PROYECTOS Y ANALISIS
Por Pedro Pablo Arencibia Cardoso
Como resultado de la preparación y redacción del artículo “ Algunos elementos de la filosofía liberal”, me he sentido compulsado a ofrecer mi modesta opinión sobre cómo mejorar la situación económica latinoamericana, y en particular la cubana, en estos tiempos tan difíciles. Todos los seres humanos tenemos el derecho natural e inalienable de la libertad de expresión; este derecho nos autoriza a dar a conocer públicamente nuestras opiniones y proposiciones. José Martí expresó “Me parece que me matan un hijo cada vez que privan a un hombre del derecho de pensar”. La necesidad de ejercitar ese derecho se hace ineludible e impostergable, cuando somos sujetos sufrientes en este entierro de esperanzas.
AMÉRICA LATINA. EN BUSCA DEL TIEMPO Y OPORTUNIDADES PERDIDAS
Tengo el criterio que para hallar y eliminar las causas por las que América Latina perdió una década en su desarrollo ( ¡y sigue perdiendo años! ) no se debe solamente cuestionar el modelo económico ( lo cual siempre es válido para ratificar, perfeccionar o desechar el modelo) ni tampoco echarle el mayor peso de la culpa a factores externos, por ejemplos: al Fondo Monetario Internacional, al Banco Interamericano de Desarrollo, al Banco Mundial o al derrumbe del Socialismo en la URSS y otros países de Europa del Este, etc., aunque hoy sigan siendo extremadamente eficientes aquellas palabras de Nicolás Maquiavelo al Príncipe, de que cuando tuviera problemas internos que se buscara un enemigo externo.
Soy de la opinión que también para identificar y eliminar esas causas debemos poner la honestidad y la transparencia como elemento fundamental e irrenunciable en el actuar político, social y económico de todas las instituciones y de cada una de las personas que las integran; actuar que debe estar acompañado de la instrumentación y ejecución de eficientes medidas anticorrupción y de preventivas medidas de control por parte de la sociedad civil y del Estado. Otra tarea que debe llevarse a cabo para salir de la presente crisis económica es la capitalización de todos los activos en cada uno de esos países, mediante adecuados procesos de representación, para así conocer, y dar a conocer, el monto de nuestros recursos disponibles, lo cual nos permitirá explotarlos más eficientemente, a la vez, que nos facilitan la obtención de nuevos créditos para el desarrollo y el arribo de nuevas inversiones extranjeras. Para todos es conocido ese refrán que dice: “el dinero llama al dinero”.
Para que los créditos recibidos, ya sean nacionales o internacionales, desempeñen su función de desencadenadores y catalizadores de una mayor gestión empresarial nacional que conlleve al desarrollo del país, estos deben ser aprovechados al máximo en la producción de bienes y servicios sustentada en el fuerte, constante, honrado y creativo trabajo de su población. La población es el recurso más valioso que tiene cualquier país; en ella se incluyen los empresarios y trabajadores en general. El desarrollo del empresariado nacional del país en cuestión, es esencial para el desarrollo; ningún país en el mundo se ha desarrollado económicamente con la participación exclusiva de las inversiones extranjeras, Con este último planteamiento coinciden desde el destacado liberal cubano Carlos Alberto Montaner, residente en España, hasta el comunista cubano, recientemente fallecido, Oscar Pino Santos. Este último planteó:
(Oscar Pino Santos)->
“... Todavía hoy nos encontramos con muestras de la corriente ideológica reaccionaria que trata de implantar teóricamente las posibilidades de la inversión foránea como base del desarrollo. No hace mucho señalé que ‘ciertas figuras y grupos del país han trazado su diagnóstico al respecto, afirmando que no se cuenta con capital doméstico suficiente para el desarrollo... que todo esfuerzo que se haga en tal sentido (para desarrollar el país) debe enderezarse a la atracción del capital extranjero... (y) a crear el archifamoso clima propicio para las inversiones extranjeras’. No me parece imprescindible abundar en este momento acerca de la debilidad de tales tesis. Hasta los técnicos de las Naciones Unidas se han visto forzados a reconocer que hoy día el monto y características de la inversión extranjera, especialmente la privada, prueban lo ilusorio de fiar las posibilidades del progreso de un país a sus posibilidades de atracción del capital privado extranjero”
Toda esa ingente actividad económica debe llevarse a cabo con el necesario auxilio de un adecuado y complementario balance entre el Mercado y el Estado, pues, el Estado puede ser un valioso factor para favorecer la eliminación de los efectos negativos de las imperfecciones y fallas del Mercado; la participación del Estado como árbitro en ese balance, debe llevarse a cabo teniendo especial cuidado en que el Estado no asuma actividades que solamente le competen al Mercado. La sociedad civil mediante un actuar responsable debe contribuir significativamente a la obtención de ese adecuado balance. El miembro del Pontificio Consejo Justicia y Paz e ingeniero cubano Dagoberto Valdés en su artículo “ Cuba: hacia una nueva República desde la sociedad civil ”, propone para Cuba algo que es también positivo para cualquier otro país:
“ ...Tampoco es bueno que por oposición al estado el desarrollo de la sociedad civil se identifique ineludiblemente con las exigencias ciegas de las técnicas de mercado. Es saludable para ambos – estado y mercado- que la sociedad civil ejerza su papel de denuncia, crítica responsable, propuesta de alternativas y capacidad de iniciativa propia”
Los frutos, o una parte significativa, de esos recursos, mecanismos y trabajo, es muy importante que en breve tiempo sean favorablemente tangibles para las amplias masas trabajadoras que los ayudan a hacer realidad, pues de lo contrario esas masas podrían ser manipuladas (cómo ya ha ocurrido en otras ocasiones) por supuestos líderes mesiánicos, oportunistas y demagogos que hundirán aún más al país en el desorden y las catástrofes, incluyendo entre estas últimas, la guerra civil: agujero negro de vidas y riquezas.
