lunes, mayo 19, 2014

Iván García desde Cuba. José Martí, comodín ideológico. Desmistificando y humanizando a José Martí


Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

El destacado escritor cubano Carlos Ripoll, decía, respondiendo a la interrogante de si Fidel Castro era verdaderamente comunista, o si era un oportunista que usaba la terminología marxista leninista para darle una sustentación ideológica a su régimen de tiranía unipersonal, que precisamente, por ser Fidel Castro un oportunista, era comunista.

Los que hemos ya vivido unos años, sabemos que los oportunistas nace, florecen y fructifican en todo tipo de terreno ideológico. Los que hemos vivido muchos años en Cuba hemos visto a personas honestas y trabajadoras, vivir para el Partido ( el Partido Comunista de Cuba ó PCC, que es el único que reconoce el desgobierno cubano) y a muchos farsantes vivir del Partido, siendo el Comandante en Jefe, también Primer Secretario del PCC, el Farsante Mayor.

La utopía del marxismo, unida a los "aportes" de Lenin, encierra detrás de sus bellas palabras que resultan tan atractivas, principalmente a los jóvenes, un caldo de cultivo estupendo para engendrar las más despiadadas dictaduras; eso lo ha demostrado la práctica social en todas las latitudes y circunstancias. Si mal no recuerdo, fue Winston Churchill, quien dijo, con otras palabras, que habría que tener el corazón muy duro para que una persona no fuera izquierdista antes de los 30 años, pero que habría que tener muy duro el cerebro para seguirlo siendo después de los 30.

No obstante hay personas, como José Martí e Ignacio Agramontes , que "no se fueron con la bola mala " y supieron ver lo que había detrás de esas utopías. Para conocer el punto de vista de Martí sobre el Socialismo, pueden leer mi artículo " José Martí: una aproximación puntual" en el número 53 de la revista VITRAL ( http://www.vitral.org) ; para conocer el pensamiento de Agramonte pueden leer su discurso de graduado de Licenciado en Derecho Civil y Canónico en Universidad de La Habana, poco antes de irse para la manigua independentista, donde dice:

“La centralización hace desaparecer ese individualismo, cuya conservación hemos sostenido como necesaria a la sociedad. De allí al comunismo no hay más que un paso; se comienza por declarar impotente al individuo y se concluye por justificar la intervención de la sociedad en su acción destruyendo su libertad, sujetando a reglamento sus deseos, sus pensamientos, sus más íntimas afecciones, sus necesidades, sus acciones todas.

El discurso puede leerse íntegramente en la revista VITRAL número 37.
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Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

En el blog de la escritora  Zoé   Valdés se publicó el siguiente fragmento:

Tomado de http://zoevaldes.net

 En sus propias palabras y en un periódico neoyorquino de la época:

The Hour 21 de Agosto de 1880:

Empecemos esta vez por una curiosa confesión. Este es el único país, de todos los que he visitado, donde he permanecido una semana sin sentirme atraído y profundamente prendado de alguna mujer. Aun en Southampton, en una media hora de claridad, contemplando a una agradable joven, ambos nos comprendimos y nos dijimos adiós para siempre; también cuando cruzaba la espléndida costa atlántica de Guatemala, una menuda, flexible, pero voluptuosa india, –Venus coronada emergiendo de las aguas de un cristalino río,– mostrándose ella misma ante el anheloso viajero con toda la magnífica atracción de un nuevo género de poderosa y sugestiva belleza, amé y fui amado. En todas partes un alma de mujer ha venido a bendecir y endulzar mi vida exhausta.

Gracias a Miriam Gómez.
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Tomado de http://www.diariodecuba.com/

Martí, comodín ideológico

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Cada político intenta apropiarse de su figura, pero a los jóvenes de hoy no les interesa Martí.
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Por Iván García
 La Habana
19 Mayo 2014

Todos lo usan. Si alguien en la historia de Cuba está por encima del bien y del mal es José Martí (1853-1895).

Militantes del Partido Comunista u opositores se saben de carretilla largas frases martianas. Y a la primera de cambio lo evocan. Es de buen gusto y políticamente correcto mencionar un pasaje de un discurso de Martí cuando las autoridades inauguran una envasadora de botellas plásticas, o un grupo disidente se reúne en La Habana.

Martí es el héroe de los dos bandos. Como el Pájaro Loco o Bob Esponja para un niño amante de los dibujos animados. Allá por la década del 50, a raíz del centenario de su natalicio, un novato abogado llamado Fidel Castro lo utilizó de escudo.

A pie juntillas, la mayoría de cubanos nacidos después de 1959, creen que es una verdad de biblia que el poeta y humanista fue el autor intelectual del asalto al cuartel Moncada, el 26 de julio de 1953.

No pocos adoctrinados por el régimen aseguran que de no haber caído Martí en aquella absurda escaramuza en el caserío de Dos Ríos, el 19 de mayo de 1895, el prócer habanero habría fundado un comunismo teóricamente superior al de Carlos Marx.


