domingo, junio 18, 2006

DEL TOTALITARISMO A L A DEMOCRACIA. LA TRANSFORMACIÓN DE LOS SERVICIOS DE INTELIGENCIA (I PARTE)

Tomado de La Nueva Cuba.com


DEL TOTALITARISMO A L A DEMOCRACIA

LA TRANSFORMACIÓN DE LOS SERVICIOS DE INTELIGENCIA (I PARTE)

Radio Praga
República Checa
José F. Sánchez
Jefe de Buró
Cuba
Dept. de Investigaciones
La Nueva Cuba
Junio 17, 2006

EL PROCESO DE TRANSICION EN LA REPUBLICA CHECA

En principio, las herramientas de trabajo de los Servicios de Inteligencia y de Seguridad de diversos países, regímenes y épocas históricas no difieren demasiado entre sí. Todos utilizan como una de sus principales fuentes de información a personal secreto, todos usan - con diferente grado de perfección técnica- medios de monitoreo, seguimiento y documentación. Todos se rigen por los principios del secreto, de la propia seguridad y de conocimientos imprescindibles compartimentados. A todos ellos se les confieren competencias especiales.


La diferencia diametral reside, sin embargo, en los objetivos de estos servicios: los Servicios de Inteligencia de los Estados democráticos sirven para defender la seguridad del país y de la sociedad ante un peligro externo o interno; los mismos Servicios en los Estados autoritarios y totalitarios protegen a estos regímenes y a su élite gobernante y sirven para unos eventuales objetivos de expansión. Los Servicios de Inteligencia y de Seguridad de los países totalitarios se convierten en una policía secreta que está de facto por encima de la ley y cuyo cometido es controlar a la población y hacer frente a los individuos y grupos de oposición. Inmediatamente después de la derrota o el desplome del poder autoritario o totalitario, la tarea primordial para la sociedad libre que empieza a nacer es la destrucción de las policías secretas existentes: es una de las tareas más decisivas para el éxito de los cambios. Las causas son, cuando menos, dos: con la supresión de su poder, la sociedad abierta se pone a salvo de la posibilidad de una vuelta atrás y de la restauración de viejos órdenes y, simbólicamente y de una manera muy visible, reafirma -a sus propios ciudadanos y al exterior- su distanciamiento de ellos.


Sin embargo, la sociedad abierta trae consigo el incremento de una serie de riesgos que hasta ese momento estaban escondidos bajo un espeso manto. El más evidente de ellos es el aumento de nuevas y graves formas de criminalidad. Inmediatamente después del derrumbe del régimen totalitario, ante la nueva élite política se presenta la tarea de constituir unos nuevos Servicios de Inteligencia y de Seguridad (en adelante, y para simplificar, utilizo la expresión "servicios secretos") o transformar lo que reste de los antiguos.


Existen cuatro papeles básicos de los Servicios de Inteligencia desempenados, frecuentemente, por cuatro organizaciones institucionalmente diferenciadas:

1. Servicio de Inteligencia Militar Ofensivo.
2. Servicio de Inteligencia Exterior Ofensivo (el llamado espionaje civil).
3. Contraespionaje Militar Defensivo.
4. Servicio de Seguridad Interior Defensivo (o contraespionaje civil).

El alcance de la violación de los derechos humanos básicos y de las libertades fundamentales en las dictaduras es diferente en el caso de cada una de estas organizaciones; aumenta desde la primera hasta la última en el orden arriba mencionado. La última de ellas suele estar lejos de ser, en el fondo, un servicio de inteligencia y se acerca más a una policía secreta represiva. Incluso en las democracias, a los servicios secretos les queda un aroma a politización y excesos y el grado de recelo de los ciudadanos hacia ellos también responde al orden mencionado.