(Carlos A. Montaner) Debemos tener muy en cuenta que la inestabilidad social y política es uno de los factores más significativos que empobrecen a un país. La inestabilidad incentiva, entre otros factores empobrecedores, la fuga de capitales, tanto nacionales como extranjeros, pues ante el temor que revueltas, guerras y revoluciones destruyan o se apoderen de los capitales, se prefiere remitirlos al extranjero para que estos estén a buen recaudo. La inestabilidad es una de las causas, no es la única, por las que casi el 70% de las inversiones de las grandes corporaciones y transnacionales mundiales se encuentran ubicadas en países del mundo desarrollado, lo cual va en contra del reiterado cliché de que dichas entidades tienen su coto de caza en el tercer mundo buscando mano de obra barata, etc.; en América Latina y África generalmente, salvo excepciones, invierten aquellas compañías del primer mundo que no son competitivas en el mercado primer mundista. Por cierto, es característico que esas compañías extranjeras paguen mejores salarios que las compañías que tienen propietarios nativos de ese país o de otros países tercermundistas. La integración de todas las economías de América es necesaria, pero la misma se debe hacer sobre sólidas bases económicas que conlleven a la creación de riquezas, al desarrollo y al beneficio para todas las partes. Se debe tener especial cuidado de no caer en una situación similar a la protagonizada por el desaparecido Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME) de los entonces países socialistas de Europa del Este, Cuba y otros, en la que, solamente para dar un ejemplo, increiblemente los cubanos importábamos pepinos desde Bulgaria.
LOS CRÉDITOS Y LA PROBLEMÁTICA CUBANA
Con relación a Cuba deseo decir en primer lugar que nuestro país posee una muy alta deuda externa por habitante cuando sumamos las siguientes deudas:
- Deuda que tiene Cuba con el Club de París, ascendiente ya a casi 13 000 millones de dólares, a causa del no pago de ella desde 1986 y la acumulación de los intereses. El no pago de esta deuda desde 1986, en aquel entonces era de 6500 millones de dólares aproximadamente, nos dice palmariamente que los muy graves problemas económicos de Cuba se acentuaron ya desde años antes del ‘desmerengamiento’ del socialismo en Europa del Este.
