Batasuna exige a Zapatero que derogue la ley de Partidos y anuncia nuevas reuniones con el PSE
VÍCTOR ORTEGA
VITORIA. Batasuna dice «no» a la legalización y condiciona su regreso a las instituciones a la derogación de la ley de Partidos. El portavoz de la formación ilegalizada Joseba Permach dejó clara ayer esta posición en rueda de prensa y negó rotundamente que vayan a «transitar» hacia un «marco antidemocrático» como el definido, dijo, por la norma impulsada en su día por socialistas y populares. Permach destacó como «elementos positivos» el compromiso de José Luis Rodríguez Zapatero de «respetar la voluntad de los vascos» y la reunión celebrada este miércoles entre PSE y Batasuna. Un encuentro, precisó, que da carácter oficial a los contactos que ambas fuerzas vienen manteniendo «en los últimos años».
Sin embargo, apuntó también la existencia de aspectos negativos, entre ellos, la insistencia del PSOE de que asuman la ley de Partidos. El dirigente proetarra lamentó que el PSOE mantenga de forma permanente la tesis de que Batasuna tiene que «hacer un tránsito a no sé dónde y para qué» y negó que tengan previsto «ir a ninguna parte y menos si ese marco jurídico ilegal al que supuestamente tiene que ir es un marco antidemocrático».
Lo que tiene que hacer el Gobierno, advirtió en el habitual lenguaje batasuno, es «desactivar todas las estrategias represivas y todo el ordenamiento jurídico puesto en marcha para acabar con la izquierda abertzale». Asimismo, dijo que el anuncio realizado por el líder del PSE, Patxi López, de que no volverán a reunirse con Batasuna hasta que sea una formación legal, «simple y llanamente, no se lo cree nadie».
Partido legal
Los socialistas vascos habían justificado precisamente el encuentro con Batasuna por la necesidad de comunicar personalmente a Otegi y los suyos que tienen que dar los pasos necesarios para recuperar su condición de partido legal, cumpliendo los requisitos establecidos por la ley de Partidos.
A las declaraciones de Permach se suman las del líder de LAB, Rafael Díaz Usabiaga, quien vaticinó que en el plazo de dos años «deberíamos estar ya con un acuerdo político legitimado socialmente», en alusión al referéndum de autodeterminación. Además agregó, en una nueva muestra del impulso y la fuerza que parece haber adquirido Batasuna, que fotos como la del miércoles «son la punta del iceberg de un diálogo político y de un trabajo mucho más de fondo y mucho más profundo por debajo» hasta desembocar en «una segunda transición» en el País Vasco.
El portavoz del PSE, Rodolfo Ares, respondió a Batasuna que el Gobierno va a mantener la ley de Partidos. Ares pidió a la formación ilegalizada que asuma esta realidad en lugar de «engañarse» y generar «falsas esperanzas» a sus bases. «Ellos sabrán lo que quieren hacer», señaló. Ares subrayó que si Batasuna quiere realmente hacer política en democracia «tiene que cumplir las reglas del juego, respetar los derechos humanos y las leyes. Ellos saben perfectamente, y se lo reiteramos, que el Estado de Derecho no va a rebajar su exigencias para que la izquierda abertzale pueda hacer política. Son ellos los que tienen que tomar las decisiones para convertirse en una fuerza legal».
El PP también medió en la polémica cuando su secretario de Comunicación, Gabriel Elorriaga, indicó que las declaraciones de Permach ponen de manifiesto la «debilidad» que, a su juicio, muestra el Gobierno ante ETA «al dar alas a los representantes de los terroristas». En declaraciones a Efe, indicó que es evidente que Batasuna «le ha tomado la medida al PSOE y a Zapatero», de modo que la organización ilegal «incrementa día a día su chantaje al Estado de Derecho».
Desde el PP vasco se ha acogido «sin sorpresas» la reacción de Batasuna porque, a su juicio, la formación ilegal ha sido siempre clara a este respecto y son los socialistas quienes se muestran «incoherentes». «ETA/Batasuna vuelve a demostrar que no tienen voluntad de incorporarse a la vida democrática y se demuestra que la reunión del miércoles fue ineficaz y un profundo error», afirmó el portavoz de los populares vascos, Leopoldo Barreda.
