jueves, marzo 02, 2006

CORRUPCION, LA PEOR HERENCIA DEL FIDELISMO

Nota del Bloggista
Estoy de acuerdo con el título de este artículo, siempre que conjuntamente con la corrupción ético moral que ha convertido a la inmensa mayoría de los cubanos en desviadores y receptores de artículos, bienes y dineros mal habidos, incluya la de gritar ¡ paredón ! ¡ paredón ! ¡ paredón !, propinar golpizas a pacíficos ciudadanos, la delación, la inmoralidad de la doble moral, la vagancia, etc. , etc., etc.. Las iglesias cristianas trabajan en la reconstrucción ética y moral de los fieles cubanos, pero la Iglesia Católica en particular, y quizás otras también, extiende esa reconstrucción a todos los cubanos mediante los encuentros o clases de los ciclos de formación ética y ciudadana que ofertan los Centros de Formación Cívica y Religiosa; también dichos Centros desarrollan esa reconstrucción mediante los contenidos de sus publicaciones y las actividades públicas que desarrollan como son: conferencias, encuentros, concursos, actividades culturales, etc.. El que desee conocer más profundamente como se trata de hacer esa reconstrucción ética y moral del cubano, así como de la Sociedad Civil en Cuba, puede visitar el sitio: http://www.vitral.org del Centro de Formación Cívica y Religiosa de la Diócesis de Pinar del Río. Se podrá constatar que no existe en la mayoría de esas publicaciones y ciclos de formación dirigidos a toda la población, un ánimo proselitista religioso o siquiera religioso, aunque también ese Centro, oferta a los fieles ciclos como la Misa o La Visita del Papa a Cuba que si lo son.

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Tomado de: Cuba, Democracia y Vida

Corrupción, la peor herencia del fidelismo.
Por: Jorge Hernández Fonseca.


02-03-2006

1 Marzo de 2006

La serpiente finalmente se muerde su propia cola. Resulta que la impoluta revolución cubana, que implicaría aquella “carga para matar bribones”, terminó inculcando en el pueblo el peor de los “vicios del pasado”: La corrupción, con una fuerte carga de impunidad para la nueva clase.

El estado policial fidelista se deleita creando las condiciones bajo las cuales la “masa irredenta” se sitúa al borde del abismo. Carente de lo más elemental en el plano material, se le coloca para administrar almacenes de todo lo que no existe en el mundo de la libreta. Resultado, se roba para “resolver” y se “resuelve” para vivir. El régimen lo promueve y lo usa como chantaje.

El procedimiento sin embargo, típico para los ocupantes de las graderías, no el mismo para aquellos que asisten el juego desde el camarote, a resguardo de la plebe. Para el ‘gallinero’, prisión o chantaje: “sabemos en lo que andas”. Para la nueva clase, impunidad absoluta.

Recientemente lo leímos en Granma. La ministra de comercio interior, que dirigía una cuadrilla de ladrones oficiales, fue delicadamente tronada. Su destino: “una misión internacionalista”. El ministro sustituto, que ‘todavía’ no ha formado su banda de ladrones, la critica indirectamente en las páginas revolucionarias de los periódicos controlados: “hubo record de ‘desvíos’”.

Pobre del ciudadano de segunda que se atreva a desafiar el régimen diciendo --por ejemplo-- que la política de la revolución es equivocada. Pobre de él. Su vida paralela será expuesta al gran público en juicio sumarísimo, no por causas políticas –claro que no-- sino por malversador.

Se actúa en Cuba con la lógica del que manda. Hay que tener a todo el pueblo en condiciones límites de miseria física y moral, para poder ejercer el control político de “las gradas”. Cuando la ley llega al palco dirigente con aire acondicionado, las reglas del juego cambian sustancialmente. Mientras la nueva clase cercana al dictador, se deleita con palacios en Italia o haciendas en España, los que se apiñan en “el gallinero” deben sufrir los rigores de la ley.

Rotunda tarea la de los gobernantes del futuro post Castro. Enseñarle a un pueblo que no es robando como se sale de atraso, la pobreza y la insignificancia. ¿Será que alguien de las filas actuales de la nueva clase está en condiciones de comprometerse con el trabajo ético futuro?

No se trata de tácticas para “tumbar del caballo” a Raúl, a la muerte de Fidel. Se trata de algo más valioso que el poder político o económico de la futura República. Se trata de la re-formulación ética de la ciudadanía, para que el uso de la futura libertad no implique delito.

Si la herencia material que la dictadura nos legará cuando se desplome es ruinosa, la herencia ética y moral que a propósito el dictador nos deja, es simplemente desastrosa. Ese trabajo de hormigas, a través de la prensa y los medios de comunicación masiva, en los colegios y universidades, en cada familia, es la tarea más grande que debemos enfrentar desde ahora.

Ojalá que la ruina moral de la cuadrilla fidelista, que se apoderó de la República y sus riquezas para chuparle la sangre cual vampiro inmisericorde, inmoral y anti-ético, no haya traspasado los límites después de los cuales no hay retorno posible a la sana convivencia social.

La oposición política de dentro y fuera de la isla prepara el futuro político, militar y económico de la Segunda República de Cuba. ¿Quién prepara su futuro ético y moral?