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miércoles, septiembre 04, 2024

Cuba: La Revolución de los Sargentos del 4 de septiembre de 1933. No fue Fulgencio Batista, pero en este post conocerán quién fue verdaderamente el que le dió el Golpe de Estado al Presidente provisional Carlos Manuel de Céspedes y Quesada

 Nota del Bloguista de Baracutey Cubano



He leido y oido planteamientos  que dicen que Fulgencio Batista le quitó el liderazgo de manera oportunista al sargento filocomunista  Pablo Rodríguez (Por cierto: ¿Qué otra relevancia  política tuvo en su muy larga vida?)  y que la integración de Batista al ¨Grupo de los ocho¨ era porque tenía un vehículo de su propiedad con el que podía transportar a los integrantes del mencionado grupo militar. Los que emiten esos planteamientos no tienen en cuenta, por ejemplos,  que: 1) Batista era una muy importante fuente de información al ser el principal taquígrafo y mecanógrafo del Estado Mayor del Ejército.
2) Tenía vínculos con opositores a  Gerardo Machado como eran  el periodista Sergio Carbó y el Dr.  Carlos Prío Socattas; a este último le proporcinó las actas del juicio para que Prío y sus compañeros, que estaban encarcelados y siendo procesados en ese juicio, se defendieran mejor en el juicio por lanzar un artefacto incendiario contra un tranvía que subía la calle J, en  El Vedado, rumbo a la Universidad.

3) Batista pertenecía al Ramal 7 del ABC en la lucha contra Gerardo Machado.

4) Batista conocía y tenía comunicación con buena parte del personal  que atendía las comunicaciones del Ejército en toda Cuba, por haber sido maestro de taquigrafía de muchos de ellos  en la escuela que, con autorización del mando militar, había instalado en su  apartamento  en la Esquina de Toyo  en la Calzada de 10 de Octubre (antigua Calzada de Jesús del Monte) en La Habana.

5) Batista pertenecía a la organización  «Comité Pro Ley y Justicia»,  organización civil de origen estudiantil (creada después  de la  salida del poder del Presidente Gerardo Machado) contra el gobierno de Carlos Manuel de Céspedes, que posteriormente se unió al grupo de los sargentos. 

6) Batista en el Castillo de la Fuerza  había sido secretario del Inspector General del Ejército, por lo que era conocido por  altos oficiales, oficiales de rango medio, sargentos, clases y soldados así como su eficiente  labor para solucionar problemas.

7) Después de la salida del poder del  Presidente Machado el 12 de agosto de 1933,   tropas del Ejército que estaban  reunidas el 18 de agosto de 1933 en el  cementerio de Colón  le pidieron, por aclamación,  a Batista que  despidiera el duelo de los restos del  Sargento Miguel Ángel Hernández, el cual  en 1931 había sido  arrestado y finalmente ultimado por sus actividades conspirativas contra Machado, ya que el Estado Mayor no había designado o enviado  a un militar  para que despidiera el duelo,  mientras que en ese mismo lugar y momento  obreros y estudiantes habían despedido, con  consignas, discursos  y hasta con disparos al aire,  los entierros de los restos  del líder obrero Margarito Iglesias y del estudiante Ernesto Alpizar, asesinados ambos también en 1931, pero cuyos restos fueron encontrados  en 1933, ¿ Cerca del Castillo del Príncipe o del Castillo de Atarés?

Tengo la opinión  que  la información dada sobre Batista  en esta Nota del Bloguista es suficiente para mostrar la importancia de Batista en el preámbulo y en los sucesos desencadenados en Columbia el 4 de septiembre de 1933.

De paso diré que Batista también usó el vehículo de su propiedad para comprar, transportar y vender productos del agro, etc... en La Habana y así tener una entrada adicional de ingresos. Por la misma razón  había  sido maestro  de los métodos de taquigrafía Gregg y Pitman y llevaba los libros de contaduría de varios establecimientos  comerciales.

 Fulgencio Batista escribió 6 ó 7 libros y hablaba fluidamente el idioma Inglés; idioma   que  le interesó aprender desde que era  niño, pues en Banes  había un colegio de cuáqueros norteamericanos y muchos braceros jamaicanos; posteriormente en La Habana asistió como estudiante a una academia de idioma Inglés hasta el punto que no necesitaba de un intérprete para hablar con funcionarios, diplomáticos, empresarios, Presidentes etc. de habla Inglesa. Batista en su Exilio europeo estaba aprendiendo el idioma Francés.

Algunos de los libros escritos por Fulgencio Batista:
Batista, Fulgencio. Respuesta (1960)  
_____. Piedras y Leyes (1961)
_____. Cuba Betrayed (1962) Traducción al idioma Inglés de Respuesta
_____. Paradojas (1963)      
_____. Paradojismo (1964). Es la segunda edición de Paradojas    
_____. The Growth and Decline of the Cuban Republic (1964) Traducción al idioma Inglés de Piedras y Leyes 
_____. Dos Fechas: Aniversarios y testimonios 1933-1944 (1973)  
_____. Sombras de America: problemas económicos y sociales (1946)

Veamos a continuación unas palabras de Orestes Ferrara Marino (1876-1972),  patriota italiano de gran cultura y valor personal, quien fuera  Coronel del Ejército Libertador muy cercano al Generalísimo  Máximo Gómez Báez  y según Carlos Márquez Sterling ¨... uno de los personajes  de la república democrática cubana más importantes  de 1908 a 1933...¨ , que fue  elegido por el pueblo cubano delegado a la Convención Constituyente dr 1940  y nombrado  diplomático en la sede de la UNESCO,  por el Dr. Carlos Prío Socarrás,   entonces Presidente  de la República de Cuba: 

En la foto Orestes Ferrara está  sentado, de perfil y sin sombrero

¨...  A Carlos Mendieta lo califica de ¨mula dócil del campamento de Columbia¨,  sin recordar que Mendieta  esgrimió, yendo a la cabeza en los asaltos, el machete más sangriento  de la guerra de la Independencia, y que era considerado como el joven más valiente en los campos de la batalla de Cuba.  Yo lo recuerdo  en la ¨crisis¨ del combate cuando sonriente nos mostraba su sombrero perforado   por las balas. A Batista lo presentan ¨como la Estatua del oportunismo político¨. Pero era de un oportunismo vigoroso, decisivo, y en todos los casos un hombre que supo avanzar en la vida, llegando a ser más capaz y más firme  que los revolucionarios todos de ese agitado período.¨ (Ferrara, 2009, pp. 419-420)

Ferrara, O. (2009).Una mirada sobre tres siglos. Memorias. Miami: Ediciones Universal.

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Otra nota del Bloguista de Baracutey Cubano


La Revolucion de los Sargentos estaría lidereada por:

Fulgencio Batista
Pablo Rodríguez Silverio
José Eleuterio Pedraza
Juan Estévez Maynir
Manuel López Migoya
Ángel Echeverría Salas
Mario Alfonso Hernández
Ramón Cruz Vidal

Ya es una verdad histórica comprobada.que Batista formó  parte de una célula clandestina del ABC en la lucha contra el Presidente GerardoMachado. Algunas personas afirman que hay un testimonio fotográfico mediante el cual se comprueba que Batista perteneció a una célula del ABC de un tal Naranjo.  La reunión  de las clases y soldados convocada  públicamente  pidiendo reinvindicaciones como gorra de plato, polainas, mejores condiciones, etc., bien pudo ser un subterfugio para en esa reunión radicalizar sus peticiones; en ese caso habría que investigar quienes eran los que realmente conocían esas ocultas intenciones. En Cuba  el oficialismo  trata de  poner a Batista como un oportunista o advenedizo que le quitó en esa reunión el protagonismo al militar Pablo que según ellos, y el propio Pablo,  era el verdadero  líder; este escrito desmiente lo anterior. Aún en el caso que hubiera sido como el oficialismo afirma, eso colocaría a Batista en la misma situación de Carlos Manuel de Céspedes y Castillo, el Padre de la Patria, cuando se apoderó del liderazgo que poseía Francisco Vicente Aguilera, el jefe de la conspiración a la que pertenecía Céspedes, al llamar el 10 de octubre de 1868 a luchar por la independencia de Cuba de España.

(Foto de 1933 añadida por el editor de Baracutey Cubano. En la foto aparece Fulgencio Batista entre  Ramón Grau San Martín y quizás Antonio Guiteras; en foto sentado y vestido con la corbata negra parece ser Sergio Carbó  y al lado del brazo derecho de Sergio Carbó se encuentra el Sargento Pablo Rodríguez, un comunista clandestino)
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Toma de posesión del Presidente Carlos Manuel de Céspedes. El hombre más alto y  vestido de oscuro es Sumner Welles



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Tomado de http://cubarepublicana.org/

4 de Septiembre de 1933.

