martes, agosto 01, 2006

SORDERA Y CEGUERA DE LA DICTADURA MILITAR

Sordera y ceguera de la dictadura militar


Por Juan Francisco Sigler Amaya.


31-07-2006

Bitácora Cubana, 29 de julio de 2006 - Matanzas

Cuba, desde que obtuvo su independencia de la metrópoli española, en 1902, como casi todas las naciones latinoamericanas se ha visto envuelta en conflictos internos, golpes de estado, dictaduras y tiranías. En muy escaso tiempo los cubanos hemos podido disfrutar de la libertad, la democracia y la justicia social. Estos son hechos que nos avergüenzan.

Privilegiada por la naturaleza, nuestra nación sigue empantanada, dividida y sufrida. Los cubanos no deseamos ni el pasado ni el presente. Debemos proyectarnos al futuro. Todos queremos y todos podemos. Para ello los actuales gobernantes cubanos debieran someterse a una operación quirúrgica que los libere de sus padecimientos hipoacústicos y de su avanzada retinosis pigmentaria en la esfera política.

Así escucharían las voces de esperanza y vieran una realidad que rechazan. De esa manera dejarían de calificar a los cubanos de dentro y fuera de la isla, promotores de un autentico cambio hacia la democracia, como batistianos , cachorros de batistianos , terroristas, contrarrevolucionarios, mafiosos, mercenarios, gusanos, apartidas o traidores.

La sordera y ceguera política de la dictadura militar es tal que no admiten ni críticas ni proyectos de cambio, vengan de donde vengan. No admiten ningún señalamiento de ningún organismo internacional, ni de grupo de países democráticos, mandatarios, o, relevantes personalidades. Para estos preservan epítetos tales como: lame botas, criados, acólitos y los acusan de hacerle el coro a un país generoso, que ellos llaman imperialismo.

Esta posición refractaria y cavernícola mantenida por casi medio siglo sólo ha dejado atraso y sufrimientos en nuestra nación. Ningún hombre o grupo de personas tiene el derecho a priorizar sus intereses particulares por encima de los intereses de la patria.

Es necesario que la dictadura se deshaga de la arrogancia y la prepotencia que la envuelve. Cuba es un asunto cubano, pero que preocupa a la comunidad internacional, la cual tiene derecho a exigir en solidaridad con nuestro pueblo, el respeto a las libertades fundamentales.

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Opositor opina sobre ayuda y solidaridad.

Por Juan Francisco Sigler Amaya.

Bitácora Cubana, 30 de julio de 2006 – Matanzas

Los demócratas cubanos que luchamos a pecho descubierto dentro de Cuba hemos escuchado ciertos cuestionamientos sobre la ayuda y solidaridad que necesitamos para lograr los cambios con urgencia para nuestra patria. De sobra es conocido que la dictadura militar cubana apuesta a aplastarnos mediante la represión, los encarcelamientos y sobre todo, la asfixia económica.

Para los verdaderos opositores cubanos la vida es un sinónimo de infierno. Somos expulsados de los centros laborales, no se nos permite actividad económica alguna, nuestros familiares pasan hambre y enfrentan carencias de todo tipo, nuestras viviendas, en su mayoría, están en mal estado y la dictadura monopólica nos niega los materiales de construcción. Asimismo carecemos de medios de difusión y otros necesarios para hacer llegar el mensaje democrático. En fin, nos tratan de reducir a no personas.

Si en esas circunstancias se nos extendiera la mano amiga desde el exterior para ayudarnos sin ningún tipo de condiciones ni compromisos, lo menos que podemos hacer es agradecerla, e incluso, alentar a otros en el mundo a que sigan ese ejemplo solidario.

La oposición democrática cubana está atravesando momentos cruciales, no podemos pecar de ingenuos, ilusos o tontos útiles. La dictadura siempre inventará pretextos argumentos y acusaciones para descalificarnos. Demos un apretón a cada mano que se extienda para ayudarnos a construir una patria con todos y para el bien de todos. La historia nos justificará.

Juan Francisco Sigler Amaya es miembro de la junta directiva del Movimiento Independiente Opción Alternativa.