jueves, julio 25, 2024

Roberto Álvarez Quiñones: La migración golpea al presente y también al futuro de Cuba. 'Estamos hablando de 60.000 emigrantes mensuales, 5.000 más que el Estadio Latinoamericano de La Habana totalmente lleno.'

 Tomado de https://diariodecuba.com/

La migración golpea al presente y también al futuro de Cuba

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'Estamos hablando de 60.000 emigrantes mensuales, 5.000 más que el Estadio Latinoamericano de La Habana totalmente lleno.'

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Por Roberto Álvarez Quiñones

Miami

21 julio 2024-

La estampida sin precedentes de casi dos millones de emigrantes cubanos en solo 30 meses, entre octubre de 2021 y abril de 2024, no es solo un nuevo récord cubano y continental, sino uno de los peores crímenes del régimen castrista, pues golpea muy duro a Cuba hoy, y también hace más difícil y costosa la reconstrucción del país en el postcastrismo.

Agrava una crisis demográfica que ya incluye más muertes que nacimientos en la Isla, erosiona pueblo y capital humano. La ONU acaba de estimar en su estudio sobre "Las perspectivas de la población mundial" que la población de Cuba no llegará a los seis millones de habitantes en 2100.

El éxodo de 1,79 millones de cubanos en tan poco tiempo fue constatado por el economista y demógrafo cubano Juan Carlos Albizu-Campos en un acucioso estudio independiente que realizó recientemente.

Y quiero aclarar algo. No se trata de que egoístamente quienes ya emigramos nos opongamos ahora a que otros hagan lo mismo. Es que la mayoría de los ya emigrados nunca nos habríamos ido del país de no haber existido el castrismo-comunismo, porque no habría habido motivos para emigrar de un país que, además de ser nuestra patria, probablemente ya estaría en el Primer Mundo, o muy cerca, con una economía de hecho ensamblada con la de EEUU.

Esa conclusión conduce a otra aclaración. Habitualmente se asume que los cubanos emigramos por motivos económicos. Aquí nuevamente las apariencias engañan. Esa es una percepción periférica del problema. La causa, aunque ya no perceptible a primera vista, es política. Porque fue el castrismo el que destrozó la otrora pujante economía cubana y el causante del desastre socioeconómico actual.

Récord en América: Cuba perdió 1/5 de su población en 30 meses

Cuba ahora ostenta en América dos récords muy difíciles de superar. Es el país que más inmigrantes recibió en la primera mitad del siglo XX en menos tiempo en proporción a su población total y tamaño geográfico. Y también es ahora el mayor emisor de emigrantes en menos tiempo, también según su tamaño poblacional. Estamos hablando de 60.000 emigrantes mensuales, (5.000 más que el Estadio Latinoamericano de La Habana totalmente lleno).

También el profesor Albizu-Campos (residente en Cuba) descubrió que la población total de Cuba en 2021 no era de 11,11 millones de habitantes como informó el Gobierno, sino de 10,48 millones de habitantes. O sea, que en 30 meses Cuba perdió casi la quinta parte de sus habitantes, un 18,8%.

Eso más que duplica a los 715.000 emigrantes cubanos en las oleadas en los 62 años anteriores; 260.000 entre 1959 y 1962; otros 300.000 entre 1965 y1973; unos 125.000 por el Mariel en 1980, y 30.000 en la crisis de los balseros en 1994. Si a eso se suman los que ha emigrado entre oleada y oleada son más de 2,5 millones los emigrantes cubanos desde 1959.

De Venezuela, con la dictadura chavista, han emigrado más de seis millones de personas, pero ese país tiene 29,4 millones de habitantes (en 2024), y no ha registrado en 30 meses una estampida de 5,5 millones de venezolanos emigrantes equivalente al 18,8% de la población total.

Sin los Castro Cuba tendría hoy 18 millones de habitantes o más

Veamos otro ángulo elocuente de este fenómeno. Si los Castro no hubiesen implantado el comunismo hoy Cuba tendría 18 millones de habitantes, o más. Y digo 18 millones, no al azar, sino porque en 1958 Chile y Cuba tenían un tamaño de población muy similar, con 7,2 y 6,8 millones de habitantes, respectivamente, y hoy el país andino tiene 19,5 millones de habitantes.

Por otra parte, antes de la plaga castrista la Isla era un imán de inmigrantes y no un emisor de emigrantes. Desde 1902, hasta 1930, llegaron a Cuba 1,3 millones de inmigrantes, según el antiguo Ministerio de Hacienda cubano.

Y repito lo dicho en ocasiones anteriores: en esos 28 años a Cuba llegaron 774.123 inmigrantes españoles, 190.046 haitianos, 120.046 jamaicanos, 34.462 estadounidenses, 19.769 ingleses, 13.930 puertorriqueños, 12.926 chinos, 10.428 italianos, 10.305 sirios, 8.895 polacos, 6.632 turcos, 6.222 franceses, 4.850 rusos, 3.726 alemanes y 3.569 griegos.