- Deudas (a precios de la época) que tiene Cuba con la extinta URSS y demás países exsocialistas de la Europa del Este; algunos investigadores han estimado entre 15 y 25 mil millones de dólares la deuda con la URSS ( ¡Irina Zorina, de la Academia de Ciencias de Rusia ha estimado en más de 100 mil millones de dólares los llamados subsidios soviéticos para Cuba!; el actual gobierno cubano rechaza el que se diga que alguna vez hayan existido subsidios soviéticos para la Isla) y 7 mil millones de dólares con el resto de los países socialistas de Europa del Este. En los cálculos actuales existe una gran divergencia de opiniones y cifras debido a las diferencias entre el valor del rublo convertible de aquellos tiempos, el rublo actual y la tasa de cambio con el dólar en ambos momentos así como otras consideraciones técnicas. No tengo conocimiento que nacionalmente se haya publicado, ni antes ni ahora, a cuanto llegaba el monto de esa deuda en 1989 por parte del Gobierno Cubano y a cuanto asciende la misma actualmente. La deuda con la desaparecida Unión Soviética es una deuda controvertida y no sólo por lo ya explicado y el hecho evidente que dicho país no existe, sino porque el Gobierno Cubano tiene el criterio de que si se van a sacar esas cuentas, la que le debe a Cuba es la Unión Soviética por el daño económico que le hizo a Cuba el ¨ desmerengamiento ¨ socialista comenzado en 1989. Esa deuda o supuesta deuda cubana, como se le quiera llamar, fue contraída pese a políticas de intercambio comercial calificadas por el Gobierno de Cuba de favorables para ambas partes. Ejemplos de esas políticas fueron: la política de ¨ precios resbalantes ¨ que consistía en mantener una relación determinada entre los precios de manera tal, que al subir los precios de los productos que importábamos los cubanos, se incrementaban proporcionalmente los precios de los productos que exportábamos; otra política favorable fue la venta al exterior por parte de Cuba del petróleo soviético ahorrado en momentos en que el petróleo adquirido por Cuba a bajo precio en la URSS tenía precios muy altos en el mercado mundial (algunos economistas del exterior califican a las cifras resultantes de esas ventas de petróleo como ejemplos evidentes de subvención soviética al gobierno cubano), y finalmente, la política de cubrir el déficit comercial cubano mediante créditos comerciales y créditos para el desarrollo con muy ventajosas condiciones de pago; algunas de esas privilegiadas condiciones de pago se pueden ver en el acuerdo con la URSS de 1972: postergamiento de las amortizaciones de los créditos otorgados a Cuba, transfiriéndolos para iniciarse en 1986 y efectuarlos sin pago de intereses en un término de 25 años. También en ese acuerdo se convinieron nuevos créditos sin intereses.
Es necesario puntualizar que no he incluido los convenios militares sobre adquisición de armamentos, y en general, de logística militar procedente de la URSS por desconocerlos totalmente; no obstante, recuerdo que en determinados momentos los armamentos soviéticos fueron dados gratuitamente. Lo anterior se afirmaba en los discursos de aquella época, como una muestra de la fortaleza de los estrechos e inquebrantables lazos de solidaridad entre ambos países. Los gastos militares de los países consumen cuantiosos recursos económicos; estos gastos son todavía mayores cuando se tienen unas fuerzas armadas sobredimensionadas como las que tenía Cuba en esa época, al ser nuestro país un factor activo en la mal llamada Guerra Fría. - Deuda contraída con países particulares como Argentina, Méjico, España, etc.
En segundo lugar, deseo expresar que como consecuencia de la deuda total de Cuba y del embargo norteamericano, le es muy difícil al gobierno cubano adquirir dinero fresco en círculos financieros norteamericanos y en otras entidades internacionales. Cuba es calificado, por entidades internacionales, de país de alto riesgo para las inversiones y los créditos; gran parte de los pocos créditos que el gobierno cubano consigue son de pago a corto plazo y con altas tasas de intereses, salvo aquellos contraídos con China, Vietnam y Corea del Norte y otros países con afinidades políticas, cuyas características desconozco, aunque presumo, que los convenios con China y Vietnam no tendrán condiciones similares a los suscritos con la antigua URSS; mi presunción se basa en las características que tienen actualmente las políticas económicas en ambos países.
ALGUNOS FACTORES PARA MEJORAR LA ECONOMÍA CUBANA
Es conocido que la solidez y el desarrollo de la economía de un país no radican tanto en la magnitud de su mercado externo como en la fortaleza, desarrollo y magnitud de su mercado interno.
Los cubanos, a través de la historia, hemos sido un pueblo con habilidades para crear riquezas. Durante los tiempos de la colonia, y solamente en el siglo XIX, de Cuba salió más riqueza para la metrópoli Española que toda la que dicha metrópoli había extraído de los demás países de América durante toda su dominación, pese a no tener esta Isla yacimientos significativos de oro; no por gusto se le llamó a Cuba como ¨ la más preciada joya de la Corona ¨. Los cubanos durante la República y antes de 1959 demostraron sus potencialidades para crear riquezas por sus propios esfuerzos, pese a que habían salido arruinados por las acciones bélicas durante la Guerra de Independencia de 1895 así como por las expropiaciones a manos de las autoridades españolas por simpatizar muchos de ellos con las ideas independentistas, propiedades que no pudieron recuperar por las condiciones del Tratado de París entre España y los Estados Unidos al finalizar la guerra en 1898; al terminar la Guerra de los Diez Años (1868-1878) ya le había ocurrido algo similar a los empresarios cubanos simpatizantes del independentismo.
