EL GRAN NEGOCIO DE LA “DIVERSIDAD” SEXUAL Y EL FEMINISMO
Primera parte.
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Detrás de todo este gran circo de la “ideología de género” está la perversidad de la extrema izquierda, que a cambio de millones de votos se ofrecen para apoyar todo lo relacionado con estos temas.
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Por: Dr. Alberto Roteta Dorado
4 de septiembre, 2024
Santa Cruz de Tenerife. España.- En los últimos años, a partir del auge desenfrenado de los movimientos feministas y LGTBIQ+, se ha insistido sobremanera en los temas relacionados con el género. La sobredimensión del asunto está premeditada por parte de las tendencias de la extrema izquierda, cuyo fin, demasiado politizado es bien conocido por todos. En este sentido, las organizaciones políticas y sociales de derecha se muestran de manera conservadora, de ahí que sean criticados por los progres en su afán de ganar adeptos por doquier a expensas de sus campañas mediáticas a favor de los cánones de la ideología de género y de las feministas.
Los partidos políticos de la ultraizquierda se presentan como defensores acérrimos de las “nuevas” doctrinas de género a cambio de los millones de votos que las “comunidades” LGTBIQ+ y las feministas les aportan. Se trata en sí de un intercambio de intereses, toda vez que no creo que los llamados progres estén tan interesados en la esencia verdadera de estos asuntos; aunque si en sacarle todas las ventajas a los miembros de dichos colectivos, otrora rechazados y marginados por los propios progres. Recordemos – algo que no hacen los LGTBIQ+– que durante la etapa del comunismo en la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS, y el llamado Campo Socialista que conformaban las naciones de Europa del Este, así como sus satélites de Cuba, China y otras naciones dominadas por el comunismo, la homosexualidad, el transformismo y la transexualidad no solo eran rechazados y marginados, sino fuertemente sentenciados.
La marginación y el ostracismo alcanzaron su clímax con expulsiones masivas de centros laborales y de estudios, con especial énfasis en las universidades, donde el acceso a la realización de estudios superiores estaba prohibido para homosexuales, sospecha de homosexualidad, o rasgos de amaneramiento – debilidad de carácter, como se le llamó desde el punto de vista técnico para atenuar la crueldad del comunismo–. En el presente las cosas han cambiado demasiado. La izquierda, siempre oportunista y malévola, ahora se presenta no solo como defensora de los derechos de los colectivos LGTBIQ+; sino como el principal adversario de los movimientos de derecha, a los que intentan desacreditar al no situarse en su misma posición al abordar el álgido tema de la “diversidad” sexual y del feminismo.
Una cosa es respetar a aquellos que siendo genéticamente hombres (46 XY) tengan rasgos de apariencia femenina, o por el contrario, a aquellas que siendo genéticamente mujeres (46 XX) presenten rasgos correspondientes al sexo masculino, independientemente a sus preferencias sexuales, que es otro tema, y otra muy diferente es admitir pasivamente que alguien de un sexo sea reconocido como de otro por el hecho de decir que se autoreconoce como un individuo del sexo opuesto al que le corresponde según su genética. Ser genéticamente 46 XY y tener genitales externos e internos correspondientes al sexo masculino es un hecho per se que permite clasificar a un individuo dentro del sexo masculino. No se trata de una designación arbitraria de la sociedad; sino de un reconocimiento a las inviolables leyes de la biología; algo que es aplicable al sexo femenino. Se es hombre, aunque no les guste, o se es mujer, aunque estén en desacuerdo.
El hecho de que un hombre se sienta como una mujer no lo convierte en mujer, aun cuando se le designe con un amparo legal dicho sexo, como sucede en la actualidad en varias naciones. Independientemente de todos los tratamientos hormonales y quirúrgicos que se puedan aplicar, seguirá siendo del sexo que desde el punto de vista biológico (genético) es. Esto es invariable y no admite discusión alguna, toda vez que no nos conducirá a nada que no sea lo que he afirmado antes: se es macho o hembra, hombre o mujer. El hombre, como especie, no admite excepciones en la naturaleza. La división en sexos es aplicable al reino animal, independientemente de que algunas especies presenten formas de reproducción consideradas hermafroditas o que exista cambio de sexo de manera espontánea – condición excepcional descrita por la ciencia– en algunas especies de animales.
Solo se debe admitir la existencia de los dos únicos géneros existentes a través del desarrollo del hombre como especie. Lo demás es un gran invento (bigénero, agénero, género fluido, intergénero, pangénero, no binario, transgénero, transexual, trigénero, genderqueer, etc.) y también un gran negocio, tanto desde el punto de vista económico como político. En lo económico, se enriquecen las industrias farmacéuticas y las clínicas médicas al ser extremadamente costosos los tratamientos a los que se someten quienes deciden pasar de un género a otro. En lo político, porque detrás de todo este gran circo de la “ideología de género” está la perversidad de la extrema izquierda, que a cambio de millones de votos se ofrecen para apoyar todo lo relacionado con estos temas.