VÍCTOR ORTEGA
VITORIA. Batasuna dice «no» a la legalización y condiciona su regreso a las instituciones a la derogación de la ley de Partidos. El portavoz de la formación ilegalizada Joseba Permach dejó clara ayer esta posición en rueda de prensa y negó rotundamente que vayan a «transitar» hacia un «marco antidemocrático» como el definido, dijo, por la norma impulsada en su día por socialistas y populares. Permach destacó como «elementos positivos» el compromiso de José Luis Rodríguez Zapatero de «respetar la voluntad de los vascos» y la reunión celebrada este miércoles entre PSE y Batasuna. Un encuentro, precisó, que da carácter oficial a los contactos que ambas fuerzas vienen manteniendo «en los últimos años».
Sin embargo, apuntó también la existencia de aspectos negativos, entre ellos, la insistencia del PSOE de que asuman la ley de Partidos. El dirigente proetarra lamentó que el PSOE mantenga de forma permanente la tesis de que Batasuna tiene que «hacer un tránsito a no sé dónde y para qué» y negó que tengan previsto «ir a ninguna parte y menos si ese marco jurídico ilegal al que supuestamente tiene que ir es un marco antidemocrático».
Lo que tiene que hacer el Gobierno, advirtió en el habitual lenguaje batasuno, es «desactivar todas las estrategias represivas y todo el ordenamiento jurídico puesto en marcha para acabar con la izquierda abertzale». Asimismo, dijo que el anuncio realizado por el líder del PSE, Patxi López, de que no volverán a reunirse con Batasuna hasta que sea una formación legal, «simple y llanamente, no se lo cree nadie».
Partido legal
Los socialistas vascos habían justificado precisamente el encuentro con Batasuna por la necesidad de comunicar personalmente a Otegi y los suyos que tienen que dar los pasos necesarios para recuperar su condición de partido legal, cumpliendo los requisitos establecidos por la ley de Partidos.
A las declaraciones de Permach se suman las del líder de LAB, Rafael Díaz Usabiaga, quien vaticinó que en el plazo de dos años «deberíamos estar ya con un acuerdo político legitimado socialmente», en alusión al referéndum de autodeterminación. Además agregó, en una nueva muestra del impulso y la fuerza que parece haber adquirido Batasuna, que fotos como la del miércoles «son la punta del iceberg de un diálogo político y de un trabajo mucho más de fondo y mucho más profundo por debajo» hasta desembocar en «una segunda transición» en el País Vasco.
El portavoz del PSE, Rodolfo Ares, respondió a Batasuna que el Gobierno va a mantener la ley de Partidos. Ares pidió a la formación ilegalizada que asuma esta realidad en lugar de «engañarse» y generar «falsas esperanzas» a sus bases. «Ellos sabrán lo que quieren hacer», señaló. Ares subrayó que si Batasuna quiere realmente hacer política en democracia «tiene que cumplir las reglas del juego, respetar los derechos humanos y las leyes. Ellos saben perfectamente, y se lo reiteramos, que el Estado de Derecho no va a rebajar su exigencias para que la izquierda abertzale pueda hacer política. Son ellos los que tienen que tomar las decisiones para convertirse en una fuerza legal».
El PP también medió en la polémica cuando su secretario de Comunicación, Gabriel Elorriaga, indicó que las declaraciones de Permach ponen de manifiesto la «debilidad» que, a su juicio, muestra el Gobierno ante ETA «al dar alas a los representantes de los terroristas». En declaraciones a Efe, indicó que es evidente que Batasuna «le ha tomado la medida al PSOE y a Zapatero», de modo que la organización ilegal «incrementa día a día su chantaje al Estado de Derecho».
Desde el PP vasco se ha acogido «sin sorpresas» la reacción de Batasuna porque, a su juicio, la formación ilegal ha sido siempre clara a este respecto y son los socialistas quienes se muestran «incoherentes». «ETA/Batasuna vuelve a demostrar que no tienen voluntad de incorporarse a la vida democrática y se demuestra que la reunión del miércoles fue ineficaz y un profundo error», afirmó el portavoz de los populares vascos, Leopoldo Barreda.
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