Los logros económicos que obtuvo el país en la anterior República (para ejemplos e información, leer el artículo de este autor en la Vitral 49 titulado: Una primera aproximación a la República) se alcanzaron sin deberle casi nada a ningún país, persona o entidad financiera, pues casi todos los empréstitos, créditos, etc. contraídos fueron pagados. También deseo puntualizar que estas potencialidades cristalizaron en circunstancias similares, desde el punto de vista económico, a la del resto de los demás países, o sea, sin ningún tipo de paternalismo económico como pago de su alineación política al lado de los Estados Unidos, pues no olvidemos que según la actual historia oficial, el papel desempeñado por los Estados Unidos de Norteamérica fue el de ser un país explotador cuya participación en la historia económica de nuestro país fue la de frenar el desarrollo de nuestro país en complicidad con las oligarquías nacionales y hasta, en determinados momentos, en contra de los intereses de estas últimas.
En la anterior República, por ejemplo, solamente en tres años de sus 56 años de existencia, Cuba presentó déficit en su Balanza Comercial pues en casi todos los años de esa República, Cuba vendía más de lo que importaba; después de 1959 esa situación se invirtió totalmente. Esa diferencia negativa entre los valores de la balanza comercial después de 1959 no hubiera sido realmente desfavorable para el país si esas importaciones, muchas de ellas dirigidas a desarrollar el país, hubieran dado el resultado esperado. Los autores Pedro Monreal y Julio Carranza en su artículo de la bibliografía escriben con relación a la economía cubana de los años setentas y ochentas:
“...El problema de Cuba durante el período analizado no fue el incremento en la formación y utilización de recursos productivos a ritmos más acelerados que el crecimiento económico, sino que estos se utilizaban de manera poco eficiente ”
Sobre el crecimiento económico alcanzado por Cuba diré que el economista Alfredo González Gutiérrez, investigador del Instituto Nacional de Investigaciones Económicas escribe:
“Entre 1959 y 1989 el crecimiento promedio anual de la economía cubana fue de un 3,1%, que se compara favorablemente con el de otros países de la región...”
El mencionado autor no aclara si se refiere al Producto Interno Bruto (PIB) o al Producto Social Global (PSG), pues en Cuba durante determinados años se calculó el PIB y en otros el PSG. En los países de la región se calcula el PIB. Los cálculos para calcular uno de ellos no sirven para calcular al otro. Para profundizar en este aspecto puede consultarse el artículo Las dificultades para medir el crecimiento económico cubano del destacado economista cubano residente en el exterior Carmelo Mesa-Lago, publicado en el número 63 de la revista Vitral donde plantea:
“La medición del crecimiento económico en Cuba durante la Revolución es probablemente la más compleja en toda América Latina, debido a los cambios en el sistema de cuentas, en la metodología y en el año base utilizado para calcular el crecimiento en precios constantes, así como las dificultades respecto a la medición de la inflación y la conversión del peso al dólar... ”
Sobre el crecimiento económico cubano en el período entre 1994 y el presente año 2004 se planteó, en una de las Mesa Redonda sobre la sustitución del dólar por el peso cubano convertible, que el crecimiento económico de Cuba en ese período había sido mayor que el de América Latina en ese mismo período. Tengo el criterio que tomar el año 1994 como año base no fue lo mejor, pues al ser el año 1994 el año donde quizás estuvo más deprimida la economía cubana, esa afirmación puede engendrar falsas expectativas. Me voy a explicar mejor con un ejemplo aritmético: usted tenía en 1994 un capital de 100 pesos y yo tenía en ese mismo año un capital de 1000 pesos, la diferencia entre los capitales es de 900 pesos a mi favor; si en 1995 usted incrementó su capital en 10 pesos y yo en 90 pesos, su crecimiento fue mayor que el mío pero usted tiene en ese momento un capital de 110 pesos y yo tengo un capital de 1090; de continuar esa situación año por año hasta, e incluyendo, el año 2003, su capital habrá crecido todos esos años con índices mayores que los míos cada año, pero al comenzar el año 2004 usted tendrá un capital de 190 pesos y yo tendré un capital de 1810 pesos, con una diferencia a mi favor de 1620 pesos, o sea, mayor que la inicial. En otras palabras, aritméticamente es más fácil crecer partiendo de números pequeños que con números grandes: el doble del número 1 es el número 2, la diferencia entre ellos es 1; pero el doble del número 10 es el 20, la diferencia es 10.
Después del triunfo revolucionario de 1959, los cubanos han demostrado sus potencialidades en numerosas partes del mundo, a pesar que la inmensa mayoría llegaron a esos países sin ningún centavo en el bolsillo debido a las durísimas condiciones bajo las cuales debían, y debemos, de emigrar los cubanos. A otros el camino no fue tan difícil por poseer previsoramente parte de sus activos en el exterior. En este último caso se encontró la firma cubana de rones Bacardí; por cierto, actualmente las ganancias de la firma Bacardí superan actualmente la renta nacional cubana.