Como una golosina, en Cuba hay Martí para todos los gustos. A la carta. Igual se cita en un torneo de judo que en un simposio de avicultores. Intelectuales y académicos leales a los hermanos Castro gastan generosamente el dinero público intentando demostrar el parentesco ideológico entre el ilustre habanero y el puñado de compadres guerrilleros que desde hace 55 años gobiernan la Isla.

En la biblioteca de un político, sea cual sea su afiliación, es casi una obligación llenar los estantes con libros martianos. Nos han impuesto un Martí de atrezzo. Lejano y aburrido para los jóvenes.

Pero si el Estado ha creado una corriente de opinión donde José Martí coquetea con el comunismo, los disidentes lo presentan como un exponente a ultranza del liberalismo económico
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Cada cual hala para su lado el despojo del Maestro. Han ido deformando la realidad de un tipo de carne y hueso. Es casi un suicidio intelectual en Cuba hablar de aquel ser humano mujeriego y bebedor.

(María García Granados ¨La Niña de Guatemala.  José Martí no era mujeriego aunque sí amaba la belleza de la mujer y enamoró y conquistó a algunas de ellas. En el libro  ¨Martí El Apóstol¨ de Jorge Mañach se narra cuando en su juventud en España no quiso pasar como un ciclón por un sembrado de trigo y aprovecharse del amor que una joven rubia tenía hacia él. Otro caso, años después,  es el de María Granados  del cual no quiso aprovecharse del amor juvenil de ella hacía él. Un mujeriego ¨no perdona y pasa la cuenta¨ Ese fue el caso de José Martí, por ejemplo,  con una mujer de las artes que era asediada por hombres de alta sociedad y José Martí ¨fue el que se llevó el gato al agua¨. José Martí tomaba en ocasiones pero no era un bebedor consuetudianario. Por cierto, hay unos versos de José Martí, escritos en un ambiente festivo,  en que dice que quisiera él ser un gallo en un gallinero Foto y comentarios del bloguista de Baracutey Cubano)

No. Es mejor venderlo circunspecto. Vestido de negro y sin sonreír. Es la foto que cuelga en actos ya sean del régimen o de la oposición.

Pero entre los cubanos hay más versiones de Martí que de la canción A mi manera. Martí es ubicuo. Es todo y es nada. Un busto en cada escuela, una pintura en un mural callejero o un cuadro en cualquier charla política.

Quien no haya leído toda su obra, dicen, no es un buen cubano.

El mal uso del paradigma martiano ahora mismo le está pasando factura a la generación más joven. A un segmento importante de la juventud, sencillamente, no le interesa Martí.

Mientras cada cual pretende apropiarse de su figura, muchos adolescentes pasan horas sentados frente a consolas y computadoras, jugando o haciendo apuestas a ver quién ganará la final de la Champions, el 24 de mayo en Lisboa.

119 después de su muerte, lo que va quedando es un Martí desconocido. Cineastas como Fernando Pérez intentan desmontarlo del santoral. En su filme El ojo del canario, Pérez muestra la adolescencia de "Pepe" al estilo de un vecino del barrio.

Traernos de vueltas al Martí humano es una auténtica faena para los que custodian su legado. Sobre todo para convencer a los más jóvenes que aquel hombre excepcional fue mucho más que un diletante, poeta, escritor y político de mirada triste, vestido de luto.
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ota del Bloguista

Este artículo lo escribí y me lo publicaron en la revista Vitral en el año 2003, cuando yo aún vivía en Cuba
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Tomado de http://www.vitral.org

MARTÍ: UN ACERCAMIENTO PUNTUAL
( Fragmentos )

Por Pedro Pablo Arencibia Cardoso

Martí y el socialismo

Pero si su persona ha sido manipulada y reducida en toda su riqueza y complejidad humana mediante sensibles silencios, su ideario ha sido aún más usado, manipulado y podado de incómodos señalamientos; aunque hay determinados períodos de nuestra historia patria donde esto se ha manifestado más que en otros. Algunos ejemplos los podemos ver en su carta del 29 de mayo de 1883. En dicha carta Martí habla positivamente del fundador del marxismo pero desecha los métodos propuestos por Marx basados en la lucha de clases.