El país, después del 12 de agosto, vivió una situación caótica. El ejército pierde autoridad y es evidente que el Presidente de Céspedes no era la persona que pudiera controlar la situación. De inmediato comienzan las conspiraciones y movimientos contra el gobierno de mediación.

La situación también es caótica dentro de las Fuerzas Armadas. De los doce coroneles en activo, en ese momento (tres de ellos con el grado de “generales transitorios”) solo quedaron cuatro. Unos habían sido separados del servicio y otros permanecían arrestados en la fortaleza de La Cabaña. El Coronel Sanguily asume la jefatura del ejército, pero sufre un ataque de peritonitis aguda y es sustituido por el Coronel Héctor de Quesada como Jefe de Estado Mayor Suplente.

Como el Coronel Sanguily no mejoraba, es llamado al servicio activo el General Armando Montes, quien había sido Jefe del Ejército durante el gobierno del Presidente Alfredo Zayas. El General Montes no gozaba de gran respaldo dentro de las Fuerzas Armadas, sobre todo entre las clases y soldados. Él se había opuesto a una ley del Presidente Zayas conocida como la “Ley de los Sargentos”, la cual favorecía a los sargentos en el proceso de sus ascensos. Al propio tiempo, el Secretario de Defensa, el Coronel Castillo Duany, fue sustituido por el Coronel Horacio Ferrer, médico quien estaba retirado del servicio activo. Con tantos cambios, había una consecuente confusión entre las funciones del Coronel Sanguily, el Coronel de Quesada y el General Montes, recientemente designado.

Es en este período cuando comienzan las conspiraciones dentro del ejército contra el gobierno de mediación. La “Conspiración de los Sargentos” fue una de ellas, pero no la única. Para mayor complicación, son llamados al servicio activo cuatro coroneles que habían servido durante el gobierno del General Menocal. Esto da lugar a que se fortalezca una tendencia “menocalista” dentro del ejército. Al propio tiempo, la oficialidad joven se agrupaba en una organización conocida como “Renovación del Ejército” mayormente formada por tenientes y capitanes. Éstos oficiales jóvenes son los que se pusieron en contacto con el Directorio Estudiantil.

Mientras esto ocurría, los sargentos y otras clases también empiezan a conspirar. Es precisamente en esta coyuntura histórica cuando se destaca la intervención y la ejecutoria del Sargento Mayor Fulgencio Batista y Zaldívar y es cuando comienza su liderazgo.

El Sargento Mayor Fulgencio Batista y Zaldívar asistía, en calidad de taquígrafo, a los Consejos de Guerra que se llevaban a cabo contra los revolucionarios durante la última etapa del gobierno del Presidente Machado. Es entonces cuando el Sargento Batista comienza a relacionarse con los líderes estudiantiles y revolucionarios. Durante los juicios, conoce a muchos de ellos, mostrándoles su simpatía. Al propio tiempo, Batista pertenecía a una célula del ABC. Una de esas células radicaba en el Cuerpo de Ingenieros, donde el Sargento Miguel Ángel Hernández fue arrestado y finalmente ultimado por sus actividades conspirativas contra Machado.

(El sargento Fulgencio Batista en septiembre de 1933)

Subsiguiente al 12 de agosto, la situación caótica se mantiene dentro y fuera de los cuarteles. La falta de control trae como consecuencia saqueos y hasta linchamientos por las turbas enardecidas. Es entonces cuando Batista comienza a reunirse con un grupo de sargentos, cabos y soldados. Las reuniones tuvieron lugar, al principio, en el Batallón 2 de Infantería del campamento de Columbia. Este grupo se fue ampliando rápidamente en otras unidades.

El Sargento Batista, que pertenecía al Ramal 7 del ABC, se comunica con el jefe del mismo Sr. Manuel Martí, para ofrecerle el movimiento que se estaba gestando. Martí lo cita a un “punto de contacto” y le dice que no hagan nada y que permanezcan tranquilos ya que el ABC apoya al gobierno. Batista decide moverse en otra dirección y hacer otros contactos con elementos civiles.

El día 18 de agosto en el Cementerio de Colón, se efectuó el entierro del Sargento Miguel Ángel Hernández, del líder obrero Margarito Iglesias, y del líder estudiantil Ernesto Alpízar. En ese acto, despidieron el duelo en memoria de Iglesias y de Alpízar, dos representantes de sus respectivos sectores. Sin embargo, en la sección del cementerio donde se estaba efectuando el sepelio de los restos del Sargento Hernández, nadie había sido designado para hablar a nombre del Estado Mayor del Ejército. Es entonces cuando sus compañeros pidieron al Sargento Batista que hiciera uso de la palabra. Con palabras encendidas y elocuentes, Batista habló de las injusticias del momento, de reformas necesarias y de otros temas candentes.

A partir de este momento, los hechos comienzan a precipitarse rápidamente. Las reuniones son continuas: unas en la casa de Batista y otras en diversos lugares. Se establece contacto con los miembros de “Pro Ley y Justicia”, que fue la agrupación civil de origen estudiantil que se unió al grupo de los sargentos.

El contacto más importante en todo este proceso lo fue Sergio Carbó. Este combatiente de la lucha contra Machado, era director y editor de la Revista “La Semana”, aquella que había publicado en su portada una fotografía a toda plana, en la que aparecían “de brazos” un soldado, un estudiante y un obrero y el pié de grabado solamente decía: ¡“Paso a la Revolución Auténtica”! El Sargento Batista, acompañado por un grupo de alistados, visita a Carbó para expresarle sus inquietudes y para pedirle que les publicara unas declaraciones. Carbó les aconsejó que no lo hicieran porque serían procesados por rebelión. Esa fue una visita de importancia decisiva, por lo que vendría después.

El día 3 de septiembre por la mañana, Batista con un grupo de civiles y militares se dirige a Matanzas e involucra a elementos del Regimiento 4 de la Guardia Rural. Regresaron ese mismo día a La Habana. Los únicos contactos de ese movimiento fuera de la capital, se encontraban en Matanzas y Pinar del Río.

Se había solicitado un permiso del Estado Mayor para celebrar una reunión en el Club de Alistados el 4 de septiembre, con el pretexto de discutir y resolver ciertos agravios. Así pues, Batista se presentó esa mañana en Columbia, dirigiéndose al Cuartel Maestre que estaba a pocos pasos del Club de Alistados.

Al llegar, camina al encuentro de un grupo de soldados quienes le informaron que el Capitán Torres-Menier, ayudante del Coronel Sanguily y quien fungía de jefe en la Fuerza Aérea, estaba allí. Todos se dirigen hacia el lugar de la reunión, pero se desconocía la razón de la inoportuna presencia del Capitán Torres-Menier en aquel lugar en momento tan crítico y culminante. Al parecer, según le informan a Batista, un cabo imbuido de las mejores intenciones, le había hablado de la reunión al capitán, invitándole a que participara de la misma. Batista, sin amilanarse, va al encuentro de Torres-Menier que estaba parado en las afueras del Club de Alistados y en posición de atención lo saluda y respetuosamente se pone a sus órdenes. Torres-Menier le responde que ha sido informado que se produciría esta reunion y él quería saber de que se trataba. Batista con firmeza le pide que pase al Club para continuar la conversación.

Adentro estaba el grupo de sargentos y otras clases comprometidos en el movimiento sedicioso. Mientras tanto, la noticia de lo que estaba ocurriendo en el Club de Alistados se fue esparciendo por todas las unidades militares en el campamento militar de Columbia, haciendo que sus componentes acudieran presurosos al lugar de reunión. Es entonces que se produce un careo entre Torres-Menier y Batista, durante el cual se habla de reivindicaciones y otros reclamos clasistas, hasta que se oye una voz muy sonora de un soldado que grita: “Batista, está bueno ya y habla de los asuntos que nos trajeron aquí”. Entonces Batista empieza a hablar del maltrato a los soldados y de la tensión en que se vivía por el estado de anarquía. Empiezan a excitarse los ánimos y la gente a gritar: “!Viva Batista!. ¡Viva el Sargento Batista!”. En ese preciso momento se confirmó su liderazgo. Torres-Menier se retira comprometido a aceptar un pliego de reivindicaciones que esa misma tarde le harían llegar. Este documento nunca se llegó a presentar.

Inmediatamente, Batista deja Columbia en manos de sus compañeros y comienza a recorrer distintas unidades militares situadas en otros puntos de la ciudad, regresando finalmente a Columbia.

También se había decidido que los Sargentos Pablo Rodríguez y Eleuterio Pedraza regresaran a Matanzas para consolidar la situación allí. La revolución también se había extendido a otros campamentos militares importantes como La Cabaña, Atarés, y otras instalaciones de las Fuerzas Armadas.

