Ha fallecido Mons. Antonio Rodríguez Días, ¨el Padre Tony¨ para los pinareños y demás personas que lo conocieron. Homilía del P. Tony en honor a su amigo Monseñor Mario Aguilar Donazar
Nota del Bloguista de Baracutey Cubano
Nunca le pregunté al ¨Padre Tony¨ si él había comenzado a estudiar la enseñanza preuniversitaria en el Carlos Marx (antigua Rustom Academy) del Plan de Becas del Gobierno Revolucionario en el curso 1966-1967, pues un adolescente muy parecido a él era el objetivo de mofas de ciertos estudiantes becarios, al ese estudiante proclamar su fe católica. Justo Rodríguez ¨( Tito¨para los feligreses de la Iglesia Catedral de Pinar del Río) me confirmó que el ¨Padre Tony¨ había estudiado en ese preuniversitario en esa época.
(¨El Padre Tony¨)
El padre Tony fue Rector en los años 90s del siglo pasado del viejo Seminario de San Carlos y San Ambrosio; al construirse el nuevo Seminario fue su primer Rector. El padre Tony fue el sacerdote que narró junto a un locutor de la televisión cubana lo que estaba pasando desde el punto de vista litúrgico en al menos una de las misas de Juan Pablo II en Cuba en el año 1998.
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El P. Tony ha entrado al banquete del Reino
Texto: Equipo de Comunicaciones de la Diócesis de Pinar del Río
En la noche de este 25 de octubre de 2024, partió al encuentro con Dios Mons. Antonio Rodríguez Días, el P. Tony, o Tony “La Güira”, como también se le conocía dado su tierra natal.
Su cadáver será llevado a la parroquia San Francisco de Paula, Hogar San José para la Misa de Exequias a las 9:00 AM.
Nació el 23 de agosto de 1951 en Güira de Melena (Prov. de La Habana). Hijo único de Antonio y María Mercedes ambos farmacéuticos. Cursó la Primaria y Secundaria en su pueblo natal, después hizo el preuniversitario en La Habana.
Desde pequeño frecuentó la Parroquia pero fue en 1969 mientras estudiaba en la Universidad, que maduró su vocación al sacerdocio. Al terminar el II año de Medicina en 1971, cuando tenía 20 años, entró en el Seminario San Carlos y San Ambrosio. Allí, cumplidos sus estudios de Filosofía y Teología, fue ordenado sacerdote el 18 de abril de 1979, en la Catedral de Pinar del Río, de manos de Mons. Jaime Ortega Alamino, Obispo Diocesano en aquel entonces.
Su primer encargo fue el cuidado pastoral de las dos parroquias, San Juan Bautista en San Juan y Martínez y San Joaquín y Santa Ana en San Luis, donde sucedió al P. José Siro González Bacallao.
Durante el proceso de la Reflexión Eclesial Cubana (REC) trabajó incansablemente en la subcomisión de historia, proceso este que desembocó en el Encuentro Nacional Eclesial Cubano (ENEC) en 1986. En este mismo año viajó a España para cursar la licenciatura en Teología Moral en la Universidad Pontificia de Comillas, donde se graduó en 1988.
Al regresar a Cuba, fue destinado como Párroco en San Teresa de Jesús en Mariel, donde permaneció hasta 1991. En ese año fue enviado a San Marcos Evangelista en Artemisa donde sirvió como párroco hasta 1993 cuando fue nombrado Rector del Seminario San Carlos y San Ambrosio de La Habana, cargo que ocupó hasta 1996 cuando volvió a ser cura Párroco de Artemisa.
Se caracterizó por una brillante inteligencia y por poseer el don de la palabra y brillantez en la exposición, al mismo tiempo una gran pedagogía, por lo que con frecuencia era llamado a impartir charlas y conferencias, sobre todo en temas de ética y moral, así como de historia. Fue él quien, junto al periodista Martínez Pirez, comentó en la Televisión Cubana todas las celebraciones del Papa San Juan Pablo II durante su visita a la Isla en 1998. Acontecimiento que marcó precedente para las posteriores visitas.