¨ Ved esta gran sala. Karl Marx ha muerto. Como se puso del lado de los débiles, merece honor. Pero no hace bien el que señala el daño, y arde en ansias generosas de ponerle remedio, sino el que enseña remedio blando al daño. Espanta la tarea de echar a los hombres sobre los hombres. Indigna el forzoso abestiamiento de unos hombres en provecho de otros. Mas, se ha de hallar salida a la indignación, de modo que la bestia cese, sin que se desborde, y espante…¨ (Tomo 9, 388)

y escribe más adelante:

¨ …Karl Marx estudió los modos de asentar al mundo sobre nuevas bases, y despertó a los dormidos, y les enseñó el modo de echar a tierra los puntales rotos. Pero anduvo de prisa, y un tanto en la sombra, sin ver que no nacen viables, ni de seno de pueblo en la historia, ni de seno de mujer en el hogar, los hijos que no han tenido gestación natural y laboriosa ¨ (Tomo 9, 388)
advierte:

¨… Son los rusos el látigo de la reforma: mas ¡no!, no son aún estos hombres impacientes y generosos, manchados de ira, los que han de poner cimiento al mundo nuevo: ellos son la espuela, y vienen a punto, como la voz de la conciencia , que pudiera dormirse: pero el acero del acicate no sirve bien para martillo fundador¨ (Tomo 9, 388-389)

En su crítica sobre la obra ¨ La Futura Esclavitud¨ de Herbert Spencer, Martí también plantea sus objeciones sobre el socialismo; una de esas objeciones es:

¨…De ser siervo de sí mismo, pasará el hombre a ser siervo del Estado. De ser esclavo de los capitalistas, como se llama ahora, iría a ser esclavo de los funcionarios.¨(Tomo 15, 391)

En sus cartas públicas y personales nuestro Apóstol también hace fuertes críticas al socialismo; estas cartas han sido muy poco divulgadas en nuestro país. En la carta al Director de La Nación del 9 de enero de 1890 plantea:

¨…Cada pueblo se cura conforme a su naturaleza, que pide diversos grados de la medicina, según falte este u otro factor en el mal, o medicina diferente. Ni Saint-Simon, ni Karl Marx, ni Marlo, ni Bakunin. Las reformas que nos vengan al cuerpo. ¨ (Tomo 12, 378)

Y en la carta personal a Fermín Valdés Domínguez de mayo de 1894 señala:

¨…Dos peligros tiene la idea socialista, como tantas otras:-el de las lecturas extranjerizas, confusas e incompletas, - y el de la soberbia y rabia disimulada de los ambiciosos, que para ir levantándose en el mundo empiezan por fingirse, para tener hombros en que alzarse, frenéticos defensores de los desamparados…¨(Tomo 3, 168)

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Martí en contra del caudillismo

La experiencia latinoamericana en lo relativo a las luchas intestinas y fratricidas que siguieron a la liberación del yugo español de ciertas naciones de América del Sur y la desconcertante experiencia de ver que varios de sus libertadores se convirtieron posteriormente en dictadores de sus pueblos, dejaron en Martí una impronta tal, que él prefería que Cuba siguiera siendo colonia española, antes de que cayera en manos de caudillos:

¨Y no quiero a mi patria ¡no! víctima de capataces. La prefiero esclava de los demás a verla esclava de sus hijos.¨ (citado por Pichardo, 286)

El 20 de octubre de 1884, y después de un incidente desagradable con Máximo Gómez, Martí le escribió al dominicano su determinación de:

¨no contribuir en un ápice por el amor ciego a una idea en que me está yendo la vida, a traer a mi tierra a un régimen de despotismo personal, que sería más vergonzoso y funesto que el despotismo político que ahora soporta y más grave y difícil de desarraigar, porque vendría excusado por algunas virtudes, establecido por la idea encarnada en él, y legitimado por el triunfo¨ (Tomo 1, 177)

En esa misma carta definió bien claro, como buen liberal, que la búsqueda de las libertades públicas son la única razón por la que se puede iniciar una lucha:

¨¿Qué garantías pueden haber de que las libertades públicas, único objeto digno de lanzar a un país a la lucha, sea mejor respetada mañana? ¿Qué somos, General? ¿ Los servidores heroicos y modestos de una idea que nos calienta el corazón, los amigos leales de un pueblo en desventura, o los caudillos valientes y afortunados que con el látigo en la mano y la espuela en el tacón se disponen a llevar la guerra a un pueblo, para enseñorearse después de él ?¨ (Tomo 1, 178)

En su artículo del 18 de agosto de 1888 titulado El General Sheridan, Martí al alabar a Sheridan, alabó a todos aquellos luchadores que dejando generosamente a un lado su ambición de poder, dan paso a otros por el bien de la nación:

¨ Te defendí ¡ oh patria ! en la hora de necesidad; pero no te perturbaré en la hora de la paz con mi ambición, porque me diste vida para defenderte y ocasión para ganar gloria; ¿ haré yo de mi valor ¡ oh patria ! un látigo, y de tí haré mi caballo ? Así no habló Sheridan, que no era hombre de palabras finas; pero obró así, que es mucho mejor que hablar¨ (Tomo 13, 120)

Martí, como ya vimos en la tercera cita de este subtítulo, no quería que Cuba se convirtiera en la finca particular de un caudillo como había sucedido en otros países iberoamericanos después de concluidas las guerras contra la Metrópoli, pero para Martí no sólo los caudillos eran merecedores de fuertes críticas; también los pueblos llevaban su parte. En el segundo volumen de la edición de las Obras Completas de nuestro Apóstol, publicadas en el centenario de su nacimiento, y en sus páginas 50 y 51 se lee:

¨ De hombres que no pueden vivir por sí, sino apegados a un caudillo que los favorece, usa y mal usa, no se hacen pueblos respetables y duraderos

Y con vistas a una convención de clubes independentistas donde se discutirían múltiples temas, manifestó:

… ¡que los pueblos no son como manchas de ganado, donde un buey lleva el cencerro, y los demás lo siguen .! ” (Tomo 2, 17)

Martí no sólo criticó el control de un país por un caudillo; también criticó el control político de la nación por un solo partido político:

¨ Siempre es desgracia para la libertad que la libertad sea un partido¨ (Tomo 20, 25)
Y para Martí, según plantea en ¨Tres Héroes¨ en la conocida obra La Edad de Oro:

¨Libertad es el derecho que todo hombre tiene a ser honrado, y a pensar y a hablar sin hipocresía.¨
A raíz de la ascensión del Partido Republicano estadounidense al poder en 1883, escribió sobre lo conveniente que era para una nación que un partido político no permaneciera mucho tiempo en el poder:

¨ La libertad ha de ser una práctica constante para que no degenere en fórmula banal. El mismo campo que cría la era, cría las ortigas. Todo poder amplia y prolongadamente ejercido, degenera en casta. Con la casta, vienen los intereses, las altas posiciones, los miedos de perderlas, las intrigas para sostenerlas; las castas se entrebuscan y se hombrean unas con otras.¨ (Tomo 9, 340)

Es cierto que Martí fundó un solo partido, nadie funda más de un partido a la vez, pero ese partido por las bases tan amplias que tenía, no era excluyente; se fundó con el único propósito de llevar la independencia a Cuba y Puerto Rico. En el Partido Revolucionario Cubano (PRC) había personas de todas las tendencias políticas: demócratas, anarquistas, socialistas, etc.; bastaba que la persona deseara la independencia para pertenecer al mismo. En las bases no se habla de continuar la existencia del PRC después de la independencia cubana y puertorriqueña de España (por eso Don Tomás Estrada Palma, el sucesor de Martí, lo disuelve al lograrse la independencia de España concluida la Guerra Hispano Cubana Norteamericana); en las bases del PRC tampoco se habla de excluir o de prohibir la participación de otros partidos políticos en la lucha independentista o en la vida republicana.

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Martí vilipendiado


Por Julio M. Shiling


Lo que hay hoy en Cuba, sus instigadores nos dicen, comenzó en el acometimiento de un cuartel en Oriente. La responsabilidad intelectual de la monstruosidad que derivó de aquel ataque al Moncada, nos ha parloteado su máxima figura, es José Martí. ¿Cuánta verdad podrá haber en dicha afirmación?

La revolución cubana está sustentada sobre mentiras. Cuba es el único caso donde el comunismo alcanzó el poder negando, insistentemente, su esencia marxista. La necesidad metodológica de su implantación institucionalizó el embuste, la falsificación de la historia. Era de suponer que la figura insigne de Cuba no escaparía la embestida trolera.

José Martí jamás fue o podía haber sido socialista o, mucho menos, comunista. Claro quedó escrita su crítica directa a las pretensiones socialistas. Más aún, el Maestro estructuralmente rechazó las premisas imperiosas que sustentan la teoría de su contemporáneo, Carlos Marx. Martí creía en la concordia de las clases sociales, no en su lucha. La economía y las relaciones que engendraba eran para el autor del Manifiesto comunista el óptimo factor determinante en la vida del hombre. Concepto, para el Apóstol, absurdo. En el rico léxico de Martí, la palabra economía sólo se encuentra 14 veces. Dramática diferencial con libertad, que aparece 346 instantes.

Lo que más le repelía al Apóstol de los esquemas socialistas se sintetiza en cuatro puntos:

• la enmascarada demagogia de su liderazgo, utilizando hipócritas diatribas para engatusar a los pobres y adquirir poder;

• el precio social y cultural de subordinar lo individual a lo colectivo;

• la fomentación de un Estado cíclope;

• el atropello a la libertad para implantar esas ideas ``confusas''.

La obra de Martí lo defiende grandilocuentemente contra el infame paralelismo que vincula el ideario martiano con el proyecto comunista.

Julio M. Shiling
Dtor. de Patria de Martí
www.patriademarti.com
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Certificado de nacimiento de María Mantilla

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Certificado de Defunción de Manuel Mantilla



 José Martí y Manuel Mantilla

Tomado de http://eichikawa.com

José Martí y la paternidad de María Mantilla

Dr. Antonio de la Cova
Mayo 21, 2010

Cuando el Apóstol cubano José Martí llegó a Nueva York el 3 de enero de 1880, se albergó en el hogar de su compañero del presidio político, Miguel Fernández Ledesma, en el 337 W. 31 Street.

Pocas semanas después, Martí se mudó para la residencia del matrimonio de Manuel Mantilla y Carmen Miyares en el 49 E. 29 Street en Manhattan, a seis cuadras de distancia.