Dos ejemplos relevantes de cubanos triunfadores son, el ya fallecido, Roberto C. Goizueta quien murió con una inmensa fortuna personal siendo presidente de la Coca-Cola durante muchos años y Carlos Gutiérrez, hasta hace poco presidente de la también mundialmente conocida Kellogg’s, que fue nombrado Secretario de Comercio de la actual renovada administración norteamericana de George W. Busch; ambos cubanos emigraron a principios del triunfo revolucionario. Goizueta emigró siendo un empleado más de la contabilidad de la Coca-Cola en Cuba; Gutiérrez, el cual emigró de 6 años, comenzó a trabajar siendo aún adolescente en un supermercado por necesidad familiar, posteriormente empezó a trabajar de chofer de uno de los transporte de la Kellogg’s.
Por otra parte, los cubanos que vivimos en Cuba hemos demostrado fehacientemente durante estos largos años que aún bajo condiciones que asfixian la iniciativa privada podemos salir adelante y crear riquezas. Después de 1959 y antes de la llamada Ofensiva Revolucionaria de 1968, los pequeños empresarios cubanos garantizaron producciones y servicios que ayudaron a aliviar la difícil situación de aquellos años, situación que se vio sensiblemente agravada inmediatamente después de llevarse a cabo dicha ofensiva; la situación de los cubanos “de a pie” solamente empezó a mejorar económicamente al incrementarse la ayuda soviética poco tiempo después del fracaso de la Zafra de los 10 Millones en 1970. Por cierto, con la Ofensiva Revolucionaria de 1968, en la cual se cerraron por decreto de ordeno y mando, y de la noche a la mañana, la inmensa mayoría de todos ( o casi todos) los negocios particulares, se demostró que detrás de las intervenciones, nacionalizaciones, expropiaciones y confiscaciones relativas a las grandes empresas que había llevado a cabo el gobierno de facto de Fidel Castro, había realmente un objetivo estratégico que le permitiría aumentar el control político sobre la población cubana: la estatalización, y no la nacionalización, de toda la economía cubana. Algunos investigadores del exterior calculan que se cerraron aproximadamente 30 000 negocios privados, entre los cuales se incluyeron hasta a los tradicionales y unipersonales ‘puestos de fritas’ cubanos, que consistían en tarimas de elaboración y venta de típicos y baratos fiambres cubanos.
En 1993 el Estado cubano autorizó el Trabajo por Cuenta Propia en diferentes actividades laborales. Los cubanos cuentapropistas demostraron a partir de ese momento y de manera satisfactoria de lo que eran capaces de hacer con sus esfuerzos e iniciativas económicas. Los resultados positivos alcanzados fueron obtenidos a pesar de las restricciones que se mantuvieron sobre ellos por parte del Estado y la falta de condiciones y apoyo estatal para desarrollar sus actividades como son, por ejemplo, el no poder comprar sus materia primas en almacenes mayoristas a precios mayoristas Actualmente, al Estado presentar condiciones económicas menos críticas que las del año 1994, las restricciones estatales han ido aumentado más todavía, hasta casi hacer desaparecer nuevamente a los trabajadores por Cuenta Propia y a la iniciativa privada legal. No obstante, es bueno aclarar que ese incremento de las restricciones y la disminución del número de cuentapropistas comenzaron desde casi sus inicios: en diciembre de 1995 habían 208346 trabajadores por cuenta propia y ya en febrero de 1997 habían disminuido a 171861, según información del Ministerio del Trabajo y Seguridad Social, citada por la socióloga Lilia Núñez en su artículo de la bibliografía.
