domingo, junio 18, 2006

AVISO DE NAVEGANTE PARA ALAN GARCIA

Aviso de navegante para Alan García

por Yaxys D. Cires Dib

Julio de 2002, después de un proceso electoral con alta dosis de crispación y de unas votaciones muy reñidas, los bolivianos se expresaron en las urnas: Gonzalo Sánchez de Losada presidente. El Movimiento Nacionalista Revolucionario, su partido, había obtenido un 22,46 % de los votos, además, contaría con el apoyo de otras fuerzas políticas en el congreso. Mientras, su principal contrincante, el Movimiento al Socialismo, el partido de Evo Morales, obtuvo un 20,94%. Como era de esperar, ni Evo, ni su agrupación, dejarían gobernar el presidente electo, manteniendo entre sus propósitos alcanzar lo que en ese año por la vía de los votos no habían podido lograr.

Así sucedió, desde el primer momento, Morales boicoteó al nuevo ejecutivo y constantemente puso en crisis la gobernabilidad del país. Cuando fracasaba alguna de sus propuestas en el congreso, inmediatamente hundía a La Paz en el caos con los cierres de calles y las desenfrenadas protestas. Fue una estrategia inescrupulosamente montada: agotar el sistema, ponerlo en crisis permanente, asediarlo, provocar la fatiga institucional, buscar el colapso, a cualquier costo, incluso humano.

Septiembre y octubre de 2003 fueron meses decisivos para los planes de Morales. Al parecer Sánchez de Losada había manifesta do su intención de exportar gas natural a través de Chile. Esa era una buena justificación para enaltecer el sentimiento nacionalista y dar el disparo de gracia al gobierno que debía estar en el poder hasta el 2007. Decenas de muertos, cientos de heridos y un presidente que presentaba su renuncia como si fuera un delincuente, fue el saldo de las macabras ambiciones de este señor.

El desleal vicepresidente Carlos Mesa, asume el poder como nuevo presidente, pero lo que no sabía era que el líder socialista no tenía amigos y sí muchos proyectos. Mesa terminó en 2005 como su predecesor y el final de esta historia lo sabemos todos: 2005, Evo presidente.

Cualquiera puede preguntarse para qué esta historia. Pues recientemente, leyendo uno de los principales diarios impresos de Perú, me enteraba de que, sin haber tomado posesión el nuevo gobernante Alan García, el que fuera candidato chavista en las elecciones peruanas, Ollanta Humala, ya está anunciando marchas y protestas por el TLC con los Estados Unidos. Como vive en un país democrático, diferente a la Cuba de Castro y a la Venezuela del mañana, Humala puede expresar sus opiniones y desacuerdos en el momento que quiera y como quiera, siempre que se ajuste a la ley. Sin embargo, este apresurado anuncio, a escasos días de haber sido derrotado en las elecciones, me conduce a pensar que Alan y los ciudadanos tendrán que estar con los ojos bien abiertos.

Sé que Perú no es Bolivia y que Alan no es Sánchez de Losada -aunque hay semejanzas-, pero Humala sí se parece a Morales y su estrategia hay grandes probabilidades que resulte ser la misma: desgastar el sistema y la gobernabilidad, para a mediano o a largo plazo beneficiarse con un baño de poder.

Alan García tiene que aprovechar esta oportunidad que le ha dado el pueblo para hacer un buen gobierno y no dejar al país en las manos del señor Humala Tasso -y de Chávez Frías-, que con un discurso populista y una estrategia erosiva puede llegar al poder sobre las ruinas de la democracia. Mañana será por el TLC, pasado por otra cosa, siempre existirá o se inventará un motivo para protestar y socavar.

No se trata de un anuncio apocalíptico, tómelo más bien como un aviso de navegante.