Hasta ahora, los escritores han presentado una versión incorrecta y nebulosa sobre Manuel Mantilla. José Manuel Castañón, en Cuba: hablo contigo; sigo hablando contigo (2001) página 117, indica que “en el Centro de Estudios Martianos con Fina García Marruz,” le informaron de la vida de Carmen Miyares, “mujer abnegada y luchadora que para mantener a su esposo paralítico y los tres hijos del matrimonio–Manuel, Ernesto, y Carmen,–puso una pensión en Nueva York, a donde fue a alojarse como huésped José Martí.” Tres años despúes, Rubén Pérez Nápoles, en Martí: el poeta armado (2004), página 230, describe a Manuel Mantilla como “un anciano achacoso y estaba inválido, por lo que en la práctica difícilmente funcionaban las relaciones normales del matrimonio.” El censo de Nueva York de 1880 y el certificado de defunción de Mantilla desmienten estas versiones propagadas durante más de un siglo.

( María mantilla y José Martí )

El certificado de defunción No. 519022 de Manuel Mantilla confirma que cuando falleció al mediodía del 12 de febrero de 1885, tenía la edad de 42 años con dos meses y dos días.

Por lo tanto, cuando Martí fue a residir en su hogar en 1880, Mantilla tenía 37 años de edad. El censo federal de 1880 confirma que Manuel “Mandilla” tenía 37 años de edad.

Carmen aparece con 29 años de edad y sus hijos son Manuel, de 9 años, nacido en Cuba, Carmen, 6, y Ernest, 2, nacidos en Nueva York. Pérez Nápoles se equivoca al decir que Mantilla era un anciano inválido que no podía tener relaciones matrimoniales, ya que aún no peinaba canas cuando engendró a su último hijo.

Mantilla tampoco estaba inválido ni paralítico. La columna 20 del censo de 1880 pregunta si la persona está “Mutilado, lisiado, postrado en una cama, o con discapacidad.” En el cuadrito que le corresponde a Mantilla, esta selección no está marcada como cierta.

El certificado de defunción de Mantilla indica que enfermó un año antes de morir, a principios de 1884, afectado por “enfermedad mitral del corazón,” que fue la causa principal de su muerte. Como resultado de dicha condición, cinco meses antes de fallecer, Mantilla fue afectado por “congestión de los pulmones, riñón y el hígado.”

Carmen Miyares nunca tuvo que trabajar para “mantener a su esposo” como alega el Centro de Estudios Martianos. El censo de 1880 indica que Mantilla era comerciante a comisión y que su esposa era ama de casa. La familia Mantilla y sus dos huéspedes eran atendidos por una sirvienta alemana y un cocinero cubano. El certificado de defunción de Mantilla indica que estaba empleado como comerciante. Mantilla fue inhumado en el cementerio católico Holy Cross en Brooklyn.

Cuando visité su tumba hace veinte años, encontré que carecía de lápida o memorial con su nombre.

El certificado de nacimiento de María Mantilla señala que ella nació a las 4:40 AM el 28 de noviembre de 1880.

La fecha indica que si Martí es su padre, la engendró en febrero, pocas semanas después de conocer a la señora Carmen Miyares de Mantilla. Aunque el certificado de nacimiento señala a Manuel Mantilla como el padre, parece que él no fue quien dió la información ya que su edad de 40 años no es correcta y aparece como desempleado. La edad de Carmen Miyares es errónea por cinco años, dando a especular que probablemente la doctora Annie M. Brown, que asistió con en parto y firmó el certificado de nacimiento, fue quien anotó los datos. La residencia de la madre, donde ocurrió el nacimiento, es 243 Grand Avenue, Brooklyn, lo que significa que la familia Mantilla se había mudado de donde residían en Manhattan el 5 de junio de 1880, según la fecha del censo.

Todos los relatos históricos concuerdan que Martí vivía como huésped de los Mantilla en febrero de 1880. Sin embargo, cuatro meses después, cuando Carmen Miyares estaba en avanzado estado de embarazo, Martí ya no residía con los Mantilla. El censo federal de Nueva York del 8 de junio de 1880 demuestra que para esa fecha Martí se alojaba en la casa de huéspedes de Henry C. Beers y su familia, en el 345 Fourth Avenue de Manhattan, lejos de la familia Mantilla. El hogar de los Beers era más amplio, ya que allí residían ocho miembros de la familia, nueve huéspedes, y dos sirvientas. Aunque el nombre de Martí aparece en el censo deletreado correctamente, su información personal contiene varios errores que se pueden atribuir a referencias que facilitó la familia Beers al enumerador cuando Martí estaba ausente. Martí es descrito como soltero, de 30 años de edad, sin conocerse su empleo, y de padres cubanos. Esto parece ser un estimado muy aproximado, ya que él tenía 27 años, su esposa estaba en Cuba, y su padre era español.