Por todo lo anterior, puedo inferir responsablemente que Cuba tiene en su población, y en las iniciativas de ella, las condiciones necesarias para salir de esta interminable crisis económica, llamada eufemísticamente Período Especial, que ya sobrepasa holgadamente la década. Es cierto que con la mencionada liberalización el Estado cubano cede gran parte del control político que tiene por la vía del empleo sobre su población, pues durante décadas el Estado fue el único empleador y hoy todavía lo es de la inmensa mayoría de la población laboral cubana (según fuente citada por la socióloga Lilia Núñez Moreno en su artículo, en 1988 y 1994 los trabajadores que trabajaban teniendo como empleador el Estado eran respectivamente el 94,4% y el 69,8% de los trabajadores del país) pero al pueblo cubano le urge salir de esta larga crisis. El ecléctico sistema socioeconómico cubano ha demostrado con creces y durante décadas su dependencia económica: antes, a los países socialistas: 83,4 % del comercio total en 1988; el 69,1% con la URSS, que trajo como consecuencia para Cuba la profunda crisis económica después de la caída del Socialismo en Europa del Este ; caída que quedó reflejada dramáticamente en la disminución de más de un 30% del PIB cubano. Los antes citados Pedro Monreal y Julio Carranza al analizar en su ya referido artículo el crecimiento económico que tuvo Cuba en las décadas de los años setentas y ochentas plantean:
“ Según se dijo, además de ser extensivo, el crecimiento de aquel período tuvo otras importantes características. En primer lugar, su incapacidad para ser autosostenible, o dicho de otra manera, la presencia de factores de compensación por vía externa como condición indispensable para su funcionamiento. Se produjo un mutuo condicionamiento entre ambas características, lo que a la larga tendría consecuencias perversas: a pesar de su ineficiencia, la economía podía crecer por la vía extensiva gracias a la transferencia sostenida de recursos desde el exterior; a la vez, esa transferencia, al garantizar el patrón extensivo actuaba como un fuerte desestímulo para el tránsito hacia un modelo intensivo y eficiente ”
Hoy, dependemos en gran medida de las remesas familiares y del turismo de los cubanos residentes en el exterior. La dolarización de la economía cubana, la importancia que trajo a la economía cubana la despenalización de la tenencia de divisas y las urgentes medidas tomadas este año 2004 por el Gobierno de la Isla de un aumento promedio del 15% de los precios en los mercados de área dólar (los únicos abastecidos) como supuesta respuesta a las medidas tomadas por el Ejecutivo del Gobierno estadounidense de restricción de viajes de cubanos residentes en ese país y a la restricción de las remesas familiares avalan esa dependencia. Una alta autoridad oficial de las finanzas cubanas, el Ministro Presidente del Banco Nacional de Cuba Francisco Soberón( en la foto a la izquierda), expresó muy recientemente que Cuba no depende de las remesas familiares del exterior ya que el intercambio comercial de bienes y servicios de Cuba en este último año fue 9 378 millones de dólares. Considero que habría sido mucho más ilustrativo que se hubiera comparado el monto de las remesas familiares (¡las cuales son ganancias netas!) con relación a la variable más importante de la economía nacional: la renta o ingreso nacional; decepcionantemente para mí, ese funcionario no manejó ninguna de las dos cifras anteriores, dejando intacta la duda. Es triste ver a un funcionario de ese nivel y conocimientos " no darse cuenta" de análisis económicos elementales que cualquier "cuentapropista" conoce y realiza cada vez que quiere conocer cómo les van los negocios.
Me voy a explicar mejor con un ejemplo: usted puede tener un negocio que maneje millones de pesos en compra, venta, pago de servicios, pago de prestaciones, cobro de servicios, cobro de prestaciones, etc., si su ganancia como dueño después de todas esas actividades es solamente de mil pesos al mes y alguien le regala mensualmente a usted 300 pesos por cualquier otra razón ajena a las actividades de su negocio, ese regalo representa para usted una cifra significativa. Por cierto, cuando usted esté en ese caso, venda urgentemente ese negocio o declárese en bancarrota o busque nuevas alternativas empresariales, como se hizo hace apenas unos años con casi el 50% de la industria azucarera cubana. Con respecto a las remesas familiares, y otros rubros de entrada de divisas, lo que conozco cuantitativamente de una fuente cubana residente en Cuba son las cifras que expone Hiram Marquetti Nodarse, investigador del Centro de Estudios de la Economía Cubana:
POTENCIAL DEL MERCADO DE DIVISA EN 1996
Conceptos************************ Contribución en millones de USD
Remesas del exterior ***********************300-500
Formas especiales de estimulación ************100-150
Ingresos inducidos por el turismo **** **********50-100
Otros ****************************************20-50
Donde en lo referido a la estimulación se incluyen los gastos que suponen las diferentes variantes de estimulación; en los ingresos inducidos por el turismo se estima los ingresos que genera el turismo por concepto de alquiler de viviendas, autos y las propinas. El investigador Marquetti anteriormente había planteado en ese artículo de 1998:
“... Entre 1994 y 1997, las actividades de servicios y comercio minorista lograron ingresos superiores a los 1500 millones de dólares, resultado que superan los recursos aportados a la economía conjuntamente por las exportaciones de rubros tradicionales como el tabaco, los cítricos y los productos del mar para igual período”
Es el propio investigador quien nos aporta indirectamente un elemento más a favor del gran peso que tienen las remesas, y en general, el dinero de los cubanos residentes en el exterior para la economía del país. Escribe Marquetti:
“Las ventas en la red comercial estatal que opera en divisas alcanzaron la cifra de los 200 millones de dólares en 1994, mientras que en 1995 fue de 500 millones, en 1996 de 627 millones y en 1997 deben haber sobrepasado los 800 millones ...”
