domingo, noviembre 26, 2006

DEMOCRACIA Y LIBERTAD EN CUBA

Democracia y libertad en Cuba



Por Manuel Cereijo



La democracia se asocia fuertememente con elecciones. Y ciertamente, nadie consideraría como democrático un país que no tuviera un gobierno electo. Sin embargo, hay muchas otras condiciones y factores asociados con una sociedad moderna democrática --sus leyes, constituciones, cortes independientes, partidos políticos, oposición significativa, libertad de religión, libertad de prensa y otros más.

Las elecciones no son una prueba verdadera de una democracia. Son sólo un instrumento, que puede ser aplicado bien o mal. Lo mismo sucede con una constitución. Las elecciones pueden ser insignificativas en manos de un tirano. Ejemplos de esto lo vemos en Cuba, Irán, Irak durante Saddam, China.

Las elecciones que no restringen el número posible de candidatos para una misma posición no son necesariamente más democráticas. El hecho de que haya muchos candidatos a escoger no necesariamente significa que las personas tengan la libertad para escoger.

Dada esta posible confusión, ¿pueden las elecciones ser utilizadas para diferenciar entre una sociedad democrática y una que no lo es? Ciertamente, sí, siempre que tengamos en consideración que para que una elección sea libre debe celebrarse en un ambiente donde las personas sean libres de expresar sus opiniones, sin temor a ser arrestados, oprimidos o incluso físicamente dañados. Es muy sencillo: las elecciones libres sólo son posibles en sociedades libres.

Debido a esto es que las elecciones no son nunca el principio de un proceso democrático. Sólo cuando las instituciones básicas que protegen a una sociedad libre están afianzadas firmemente --como cortes independientes, partidos políticos--, pueden unas elecciones libres tener lugar. Un país que no tenga libertad, pero que sostenga una elección, no debe considerarse un país democrático.

Después de la derrota de Hitler, Estados Unidos y sus aliados decidieron muy inteligentemente no celebrar elecciones federales en Alemania hasta después de cuatro años de la derrota de las fuerzas alemanas. Si las elecciones se hubiesen celebrado en 1945 o en 1946, los esfuerzos por crear una Alemania democrática se hubieran retrasado o fallado. Esto debió haber ocurrido en Afganistán y en Irak. Todavía en estos dos países hay porciones grandes de su población que no son libres de expresar sus opiniones sin temor.

Un objetivo primordial para que en Cuba avance la democracia, una vez que el sistema actual sea derrocado, debe ser el preocuparnos menos por celebrar elecciones rápidamente y atender más a crear las condiciones que hagan posible que puedan celebrarse unas elecciones lo más libres posible.

Claro que también puede suceder que unas elecciones libres lleven al poder a personas no democráticas, como ocurrió en la Alemania de 1933. Estos ejemplos sólo demuestran que toda democracia debe siempre ser protegida, defendida. Los dictadores no dependen del pueblo, es el pueblo el que depende de ellos. El tirano de Cuba, Fidel Castro, ha permanecido por 47 años en el poder a pesar de haber empobrecido totalmente el país. Para él, lo que importa no es mejorar las condiciones de vida del pueblo, sino controlar completamente al pueblo.

El concepto de que los cubanos son incapaces de gobernarse democráticamente, o de que ni siquiera desean ser libres, ha sido adoptado por muchos países libres. Una confrontación con la dictadura de Cuba ha sido considerada por muchos gobiernos como no conveniente, que empeoraría las condiciones del pueblo. Muchos han mantenido la política de que un arreglo con la dictadura mantendría la estabilidad y el orden.

Existen muchos peligros relacionados en una transición hacia la democracia. Esta tran-

sición puede ser larga y ardua: la transición de una sociedad con miedo a una sociedad con libertad, donde los derechos básicos de disentir sean protegidos, donde las instituciones que protegen el disentimiento y la libertad sostenida estén firmemente establecidas, puede tomar años. Sin embargo, la discusión debe ser sobre cómo establecer mejor la democracia y nunca acerca de si debe ser establecida.

Muchos gobiernos y asociaciones piensan que la libertad no puede imponerse desde afuera y que cualquier intento de hacerlo saldría mal. Es una premisa falsa. Todas las personas ansían ser libres. Los cubanos desean la libertad. La libertad de Cuba haría que América Latina, y Estados Unidos, estuviesen más seguros contra el terrorismo. Estados Unidos, y todas las naciones democráticas, tienen un rol importante que ejercer para que Cuba tenga libertad y democracia.