En el 2008 vuelve a ser llamado por la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba a rectoriar el Seminario San Carlos y San Ambrosio. El 16 de junio del 2010 le fue concedido el título de Prelado de Honor de su Santidad (Monseñor).
Del Seminario pasó al Hogar San José para sacerdotes y en el 2012 regresó a Pinar del Río, siendo nombrado Vicario Pastoral de la Catedral de San Rosendo, Miembro del Tribunal Eclesiástico de Primera Instancia, Miembro del Colegio de Consultores, Canciller de la Diócesis y Director de la Revista Vitral. De forma simultánea colaboró también con la Revista Palabra Nueva, donde le fueron publicados varios artículos. Por problemas de salud, en el año 2014 tuvo que regresar al Hogar San José, donde transitó los últimos tiempos de su vida entre nosotros.
Al recordar al P. Tony hay palabras que no pueden faltar, como su amor a Dios, a la Iglesia y a Cuba y su hablar sin peros en la lengua, diciendo las cosas por su nombre, en formas a veces, sorprendentes para quienes lo escuchaban. Vivió pendiente de cada una de sus ovejas, y con una memoria prodigiosa, preguntaba siempre por cada una, pues como buen pastor, conocía a todas por su nombre.
Su testimonio como sacerdote inspira a las nuevas generaciones. Descansa en paz, Padre Tony, hoy estás frente a frente al que tanto amaste que le entregaste tu vida. Recibe la corona de gloria que te has ganado en este mundo.
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Homilía pronunciada por Mons. Antonio Rodríguez Díaz ( P.Tony) en la colocación de los restos de Mons. Mario C. Aguilar Donázar en el Templo San Hilarión de Guanajay
1 de septiembre de 2024
Querido
Mons. Eloy Ricardo Domínguez , Obispo auxiliar de La Habana, que con cariño filial has querido acompañarme en esta celebración para cuidarme y protegerme.
Padre y hermano Simone Zanini, párroco de Guanajay, que desde el primer momento que se pensó en trasladar los restos mortales del P. Mario Aguilar a esta parroquia, dijo: El P. Mario es de Guanajay, debe estar aquí. Y te has puesto con toda amabilidad y costeando esta obra. Definitivamente el P. Mario fue bautizado en este templo. Aquí recibió su Primera Comunión, aquí se confirmó, aquí recibió el diaconado y aquí recibió el sacerdocio, pues los restos mortales tienen que estar aquí. Aquí en este lugar.
Me acompañan hermanas de la congregación de Martha y María que amorosamente atendieron al P. Mario en los últimos momentos de su vida y que incluso Sor Consuelo lo amortajó con todo el esmero que merecía el cuerpo mortal de Mario Aguilar.
Mario Aguilar Donazan, hombre de carácter fuerte que le venía enérgicamente por su madre, Julita Donazan. El P. Mario fue de los que reabría el Seminario del Buen Pastor en el año 1963 y en 7 años fue el primer sacerdote ordenado nuevamente en Cuba. El Buen Pastor camina con las ovejas y el P. Mario fue el Buen Pastor que dio la vida por sus ovejas, las guió, las guió demasiado. De una familia acomodada, vivió su sacerdocio en humildad, trabajo, escases y pobrezas. El rosario de iglesias que mencionaba Lazarito, a quien se deben las diligencias exitosas de toda esta obra, fueron también atendidas por el P. Mario en la diócesis de Pinar del Río. Ayudante de Mons. Manuel Rodríguez Rozas, el mejor obispo que ha tenido Pinar del Río, porque le tocó la etapa difícil de los años 60 y supo consolar y esa es la primera tarea de un obispo: “Consolar a su pueblo”, consolar, consolar a un pueblo que le era difícil esa primera etapa. Consolar a los desposeídos por las leyes revolucionarias, consolar a los que se marcharon del país sin un centavo en los bolsillos y a los que quedaron y se quedaron para mantener la iglesia católica en Pinar del Río, y Mario ahí, joven, al lado de él.