Al regresar Batista a Columbia, se encuentra con la noticia de que el Batallón Uno de Infantería, prestando servicios en La Habana y acantonado en la antigua Maestranza de Artillería no acataban el movimiento. Batista, sin peder un minuto de tiempo, se dirigió a ese lugar. Allí se presenta en el Batallón y averigua que pasaba. Le responden que los sargentos no quieren aceptar ni el movimiento ni los cambios. Batista se dirigió al cabo Oscar Díaz, perteneciente a esta unidad y le ordenó que asumiera el mando. Y así lo hizo. Ese Batallón era muy importante porque respondía directamente al Estado Mayor del Ejército radicado en aquellos tiempos en el Castillo de La Fuerza y tenía bajo su responsabilidad la guardia del Palacio Presidencial.

Ya controlada la situación, Batista se marcha y se dirige a la casa de Sergio Carbó. Una vez en su presencia le dice que el movimiento está en marcha y ya no hay quien lo detenga y que quieren que sea él quien los una. Le solicitan que cite a los elementos civiles más importantes para que acudan al campamento de Columbia esta noche. Carbó acepta la invitación y la encomienda. Por supuesto, cualquiera que hubiera sido su respuesta, ya el mecanismo de los grandes acontecimientos había sido puesto en marcha y no había nada ni nadie que pudiera detenerlo.

En el momento que el conocido periodista se incorporó al movimiento, ya se había convocado a todas las delegaciones militares en cuarteles y guarniciones para que acudieran a las ocho de la noche al Cine de Columbia. En ese lugar y a la hora señalada, Batista asumiría el liderazgo total de las fuerzas armadas. Sus órdenes fueron las siguientes: “El Estado Mayor es éste y las órdenes emanarán de aquí”. Seguidamente dijo: “Cada Sargento Mayor tomará cargo de su respectiva unidad. Si no, lo hará el Sargento o el Cabo. Y si por cualquier eventualidad las clases mencionadas no aceptaran esa responsabilidad, se harán cargo de esas unidades los soldados que la asuman”.

Mientras esto sucedía, los primeros civiles llegaban a Columbia. Primero los de “Pro Ley y Justicia” y luego los del Directorio Estudiantil, los del ABC Radical y otros elementos revolucionarios.

A esa reunión del Cine de Columbia, a la que concurrieron las delegaciones de sargentos, cabos y alistados de todas las unidades del ejército y la marina, asistieron también varios oficiales. La mayoría eran buenos jefes. Sin embargo, otros no tanto, y a los que los soldados no veían con simpatía. Batista, percatado de eso, se dirige a las delegaciones y ordena que todos los oficiales deben ser tratados con absoluto respeto y serán debidamente protegidos. Después, dirigiendo su mirada hacia donde ellos se encontraban, les rogó que abandonaran el local y que ya, en su oportunidad, serían llamados.

Una vez terminada la reunión, pasaron a la Jefatura del Regimiento donde esperaban Sergio Carbó y otros civiles. De allí todos se trasladaron al Club de Oficiales. Se integró una “Junta Revolucionaria”, la cual designó a cinco eminentes ciudadanos para que asumieran las funciones de gobierno constituyendo “La Pentarquía”. La misma estaba integrada por el Dr. Ramón Grau San Martín, el periodista Sergio Carbó, el profesor Dr. Guillermo Portela, el banquero Porfirio Franca, y el abogado Dr. José Miguel Irisarri. Lo primero que hicieron fue redactar un documento, “La Proclama del 4 de Septiembre”, que recogía el pensamiento revolucionario de reivindicaciones y de justicia social que latía en todos en aquellos momentos. El documento fué firmado por diecinueve personas. La primer firma que aparece en la Proclama es la del Dr. Carlos Prío Socarrás y la última es la de Fulgencio Batista, Sargento Jefe de las Fuerzas Armadas de la Nación.

Mientras Batista se quedaba en el campamento de Columbia, consolidando la revolución en todos los mandos de la nación, el 5 de Septiembre se trasladó al Palacio Presidencial una delegación para informarle al Dr. Carlos Manuel de Céspedes que estaba destituido. Al informarle al Presidente de lo ocurrido, éste preguntó que a quienes representaban. Le respondieron que estaban involucrados el Directorio Estudiantil, el ABC Radical y otros sectores. Esto no impresionó a de Céspedes ya que él también contaba con factores importantes. Pero al Dr. Prío Socarrás informarle que también contaban con el ejército y la marina, el presidente accedió a abandonar el Palacio Presidencial.  

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Fulgencio Batista   y a su lado, vestido de blanco,  el Dr.  Ramón Grau San Martín

En la foto de izquierda a derecha: Ramón Grau San Martín, Sergio Carbó, Fulgencio Batista y después  QUIZÁS:  Pablo Rodríguez y José Eleuterio Pedraza. En segunda fila, vestido de blanco y con espejuelos, Juan  Antonio Rubio  Padilla.
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Sobre la Revolución del 4 de Septiembre  de 1933 en Cuba  y como se truncó  el camino constitucional y democrático  para dar paso a caudillos politicamente improvisados

De izquierda a derecha: Fulgencio Batista y Zaldivar, Ramón Grau San Martín y Pablo Rodríguez, así como otros  militares que no identifico. Pablo Rodríguez era filocomunista y por eso al Castrismo le duele tanto que Fulgencio Batista  se haya convertido en el líder de la Revolución de los Sargentos.

Por Pedro Pablo Arencibia
4 de septiembre de 2019


 Al ser electo  Franklin D. Roosevelt Presidente de los EEUU,  el 8 de noviembre de 1932,   un grupo de cubanos  cabildearon  con el nuevo ejecutivo estadounidense  para  que éste mediara  en la  inestable situación cubana  que se había desarrollado producto de:  la crisis económica mundial desencadenada en  1929, el ¨revolucionarismo¨ isleño, los anarquistas  (españoles mucho de ellos) cuyo número había aumentado grandemente en Cuba después de terminadas las obras del Canal de Panamá  y por los comunistas dirigidos  por la Internacional Comunista de Stalin (que tenían a los anarquistas como una de sus principales ¨canteras¨y la creación de los Frentes Populares como estrategia para la toma del Poder político mediante la vía electoral,  haciendo coalición con otros partidos políticos),  así como por  la consecuente  represión machadista. 

El Presidente  Roosevelt dando respuesta a esa petición y al hecho que la inestabilidad política no es buena para las inversiones ni para los negocios,  envió a La Habana al experimentado diplomático Benjamin Summer Welles (nombrado en mayo de 1933 Embajador en Cuba y delegado especial del Presidente Roosevelt para resolver la situación cubana) para que mediara entre las partes contendientes  con el objetivo  que  el Presidente Gerardo Machado y Morales  concluyera su período presidencial  y así su salida   y el cambio de gobierno en Cuba se produjeran, respectivamente,  por las vías  pacífica y electoral.   A cambio de que los cubanos aceptaran  la mencionada mediación y la  solución propuesta,  los Estados Unidos     se comprometían  en mejorar   la situación económica de  la República de Cuba.  A esa mediación  se opusieron el  Directorio Estudiantil Universitario de 1930 y el ABC Radical porque, según ellos,  se violaba la soberanía nacional. El  ex Presidente Mario García-Menocal y Deop,  ex Mayor General  del Ejército Libertador y líder de los conservadores, se opuso también  pero por otras razones:  desconocer al ABC y a la Agrupación Unión Nacionalista de   Carlos Mendieta y Montefur, ex Coronel del Ejército Libertador. Para muchas personas la soberanía es el derecho de que los nacionales de un país se agredan y maten  unos a otros sin impedimento alguna por parte de elementos externos a ese país. Esas personas  no tienen en  cuenta que esa ¨soberanía¨ afecta y hasta destruye inversiones y negocios foráneos en el país,  además de provocar que  miles, centenares de miles y hasta millones de desplazados o refugiados migren  hacia otros países. La vilipendeada Enmienda Platt en su arista positiva (tiene también una arista negativa)   evitó durante varias décadas que tuviéramos esa ¨soberanía¨.

Al llegar  Benjamin Summer Welles a Cuba, a la que ya  conocía  por  haber desempeñado actividades diplomáticas un poco parecidas  cuando el gobierno del Presidente Alfredo Zayas y Alfonso,  y entrevistarse con el   Dr. Carlos Saladrigas Zayas, uno de los prominentes hombres del ABC, éste lo convence que que no habrá solución alguna para la situación cubana  con la premisa que el Presidente Machado se  mantenga  como Presidente hasta la fecha  en que concluiría su mandato. Por otra parte,  Orestes Ferrara afirma en su  autobiografía que ya en ese tiempo Machado deseaba dejar el poder,  pero que no encontraba a la persona que ocupara su puesto para evitar el caos después que el dejara la Presidencia.

