BARACUTEY CUBANO

1 de Mayo del 2006


El Presidente de Perú, Alejandro Toledo, reiteró el domingo por la noche la advertencia que había hecho al presidente social-marxista de Venezuela, Hugo Chávez, de que no se metiera en los asuntos internos de Perú.

<--Alejandro Toledo, presidente de Perú. Toledo declaró que esperaba que las declaraciones de Chávez que han molestado al gobierno de Lima, “sean simplemente un arrebato humano y que nos podamos encontrar el 12 de mayo en Viena, que podamos conversar y tomar un café, pero la decisión está tomada”, declaró Toledo refiriéndose a la decisión de Lima de retirar al Embajador peruano de Caracas por la intromisión de Chávez en las elecciones presidenciales peruanas. Perú había anunciado el sábado el retiro de su embajador Carlos Urrutia cuando Chávez volvió a referirse al proceso electoral peruano criticando con dureza al candidato social demócrata Alan García y al propio presidente Toledo, que al día siguiente dijo que esperaba que no se empeoren las relaciones diplomáticas con Venezuela y pidió a Chávez que aprenda a gobernar democráticamente. Chávez respalda públicamente al político izquierdista Ollanta Humala, que ha prometido nacionalizar la economía peruana, que es una de las de mayor crecimiento en América Latina. Humala, como Chávez, es un ex militar golpista y con el 99.95 por ciento de los votos contados es el claro ganador de la primera ronda electoral presidencial efectuada a principios de abril, cuando obtuvo 30.63 por ciento, pero ahora se dice que perdería frente a Alan García en la segunda vuelta. Chávez dijo el sábado que Alan García era “un ladrón corrupto de siete suelas” y que él y el presidente Toledo “son caimanes del mismo pozo”. “Hay gobiernos como el de Perú, que ahora entregó una nota de protesta a Venezuela por lo que dije respondiéndole al ladrón, al candidato de derecha y del imperio, que es un corrupto de siete suelas... sale el presidente Toledo a defenderlo. Caimanes del mismo pozo”, dijo Chávez en rueda de prensa en La Habana. Toledo comentó que Chávez “se tendrá que comer sus palabras” porque no pensaba contestarle. Sin embargo, dijo que no permitirá que “insulte a ninguno de los candidatos” peruanos, pues no tiene ningún derecho. El Presidente peruano dijo también: “No califico ni doy atención a ningún calificativo que no esté a la altura de un jefe de Estado; no voy a caer en esa trampa. Cada uno es dueño de su autoridad moral... no se vuelva usted a meter en los asuntos internos de Perú”.