LA VIEJA GUARDIA Y EL CACIQUE
LA VIEJA GUARDIA Y EL CACIQUE
Por Juan Vives
Empezaba el año 1977 y ya estaba en desgracia “tronao” como decían en Cuba.El departamento G de la contrainteligencia había sacado conclusiones que yo era un personaje –potencialmente peligroso y blanco del enemigo--.Que formara parte de algún grupo o conspiración,NO.
Me dejaba vivir en la estratófera del poder, cierto desde hacía años,casi desde el principio perdí toda fé en la revolución y mi único objetivo era vivir lo mejor posible, me había convertido en un personaje con un camouflaje color muralla que pasaba inadvertido, a la sombra de Celia Sánchez o de Osvaldo Dorticós que era pariente mío. Misiones a derecha izquierda, invitados de gobierno...en fin navegaba en la cima de la ola de la nomenklatura cubana.
Esto no me trajo que amistades,desde hacía años me tenían en la mirilla y al primer paso en falso estaba persuadido que me sancionarían con o sin razón y el momento llegó.
Yo había conocido mi esposa en 1970 en la playa de Varadero. Ella como turista con su madre y yo con un invitado italiano con el que se estaba discutiendo la compra de equipos pesados FIAT para la construcción de la autopista de la Habana a Santiago.
Como la yagua que está pa uno no hay vaca que se la coma, al año siguiente vino a Cuba a mi casa y en el 72 nos casamos.
Crimen de lesa humanidad,en Cuba quien quisiera casase con una extranjera debía solicitar la autorización del Ministerio de Relaciones Exteriores y como yo tenía rango de embajador para decirlo claro, no me salió de los cojones pedirle autorización a nadie y me case por la libre y no solo eso ,si no que se inscribió el matrimonio en la embajada francesa.
Aquello hizo el efecto de una bomba y el ministerio del interior pidió mi expulsión de Relacoiones Exteriores.
Casi inmediatamente me enviaron a Islas Canarias, a Las Palmas,pa ra que ocupara un puesto de dirección de la flota de pesca atunera que tenía la base ahí.Alrededor de 8 meses, realmente sin hacer nada en Las Palmas, entre tanto fuí dos o tres veces a Madrid para ver a mi esposa que estaba en Francia terminado sus estudios de medicina. La idea de quedarme me pasó por la cabeza,pero no tuve el coraje de dejar sola en Cuba a mi madre que estaba vieja y enferma.
De regreso a Cuba Celia me mandó a llamar para advertirme que las cosas no se presentaban bien para mí y que mi actitud de desafío a la Seguridad del Estado con mi comportamiento no arreglaba las cosas. Me confió que existía un informe en donde se me catalogaba de incontrolable y con los secretos de estado que conocía era un verdadero paeligro.
Para probarme me asignaron un trabajo de infiltración en la embajada Suiza que se ocupaba de los intereses americanos en Cuba; es cierto que hice todo lo posible para que la operación fracasara, pero hasta ese momento nunca había ni complotado ni fuí agente de nadie. Soy demasiado individualista para someterme a ninguna jerarquía y a pesar que ahora me catalogan como un agente de larga data, no es cierto, bueno siempre la leyenda es más interesante que la realidad.
Como las cosas no se arreglaban, mi hija mayor de tres años la mandé a Francia con mi suegra, no sin problemas ya que no querían darle la autorización de salida y aquí comenzó la prueba de fuerza. Celia me mandó a buscar y me dijo que estaba en el pico del aura, que la embajada francesa intervino y que la órden les venía de un alto nivel en Francia. Que en Cuba no existía la Siberia para meterme en exilio interior y que si no me quedé en España, me mandaba a Topes de Collante, para que me ocupara de aquello y del parque nacional del Escambray.
En realidad era una condena al ostracismo, me desaparecían de la circulación, como dijo Celia hasta que pasara el chaparrón. La idea no me disgustó, conocía bien la región y una parte de mi familia por parte de madre eran de Trinidad, ciudad que visité desde mi infancia y con mi abuelo recorrí la Sierra. a caballo.