 La Mediación no pretendía resolver los problemas político-sociales del  pueblo de Cuba,   pues esos problemas debían resolverlos los gobiernos y la sociedad civil  de la República de Cuba, los cuales tampoco se resolverían en un santiamén; la Mediación sólo pretendía sacar de la crisis a Cuba y  darle estabilidad, pero  inexpertos estudiantes, soldados y trabajadores abortarían el resultado de la Mediación de Benjamin Summer Welles pues intentarían de la peor manera posible, mediante una Revolución,  resolver esos problemas políticos-sociales. El Presidente  Carlos Manuel de Céspedes y Quesada era una persona honesta, con experiencia nacional e internacional en los asuntos políticos nacionales e internacionales;   el hijo del segundo matrimonio del llamado ¨Padre de la Patria¨ era un patriota  sin ambiciones de aferrarse al Poder que  hubiera sido un gran factor en  un gobierno de  transición  o provisional  que  llevara  a la elección,  mediante elecciones generales, a una constituyente y  a un gobierno constitucional y democraticamente elegido que intentara comenzar a resolver  los problemas políticos-sociales que tenía Cuba en ese momento. La inexperiencia, las ambiciones personales, el ¨revolucionarismo¨, la manipulación patriotera, la violencia,  el caudillismo,   etc.  se impusieron sobre la prudencia,  la gradualidad y  el respeto a las leyes y a las instituciones. Dos de  los peores resultados de esa etapa  fue: 1)   enaltecer y sobrevalorar el camino de la violencia como la vía valiente, heroica y decorosa para resolver los problemas 2)  concebir a la ¨Revolución como fuente de derechos¨. Hace  60 años  sufrimos en Cuba  las consecuencias de esos dos  peores  resultados.  La prensa que en grado sumo aduló y apoyó en su momento a Machado se encargaría de  sabotear y desprestigiar la persona de Carlos Manuel de Céspedes y Quesada. Otro factor fue la violencia del ¨revolucionarismo¨ con la cual Céspedes trató de dialogar y negociar evitando reprimirla, lo cual fue visto como una debilidad por  grupos ¨revolucionarios¨ y  grupos terroristas.  De esa manera,  la Presidencia  de Carlos Manuel,  el principal resultado de la mediación de Summer Welles conjuntamente con la salida  de Gerardo Machado de la Presidencia,  fracasó.  Veamos en detalles lo anterior con una de las organizaciones más importantes y   ¨glorificadas ¨ por  buena parte de la historia de Cuba.

El Directorio Estudiantil Universitario de 1930, el anterior  Directorio fue el de 1927, pidió  el  22 de agosto de 1933 que los  «elementos sanos de las fuerzas armadas»  apoyaran el programa de gobierno de dicho Directorio publicado en esa fecha;  era un programa de gobierno hecho  por algunas personas con quizás buenas intenciones,   pero con muy poca experiencia en  política nacional e internacional, inversiones y desarrollo económico de un país, etc. En el Directorio habían  algunas personas con buenas intenciones pero con mucha ignorancia en asuntos de  democracia y de la práctica política,  pues denunció posteriormente  y de manera equivocada  el importante Decreto del Presidente Céspedes por el cual cesaba en sus cargos a  todos los funcionarios electos durante el gobierno de Machado, y llamaba a  elecciones generales para febrero de 1934. El Directorio, ante la falta de sólidos argumentos,  señalaba irresponsablemente  que ese Decreto  era una añagaza del imperialismo yankee para mantenernos en una condición semi-feudal. Juventud y sabiduría raramente  se encuentran  juntas en las personas.

En esas circunstancias es que  el 4 de septiembre de 1933 se lleva a cabo una asamblea de sargentos y soldados  en el teatro del Club de Alistados de  Columbia;  el supuesto objetivo  de los reunidos en esa asamblea era pedir: «No licenciamientos, aumento de sueldos, supresión de los asistentes de oficiales, mejoras en el uniforme que incluía el uso de gorra de plato, botas de tubo y uniforme de gala verde olivo».  En esa reunión,   la dinámica en el tratamiento de los asuntos llevaría a que Fulgencio Batista, junto a otros,   mostrara su liderazgo  para  asuntos más importantes para Cuba. Fulgencio Batista había conspirado contra Machado en las filas del ABC radical  y  en ese momento  también conspiraba (al igual que  José Eleuterio Pedraza, el cual contrario a Batista sí tenía tropa a su cargo)  con la organización «Comité Pro Ley y Justicia» contra el gobierno de Carlos Manuel de Céspedes. En el libro La Verdadera República de Cuba,  escrita por el Dr. Andrés Cao Mendiguren,  se narran los hechos de la siguiente manera en sus páginas 394 y 395:

Los primeros civiles llegados a Columbia fueron Ramiro Valdés Daussá, Mario Labourdette, José Willy y Guillermo ¨Willy¨Barrientos Schweyer. Poco después se unen  Carlos Prío Socarrás y  Juan Antonio Rubio  Padilla. de nuevo Batista da lectura  al pliego de reivindicaciones castrenses. ¿ Para qué nos ha mandado buscar?  pregunta Prío al terminar Batista su lectura. Con este documento  ustedes se condenan al fusilamiento.  Nosotros los civiles no seremos fusilados y ahora mismo  abandonamos el campamento. ¿Qué se puede hacer?  dijo Batista, Constituir el gobierno revolucionario y tomar el poder, respondió Prío. Batista está de acuerdo y pide ampliar el número de civiles y solicita se  llame a Sergio Carbó y a José Miguel Irrisari. El Directorio y  Pro Ley y Justicia  demandan la inclusión  de Emilio Laurent, Ramón Grau San Martín, el resto del Directorio y otras figuras civiles opuestas a la mediación. Se habla de buscar soluciones e incorporar a oficiales jóvenes que no estén manchados. Prío Socarrás insiste en darle un contenido revolucionario nacionalista y antimperialista al movimiento. Tras un largo cambio de impresiones se acuerda incorporar  el programa-manifiesto  del Directorio de Agosto 22 que es leido por Juan Antonio Rubio Padilla tras lo cual se encarga Sergio Carbó de acoplar las aspiraciones castrenses y los principios revolucionarios del Directorio. Los allí reunidos  acuerdan  constituirse en  en Junta Revolucionaria y adoptar el nombre de  Agrupación Revolucionaria de Cuba ese día 4 de septiembre de 1933.

Acuerdan nombrar un gobierno  colegiado de cinco miembros . Se barajan nombres  y se desechan los de Carlos de la Torre por su avanzada edad  y el de Gustavo Cuervo Rubio por su filiación menocalista. El Directorio avanza una propuesta concreta: Ramón Grau San Martín, Guillermo Portela, José Miguel Irrisari, Sergio Carbó y  Fulgencio Batista.

Pero este último no acepta pues entiende que  que el pertenece al ámbito militar  Rubén León propone a Porfirio Franca  que es aceptado. Carlos Prío queda como Presidente  de la junta  revolucionaria y Batista como jefe militar.

Hago  los siguientes señalamientos:  el Directorio Estudiantil Universitario   se dirigió  hacia Columbia después de juzgar en ¨juicio¨ sumarísimo  y ejecutar a José Soler. En Columbia ya estaban  presentes  miembros del ABC Radical de Oscar de La Torre Con la incorporación de Porfirio Franca  se tenía en cuenta la representación  de las fuerzas conservadoras  que estaban por el cambio. 

LA PENTARQUÍA la conformaron  (no están en ese orden en la foto) Ramón Grau San Martín, Sergio Carbó Morera, Porfirio Franca Álvarez de la Campa, José Miguel Irisarri Gamio y Guillermo Portela Möller  y gobernaron del 4 septiembre 1933 a 10 de septiembre 1933). Fulgencio Batista y Zaldivar está sentado en el extremo derecho de la foto y a su lado Sergio Carbó que es el que lo asciende, con la aprobación de otros pentarcas,  de Sargento a Coronel para que se entrevistara con Sumner Welles, quien se encontraba  hospedado en el Hotel Nacional, y hablaba ¨de un sargento llamado Batista¨. A  Batista se le ofreció pertenecer  a ese colectivo de gobernantes  pero Batista  declinó ese ofrecimiento.