Los cubanos que vivimos en Cuba y entramos a esas tiendas conocemos perfectamente quienes somos los que de manera inmensamente mayoritaria compramos en esas tiendas y de donde proceden nuestras finanzas personales y familiares. Desde 1994 un éxodo anual de más de 20 000 cubanos para los Estados Unidos, sin contar los que emigran para otros países y por otras vías, han incrementado significativamente esas cifras. Por todo lo anterior puedo asegurar, sin equivocarme, que la industria que más aporta ingresos de divisas al país, es la emigración de cubanos, algo nunca antes visto en la historia de nuestra patria. Cuba de destino de inmigrantes, pasó a ser país emisor de emigrantes hacia cualquier destino, aunque es evidente que el preferido históricamente (aún desde los tiempos en que Cuba era colonia de España) son los Estados Unidos, país que, por cierto, en todo tiempo y gobiernos (Colonia, Machado, Batista, Castro, etc.) ha servido de refugio político de cubanos, y, en general, de perseguidos de todas las latitudes, aunque con lo anterior no desecho la existencia de una componente económica en todas las épocas. Sobre la debatida cuestión sobre si la actual emigración cubana es política o económica ( ¡el marxismo que nos enseñaron durante décadas decía que lo político y lo económico estaban estrechamente unidas! ) solamente diré, en este artículo, que el propio Fidel Castro Ruz expresó en sus discursos a los cubanos, a mediados de los años cincuentas y en la muy conocida ciudad de Miami, que ellos, las personas a las que se dirigía para obtener recursos económicos y adeptos, eran más que refugiados políticos, refugiados del hambre; valorando con esas palabras el factor económico por encima del factor político y lo urgente de encontrarle un fin a la situación que los obligó a emigrar. Esa persona con esa palabras inteligentemente tenía en cuenta en su propaganda pública subversiva, el rechazo que muchos cubanos le tenían (¿le tienen?) a la política, la cual se refleja en la expresión popular :“la política es muy cochina”.
No conozco a ningún país en Latinoamérica que haya cambiado tan drásticamente de signo en cuanto a sentido del flujo migratorio cuando tenemos en cuenta el tamaño de su población. República Dominicana, El Salvador, Méjico, Guatemala y otros países latinoamericanos (que por cierto no tienen en E.U. leyes similares a la Ley de Ajuste Cubano) son países emisores de migrantes, pero esos países nunca fueron, teniendo en cuenta su extensión territorial y población, mayores receptores de inmigrantes que lo que fue la Cuba de antes de 1959. La investigadora Consuelo Naranjo en su artículo La emigración española a iberoamérica desde 1880 a 1930: análisis cuantitativo, expone:
“ ...Entre 1880-1930, Argentina fue el país de destino que acogió un número mayor de españoles, con un 48,36%, seguido de Cuba, país al cual se dirigió el 33,93% de los emigrantes, Brasil, con un 7,079%, y Uruguay con un 2,49%. El porcentaje de españoles cuyos destinos fueron los otros países americanos es de 8,12%”
Del cuadro 2 del mencionado artículo se obtiene que entre los años 1900 y 1930 entraron al país 830575 españoles. Por otra parte, fueron decenas de miles los braceros antillanos (jamaicanos, haitianos, etc.) que también llegaron a Cuba y se establecieron, al igual que miles y miles de emigrantes de países europeos y asiáticos. Solamente la llamada popularmente Ley del 50%, decretada por el presidente de facto Dr. Ramón Grau San Martín en el llamado Gobierno de los 100 días, que planteaba que en los centros de trabajos particulares debían trabajar un máximo de 50% de emigrantes, frenó, aunque no detuvo, el flujo migratorio para Cuba; baste decir que en 1958, en medio de una insurrección armada en Cuba, 12000 italianos tenían llenas en las instancias diplomáticas cubanas solicitudes para emigrar hacia Cuba.
El actual sistema socioeconómico ha expresado durante décadas su ineficiencia para crear riqueza material, y en particular, para producir o adquirir alimentos para su población mediante el fruto de nuestro trabajo. Según el economista Hiram Marquetti, el déficit financiero externo constituye, en la actualidad, el principal problema que enfrenta la economía de la Isla; pero, a mi modesto entender, la ineficiencia de dicha economía no se queda atrás y a su vez ella es una de las causas del viejo y actual déficit financiero externo. El país tuvo durante décadas inmensos recursos de financiamiento externo, y sin embargo, su desarrollo fue tal, que no alcanzó a hacer realidad el viejo anhelo de lograr la independencia económica; anhelo que se remonta atrás en el tiempo hasta las primeras medidas para fomentar la independencia y la diversidad económica como fue la Ley de Reforma Arancelaria de 1927 establecida durante el gobierno del presidente Gerardo Machado y Morales, la cual le dio un gran impulso a la industria nacional.