Una vez hecho este preámbulo, a modo de introducción, y sobre todas las cosas, luego de haber sido categórico en relación con la existencia de solo dos géneros: masculino y femenino, vamos a analizar algunos aspectos sobre los llamados estudios de género. En un estudio sobre las propiedades psicométricas de las versiones larga y reducida de la Escala sobre Ideología de Género, realizado por varios autores de la Universidad de Granada, España, se precisa lo siguiente:
“No debe confundirse perspectiva de género con ideología de género. Mientras que la perspectiva de género es un enfoque analítico sobre las relaciones entre los géneros, la ideología de género es la visión particular que personas o grupos adoptan respecto a dichas relaciones. Se considera que la ideología de género, asumida consciente o inconscientemente, influye en los juicios, comportamientos y relacionessociales de las personas”.
Otra definición de perspectiva de género, según la Ley General de Acceso de las Mujeres a una vida libre de Violencia, en el artículo 5o, fracción IX es la siguiente: “Es una visión científica, analítica y política sobre las mujeres y los hombres. Se propone eliminar las causas de la opresión de género como la desigualdad, la injusticia y la jerarquización de las personas basada en el género. Promueve la igualdad entre los géneros a través de la equidad, el adelanto y el bienestar de las mujeres; contribuye a construir una sociedad en donde las mujeres y los hombres tengan el mismo valor, la igualdad de derechos y oportunidades para acceder a los recursos económicos y a la representación política y social en los ámbitos de toma de decisiones”.
En estas definiciones se aprecia la presencia del “pensamiento” y el discurso de los movimientos socialistas, a veces de manera muy incisiva y abierta, otras de manera sutil; pero siempre presente su maléfica influencia. El hecho de destacar la idea de la opresión de género en la definición conceptual antes citada, así lo demuestra. No se trata pues de negar los derechos de las mujeres ni de los integrantes de los grupos LGTBIQ+; sino de no sobredimensionar dichos derechos y hacerlos parecer ante el mundo como víctimas merecedoras de las supuestas bondades que los socialistas les ofrecen.
No obstante, si continuamos revisando definiciones conceptuales relacionadas con los estudios sobre la perspectiva de género y la ideología de género, nos encontraremos otros conceptos en los que se hace especial énfasis en esa defensa exagerada y penetrada por el pensamiento marxista. En este sentido vale mencionar la definición del Glosario para la Igualdad, del Instituto Nacional de las Mujeres, Gobierno de México, donde se expresa: “La ideología de género es un término que se utiliza de manera negativa y despectiva para cancelar o desestimar la diversidad sexual y de género a la que se han ido abriendo las sociedades, las culturas y las naciones”.
Esta acepción, además de los errores conceptuales que tiene, es severamente crítica con el pensamiento conservador de los movimientos de derecha. Por desgracia, la mayoría de los escritos que se pueden consultar sobre el tema tienen implícito el pensamiento perverso, maléfico y oportunista de la extrema izquierda actual. Cuando hacemos referencia a ideología de género, no lo hacemos de manera despectiva ni negativa, lo hacemos desde nuestra posición, esto es, negando la existencia de lo que no puede existir. Como ya he dicho antes, solo hay dos géneros: se es macho o se es hembra.
Como se expone en las Sagradas Escrituras del cristianismo: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”. Independientemente a las preferencias sexuales, y de manera muy particular a la forma en que supuestamente se pueda autopercibir un individuo. De ahí que la conceptualización antes citada tenga errores teóricos al imponer, de modo categórico, los dogmas preconcebidos deliberadamente por los movimientos feministas, LGTBIQ+, y de manera general por los “progres”.
Luego el citado Glosario para la igualdad ahonda en el asunto al exponer: “Al denominarla ideología se hace referencia al carácter dogmático que se presupone respecto a las ideas de igualdad, empoderamiento y respeto de la vivencia personal de la identidad y la sexualidad. Se rechazan los movimientos feministas y de la diversidad argumentando que van en contra de la naturaleza y de la familia y que operan poniendo en peligro el orden social establecido” (...) “La ideología de género no existe como categoría dentro de las ciencias sociales, es un constructo que busca denostar las reivindicaciones de los derechos de las mujeres y de la diversidad sexual”.
Le llamamos ideología de género, no porque seamos dogmáticos, como se expresa en el citado concepto, sino por el hecho de tratarse de una imposición teórica de dudoso carácter científico con muy débiles argumentos subjetivos, o sea, no demostrables, los que se aplican a la amplia “diversidad” de “géneros” nacidos sin un fundamento que así lo respalde. El hecho de que alguien afirme que no se identifica con ninguno de los dos géneros establecidos, o sea, que no es ni hombre, ni mujer, no le ofrece credibilidad desde el punto de vista científico. Se trata de una afirmación de carácter subjetivo que jamás será demostrable. Será solo una dudosa hipótesis que quedará para siempre como una idea carente de fundamentación.