PROCLAMA DE LA AGRUPACIÓN REVOLUCIONARIA DE CUBA

EL 4 DE SEPTIEMBRE DE 1933

Proclama al Pueblo de Cuba

La Agrupación Revolucionaría de Cuba, integrada por alistados del Ejército y la Marina y por civiles pertenecientes a distintos sectores encabezados por el Directorio Estudiantil Universitario, declara:
Primero: Que se ha constituido Para impulsar, de manera integral, las reivindicaciones revolucionarias por las cuales lucha y seguirá luchando la gran mayoría del pueblo cubano, dentro de amplias, líneas de moderna democracia y sobre principios puros de Soberanía nacional
Segundo: Estas reivindicaciones de manera suscinta, son las siguientes:
1.- Reconstrucción económica de la nación y organización política a base de una próxima Asamblea Constituyentes.
2.- Depuración inmediata y sanción total para los delincuentes de la situación anterior, tanto de la civilidad como del Ejército, sin las cuales es imposible el restablecimiento del verdadero orden y de la auténtica justicia, salvaguardando la vida y la propiedad de los nacionales y extranjeros.
3.- Respeto extricto de las deudas y compromisos contraídos por la República.
4.- Formación inmediata de tribunales adecuados para exigir las responsabilidades mencionadas.
5.- Reorganización dentro del menor plazo posible, de todos los servicios y actividades nacionales, procurando un rápido retorno a la normalidad.
6.- Tomar, en fin, todas las medidas aún no previstas en este documento para iniciar la marcha hacia la creación a una nueva Cuba asentada sobre las bases inconmovibles del derecho y del más moderno concepto de la Democracia.
Tercero: Por considerar que el actual gobierno no responde a la demanda urgente de la Revolución, no obstante la buena fe y el patriotismo de sus componentes, la "Agrupación Revolucionaria de Cuba" se hace cargo de las riendas del Poder como Gobierno Provisional Revolucionario que resignará el mandato sagrado que le confiere el Pueblo tan pronto la Asamblea Constituyente que se ha de convocar, designe el Gobierno Constitucional que regirá nuestros destinos hasta las primeras elecciones generales.
Este gobierno Provisional dictará Decretos y disposiciones que tendrán las fuerzas de Ley.
Ante el Pueblo de Cuba y con el indudable beneplácito del Pueblo de Cuba, al que saludamos en nombre de la Libertad y de la Justicia, este nuevo gobierno irá adelante garantizando plenamente la estabilidad de la República y se desenvolverá dentro de los tratados, confiando en que Cuba sea respetada como una nueva patria soberana que surge plena de vigor a la gran vida internacional.
Campamento de Columbia, a 4 de septiembre de 1933.

Carlos Prío Socarrás; José Morell; y Romero; Rafael García Bárcenas; Justo Carrillo Hernández; Guillermo Barrientos; Juan A. Rubio Padilla; Laudelino H. González; José M. Irissarri; Oscar de la Torre; Carlos Hevia; Emilio Laurent; Roberto Lago; Ramiro Valdés Daussá; Gustavo Cuervo Rubio; Guillermo Portela; Ramón Grau San Martin; Sergio Carbó; Julio E. Gaunaurd; Fulgencio Batista, Sargento Jefe de todas las fuerzas Armadas de la República.

En otra fuente  se lee  las organizaciones a la que pertenecían los firmantes:



La Pentarquía fracasó en menos de una semana,  pues desde el inicio  estaba condenada al fracaso producto de las diferencias  de sus miembros en diferentes aspectos esenciales; además,  la Pentarquía se hizo  insostenible por falta de apoyo popular. Pero veamos ahora  como  se llevó a cabo el ¨Golpe de Estado¨ o deposición del Presidente Carlos Manuel de Céspedes y Quesada,  el 5 de septiembre,  según se lee en la página 396 del mencionado libro del Dr.  Cao Mendiguren:

... Mientras tanto el Presidente Carlos Manuel de Céspedes está reunido  con su Consejo de Secretarios  después de su  precipitado  regreso de isabela de Sagua -donde recorría la zona  afectada por el ciclón-  cuando es informado  de los acontecimientos . Entrando al despacho  del Presidente los miembros de la Pentarquía  demandan la entrega del poder.  El coronel Horacio Ferrer, Secretario de Guerra y Marina hace resistencia . La discusión se prolonga  y Carlos Prío  quiere entrar al despacho del Presidente  pero se inhibe por no tener chaqueta que perdió durante  durante las horas de la agitada madrugada;  toma prestada  la de un amigo  y entra al sitio donde  se encuentra Céspedes ¿Quién es usted joven?  -le pregunta el Presidente  que se encuentra  en medio de los trámites para traspasar  el mando del gobierno. Yo soy  el presidente de la Junta Revolucionaria  que ha dado el golpe de  estado. -responde Prío. El Presidente se muestra conciliador  y se dirige a los pentarcas: Pero ustedes no me han dicho esto. Todos pueden formar parte del gabinete  y no es necesario  un vuelco imprudente. Prío responde: Esto es una revolución y le aconsejo que entregue el poder a los señores designados. ¿Por quién han sido designados?  pregunta Céspedes. Por el ejército y la revolución -responde Prío. En ese caso yo me retiro -dice calmadamente el Presidente Carlos Manuel de Céspedes, quien es acompañado por Prío hacia su automovil  donde se ha congregado un número  de personas.  Para evitar una reacción desagradable  Prío empieza a aplaudir a Céspedes  siendo imitado por la turba. El Presidente marcha tranquilamente a su casa  y Prío hacia Columbia  en un intento de incorporar  a oficiales al movimiento pero estos se niegan  a tratar con los sargentos. Hasta aquí la versión de los sucesos  del 4 de septiembre  dada por el ex Presidente Carlos Prío Socarrás al periodista Jorge Zayas  a inicios de la década de los años 70

En una versión de los hechos dada por Manuel Aran (quien fuera miembro de Pro Ley y Justicia  y el enlace entre el Directorio y los militares)  al mismo periodista en esa misma época,  Prío tiene un papel menos protagónico. En Ecured, la Wikipedia oficialista de Cuba, un diálogo similar al anterior lo llevan a cabo el Presidente Carlos Manuel de Céspedes y Quesada y Ramón Grau San Martín y no Carlos Prío. He leido que a la pregunta del Presidente: ¿ Ustedes se han dado cuenta de la responsabilidad de sus actos?, Ramón Grau San Martín  le respondió:  Hace ya muchos años que somos mayor de edad.  En Ecured se lee:

¨*** El pentarca Ramón Grau San Martín fue quien le comunicó que había sido depuesto por un golpe militar revolucionario y que la Agrupación Revolucionaria de Cuba se hacía cargo de todos los poderes de la Repúblicas desde ese mismo momento. Las Fuerzas Armadas, inclusive las de Policía, apoyaban el nuevo movimiento revolucionario, de manera que el Dr. Céspedes se hallaba sin fuerzas para resistir. Intimado a que renunciase la Presidencia, se negó a acceder, pero en vista de que carecía de medios para mantenerse en el ejercicio de su alto cargo, abandonó el Palacio y se retiró a su hogar, quedando la jefatura del Estado en manos de la mencionada Pentarquía.¨

En otra entrada de Ecured leo:

¨Carlos Manuel de Céspedes se encontraba de recorrido por las provincias de Matanzas y Las Villas por haber sido azotadas por el Huracán Sagua y Cárdenas, cuando fue informado del alzamiento ocurrido en Columbia. El día 5 de septiembre regresó a La Habana y se detuvo en el poblado de San Francisco de Paula donde su secretario particular le actualizó sobre lo que estaba sucediendo.

En horas del mediodía recibió una delegación de los golpistas en el Palacio Presidencial. Formaban parte de la misma los cinco pentarcas, el sargento mayor Fulgencio Batista y varios miembros del DEU. El pentarca Ramón Grau San Martín fue quien le comunicó que había sido depuesto por un golpe militar revolucionario y que la Agrupación Revolucionaria de Cuba se hacía cargo de todos los poderes de la República desde ese mismo momento.

Céspedes no opuso resistencia y acompañado por el presidente de la Agrupación Revolucionaria de Cuba, Carlos Prío Socarrás abandonó el Palacio. Desde ese momento se retiró de la vida pública.¨

He leido, contrario a lo que afirma Ecured, que Fulgencio Batista no estaba presente en esa reunión; se encontraba  en el campamento militar de Columbia. No  obstante, en caso que Batista estuviera presente en ese momento:  ¿Por qué, en ese Golpe de Estado, se le llama solamente golpista a Fulgencio Batista?...
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ANEXOS

 Nota de Pedro Pablo Arencibia,  Bloguista de Baracutey Cubano, relacionada con el último párrafo de la última  captura de pantalla:

En esta nota publicaré palabras de un libro de Batista (escribió 6 ó 7 libros) en que Batista habla sobre esa alianza con los comunistas; alianza que se produjo en el marco de la II Guerra Mundial cuando EE.UU. era aliado de la Unión Soviética de Stalin contra la Alemania de Hitler; señalo que después del 10 de marzo de 1952, una de las primeras medidas de Batista  fue muy diferente a las que había tenido a partir de 1938 con respecto al partido comunista pese a  que los líderes comunistas Blas Roca, Lázaro Peña y Salvador García Agüero fueron en la madrugada del 10 de marzo de 1952  al Campamento Militar de Columbia para mostrarle su  apoyo a Fulgencio Batista. Roberto Simeón en su artículo Cuba. El golpe de estado del 10 de marzo de 1952 y el inicio de un nuevo proceso escribe: .

