 firmas de ciudadanos de todo el país con el objetivo de lograr cambios en el sistema de gobierno de la Isla por medios pacíficos. 

El Proyecto Varela aspiraba a la implementación de reformas políticas y libertades individuales para los cubanos. Establecía los derechos de libre expresión y asociación, la amnistía para todos los presos políticos, la posibilidad de que los cubanos pudieran abrir empresas y otros negocios en el país para fomentar el desarrollo económico de la Isla, y la necesidad del advenimiento de una nueva ley electoral que fijara la elección directa por los votantes de los diputados a las asambleas provinciales y nacional del Poder Popular, y no solo a las municipales, como se estaba haciendo hasta ese momento. 

A pesar de que el Proyecto Varela cumplía con los principales requisitos que exigía la Asamblea Nacional para ser tenido en cuenta ―en especial lo referido a las 10.000 firmas―, el órgano legislativo del castrismo lo desestimó, y acusó a sus gestores de ser mercenarios al servicio del imperialismo yanqui. 

Mas, a la maquinaria del poder no le bastó con esa absurda acusación. Mediante una gigantesca movilización, que incluyó la visita casa por casa para que los ciudadanos firmaran, muchas veces usando la intimidación a las personas, un documento que reafirmaba la “irrevocabilidad del socialismo”. Esa fue la verdadera respuesta del régimen al Proyecto Varela, aunque nunca lo reconoció así, y continuó afirmando que se trataba de la reacción del pueblo cubano ante las “amenazas” de la administración estadounidense.      

La inclusión del carácter irrevocable del socialismo en la actual Constitución de la República contiene más de una contradicción. En primer término, cómo entender el doble rasero de un discurso que se opuso a la afirmación de Francis Fukuyama, en el sentido de que la Historia se detendría con la victoria de la democracia política y la economía de mercado, y ahora se aparecía con que la Historia se iba a paralizar en Cuba con el establecimiento del socialismo. Por otra parte, los que siempre habían alabado la dialéctica marxista, en este momento le cerraban el panorama al más mínimo cambio. 

De todas formas, no dudamos de que programas como el contenido en el Proyecto Varela constituyan el futuro de Cuba, y que figuras como Oswaldo Payá sean veneradas por todos los cubanos.

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1 Comments:

At 3:30 p. m., Anonymous Realpolitik said...

Bush fue una gran decepción, y cada día luce peor. No me refiero ni siquiera a que no hizo nada significativo por Cuba a pesar de deberle la presidencia al voto cubano de la Florida, sino que su presidencia no le hizo gran favor a los EEUU, y acabó dándole paso al funesto Obama.

 

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