EL FUTURO DESARROLLO ECONOMICO CUBANO
La solución de la problemática económica cubana no se encuentra solamente en la esfera de la circulación monetaria y las finanzas, esfera en la que básicamente desde hace muchos años se ha querido encontrar la solución. La solución se encuentra principalmente en la esfera productiva agrícola e industrial, acompañada de una economía de comercio y servicios, de ahí que la solución de la problemática cubana está básicamente en la liberalización de las fuerzas productivas así como en el aprovechamiento de sus riquezas naturales: paisajes, suelos, clima, playas, recursos minerales, etc. que posee el país.
Un significativo desarrollo de una economía de comercio y servicios ( como es, y solamente la menciono como ejemplo, la industria turística, la más económicamente eficiente de todas las industrias) donde se incluya significativamente la producción nacional de muchos de los artículos que la misma requiera mediante una adecuada infraestructura que abarate sus costes y transportación, será uno de los puntales de la sólida futura economía cubana ; ya a finales de los años cincuentas, Cuba tenía una economía en transición hacia una economía de comercio y servicios. En 1958 el incipiente turismo estaba al convertirse en la primera fuente de ingreso del país, desplazando a la industria azucarera.
Otro ejemplo es el desarrollo de industrias de bajo consumo energético, como es la Industria Electrónica, donde se aproveche el alto nivel educacional de su población, la cercanía a las ciudades de la costa este de los Estados Unidos ( y otras ciudades de la cuenca del Mar Caribe) así como los grandes y casi puros yacimientos de silicio que tiene el país, concretamente, en la provincia de Pinar del Río. El abastecimiento desde Cuba de equipos electrónicos y de computación a las ciudades antes mencionadas sería mucho más económico que el que se origina desde el lejano Valle del Silicón en California. Es evidente que esas inversiones en Cuba tienen que hacerlas las industrias extranjeras de tecnología de punta, pero eso no debe ser preocupación para los futuros empresarios nacionales: así comenzaron los tigres asiáticos como Singapur, Taiwán, Corea del Sur, Japón, etc..
Cuba es una isla grande que está cercana y frente a un continente y, para más ventaja, frente al mercado más grande del mundo, Cuba debe aprovechar esa privilegiada situación geográfica. Para atraer esas inversiones Cuba cuenta, además de los factores antes señalados, con una inicial mano de obra barata altamente calificada (pero que vivirá con niveles de vida nunca disfrutados en Cuba en medio siglo), un fuerte lobby en el Congreso Norteamericano y una comunidad cubano-americana con fuertes lazos hacia Cuba.Con el desarrollo de la Sociedad Civil y la recuperación de la tradición sindicalista cubana los salarios irán ascendiendo. La liberación de la iniciativa privada cubana hará que la componente nacional en la Economía de Cuba será cada vez mayor y más significativa, eso se ha demostrado tres veces: después de la Guerra de los 10 años, después de la Guerra de Independencia de 1895 y en el Sur de la Florida después de 1959.
Bibliografía
Subtema 1.Cuba: Contexto económico actual. Tema 3. La política económica del PCC y su aplicación. Tabloide Curso de superación político-ideológica
María Poumier, Apuntes sobre la vida cotidianaen Cuba en 1898, Editorial de Ciencias Sociales, ICL, La Habana, 1975
Economía y sociedad: los retos del modelo económico, Alfredo González, Revista Temas número 11 julio-septiembre 1997, La Habana
Problemas del desarrollo en Cuba: realidades y conceptos, Pedro Monreal y Julio Carranza, Revista Temas número 11 julio-septiembre 1997, La Habana
Más allá del cuentapropismo en Cuba, Lilia Núñez, Revista Temas número 11 julio-septiembre 1997, La Habana
La economía del dólar: balance y perspectivas, Hiram Marquetti, Revista Temas número 11 julio-septiembre 1997, La Habana
Oscar Pino Santos, El imperialismo norteamericano en la economía de Cuba, Editorial de Ciencias Sociales ICL, La Habana, 1973
Jesús Arboleya, Historia de la contrarrevolución cubana
¿Liberalismo económico o social democracia?, Guy Sorman, Perspectiva No. 1 IV trimestre 2002, Bogotá, Colombia
Una agenda para el desarrollo en el siglo XXI, Joseph Stiglitz, Perspectiva No. 1 IV trimestre 2002, Bogotá, Colombia
Plinio Apuleyo y otros, Manual del perfecto idiota latinoamericano, Plaza&Jane Editores S.A., Barcelona, 1996
Berta Blanco, Geografía económica de Cuba (tomo II), Facultad de Geografía, Universidad de La Habana, La Habana, 1988
La emigración española a iberoamérica desde 1880 a 1930: análisis cuantitativo, Consuelo Naranjo, Nuestra común historia, poblamiento y nacionalidad, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1993 Escrito: Pinar del Río, noviembre-diciembre 2004
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home