¨...  El partido comunista envió una comisión al campamento militar de Columbia para entrevistarse con el Gral. Batista, integrada entre otros por Blas Roca, Salvador García Agüero y Lázaro Peña al objeto de ofrecer la colaboración del Partido al gobierno golpista. La gestión fue de inmediato neutralizada por el Embajador Norteamericano que le comunicó al general que todo acuerdo tendría por consecuencia el no reconocimiento de su gobierno por Estados Unidos. No obstante el nuevo régimen, estableció un concordato de tolerancia. Los sindicatos en su gran mayoría se plegaron en pocas horas al nuevo gobierno. La Iglesia en la voz del Cardenal Arteaga felicito a Batista por el exitoso asalto.¨

(Sentados: Fulgencio  Batista y Blas Roca) 

¿Como Batista explica esa alianza con los comunistas para las elecciones de 1940? (*):

 “Andando el tiempo, complicaciones internacionales permitirían al comunismo actuar a la luz pública bajo el emblema del Partido Socialista Popular. La Segunda Guerra Mundial obligó a potencias democráticas de la jerarquía de los Estados Unidos y bajo la dirección de un demócrata de las calidades de Franklin D. Roosevelt a asociarse con la URSS para salvar al mundo de lo que entonces se llamara "el peligro totalitario". Como Cuba, tradicionalmente aliada a los Estados Unidos, fuera una de las primeras repúblicas del Nuevo Mundo en tomar bando a su lado después de los sucesos de Pearl Harbor ¿a quién podrá sorprender que entre los partidos que apoyaran a nuestro gobierno figurara el Socialista Popular? ¿Podría pensarse que por el hecho de haber paleado juntas las armas de Stalin y de Roosevelt, éste fuera reo siquiera de la menor sospecha de filo-comunismo?”.

“A nosotros se nos censurará, con las más insidiosas intenciones, haber aceptado la colaboración del Partido Socialista Popular en 1939, pero se olvidará que, al adoptar la suprema decisión de llevar al país a la guerra al lado de Norteamérica, invitamos a los partidos políticos a integrar un gobierno nacional, donde todas las tendencias estuvieran representadas. Si en aquella ocasión en que acudían unidas a los campos de batalla las banderas de las barras y las estrellas y de la hoz y el martillo se hacía un alto en las contiendas ideológicas para concentrar los esfuerzos en la batalla contra el eje Roma – Berlín - Tokio, ¿qué otra cosa podía hacer nuestro gobierno que responder a un deber patriótico, a un llamado de la democracia mundial en grave trance, como harían a su turno casi todas las hermanas repúblicas del Nuevo Mundo?”

“A esta posición nuestra en relación con el comunismo, siguió la que adoptamos a partir de marzo de 1952. Si política es hacer en bien del pueblo lo que en cada momento debe hacerse, en cada una de las tres posiciones nuestras 1933, 1939 y 1952 "hicimos lo que la salud de la patria demandaba”.

Fuente.:(*) Fulgencio Batista en su libro Piedras y Leyes. Ediciones Botas. México. 1961. Págs. 54, 55 y 56.

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ARTÍCULO EN CUATRO PARTES DE UN HISTORIADOR 

(Las fotos y videos fueron añadidos al artículo  por el Bloguista de Baracutey Cubano)


¿Quién fue Batista? (I) #Cuba #TenemosMemoria

Publicado el marzo 17, 2015 por micubaporsiempre

Por Israel Valdés Rodríguez*

Hemos apreciado como algunos ignorantes, ingenuos, detractores, pusilánimes, lacayos y oportunistas dedican sus esfuerzos en tratar de reivindicar, e incluso declarar como benefactor de Cuba, a un personaje tan funesto de la historia cubana, como lo fue Fulgencio Batista. Sin embargo, cuando acudimos a la memoria histórica salen a relucir verdades irrebatibles.

Primera etapa (1901 – 1930).

Fulgencio Batista Zaldívar nació el 16 de enero de 1901 en el Reparto La Gloria, en Banes, actual provincia de Holguín. Su madre lo nombró Rubén y le puso su apellido, Zaldívar, tras la negación del progenitor, Belisario Batista, de inscribirlo bajo su propio apellido. En las actas del juzgado de Banes continuó siendo legalmente Rubén Zaldívar, hasta que en 1939, al ser nominado a la candidatura presidencial, se descubrió que la inscripción de nacimiento de Fulgencio Batista no existía. Conseguirla le costó postergar la presentación de su candidatura y quince mil pesos para pagar al juez.

Siendo muy joven realizó labores campesinas, fue aprendiz de barbero y de sastre. Su madre falleció cuando era un adolescente. Entonces abandonó Banes en busca de mejores oportunidades. Trabajó como jornalero en Antilla; fue mensajero y luego se convirtió en estibador.



Fulgencio Batista de joven retranquero

El 15 de enero de 1919 logró colocarse como empleado de la Railroad Company. Trabajó por 22 meses en los ferrocarriles y luego decidió entrar en el ejército; era una de las ocupaciones de mejor salario. Ingresa en el Ejército Nacional el 14 de abril de 1921 siendo alistado en la Cuarta Compañía del Batallón No.1 de Infantería en el Campamento de Columbia.

Entonces se caracterizaba por ser un joven de inteligencia natural, con una gran fuerza de voluntad y tenacidad, ávido de superación personal. Sus vivencias personales, lo hicieron padecer ciertos complejos y traumas propios de las discriminaciones de las que inevitablemente fue víctima desde su nacimiento, por ser mulato, de procedencia campesina muy pobre, haber residido en una de las regiones más atrasadas de Cuba, ser el mayor de cuatro hermanos y el único no reconocido por su padre. Es así que ingresa en un curso de instrucción para propiciar su entrada en el bachillerato. Soñó con ser abogado, pero su espíritu de grandeza tropezó con la realidad. Decidió hacerse taquígrafo y optó por un curso por correspondencia del “Metropolitan Institute” de Nueva York y logró graduarse.


En enero de 1923 ingresa en la academia “San Mario”, donde amplía sus conocimientos técnicos y adquiere y perfecciona sus habilidades como especialista taquígrafo del sistema Pitman. Poco después se le vence su contrato de alistamiento militar y pasa a trabajar como profesor de Gramática de la Academia “San Mario”. En el mes de mayo se realista nuevamente, siendo destacado en las oficinas del Escuadrón No. 5 de la Guardia Rural en La Habana.

Al siguiente año es trasladado a la finca “María”, en el Wajay, residencia campestre del entonces presidente de la República, Alfredo Zayas Alfonso. Se asegura que aquí se convirtió en un asiduo lector de importantes libros existentes en la biblioteca de la casa presidencial. Seguramente su sagacidad y sentido de observación le permitió apreciar los manejos de un presidente corrupto, que durante su gobierno facilitó la injerencia del gobierno norteamericano y realizó turbulentas operaciones financieras que afectaron el tesoro nacional en beneficio de intereses particulares de extranjeros y nacionales. Tal vez, desde entonces proyectó en su pensamiento la perversa idea de llegar a ser presidente de Cuba. En realidad astucia y ambición no le faltaban.

También prestó servicios en la Capitanía del Escuadrón radicado en el Castillo de Atarés y después en el Castillo de la Fuerza en el Departamento de Dirección del Estado Mayor como secretario del veterano coronel del Ejército Libertador, Federico Rasco Ruiz, entonces inspector general del Ejército.

El 14 de junio de 1926 obtiene su nombramiento de cabo, plaza que obtuvo en oposición después de ser discutida entre cuarenta y dos aspirantes. El 17 de agosto de 1928 es ascendido a sargento de primera taquígrafo, plaza que también obtuvo por oposición y con calificación de sobresaliente, siendo destacado, según la Orden Especial No. 148, en el Séptimo Distrito Militar en La Cabaña.

Poco después es trasladado, con igual cargo, para el Campamento de Columbia, sede del Estado Mayor del entonces denominado Ejército Permanente. Aquí, poco a poco Batista se convierte en un militar laborioso, se siente reconocido por sus jefes y compañeros; redacta órdenes, resuelve con celeridad y eficiencia los problemas de orden administrativo y se destaca por encima del resto de sus camaradas; su protagonismo es evidente. Le alcanza el tiempo para leer interesantes libros existentes en la biblioteca de esta instalación militar, que contribuyeron a elevar su cultura general.

No deja de asistir a las clases de idioma inglés y con el tiempo aprendió a leer, escribir y hablar con fluidez este idioma. Por esta época el inglés era el idioma de la transición y la transformación. La lengua inglesa se había convertido en la lengua de la oportunidad. La mayoría de los trabajos mejor remunerados estaban más al alcance de quienes lo dominaban. Sin dudas, el “bombillo” de la imaginación y la suspicacia del joven sargento ya se habían encendido.

* (San Antonio de los Baños, 1952) profesor e historiador, miembro del secretariado permanente de la Unión de Historiadores  de Cuba.

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¿Quién fue Batista? (II) #Cuba #TenemosMemoria

Publicado el marzo 18, 2015 por micubaporsiempre

Por Israel Valdés Rodríguez*

Segunda etapa (1930 – 1933)

En agosto de 1930, previa solicitud, Batista es autorizado por su mando militar para instalar en su residencia en la calle Jesús del Monte esquina a Toyo, una Academia de Taquigrafía Gregg, destinada a impartir cursos por seis meses a jóvenes militares y propiciar que en cada una de las oficinas del Estado Mayor del Ejército existiera un taquígrafo competente para las labores militares.