(De los archivos: Jubileo Hermandad del Preso y sus Familiares. Imágines donde se ve a Monseñor Mario C. Aguilar Donazar. Fragmento de las palabras del Obispo José Siro)
En el video detrás y sentado el Padre Mario C. Aguilar Donazar
Mario no fue un cura de postalita, a la Iglesia en Cuba le sobran los curas de postalitas, curas de sotanas y albas de encaje, esos no los necesitamos. Y no me opongo a que los curas jóvenes lleven sotana, pero sotana sudada, sudada de trabajar el reino de Dios, sudada de trabajar como sudan los campesinos su vestimenta, como sudan los mecánicos la suya. El cura tiene que sudar, como sudaban el P. René Abreu, párroco de esta iglesia en los 60, 70 y 80 y ya fallecido. Olor en la vestimenta, pero por predicar el Reino de Dios. No necesitamos curas floristas, necesitamos pastores que compartan las alegrías y las tristezas de este pueblo que vive aquí y que se queda aquí y que hay que consolarlo y que hay que darle los sacramentos. Buen Pastor que da la vida por sus ovejas y no las abandona.
Esto lo estamos sufriendo últimamente en la Iglesia: sacerdotes jóvenes que se marchan al extranjero. Y hace 16 años, cuando empezaba este lamentable fenómeno, el papa Benedicto XVI preguntaba: ¿Por qué abandonan a las ovejas? ¿Por qué abandonan a sus ovejas cubanas? Yo lo sé, no lo digo porque me da vergüenza decirlo. Por eso el sacerdote cubano tiene que morir en Cuba, tiene que ser enterrado en Cuba, cuando vienen tantos sacerdotes misioneros a trabajar en Cuba y los cubanos huyen y abandonan a sus ovejas cubanas. El sacerdote cubano tiene que ser enterrado en Cuba, esa es su mayor gloria. Esa es la mayor gloria del P. Mario Aguilar, y yo le pido esa gloria a Dios para mí: ser enterrado en la tierra cubana, donde nací, aquí está mi convento. Querido hermano y amigo, junto a la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, la Patrona de Cuba, colocada en este marco hermoso de la Novena de la Virgen de la Caridad, a la que amabas tanto y que decías siempre: “Dulcísima Virgen de la Caridad del Cobre”. El P. Mario Aguilar vivió mal, el padre tuvo automóvil después de 14 años de ser sacerdote y se movía de un pueblo a otro en guagua, con ese cuerpo corpulento, en medio de la gente, a la ida y a la vuelta, rezando el Rosario. Tu amor a la Virgen, tu amor al rosario, no dejaste de rezar el rosario hasta el último día. Por eso he querido que encima de tu urna funeraria pusieran un rosario, con el que rezabas.
Llegó el momento de ser párroco de Consolación del Sur, la mejor comunidad católica de la diócesis de Pinar del Río en aquel momento,… pero la casa… vivías mal, vivías en el fondo de la Iglesia como vivían tus antecesores sacerdotes. De tu dormitorio al lavamanos había que caminar 25 metros a un lavamanos que hacía a la vez de eso y del fregadero de limpiar la loza, hasta que se le abrió un hueco y pusiste un cubo debajo y seguiste fregando la loza ahí, en el patio. Sin agua caliente, con una ducha fría en los meses de invierno que había que bañarse en ella o si no en unas cubetas que recolectabas en …. Allí estuviste en Consolación hasta que fuiste promovido a la Santa Iglesia Catedral de Pinar del Río, promovido (risas) y ahí llegaste también, donde había una cocina con un piso de cemento cuarteado por el tiempo y allí te adaptaste. Tu amor a los enfermos, tu amor a los enfermos tan desordenado. A veces, para ponerte al nivel de los enfermos que estaban postrados en la cama y administrarle la unción de los enfermos, te arrodillabas al lado de él y lo abrazabas con cariño y con ternura. Ahí, el carácter serio de los Donazan se trasformaba en la ternura del buen pastor y los acompañabas hasta el final.