Luego llegaron también libaneses, palestinos, judíos, rumanos, húngaros, filipinos y mexicanos (sobre todo de Yucatán). Y en 1958 en la embajada de Cuba en Roma había 12.000 solicitudes de visa de italianos deseosos de emigrar a la Isla. Todos iban para sumarse al auge económico de Cuba como empresarios, profesionales, o empleados.

Revisando estadísticas se descubren otros "logros de la revolución". Cuba superó en 1984 la barrera de los diez millones de habitantes, y no fue hasta 1997 que alcanzó los 11 millones. Luego tuvieron que pasar 17 años más para alcanzar los 11,33 millones. Después no solo no llegó a los 12 millones, sino que ha perdido 2,71 millones de habitantes.

La emigración crece y las mujeres ya no quieren tener hijos

Lo peor es que una emigración tan abrumadora empeora la crisis demográfica que también sufre Cuba desde hace algunos años por causas endógenas, es decir, no relacionadas con la emigración. Y es que, paralelamente con el éxodo de cubanos, en la Isla hay cada vez menos nacimientos que muertes.

Hace unos días el Ministerio de Salud Pública informó que en el primer semestre de 2024 hubo casi 8.000 nacimientos menos que en los primeros seis meses de 2023, año en el que se registraron 90.300 nacimientos, la cifra más baja desde 1959.

Quienes tenemos más edad recordamos que en los primeros años del castrismo, y al compás de los cantos de sirena del Embaucador en Jefe, se produjo en Cuba un baby boom, una eclosión de nacimientos.

Pero no duró mucho. En la década del 70 se detuvo la marea de bebés. No solo eso, la tasa de natalidad del país por primera vez en su historia cayó por debajo de 2,1 hijos por mujer fértil, la mínima para que la población de un país se reemplace a sí misma y no disminuya.

Estadísticas del Banco Mundial muestran que hoy en Cuba la tasa de natalidad es de 1,45 hijos por mujer fértil. Es con mucho la menor América Latina, cuyo promedio es de 2,1 hijos por mujer. Por ejemplo, en Argentina es de 2,3 hijos, en Guatemala (3,0), Perú (2,4), Honduras (2,5), Ecuador (2,5).

Claro, es lógico que hoy las mujeres en Cuba no quieran tener hijos. No desean que vengan a pasar hambre y necesidades, crecer raquíticos, enfermizos, bajitos, paliduchos, algo retardados mentalmente, mal vestidos, sin juguetes, etc.

La UNICEF ya reveló que el 9% de la población infantil de Cuba "sufre de pobreza grave", pues de los ocho alimentos necesarios para una vida sana solo reciben dos como máximo. Y que el 33% de los menores de cinco años solo reciben tres o cuatro de esos alimentos, lo cual puede causar "daños muy graves para la supervivencia infantil, el crecimiento físico y el desarrollo cognitivo".

Esta crisis demográfica cubana es muy lesiva porque está atenazada por dos brazos implacables: 1) la emigración masiva de ciudadanos en edad laboral; y 2) una tasa de natalidad muy baja que reduce la población total y la envejece.

Es decir, en Cuba hay cada vez menos fuerza de trabajo, menos gente produciendo alimentos y de todo lo necesario en un país. Y el Estado, ya en la quiebra financiera, tiene cada vez menos recursos para sostener a los jubilados, sufragar los gastos de seguridad social, salud pública, educación, cultura, deportes, etc.

Pero lo más indignante es que el propio régimen promueve la emigración, por tres motivos: 1) menos bocas que alimentar, 2) menos inconformes capaces de organizar protestas; y 3) más dólares y paquetes a recibir desde el extranjero. Estamos ante un gran crimen castrista.

En resumen, hoy cobra más vigencia que nunca la conclusión a la llegó el enorme José Martí: "Cuando un pueblo emigra, el Gobierno sobra". Raúl Castro y sus apandillados sobran, deben pagar por sus crímenes, o por lo pronto, ¡irse ya!

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Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

La emigración cubana no cumple  con las características generales que la literatura científica especializada, la biodemográfica, le asigna a dicho tipo de migraciones.