Esto le permitió a Batista una entrada adicional de dinero (con el concebido gravamen) y obtener mayor protagonismo, dentro y fuera del ámbito militar. Sus ansias de sobresalir son superlativas, se muestra solícito ante quienes lo procuran, para este o cualquier asunto, y ofrece espontáneamente sus teléfonos para estar al alcance de todos: el FO-7043, Campamento de Columbia; I-6853, colegio “Milanés”; I-8471, vidriera de Toyo; I-2519, ferretería de Toyo.

En el año 1932, Batista es designado para trabajar como taquígrafo en el Tribunal Superior de la Jurisdicción de Guerra y participa en diferentes Consejos de Guerra, donde eran procesados jurídicamente oficiales del ejército. Aquí se relacionó con eminentes abogados de la época, tales como: Ricardo Dolz, Carlos Manuel de la Cruz, Gonzalo Freyre de Andrade y Pedro Cué, los que también fueron figuras de la política y favorecieron la entrada de Batista en este ambiente social. En estos eventos también se encargaba de atender a la prensa para facilitarle la información, otra posibilidad más para trascender. Por este año Batista se integra al ABC, organización celular secreta opuesta al gobierno de Gerardo Machado y aunque su participación en la conspiración no fue destacada, le sirvió como trampolín para lanzarse a las turbias aguas del ambiente político reinante.

El 25 de agosto de 1933 se produce el entierro en el Cementerio Colón, de tres hombres asesinados por miembros de los cuerpos represivos del dictador Machado: Félix Alpízar, estudiante; Margarito Iglesias, líder obrero y el sargento Miguel Ángel Hernández. Después que los restos mortales de Margarito y Miguel fueron depositados en el mismo panteón, llegaron los miembros del Directorio Estudiantil Universitario, José Leyva Gordill e Ismael Seijas quienes armados con ametralladoras de mano, solicitaron permiso para hacer unos disparos al aire, como salvas de despedida. En ese instante llega el doctor Lucilo de la Peña, conocido luchador del Partido Liberal y expedicionario de Gibara, quien había sido seleccionado para que despidiera el duelo del sargento Hernández, pero Batista lo aborda y le sugiere que le diera la palabra, pues como militar le correspondía tal misión. De la Peña accede. Batista, con voz firme, grave y gruesa, pide a los presentes silencio para que lo escuchen.

El joven sargento (tenía 32 años), mulato, de pelo lacio y de patillas largas, empieza a hablar despacio; se dirige a civiles y militares. Lamenta la pálida presencia de militares en un momento tan crucial, donde se les daba el último adiós a los héroes caídos. Y terminó su emocionada oración con estas palabras: “Juntos venceremos; si no nos juntamos, la anarquía acabará con la República y se perderán los derechos del Pueblo. Para esa obra a todos los emplazo. Es la mejor manera de honrar la memoria de Hernández, de Iglesias, de Alpízar, y de todos cuantos, por defender nuestras libertades, dieron su vida:” (1)

Una vez más se pone de manifiesto el oportunismo de Batista; sus ansias de ganar un espacio en el acontecer político del país eran evidentes. Los acontecimientos que se produjeron después así lo demuestran.

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¿Quién fue Batista? (III) #Cuba #TenemosMemoria

Publicado el marzo 19, 2015 por micubaporsiempre

Por Israel Valdés Rodríguez*

Tercera etapa (1933 – 1944)

El 4 de septiembre de 1933 los sargentos, cabos y soldados del ejército dieron un golpe de Estado que estableció un gobierno revolucionario de facto. Es en esta coyuntura histórica es que surge a la palestra pública la figura del sargento taquígrafo, Fulgencio Batista Zaldívar.

El entonces embajador norteamericano Benjamín Sumner Welles fue sorprendido cuando en la madrugada de ese día, un grupo de militares y estudiantes en unión de otros elementos opositores al régimen de Gerardo Machado habían dado un golpe de estado en el campamento militar de Columbia. Al día siguiente Welles escribió en su diario: “Vinieron a verme los sargentos Batista y Santana. El propósito de su visita era aclarar mi actitud hacia el llamado grupo revolucionario y cuán favorable sería la reacción de Estados Unidos a la formación de un gobierno encabezado por éste grupo”. (2)

El embajador norteamericano expresó sus simpatías y el apoyo a los sargentos, lo que a su vez se convirtió en el trampolín de la acelerada carrera de Batista. Aquí tuvo la oportunidad de comunicarse en idioma inglés con el diplomático norteamericano. A partir de este momento el gobierno de Washington fijó su atención en dicho personaje; este era el títere que necesitaba el imperio para gobernar a Cuba. De esta manera Batista asume la dirección del movimiento septembrista y es nombrado jefe del ejército con el grado de coronel, de acuerdo al Decreto No. 1538, que apareció en la Gaceta oficial, edición extraordinaria, número 27, del 8 de septiembre de 1933.

En el mes de diciembre de 1933, Jefferson Caffery sustituyó a Sumner Welles, quien había preparado ya las condiciones para un golpe de Estado contrarrevolucionario. Batista es el “hombre fuerte” escogido por el imperialismo; el 15 de enero de 1934 este dio el golpe de Estado y estableció una dictadura que reprimió brutalmente al pueblo y se convierte en el verdadero dueño político del país a la sombra de sucesivos ocupantes formales del sillón presidencial.

(Fulgencio Batista y su hijo Fulgencio Rubén Batista Godínez en 1934)

A partir de 1938, presionado por el creciente movimiento de masas y por la coyuntura internacional de lucha contra el Fascismo hizo algunas concesiones políticas y sindicales, pero sin abandonar su condición de fiel servidor del gobierno norteamericano.

El 27 de octubre de 1938 el flamante coronel Batista recibe en su residencia particular de la Ciudad Militar, al agregado militar de la Embajada de los Estados Unidos, comandante Henry Barber, quien portaba una carta del general Malin Craig, jefe del ejército norteamericano y donde lo invitaba a visitar el país norteño.

A las 7 y 40 a.m. del día 8 de noviembre de 1938, el coronel Batista arriba a los muelles de la Pan American Airways, para tomar el avión Clipper N.C. 823 M, modernísima aeronave del servicio internacional, conducida por el piloto Robert Fatt. Acompañaban al jefe del ejército cubano, su esposa y secretarios particulares. A las 10 y 15 a.m., en el aeropuerto de Miami, acuatizaba el Clipper; una representación del ejército y gobierno norteamericano le dio la bienvenida. A las 11 a.m. en el tren “To Miami” y en el coche especial “Nepesta”, emprende el bello y atractivo viaje de 24 horas rumbo a Washington.

En la estación de la capital norteamericana Batista fue recibido, entre otras personalidades, por el general Malin Craig y un viejo amigo, Mr. Benjamín Sumner Welles. Ese mismo día a las 4 p.m. el presidente de los Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt, le ofreció a Batista un té y ambos sostuvieron una entrevista privada (sin necesidad de traductor) durante más de treinta minutos. A las 2 y 30 de la tarde del día 25 de noviembre, Batista y su séquito abordan el crucero “Cuba” de la Marina de Guerra Constitucional cubana y después de los veintiún cañonazos de despedida oficial enfila rumbo hacia el puerto de La Habana. A su llegada a la capital es recibido en el Palacio Presidencial por el presidente Federico Laredo Brú, los miembros del Cuerpo Diplomático acreditados en La Habana y los secretarios del Despacho.

Lo cierto es, que hasta ese momento, el gobierno y el ejército norteamericano nunca le habían tributado semejantes honores, agasajos y distinciones a un jefe de las Fuerzas Armas del mundo como los rendidos al coronel Batista.

El 4 de diciembre de 1939 realiza su retiro del ejército para aspirar a la presidencia de la República. Tomó posesión como presidente en el año 1940 tras unas elecciones muy discutidas y que no estuvieron exentas del fraude, la violación de urnas, la compra venta de votos, las votaciones bajo presión y otras depredaciones.

¿Elecciones discutidas? ¿Fraude?: El Presidente Fulgencio Batista llega en ferrocarril. Cuba (1943)


Testimonio de Diego Suárez, quien fuera uno de los niños beneficiados con esas escuelas e institutos  cívicos rurales




Otro astuto proceder durante su periodo presidencial fue que el 27 de enero de 1942, a pesar de no estar en el servicio militar activo se concedió, a sí mismo, el grado de Mayor General.
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¿Quién fue Batista? (IV) #Cuba #TenemosMemoria

Publicado el marzo 20, 2015 por micubaporsiempre

Por Israel Valdés Rodríguez*

Cuarta etapa (1944 – 1973)

Durante los años 1944 hasta 1948 Batista concluye su mandato presidencial al ser derrotado en las urnas por los auténticos y se exilió en los Estados Unidos, tiempo suficiente para afianzar y desarrollar sus sentimientos de servilismo al imperialismo yanqui y fortalecer su compromiso con la élite de poder norteamericana.

