A Ian Padrón lo dejaron jugar con su Play Station
Por Luis Cino Álvarez
8 de Agosto de 2011
Arroyo Naranjo, La Habana, 18 de agosto de 2011 (PD) Contrario a lo que muchos creen porque no repararon en los créditaltos al final de la película, Habanastation se rodó en Zamora, Marianao, y no en La Timba o El Fanguito. Por razones del argumento, el niño de los padres acomodados, cuando se le pierde a la maestra (¿emergente?) en el desfile del primero de mayo, debía ir a parar a un barrio marginal que estuviera cercano a la Plaza de la Revolución.
Como La Timba, que además tiene un nombre muy sonoro y sugerente.
El detalle no es demasiado importante. No hay muchas diferencias. Tan miserable y marginal es Zamora como la Timba. Y que conste que no son precisamente los barrios más malos de La Habana. Los hay mucho peores. Para comprobarlo, puede dar una vuelta por los llega y pon de Arroyo Naranjo, San Miguel del Padrón, Guanabacoa y Marianao. El cinturón de villas miseria que rodea la capital cubana es otro de los rostros feos del socialismo verde olivo.
Mucho ha gustado la película de Ian Padrón, sólo que no entiendo por qué muchos la encontraron divertida. A mí me pareció muy triste la historia demasiado conocida de los muchachos que se hacen hombres (¿nuevos?) a golpes, antes de tiempo y carentes de casi todo en nuestros barrios. ¿Qué les podemos aportar sus padres si nuestras historias no fueron muy diferentes a las suyas?
Pero en definitiva, en medio de la historia con moraleja a favor de la amistad, la miseria que se ve en Habanastation es una miseria light, para nada comparable a la de Haití, por ejemplo, u otros países del Tercer Mundo. Algo ganamos luego de más de medio siglo de socialismo, ¿no?
Así, en casa del niño pobre y su abuela – el padre está preso y la madre ni se sabe- hay un refrigerador y un televisor chino. El niño no tendrá un Play Station para jugar, pero asiste, junto a los niños “que tienen de todo” a una escuela que sus padres no tienen que pagar, así como tampoco la asistencia médica. Regular o mala, pero la tienen. Y falta que les hace, porque además de todas las ventajas de que gozan, tienen también a tutiplén, mosquitos, piojos, pulgas, oxiuros, santanillas, moscas, cucarachas. Y cómo no, alcohol, pastillas y yerba de parque para “ponerse volaos”. Nada para preocuparse. También hay jefes de sector, brigada especializada, cárceles de menores y ley de peligrosidad social pre-delictiva para cuando estén más creciditos.
Todos sabemos cuanto se divierten nuestros chicos al revolcar en las montañas de basura para buscar latas vacías que vender, cuando chapaletean en los charcos de aguas albañales, pelean con lo que aparezca a mano contra otras pandillas, practican otros idiomas -sin acabar de aprender bien el suyo- para mendigar chavitos a los turistas, como ejercitan su imaginación cuando se caen a mentiras entre ellos para presumir de todo lo que les falta y que a veces sólo han visto en las películas americanas. O de lejos, tras las rejas de los jardines, en las casas de los pinchos.
A propósito, que casualidad que el niño privilegiado sea el hijo de un pianista que viaja a menudo al exterior y no uno de los hijos de papá, que esos tienen mucho más que un play station y lo que es peor, presumen de sus privilegios, ellos y sus papás y sus mamás, a toda hora y en cualquier lugar, excepto a la hora de repetir las consignas políticas, que eso sí, son las mismas para todos.
¿Nos quiere convencer Ian Padrón con Habanastation de que hay miseria y diferencias de clases en Cuba, pero no tanta como en otros países? Para nada sirve de consuelo. En todo caso, a uno no le queda más remedio que pensar que efectivamente es mayor la miseria espiritual que la material, que ya es bastante. Y todos sabemos por qué.
A Ian Padrón lo dejaron jugar con su play station y no quiso o no pudo ir más allá. De todas formas, si alguna vez vuelve sobre el tema de la pobreza y la marginalidad, le sobrarán locaciones. Si algo sobra en La Habana es barrios marginales y muchachos infelices.
luicino2004@yahoo.com
Foto: Marcelo López
Tejados
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Habanastation
(Fragmento)
(Fragmento)
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ALGUNOS COMENTARIOS DEJADOS
Zoé Valdés ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Desde Cuba escribe Luis Cino: A Ian Padrón lo deja...":
Figúrate, lo hicieron los de La Colmenita y el ICAIC, no hay escape.
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Zoé Valdés ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Desde Cuba escribe Luis Cino: A Ian Padrón lo deja...":
Figúrate, lo hicieron los de La Colmenita y el ICAIC, no hay escape.
Figúrate, lo hicieron los de La Colmenita y el ICAIC, no hay escape.
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