FALTA DE CIVISMO Y DOBLE RASERO
Falta de civismo y doble rasero
Por Oscar Sánchez Madan
Bitácora Cubana, 23 de abril de 2006 - Matanzas –
El doble rasero de la política del gobierno de Fidel Castro se ha puesto nuevamente de manifiesto. El pasado 17 de abril, el diario Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba, publicó una información en primera plana, en la que condena, a quienes a su juicio, arriesgan la vida y la seguridad de los niños cubanos.
Dicho rotativo hace alusión a una operación de contrabando humano que se intentó llevar a cabo durante la madrugada que precedió al 6 de abril ultimo por la ensenada de Bacunagua, al sur de la occidental provincia cubana de Pinar del Río. Como consecuencia de ello, señala Granma, fue necesario socorrer en la costa a un grupo de 39 personas, entre ellas, 7 niños, que se encontraban en el lugar en condiciones muy difíciles. Estos últimos, según el diario, debieron ser hospitalizados.
De ser cierto todo lo que asegura Granma, es ese, por supuesto, un hecho condenable. Pero como ya es habitual, y debido a que los comunistas sacan provecho hasta de las más terribles tragedias, para alimentar su politiquería barata, en la referida información, el matutino, sin argumentos sólidos y creíbles, y haciendo uso de una clásica retórica hitleriana, luego de acusar a Estados Unidos de ser el supuesto responsable de la emigración ilegal, manifiesta, idílicamente, que la vida de un niño es lo más importante y nada ni nadie puede ponerla en peligro.
Para quienes conocemos la falta de civismo y el doble rasero de la política del régimen comunista, es cuando se resulta más de lo mismo. Preocuparse por la vida de algunos infantes cubanos es algo razonable y natural, siempre que la preocupación sea desinteresada y no tenga motivaciones políticas, pero mucho mas importante, humano y ético, sería ocuparse de la vida de todos los niños cubanos. Digo esto, porque el principal órganos de propaganda castrista no ha dicho nunca una sola palabra sobre los miles de niños cubanos, cuyos padres y familiares han sido juzgados y condenados a pena de muerte por fusilamiento desde 1959 hasta la fecha, en causas sumarísimas en las que no se han respetado las mínimas garantías procesales internacionalmente reconocidas.
Granma no se interesó en su momento por la vida de aquellos niños que fueron desalojados de sus viviendas junto a sus progenitores en la zona del Escambray, durante la lucha insurreccional anticastrista de los años 60, los cuales fueron reconcentrados en los llamados pueblos cautivos ubicados a gran distancia de sus hogares de origen en condiciones muchas veces infrahumanas y bajo la estrecha vigilancia de la seguridad del estado y de los oficialistas comités de defensa de la revolución.
No preocupó ha Granma la suerte de las decenas de miles de infantes cuyos padres y familiares fueron repudiados, ultrajados, golpeados y hasta asesinados en 1980, durante el éxodo de Mariel, por el solo hecho de decidir abandonar el país para alejarse de la vida de miseria y represión que los agobiaba.
Tampoco el rotativo se ha interesado por ayudar a esclarecer aquel abominable crimen fraguado y ejecutado por funcionarios del régimen, quienes el 13 de julio de 1994, hundieron, en un lugar próximo a la Bahía de La Habana, el remolcador 13 de Marzo, hecho en el que fueron asesinados, y así lo denunciaron los sobrevivientes, alrededor de 40 personas, entre ellas, más de una decena de niños.
¿Dónde han estado los periodistas de Granma durante estos últimos 7 meses, en que la policía política ha organizado, entrenado y dirigido a las turbas que protagonizan violentos actos de repudio, y desorden público frente a las humildes viviendas de centenares de personas decentes y pacificas cuyo delito es no comulgar con la ideología oficial?
¿Acoso desconocen que en la mayoría de esos hogares, vulgarmente asaltados, hay niños de todas las edades, muchos de los cuales sufren, por dicha causa, serios trastornos psicológicos?
Por citar un solo ejemplo, entre muchos otros, diré que el niño Alisbel Sigler García, de 8 años, nieto del dirigente opositor Juan Francisco Sigler Amaya, quien reside en calle 22 #1912 e/ 19 y 21, Pedro Betancourt, Matanzas, se ha visto obligado a atenderse con especialistas en psicología y psiquiatría debido a que no duerme bien, teme a la oscuridad, se muestra muy intranquilo, y su nivel de concentración en las clases ha disminuido considerablemente. Frente a su domicilio se han efectuado desde el pasado mes de octubre hasta la fecha seis actos de repudio.
La lista de los desmanes cometidos por el régimen contra los niños cubanos es bastante amplia. Así mismo deberían ser el honor y la vergüenza de quienes en la isla, o en cualquier parte del mundo, se atrevan a alzar la voz para defender, si es que lo hacen con dignidad, la vida y la seguridad de los infantes. La causa principal del sufrimiento de nuestros niños, y por la que miles de cubanos se empeñan en emigrar y exiliarse cada año, radica en la esencia explotadora, inhumana y represiva de un régimen totalitario y clásicamente estalinista, cuya política es incivilizada y de doble rasero
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