No tenías cocina y los consolareños te mandaban una cantina diaria para el almuerzo y la comida. Ahí pasando trabajo siempre tu casa estuvo abierta a todas las personas. Podrían decirse: vengan más. Y así me acogiste a mí en uno de los momentos más difíciles de mi vida. Me dijiste: “Aquí estoy. No tengo oro ni plata que ofrecerte, te ofrezco a Jesús de Nazaret”, y me acompañaste siempre. Amigo y hermano.
Vicario General. Es la segunda figura después del obispo. Hubo una etapa muy dolorosa en la historia de Pinar del Río y Dios quiera que no vuelva más y que ya gracias a Dios se terminó. Digo dolorosa porque la Iglesia se dividió entre unos y otros. Sufrimos mucho los que quedamos de un lado, tanto sacerdotes y laicos, entre ellos yo, me golpeó tanto que el amor que tenía por la diócesis bonita de Pinar del Río, no lo he podido recuperar.
Y tú allí, siendo la segunda figura de la diócesis, eras ignorado, no se te consultaba, y tú Mario Aguilar sufrías eso, hombre de carácter fuerte, pero en silencio, lo sufrías. Te renegaron únicamente a maestro de liturgia en las grandes celebraciones de la Catedral, y así quedó, así quedaste, hasta que luego llegó el fatídico accidente. Cuando un sacerdote es ordenado, escoge un lema. Tu escogiste, el que está puesto ahí en la tarja que guarda tus restos, un verso del salmo 15: “Mi suerte está en tu mano”. Qué quiere decir el salmo: la suerte es la dicha, la suerte es el futuro, la suerte es la felicidad. Mi suerte está en tus manos, Dios mío. Queremos estar el P. Mario en 1970 de cuál sería su futuro. Cuánto sufriste como consecuencia del accidente. Cuadripléjico, cuadripléjico durante 20 años, que para hacer las funciones fisiológicas del cuerpo tenía que ser ayudado por otro. Cuánto sufriste, y sin quejarte, no se escuchó una voz de queja. Esa fue tu suerte, pero tu suerte estaba en las manos de Dios y por eso pudiste llevarlas en serenidad. Grande, dolorosa, hasta el final de tu vida. 20 años que se dice fácil, pero se sufre aunque uno no se queje. Allí estabas consolando, allí estabas al lado del pueblo, allí estabas al lado de los que iban a confesarte contigo; hasta que llegó el 21 de abril del 2022 cuando la hermana Sor Maryuri me dijo, el padre (silencio) falleció y hoy estoy aquí, como buen pastor de Cuba. La Iglesia Católica le una condecoración, la máxima que da a sus mejores hijos, aquellos que reúnen dos cosas: una vida intachable y haber trabajado notablemente por la Iglesia, esa medalla se llama Pro Ecclesia et Pontifice, traducido al castellano, Por la Iglesia y el Pontífice, hoy por mi cuenta, yo pido que para ti, se le imponga post-mortin la medalla Pro Ecclesia et Pontifice, porque tú fuiste una gloria del sacerdocio cubano y eres una gloria de Guanajay.
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Misa de cuerpo presente y entierro de Mons. Antonio Rodríguez Días
Etiquetas: Artemisa, Católica, Consolación del Sur, cuba, Diócesis, entierro, fallece. muere, Guanajay, Güira de Melena, homilía, Iglesia, Padre Mario Aguilar, Padre Tony, palabras, Pinar del Río, rector, Seminario
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