Cuando la esposa de Martí, Carmen Zayas Bazán llegó a Nueva York en diciembre de 1880 con el hijo de ambos, escuchó los rumores que su marido era el padre de María Mantilla. Al poco tiempo, Carmen volvió a Cuba con su hijo y obtuvo pasaporte sin el consentimiento de su esposo, valiéndose de la ayuda del cónsul español. Tras la muerte de Manuel Mantilla, Martí regresó a vivir con Carmen Mantilla y su familia. El 22 de enero de 1895, el Ministro Español en Washington, Emilio Muruaga, envió un cable al gobierno norteamericano señalando a Manolito Mantilla como “el hijastro del Sr. Martí, el agitador cubano.

La familia Mantilla permaneció en Nueva York después de la independencia de Cuba y aparecen enumerados en el censo de 1900.

Carmen, dos de sus hijas, y tres sobrinos estudiantes universitarios, residían en un apartamento rentado en el 322 W. 32 Street. Su vecino era el pianista cubano Emilio Agramonte, exiliado con su familia desde 1875.

En 1915, Carmen Mantilla viajó a La Habana y se hospedó con la familia Baralt. Allí entregó la biblioteca personal de José Martí al doctor Julio Villaldo.

Cinco años después, Carmen y su hijo Ernest aparecen en el censo de Nueva York de 1920.

Residían en el 135 W. 74 Street, un edificio hipotecado a ella de ocho apartamentos. Carmen tenía un negocio de bienes raíces y rentaba apartamentos por cuenta propia. Ernest, de 41 años, estaba desempleado. Carmen es descrita como una viuda de 70 años de edad, residente en Estados Unidos desde 1870 sin ser ciudadana norteamericana.

( María Mantilla, su esposo y el hijo de ambos, el actor César Romero, ya fallecido y que tiene una estrella entre los famosos de Hollywood; nota del Bloguista )

Carmen Mantilla falleció el 17 de abril de 1925 y fue inhumada en el cementerio Woodlawn en el Bronx, donde posteriormente la acompañaron dos hijos.

Diez años después, su hija María Mantilla ofreció la evidencia más contudente que existe respecto a su paternidad en una carta de nueve páginas que le envió a su hijo, el actor César Romero, el 9 de febrero de 1935.


La misiva relata la vida de José Martí y afirma: “Yo quiero que sepas, querido, que él era mi padre, y yo quiero que tú te sientas orgullo de eso. Algún día, hablaremos mucho sobre esto, pero claro, esto es solamente para tu conocimiento, y no para publicidad. Esto es mi secreto, y Papá lo sabe. Bueno, creo que esto es bastante sobre la historia de la familia.” María Mantilla falleció en Hollywood en 1962 y sus cenizas están en el panteón de la familia Romero en el cementerio de Inglewood, California.

El 23 de enero de 2004, las nietas de María Mantilla, Victoria y Martí Romero, hijas de Eduardo Romero, viajaron a La Habana y donaron la carta original a la Fragua Martiana.

( Victoria y Martí Romero en la tumba de José Martí )

La prensa oficialista castrista reportó la visita y el obsequio del documento, pero no identificaron a las hermanas Romero como las biznietas de José Martí ni tampoco mencionaron que María Mantilla se identifica en la misiva como la hija de Martí.

Quizá algún día se pueda hacer la prueba del ADN, como se hizo con los restos de Thomas Jefferson y sus descendientes afroamericanos, para definitivamente comprobar el parentezco entre José Martí y María Mantilla.
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 Tomado de http://www.ddcuba.com


¿Otra amante de Martí?

Por Jorge Luis Camacho
Columbia
03-09-2011

Un artículo publicado en 'The Globe' en 1895 habla de otro amor de Martí y cita correspondencia íntima suya.

Marie Desquez.

Mucho se ha escrito sobre las mujeres en la vida de Martí: María García Granados, la niña de Guatemala, Carmen Zayas Bazán, la esposa, y Carmita Miyares, la viuda de Mantilla. De todas ellas la que más ha recibido atención es Carmita, la dueña de la casa donde el cubano vivió cerca de 15 años y cuya hija Martí adoraba.

La primera en destacar la cercanía entre ambos fue Blanche Zacharie de Baralt, que no deja dudas, en su libro El Martí que yo conocí (1945), de que existió una relación amorosa entre ambos. A partir de entonces, y con la ayuda de la misma María Mantilla, quien declaró en una oportunidad que ella era hija de Martí, no han faltado críticos que aseguren que, en efecto, el cubano fue el padre. Sin embargo, en 1989 se publicó en La Habana una carta-borrador de Martí a Victoria Smith, que había permanecido sin publicarse cerca de cien años, en la que el cubano se defiende de los rumores que ponían en duda la relación de amistad entre ambos. Por esto, y otras cosas, pocos investigadores apoyan ya esta tesis y, a lo más, ubican el posible amorío entre los dos mucho más tarde en su vida.