Una parte de las tierras por donde pasa la carretera de Trinidad a Topes era de mi familia ,el museo romántico de la ciudad era la casa de la familia en donde nació mi abuelo, mi madre y algunos de sus hermanos, en resumidas cuentas tenía raíces por aquellas tierras y globalmente me convenía que me olvidaran, el salir de la circulación perdido en aquellas lomas era ideal dada mi situación.
Después de leerme la cartilla y los atributos del cargo, me fuí a Topes. Fué un inmenso sanatorio antituberculoso construido por Batista, un poco tarde ya que la penicilina estaba inventada. Bueno, un edificio inmenso en forma de H En los primeros años de la década del sesenta se convirtió en una escuela de formación de maestros y se construyeron algunos pequeños edificios anexos que servían de aulas de clase. Dicho sea de paso, Delia Soto la mujer de Fidel con la que tiene cinco hijos fué profesora de las Macarenko allí. Era de Trinidad y su padre era el administrador de la fábrica de tabacos. En Topes y Trinidad todo el mundo sabía quien era la mujer de Fidel.
Llegando me instalé en una casa enorme que era la destinada al director del sanatorio y posteriormente a la directora de la escuela de maestros. En la parte de atrás existía un ventanal de cristal que daba una vista muy bonita de Trinidad y hasta la playa del Ancón.
En realidad había unos cien obreros de la construcción que estaban arreglando los edificios anexos y constuyendo un hotelito de mala muerte.Como es usual en el socialismo, la mayor parte del tiempo las obras estaban paradas,cuando no faltaban los clavos, faltaba el martillo y cuando no faltaba el cemento era la arena. Había tres años de retraso y nadie podía arreglar aquel desbarajuste propio al socialismo.
Al cabo de una semana de estar en Topes,el primer secretario del partido de Trinidad subió para buscarme ya que Arnaldo Milián, el primer secretario del partido en la provincia de las Villas quería verme. Me pregunté que cosa quería este energúmeno que nunca había visto. Sabía que era un viejo comunista que subió como la espuma hasta entrar en el buró político y asumir el secretariado de la provincia, lo que equivale al gobernador en jefe. Antonio el secretario del partido de Trinidad me advirtió de ciertas cosas durante el viaje hacia Santa Clara que era la capital de la provincia.
El viejo Milián tenía malas pulgas y no se le podía contradecir. La secretaria, una trigueña que estaba como” platanito manzano pa sinsonte”, aunque tenía alrededor de 25 años era su querida y era mejor ni interesarse, el viejo estaba –metío—como una bestia y la celaba a muerte..Le dió una casa y un auto ruso Lada. Nada, esto formaba parte de las ventajas del cacique provincial. La cabrona tenía una mini falda a raz de las nalgas que era escandaloso, como para desafiar a los que llegaban o tal vez en un gesto sádico para castigar al viejo Milián que desde hacía años el aparatico de mear no tenía otra función.
La otra advertencia era no reirme de Margarito, una especie de mandadero que estaba en la oficina que era afeminado en extremo, pero familia de Milián y cualquier alusión o risa podía desencadenar al viejo.
Cuando llegamos a la sede del partido provincial, todo fué como me había advertido, la trigueña despampanante y el viejo culi seco maricón. Casi no pude contener la risa cuando me acordé de la parodia de tango:
ERA
PARA MI UNA JODEDERA
MANTENER UNA FLETERA
CON UN VIEJO MARICON
SABIA
QUE EN EL CU...
Milián quería saber que órden de misión tenía,como había enormes retrasos en los planes de construcción estaba preocupado. Celia le metía una tángana hasta el coño de su madre y secretario del partido o no, si la flaca se encabronaba duraba menos que un merengua en la puerta de una escuela.