Lo antes expuesto para explicar por qué le llamamos ideología de género, no de manera despectiva, como pretenden presentar los movimientos de la izquierda radical, es aplicable a todo lo relacionado o derivado de ese disparatado reconocimiento a la “multitud” de géneros en el contexto presente. Entre otras cosas, vale mencionar las presentaciones pseudoartísticas de centenares de hombres transformistas imitando a sus “divas-ídolos”, las celebraciones del llamado día del orgullo (¿de qué hay que tener orgullo?), las discotecas gais, el espantoso lenguaje inclusivo, entre otras tantas barbaridades que solo puede salir del enfermizo pensamiento – si es que tienen pensamiento– de la ultraizquierda marxista actual.
Continuará.
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La ideología de género, la perspectiva de género y la teoría de género Por Jonathan Ramos
Comentario de una persona desconocida (@dezlovecraft5247) dejado en el video anterior
La “teoría queer”, “ideología de género”,etc. Mencionando que existan géneros infinitos y la auto determinación de género, anula el sujeto político del feminismo radical: la mujer. Cuando ser un hombre o mujer no está determinado por la biología, sino más bien nuestra interpretación de que somos: Las mujeres, dejan de existir y con ello esta partición de políticas enfocadas a ellas como sujeto político (cuando no existe una sociedad en la historia de la humanidad, que no trabaje en la segregación, hay cárceles para hombres y mujeres; políticas para hombres y mujeres, secciones para hombres y mujeres, etc.). Entonces estos espacios exclusivos para mujeres se pierden, que van a dar por temas de justicia social por la discriminación positiva.
El feminismo radical llega a eliminar el dispositivo de género aún sin esta intención todas esas conductas sociales dirigidas al sexo femenino y al sexo masculino: las está oprimiendo, en otras palabras “Un dispositivo que beneficia a los hombres y desfavorece a las mujeres”; curiosamente, el término “feminazi” surge como esta idea de que, si no existen hombres o se hace esta segregación completa, se arreglarían estas cuestiones, ya que no estará el sujeto político que las oprime: los hombres -y con ellos, el patriarcado.
A partir de ahí se establece que el dispositivo de genero no están determinadas por la biología, sino que son imposiciones sociales o construcciones culturales. De esta forma: nuestro sexo biológico, no determina nuestro comportamiento en la sociedad. Yo en esto no estoy de acuerdo, el sexo biológico no determina nuestros comportamientos, pero si los condiciona. Este condicionamiento marca las tendencias entre hombres y mujeres (con claras excepciones) pero si en promedio o tendencia. Por ejemplo, ¿Por qué hay más hombres que mujeres en ingenierías? y al mismo tiempo ¿por qué hay más mujeres en el servicio de salud que hombres (enfermería, nutrición, etc.)?
Entonces el feminismo radical parte de que la única condición de mujer es el género autodeterminado y luego negar que no existen comportamientos ligados a nuestra biología (que no hay correlación entre nuestro género y el sexo biológico: por eso se piensa que podemos liberarnos del yugo del género) y piensan que se puede eliminar. Entonces si hay una independencia absoluta entre nuestro género y nuestro sexo biológico que solo está condicionado por factores culturales entonces se puede desprenderse del sujeto político de ser hombre y ser mujer -así creando infinidad de géneros.
Si quieren prescindir del patriarcado a través de la desaparición del sujeto político de ser hombre o mujer (porque no existe una correlación entre el sexo biológico y género, y que todo es una construcción social). Entonces se crea esta situación amorfa donde todo es nada y nada es todo. No se puede definir ningún concepto ya que todo es adaptativo al pensamiento de la persona y no existe ningún modelo social, o cultura donde no exista división histórica y cultural entre hombres y mujeres, donde se asocien determinadas políticas y acciones en base al sexo. No existe. Que un doctor no sepa determinar si el paciente es hombre o mujer llevaría practicas medicas equivocadas; Otros ejemplos de la locura del progresismo es que se empuja mucho el “body positive” cuando médicamente se puede, objetivamente, determinar un cuerpo en mal estado y hay que ayudar a esas personas; otro ejemplo del progresismo es “love is love” donde si un hombre de 50 años se auto percibe como una niña de 6 años y pueda entrar a espacios para niños esto sea socialmente aceptado. El progresismo radical (e incluso el moderado) es subversión cultural.
Impresionante articulo del Dr. Roteta.......le dio al clavo en la misma cabeza
ResponderEliminaren este peliagudo problema de la Diversidad Sexual y el Feminismo.....viendo como van las cosas a nivel Mundial , me viene la mente el destino de Sodoma
y Gomorra......va la humanidad hacia ese tragico destino ?