Pero, ¿fue Carmita la única mujer que tuvo Martí en Nueva York? Un artículo publicado en un periódico norteamericano el 18 de julio de 1895 podría servirnos de guía para imaginarnos a Martí interesado en otra mujer que no es ni su esposa ni la viuda de Mantilla.



[José Martí junto a su esposa Carmen Zayas Bazán y su hijo José Francisco Martí y Zayas Bazán, Nueva York, 1884. (ARINDABO.BLOGSPOT)] José Martí junto a su esposa Carmen Zayas Bazán y su hijo José Francisco Martí y Zayas Bazán, Nueva York, 1884. (ARINDABO.BLOGSPOT)

¿Quién era esta mujer? Su nombre, según The Globe, era Marie Desquez, una muchacha de ascendencia española, que fue una de sus discípulas en Nueva York. El artículo titulado "Martí as a Lover", publica una foto de Martí y otra de Marie, y argumenta que el célebre revolucionario que recientemente había muerto en Cuba, había estado enamorado de ella y le había escrito muchas cartas que, aun traducidas al inglés, mantenían la naturaleza refinada y poética de su estilo. Y a continuación publica fragmentos de dos cartas. Traduzco estos fragmentos:

"En las oscuras esquinas de mi habitación parece susurrar, como si suavemente tratara de disputar con el aire vacío, una pequeña voz que me preocupa. Dentro de mí, como una canción, escucho una voz que ahora no volveré a dejar de escuchar. Conozco, ¡ay!, las realidades de la vida, y las terribles imposibilidades de acomodarla para que cumpla con los deseos de un alma noble; y un hombre compasivo puede vivir hasta mi edad sin estar agobiado por servidumbres y angustias. Pero sé también que la vida es imposible —y más espantosa de lo que puede ser ninguna muerte— si uno tiene que vivir con el alma en soledad, y con cada esperanza rota y cayendo a tierra, como una bandera rota en pedazos. Sé que si uno viviera la vida con dignidad hasta el final, aunque fuera sin llegar a conocer la mayor felicidad, necesita que otra alma llegue en la hora de la agonía y la desesperación, para consolarla y fortalecerla, y darle nueva vida. Yo no estaría ni un instante a tu lado si supiera que te hacía algún daño. Siento que te puedo sostener como un pajarito herido en las palmas de mi mano. Y de nuevo te veo como cuando nos vimos la última vez —caminando lento, lento, como si te negaras a dejarme, y cada paso tuyo es como un beso. Porque después de conocerme, has de sufrir menos; nunca, aun en tu soledad más grande, te sientas sola. Acude a mí y vivirás día y noche en mi corazón —como un pájaro en su nido. He visto los pájaros en sus nidos felices en lo profundo de nuestras montañas, y tú me los recuerdas. La vida más feliz que es posible en el mundo es la del amor y el trabajo. Esta vida, tan natural como la luz del sol: ¡hubiera podido ser nuestra! Pero todavía podríamos haberla conocido lo suficiente para sostenernos y darnos coraje por el resto de nuestras vidas. Tu deseo de verme hoy, tu deseo piadoso y elocuente, me revela que entre tú y yo hay ese poder extraño y divino, nacido solamente del intercambio y unión de dos almas que sufren. Tu cara está enfrente de mí, y parezco llenarme con la luz de tus ojos. Y aquí, con el alma nuevamente iluminada, aquí me siento en mi habitación vacía."

Según el periódico estadounidense, a Marie le gustaba cantar y a veces componía. Y tal vez por esto Martí le dice que sigue escuchando una "canción", un "susurro" o una "pequeña voz" que le recuerda a ella.

Marie sabía, dice el periódico, que el revolucionario cubano estaba casado, y que tenía una esposa y un hijo en Cuba. Por esto decidió alejarse de él. Un día, cuenta The Globe, Martí fue a visitarla y Marie se escondió detrás de unas cortinas y pidió a una de las sirvientas que le dijera que no estaba. Martí se fue y no regresó más, pero dos años más tarde ambos se encontraron por casualidad en la calle, y el cubano le contó entonces que había hablado en uno de sus mítines de Tampa, que no se explicaba cuánto poder tenía, pero que debía ser porque pensaba en ella.

"Yo te quiero, yo te quiero", le dijo Martí a Marie, y después ambos se fueron cada uno por su lado. Nunca más se volvieron a ver. No obstante, sigue diciendo The Globe, durante esa época Martí siguió escribiéndole, y en la última de sus cartas le decía:

"Puede ser que llegues a amar a alguien. Puede incluso ser que te reconcilies con el novio que te causó tanto dolor antes de conocernos. Puede ser que le creas de nuevo, y consientas en unirte a él de por vida. Y cuando ese momento llegue —recuerda que te he dicho esto— yo estaré en la tierra, muerto, con una bala del enemigo en mi sufrido corazón. De modo que no lo lamentaré y tú podrás ser feliz."