Yo le conté que la principal preocupación de Celia iban al parque nacional, la construcción pasaba a segundo plano.Tenía seis guardias armados en el parque, con órden de tirar si veían a alguien arrancando unos helechos gigantes que solo existían en el Escambray que estaban repertoriados y marcados, cada día se señalaban nuevos sitios..Otro tanto sucedía con las maderas preciosas,que se estaban robando y esto era un robo cometido por miembros de la élite. La consigna era que al primero que cojieran que lo mandaran directo a la Habana, que ella personalmente lo iba a colgar por los huevos.Tendría muchos defectos, pero hay que reconocer que era inminentemente ecologista y preservó muchas riquezas naturales mientras estuvo en vida. Por otra parte era hacer respetar que no se cazara unas palomas migratorias que venían a anidar en Topes, que no se cazaran los faisanes, se soltaron diez mil provenientes de China y habían proliferado enormemente. Los puercos jíbaros,los venados,los perros jíbaros que databan desde la época de la colonia y hasta las jutías. En resumidas no quería ver un fusil de caza en el parque nacional, pero era practicamente imposible impedir que los guajiros mataran alguno que otro puerco jíbaro que le acababa con las cosechas por las noches o algún perro que venía a desvastar los animales del patio. Bueno un poco de la vista gorda.
Milián se tranquilizó sabiendo que Celia no se preocupaba de las historias de construcción y me recomendó que si existiera un problema que no llamara a Celia, que el se ocupaba personalmente.
Aquí fué cuando me dije,a este viejo lo tengo “dominado” con el miedo que le tiene a la “flaca”. Pasaban las semanas y mandé mi esposa a Francia con la niña más chiquita para una supuesta operación de un pequeño angioma, pero que se presentó supuestamente como algo grave.
Como yo no entendía nada de las cuestiones de construcción, un albañil que era el jefe de equipos, lo nombré al frente de todo y me pasaba los días a caballo por la Sierra. A cada rato Milián me mandaba a buscar para que asistiera a reuniones provinciales con los jefes de diferentes sectores del Poder Popular que estaba en voga.Yo me preguntaba que carajo hacía allí, pero no me quedaba más remedio que asistir a aquellas letanías de críticas y auto-críticas y confesiones que nada funcionaba. Cada vez nuevos planes y metas sin que las anteriores fueran cumplidas y a cada vez informes mentirosos a la Habana...lo mismo que hacían los otros secretarios provinciales, ni más ni menos.Se hubiera dicho que los problemas de Cuba se arreglaban con una regla y un pedazo de cordel.VAMOS A TOMAR MEDIDAS Y A AMARRAR LAS COSAS,esa era la frase preferida de los dirigentes y el bálsamo milagroso para salvar la economía cubana. Ser dirigente en Cuba,era tener unos cuantos tabacos en el bolsillo de la camisa y dos o tres lapiceros, con estas armas mágicas se lucharía contra el bloqueo imperialista, porque eso sí, todo era la culpa de los americanos y del bloqueo.
La sala de reuniones era amplia, con una mesa de reuniones inmensa donde se podían poner al menos 25 sillas y a la cabecera una silla acolchonada que era la de Milián, que pretextaba tener problemas de lumbago.
A cada reunión se sentaba a la cabecera y se ponía unos espejuelos enormes con montura de carey y de cristales tan negros que ni le veían los ojos, parecía una lechuza. Yo me pregunté si a veces no se dormía en medio de las reuniones, se quedaba sin movimiento y a veces hasta ladeaba la cabeza.
En una de esas intempestivas invitaciones en las que estaban una buena decena de representantes de los poderes populares, se encontraba Milián como de costumbre con sus espejuelos con cristales negros, muy serio a la cabeza de la mesa de reuniones. Se abordaron distintos temas en los que intervino; cuando se entró de lleno en el problema de los perros callejeros que eran un peligro y que vivían de lo que encontraban en los vertederos de basura, que desde luego estaban a cielo abierto, se citó una posible epidemia de rabia. No pasó nada ni Milián intervino, el tema siguiente era el problema de los ex miembros del ejército rebelde que estaban sin trabajo y en condiciones de vida muy malas y algunos con casos de alcoholismo avanzado. Las propuestas eran diversas y los comentarios acalorados, cuando uno preguntó-Compañero Milián ¿ usted qué piensa ?. Como si saliera de una botella como el genio del cuento el aludido respondió
-¡COÑO QUE LOS MATEN A TODOS!
Yo sabía bien que el cabrón se dormía. Las risotadas fueron enormes y el viejo se encabronó cuando se dió cuenta de la barbaridad que cometió, se levantó y aquí se terminó la reunión. Al día siguiente la historia de los veteranos y los perros callejeros recorrió la provincia.
De nuevo digo ¡ESA ES CUBA CHAGUITO!
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