Existen diferentes criterios con respecto a cual era la naturaleza del exilio cubano en los Estados Unidos teniendo en cuenta el peso que las componentes política y económica tenían en el mismo. Sobre esto quiero decir, que las migraciones económicas permanentes externas se caracterizan (según la literatura especializada, y en particular, el libro Estadísticas de Migraciones Externas y de Turismo, de la Dirección de Demografía del Comité Estatal de Estadísticas de la República de Cuba ) por:
  •     Un significativo mayor número de migrantes masculinos, que de migrantes femeninos.
Por lo general en toda las migraciones permanentes, el número de varones es mayor que el de hembras, pero en las migraciones económicas, la diferencia es significativamente mayor.
  •     Un mayor número de migrantes entre los 15 y los 45 años de edad.
Este mayor número de migrantes en este grupo etáreo debe contrastarse y está relacionado, con la pirámide poblacional que posea la población de donde emigran.
  •     No emigra el núcleo familiar completo, sino individuos aislados que al emigrar tienen en ese momento la intención que después de estar debidamente asentados, traerán al resto del núcleo.
Cuando Cuba era un país de inmigrantes (esto fue hasta principios de la década del 30 del siglo XX) solamente dos grupos de emigrantes españoles inmigraron a Cuba conformando núcleos familiares; uno de ellos fue el grupo canario.

Todo investigador científico debe estudiar un determinado problema, no teniendo en cuenta el punto de vista subjetivo y personal que sobre él tiene, sino teniendo en cuenta lo que dicen las ciencias particulares que abordan o comparten ese problema, o sus aristas, como objeto de estudio. Lo de los políticos es otra cosa ...



LAS MIGRACIONES PERMANENTES EXTERNAS CUBANAS DESPUÉS DE ENERO DE 1959 NO CUMPLEN CON NINGUNA DE LAS CARACTERÍSTICAS DE LAS MIGRACIONES ECONÓMICAS.

Las tablas que he añadido al artículo  de Dimas Castellanos son  del libro:

Estadísticas de Migraciones Externas y Turismo.
Reública de Cuba
Comité Estatal de Estadísticas
Dirección de Demografía
Editorial Orbe. Ciudad de La Habana, 1982
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Causas e incentivos de la emigración cubana

Por Dimas Castellanos
La Habana
22 de Enero de 2017 -


Desde el siglo XVI hasta la primera mitad del siglo XX Cuba fue un país de inmigrantes. A pesar de las estrechas relaciones existentes con Estados Unidos, en 1959 el número de cubanos en ese país no sobrepasó los 125.000. Después de esa fecha las expropiaciones y la pérdida de libertades provocaron la guerra civil que tuvo sus mayores encontronazos en las montañas del Escambray y que culminó en 1965.

En esos seis años la salida creciente de cubanos, que huían por vía legal, en avionetas o en lanchas, generó una crisis migratoria. Ante la misma, Fidel Castro anunció en un discurso pronunciado en la Plaza de la Revolución que abriría el puerto de Camarioca (Matanzas) para que se fuera todo el que lo desease. El resultado fue la primera oleada masiva de emigrados cubanos.


Muchos de esos cubanos que antes de 1966 entraron a EEUU carecían de una situación migratoria definida. Cuando los viajes por mar desde Camarioca se interrumpieron, los miles de cubanos pendientes de salir lo hicieron por los llamados "vuelos de la amistad" fletados por el Gobierno estadounidense desde Varadero. En ese contexto, durante la administración de Lyndon B. Johnson, el Congreso norteamericano promulgó la Ley de Ajuste Cubano (Cuban Adjustment Act, CAA) el 2 de noviembre de 1966,  para que tanto los cubanos que ya se encontraban en EEUU, como los que llegarían por el puente aéreo, pudieran solicitar la "residencia permanente".

Por tanto los cubanos empezaron a irse con anterioridad a la Ley de Ajuste, la cual, resultado del diferendo entre los dos gobiernos, fue un aliciente, pero no la causa de la emigración masiva. Dicha ley facilitó a los cubanos que habían sido admitidos o puestos bajo libertad condicional (bajo palabra) ajustar su estatus de inmigración al de "residentes permanentes". En abril de 1973, cuando terminó el puente aéreo, la cifra de los emigrados durante esa primera oleada llegó hasta 260.000.

En 1980 miles de cubanos irrumpieron en la embajada de Perú. En respuesta, el Gobierno convocó a la Marcha del Pueblo Combatiente con el objetivo de demostrar al mundo "el apoyo masivo a la revolución". A su vez, para "demostrar" que los que abandonaban el país eran lo peor de la sociedad, en las embarcaciones que llegaron a recoger familiares se les exigió incluir una cuota de reclusos y enfermos mentales. Ante la magnitud de la estampida se instituyó un procedimiento "disuasivo": los actos de repudio. A pesar de todos esos obstáculos, 125.000 ciudadanos abandonaron la Isla durante la segunda oleada.