Después de leer estos fragmentos y la historia que cuenta este artículo, la pregunta que se haría cualquier investigador es qué hacer con una historia como ésta. ¿Aceptarla como un testimonio verídico o descartarla por falsa?

Ni en la correspondencia de Martí, ni en el índice onomástico de sus Obras Completas aparece el nombre de Marie Desquez. Ninguno de sus biógrafos hasta ahora ha mencionado su nombre y si nos guiamos por sus críticos, Martí ya tenía una mujer, o mejor dicho, dos mujeres a las cuales rendir cuentas.

A pesar de todo esto, la pregunta creo que es válida. ¿Podría haber pensado Martí en Marie como una opción de matrimonio para cuando terminara la guerra o fue simplemente un amor platónico que nunca cristalizó? Confieso que no lo sé y que sería imposible dar una respuesta a cualquiera de estas preguntas si no sabemos más de ella. Porque para probar la autenticidad de esta historia habría que empezar por saber si Marie Desquez existió en realidad (cosa que el censo de Estados Unidos tal vez nos pueda decir) y después rastrear sus cartas y poemas a ver si encontramos alguna huella de esta relación al menos de forma indirecta.

El único poema que conozco que pudiera tener un vínculo con esta historia, precisamente por la dedicatoria que lleva, es el de "Los zapaticos de rosa" que está dedicado a una tal "Mademoiselle Marie", que la crítica ha insistido en que es María Mantilla, la hija de Carmita que a la sazón tenía nueve años.

(María Mantilla, junto a su esposo y su hijo el actor César Romero. (ALOCUBANO.COM))

Por otro lado, podríamos desechar la carta y el artículo de The Globe por parecernos falsos, pero si leemos con detenimiento ambas narraciones, no podemos sino reparar en que hay muchos tópicos aquí que se repiten en sus poemas y cartas, tales como el de la soledad, la angustia, la necesidad de amor, y el sacrificio por el deber. Que incluso Martí compara a Marie con un "pajarito herido" y en varios de sus poemas hace lo mismo para referirse a las mujeres y a las niñas. Por ejemplo, en "Los zapaticos de rosa" (un poema que María Mantilla nunca dijo que Martí se lo hubiera dedicado a ella) Pilar es un "pájaro preso" y más tarde, en el cuento "Nené Traviesa", la niña es "un pájaro que abre las alas para volar".

A lo anterior se suma que cualquiera que haya escrito ese artículo estaba muy bien informado acerca de la vida privada de Martí, su familia en Cuba, e incluso de su situación laboral en aquella época, ya que afirma que el cubano había asumido la responsabilidad de los consulados de Argentina y Uruguay y que, poco después, España había protestado argumentando que los países que le habían dado este cargo debieron considerar a alguien que no fuera un "agitador".

Según The Globe, al enterarse de esta protesta, Martí pidió su renuncia antes que ninguno de estos países lo despidiera y dijo después "ya no represento a ningún país. A partir de este momento solo soy un patriota cubano". El artículo agregta que, al mismo tiempo que era cónsul de estos países, Martí impartió clases de historia española y arte en una escuela neoyorquina, como en efecto ocurrió en 1890.

¿De dónde sacó el periódico estadounidenses tantos datos de su vida personal? Una explicación podría ser que la misma Marie Desquez se los haya dado. Otra, que la historia y los datos hayan aparecido antes en otro periódico y que The Globe los haya reproducido aprovechando la muerte de Martí para alimentar la curiosidad de sus lectores.

En cualquiera de los casos, nunca sabremos a ciencia cierta los pormenores de esta relación o si en efecto ocurrió de esta forma, ya que, al igual que ocurre con las vidas íntimas y "secretas" de muchos personajes públicos, este tipo de historias suelen pasar inadvertidas, incluso para sus biógrafos. De nuevo, podríamos pensar que se trata de cartas apócrifas sin ningún valor histórico. Si este fuera el caso, el artículo no pasaría de ser un caso curioso de alguien que trata de ganar fama a costa del cubano y para ello va al extremo de imitar su estilo e inventarse una historia de amor.

Pero si estas cartas son, en efecto, de Martí y la relación existió en la vida real, vale entonces preguntarse qué lo llevó a establecer esta relación con ella cuando ya estaba supuestamente en amores con Carmen Miyares. Reparemos además en que estas cartas son una curiosa mezcla de autoconmiseración, como suelen ser todas las suyas, y a la vez un deseo intenso de estar o ganarse el afecto de la muchacha. De otra forma no se explica las veces que Martí le escribe que, a pesar de que acepta su sacrificio, de vez en cuando "necesita que otra alma llegue en la hora de la agonía y la desesperación, para consolarla y fortalecerla, y darle nueva vida".

Esa "otra alma" era, lógicamente, ella, y nunca sabremos cuánto se consolaron. Marie Desquez, dice el periódico, terminó casándose con el novio que tenía antes (tal y como Martí predijo) y él murió en Dos Ríos el mismo día de su boda.