Hay que apuntar, que durante su primera etapa en el poder de 1933 a 1944 ya Batista había acumulado una fortuna personal inestimable como resultado del robo al tesoro público, así como de los beneficios derivados de su posición de poder y de innumerables negocios ilícitos realizados a lo largo de aquellos once años.

En esta localidad miamense compró una lujosa mansión en Halifax 137, conocida como Mansión Rosada, muy cerca del río Halifax, en Daytona Beach, Miami, Florida, la cual debe haberle costado una buena suma de dólares. Entonces Miami se había convertido en un refugio seguro y confortable de los funcionarios que dominaban la vida política cubana y sobre todo, de la aristocracia criolla.

En Daytona Beach, Batista se codeó con personajes de la alta sociedad; aumentó su popularidad y proyectó sus ambiciones de poder. Al lado de su residencia se encontraba otra mansión que donó a la ciudad en 1946, para que se instalara un museo de tema cubano. Este gesto, que no tenía nada de altruismo y si de politiquero y calculador, propició que fuera designado el 24 de marzo como el “Día de Batista” y declararon a Fulgencio Batista como ciudadano honorario.

Regresa a Cuba en junio de 1948, con todas las garantías concedidas por el entonces presidente Carlos Prio y a partir de 1949, organiza un nuevo partido, el Partido Acción Unitaria (PAU). El 10 de marzo de 1952 lleva a cabo el conocido golpe de estado haciendo trizas la constitución de 1940 y todo germen de progreso y verdadera democracia. Es conocido que el Servicio de Inteligencia Militar estaba al tanto de los pormenores de la conspiración de Batista en unión de otros oficiales retirados, sin embargo, no se ejecutaron medidas para impedir el golpe de estado. Durante su gobierno recibió el apoyo incondicional y sin límites de los Estados Unidos y fue quien hizo todo lo posible por mantener la dependencia neocolonial.

A finales de 1958, cuando el Ejército Rebelde desarrollaba su ofensiva e invadía nuevos territorios, Batista permitió celebrar elecciones fraudulentas que ganó el candidato oficialista Andrés Rivero Agüero, quien no logró tomar posesión, pues la madrugada del primero de enero de 1959, los rebeldes con el comandante Fidel Castro Ruz al frente, se dirigían victoriosos hacia la capital habanera.

El dictador Batista huyó despavoridamente en un avión que despegó a las 2 y 30 a.m. del 1ro. de enero de 1959; lo acompañaban su esposa y ex esposa, los hijos de ambos matrimonios, varios altos oficiales, dirigentes de su gobierno y algunos allegados. Antes le encomendó al general Eulogio Cantillo la formación de un gobierno títere que mediatizara la toma del poder por los revolucionarios.

Esta vez los Estados Unidos le cerraron las puertas. Fue para República Dominicana y le negaron la residencia y tuvo que pagar un millón de dólares para poder salir de ese país. En realidad dinero poseía para pagar cualquier eventualidad, pues la fortuna robada, malversada y acumulada durante su segunda etapa de poder entre 1952 y 1958 se calcula en un monto gigantesco.

Después de este incidente voló para Portugal, donde le concedieron asilo en Isla Madeira. Más tarde se trasladó para Madrid. Falleció de un infarto cardíaco en una villa de Marbella, en la costa mediterránea de España, el 6 de agosto de 1973.

Citas y referencias:

Autor: Raúl Acosta Rubio. Ensayo Biográfico sobre Batista. Imprenta Úcar, García y CIA. La Habana, Cuba, 1943. Página 136.
Colectivo de Autores: Sobre la historia de las intervenciones armadas norteamericanas. Editorial Progreso, Moscú, 1984. Páginas 53 y 54.
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Cua: Todos Culpables  (lo que no se sabe del dictador Batista y su epoca - relato de un estigo) (Spanish Edition) Paperback – December 1, 1977
Autor:   Raúl Acosta Rubio

Autor: Raúl Acosta Rubio. Ensayo Biográfico sobre Batista. Imprenta Úcar, García y CIA. La Habana, Cuba, 1943.
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Video Testimonio de Leonor Ferreira, la presa política mas joven de  Cuba cuando la Presidencia de Gerardo Machado y Morales donde explica su relación con Batista y cómo él era pese a que en lo político eran adversarios.

Parte II donde habla  de su relación con Batista 



Más en: http://baracuteycubano.blogspot.com/ donde se lee algo que quizás explique el porqué  Melba Hernández y Haydeé Santamaría apenas estuvieron en la cárcel después  del asalto al Cuartel Moncada  y al Cuartel Carlos Manuel de Céspedes el 26 de julio de 1953:

Leonor estuvo presa dos veces más en el Príncipe, en ambas ocasiones con su madre, quien para entonces ya exigía permanecer con su hija, y en una de esas oportunidades con la doctora Ofelia Domínguez, abogada de mucho prestigio. También muchas veces más en la propia cárcel de mujeres de Guanabacoa, junto a las igualmente presas políticas Pilar Jorge de Tella, María Aurora y Nenita Quintana, y en el Presidio Modelo de Isla de Pinos. Por una vez más estuvo presa durante el gobierno de Fulgencio Batista, quien irónicamente había sido amigo suyo y de toda su familia, pues eran vecinos de la esquina de Toyo, en la época en que él era sólo Sargento. Leonor, que era miembro del Partido Auténtico para esa época, piensa que si no cumplió los 31 años que le pedían por una causa de conspiración contra el gobierno fue gracias a su intervención. “El decía que no quería ni estudiantes ni mujeres en las cárceles”.

Batista muchas veces la aconsejó que se estuviera tranquila, que no hiciera sufrir más a su madre, pero ella no lo oyó. “El siempre me decía que los que nos habíamos portado mal éramos nosotros”

En otro artículo de ese mismo post se lee:

Solo hay dos cosas en su vida de las que Leonor Ferreira, con la perspectiva del tiempo, dice arrepentirse: haberse enfrentado a Batista, al que tenía un gran aprecio, y haberse marchado de Nicaragua cuando se le pidió que se quedara, ya que cree que podría haber evitado los problemas que sucedieron luego.

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A CONTINUACIÓN ALGUNOS APUNTES SOBRE LA GESTIÓN DE GOBIERNO DEL PRESIDENTE   FULGENCIO BATISTA Y ZALDIVAR EN SU GOBIERNO CONSTITUCIONAL DE 1940-1944, LOS CUALES  APARECEN ESCRITOS  EN  EL HONESTO Y EXHAUSTIVO LIBRO TITULADO LA VERDADERA REPÚBLICA DE CUBA (DEL DR. ANDRÉS CAO MENDIGUREN,  UN DOCTOR  EN MEDICINA  QUE  LUCHÓ EN CONTRA DEL GOBIERNO DE FULGENCIO BATISTA DE LOS AÑOS 50s)  EN EL QUE NO SE MANIPULA  AL LECTOR  OCULTANDO HECHOS, LEYES, ETC.; EL  MENCIONADO LIBRO PUEDE ADQUIRSE LLENDO A   AMAZON  HACIENDO CLICK EN EL TÍTULO  DEL LIBRO. 

Pero un muy breve resumen de la gestión del Presidente Fulgencio Batista y Zaldivar, en ese período, que habla de la gran honestidad del antibatistiano Dr. Andrés Cao Mendiguren, es el siguiente:

 
En ese libro  también se lee el siguiente balace globalizador sobre la República de Cuba nacida en 1902 y herida mortalmente el 1 de enero de  1959:

 ¨Cabe decir que aquellos pensamientos de 1913 expresaban una realidad  porque esa nación  se alcanzó muy pronto  en décadas posteriores,  aunque en 1959  fue demolida por los que  usurparon el poder, y ha sido vilipendeada  por una oleada de intelectuales comprometidos o  mediocres. El testimonio de ello es que Cuba ocupaba  las primeras posiciones  en todos los renglones de los anuarios de las Naciones Unidas  para la América Latina. Y hay que reconocer que estos logros  tan destacados  no se hubieran podido conseguir  si nuestros gobernantes, y a pesar de sus errores,  no hubieran tenido interés  y acierto para  resolver los problemas de la sociedad cubana, si nuestros legisladores no nos hubieran  dado una legislación avanzada  y moderna, o si el  pueblo cubano no hubiera estudiado  y trabajado  para superarse. El pueblo cubano era exigente  y siempre aspiraba  a lo mejor, pero tenemos  que acusarnos  de un pecado,  y es que  cuando no lo lográbamos plenamente, en vez de analizar  los fallos  y aplaudir lo logrado, prodigábamos una crítica irresponsable.¨ (Cao, 2008, p. 87)












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