viernes, junio 23, 2006

DEMASIADOS DECIBELES

Demasiados decibeles



José Antonio Fornaris, Cuba-Verdad

LA HABANA, Cuba - Junio (www.cubanet.org) - Hace unos años conocí a una mujer que para hablar de algo que requería cinco palabras, utilizaba 105. Trataba siempre de concatenar cosas sin relación, y su agresividad verbal no tenía límites.
De ella me acordé mucho el pasado martes, cuando leí el extenso editorial del periódico Granma acerca de si le fue retirada o no de manera intencional la energía eléctrica a la Sección de Intereses de Estados Unidos, y para responder al gobierno estadounidense y al diario El Nuevo Herald, de Miami, que abordaron el tema.
El largísimo editorial fue reproducido ese mismo día por los medios de comunicación cubanos. El gobierno de La Habana hace mucho ruido, y cuando son necesarios tres decibeles usa más de setenta. El efecto inmediato es que el mensaje se distorsiona. Además, la palabrería, sobre todo la innecesaria, siempre refleja debilidad.
Ciertamente, no sé si el protocolo de Viena lo contempla, pero no tiene sentido que el gobierno de Cuba tenga que hablar tanto para responderle a voceros de otro gobierno y al diario de un condado. ¿Para qué tantas ofensas a representantes del exilio y a la oposición pacífica interna?
Esa presunta "mafia cubana de Miami" y los tildados de "mercenarios, traidores y soplones" son tan cubanos como el que escribió el editorial, suponiendo, claro está, que haya nacido en Cuba.
Por lo tanto, es un derecho moral y natural que esas personas, entre las que me incluyo, se interesen por los asuntos de Cuba y deseen que haya cambios políticos y económicos en nuestro país. Y creo que en este caso lo menos que sucede es que están aburridas de ver las mismas caras y escuchar el mismo discurso.
Y ese permanente argumento de que en un lado están los malos y en el otro los buenos (en este grupo los que detentan el poder), es algo demasiado machacón y pueril para que pueda ser creído por alguien.
La situación en Cuba es anormal. La idea de que sólo puede existir un credo político es algo totalmente desnaturalizado y carente de justicia.
Si con el transcurso de los años se ha producido alguna modificación genética entre los cubanos, ésa se encuentra entre los que tienen hambre insaciable de poder.
No sé si se podrá evitar que la lluvia vuelva a ocasionar cortes de energía eléctrica en la zona de la Sección de Intereses de Estados Unidos, pero si hay algo que parece seguro es que los problemas de Cuba no se resolverán si no es con la participación de todos en la vida de la nación, independientemente de las preferencias políticas e ideológicas.