En 1994, grupos de cubanos invadieron las residencias del embajador de Bélgica, de Alemania, el consulado chileno y se produjeron varios secuestros de embarcaciones marítimas. El 5 de agosto de ese año cientos de habaneros se manifestaron contra el Gobierno públicamente en las calles, lo que se conoce como el "Maleconazo". Ante el hecho, Fidel Castro acusó nuevamente a EEUU de seguir fomentando la inmigración ilegal. De forma similar a 1965 y 1980 dijo: "o se toman medidas o no obstaculizaremos a aquellos que vienen a buscar a sus familiares". Como resultado, durante el verano de 1994 aproximadamente 33.000 cubanos escaparon de la Isla en la tercera oleada, de los cuales cerca de 31.000 quedaron detenidos en la Base Naval de Guantánamo.

Entre esas tres estampidas —ocurridas antes de la política de pies secos/ pies mojados implementada por Bill Clinton en 1996 y del programa de parole para médicos cubanos del gobierno de George W. Bush en 2006—  cientos de miles de cubanos salieron del país, entre ellos una cantidad considerable de médicos. Por tanto, la causa de la salida de los galenos, que comenzó en 1959 y se mantiene hasta hoy, es anterior a esas políticas gubernamentales.

Esas dos medidas del Poder Ejecutivo estadounidense, dictadas en un contexto de confrontación, permitieron que decenas de miles de cubanos fueran admitidos en EEUU sin importar la forma de entrar al país. Pero las mismas no constituyen la causa del éxodo masivo, sino un incentivo, pues la emigración cubana, como cualquier otra, es una forma de reacomodo geográfico que se produce cuando las condiciones naturales o sociales de un lugar impiden la satisfacción de las necesidades de sus  habitantes y/o la garantía de conservación de sus vidas. Sin esa condición el incentivo no hubiera funcionado.

Con los acuerdos del 12 de enero de 2017 quedan derogadas ambas disposiciones presidenciales. De ahora en lo adelante, según la declaración del presidente Barack Obama, "el personal médico cubano será ahora elegible para solicitar asilo en las embajadas y consulados de Estados Unidos en todo el mundo según los procedimientos aplicables a todos los extranjeros". Es decir, los cubanos serán admitidos en EEUU solo si tienen visa o permiso del Gobierno para entrar. Y como cualquier otro migrante, podrán obtener la residencia al año y un día de estar en territorio norteamericano, pero sin permiso de trabajo u otro beneficio hasta ese momento.

En el caso de los médicos una parte considerable de ellos ha preferido emigrar a otros países, donde no tienen que invertir una suma alta de dinero ni dedicar años de estudio para revalidar su título. Ese hecho explica su alta presencia en países de América Latina, África y Europa. Por tanto, sus fugas continuarán produciéndose hasta que cambien la condiciones al interior de Cuba.

Según la Declaración Conjunta, firmada el 12 de enero de 2017 por los dos gobiernos, EEUU continuará garantizando la migración regular desde Cuba, con un mínimo de "20.000 personas anuales", tal y como se acordó entre los dos países en 1995, después de la estampida por la Base Naval de Guantánamo. Mientras Cuba aceptó que las personas incluidas en la lista de 2.746 (los presos, criminales y locos que fueron enviados a EEUU en 1980 por el Puerto de Mariel) regresen a la Isla, como se había acordado entre los dos gobiernos desde diciembre de 1984.

Del análisis precedente se desprenden las siguientes conclusiones:

—Los recientes acuerdos del 12 de enero son una manifestación del camino de regreso de la confrontación a la negociación, como debió ocurrir antes y como debería ocurrir con las diferencias pendientes entre los dos gobiernos.

—El Gobierno cubano ha estado exigiendo al de EEUU la suspensión de los "incentivos", pero la solución de la emigración sostenida durante casi seis décadas es imposible sin atacar sus principales causas, que están en el modelo cubano.

—Como los que desean abandonar el país es una cifra mucho mayor que las 20.000 visas anuales que concede EEUU, el éxodo continuará. Ello indica que el día que el Congreso norteamericano derogue la Ley de Ajuste, los cubanos seguirán huyendo por todas las vías y formas posibles. La diferencia estará en que no se podrá culpar al Gobierno estadounidense, porque desaparecerá el incentivo pero las causas continúan pendiente de solución.

—El descontento de los que no se pueden ir y la imposibilidad de realizar proyectos de vida en un país sin perspectivas, aumentará un malestar que hasta ahora había encontrado una salida fácil con el "incentivo" de la política norteamericana durante las décadas de confrontación.

Las cuatro salidas masivas (Camarioca, Mariel, la Base Naval de Guantánamo y la más reciente por Centroamérica), que sirvieron de alivio al Gobierno para sostener la gobernabilidad, demuestran que si bien la política norteamericana ha sido un aliciente del éxodo, la causa está en otra parte.

Para eliminar o disminuir tanto las estampidas masivas como el éxodo sostenido, que han arrojado más de dos millones de cubanos hacia otros lugares, es necesario emprender las reformas internas con la profundidad suficiente para que los cubanos puedan encontrar en su país lo que ahora tienen que ir a buscar en el exterior.


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