sábado, marzo 03, 2007

LOS NECESARIOS DEMENTES

Los Necesarios Dementes

2007-03-02.
Por Guillermo Fariñas Hernández
Periodista Independiente, Cubanacán Press
Cuando el opositor pacífico cubano logra superar el miedo, ha ganado una de las batallas más esenciales versus el régimen que lo oprime, porque está decidido en sus pasos e ideales, traducidos en convicción ante la necesidad de lograr modificar la sociedad que lo oprime.

Aunque para la gran mayoría continúe siendo un poco héroe con matices de loco, él ha perdido uno de los sentimientos más difíciles de desarraigarse, tal una enfermedad propia del ser humano, que convive en el Castrismo, pues lo ha inhibido por años en el papel transformador de la sociedad.

Además el pueblo necesita confiar en la estrategia disidente, digamos una persona que conozca los 30 artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, tiene ya la certeza de que los defensores de la declaración, son aquellos que realizan un planteamiento en la asamblea del Poder Popular de su barrio o en el ómnibus.

El peligro mayor de los individuos que tienen miedo a enfrentarse al problema, es que en contra de su voluntad e indirectamente actúan a favor del poder y del terror, reduciendo así sus espacios de libertad y enfilan contra su individualidad, el arma de su muerte espiritual o simplemente como cívica.

Los que salen del círculo de la obediencia, son públicamente odiados, repudiados, vilipendiados, excluidos, golpeados y hasta torturados, por lo que se convierten en un abrir y cerrar de ojos en enemigos del proceso del denominado “Proceso Revolucionario” y se les exacerba la inseguridad de su integridad familiar, personal y física con gran ímpetu.

Es necesario reconocer que asumir esa posición es difícil, a estos seres humanos se les tilda desde contrarrevolucionarios, vendepatrias, oportunistas hasta mercenarios al servicio de EE.UU. y cuando sube el tono de la retórica son espías, terroristas, asesinos, antisociales o mafiosos.

Como todo tolerante a la verborrea represiva, la que siempre va acompañada de una campaña desmedida contra la globalización, la democracia, el neoliberalismo, los procesos ocurridos en los países de Europa del Este, que ya debido a la crisis económica en la isla, confunde cada día sólo a una pequeña minoría.

La campaña mediática nombrada por el oficialismo “Batalla de Ideas”, por el contrario trata de convencer que en Cuba la revolución, es justa, necesaria, exquisita e insuperable; aquí todo es color de rosa, por lo que vivimos en el país más perfecto del mundo y de las diarias dificultades es mejor ni hablar, ni comentar, porque se le está haciendo el juego al enemigo.

Las represiones contra las personas que se atreven a levantar la voz, las que son consideradas una amenaza potencial, como fuerzas alternativas de cambio, que obligó a desatar la más despiadada ola represiva contra los promotores de la no violencia, en la primavera del 2003 y sobre todo las que no se amilanaron, continuando el enfrentamiento no violento pero sistemático frente al totalitarismo.

Esconder la verdad respecto a los pro-demócratas, persigue el objetivo de confundir a la opinión pública interna, para desatar golpizas facistoides e impunes contra los demandantes de libertad y pluripartidismo, mientras se apoya a todos los procesos sociales de izquierda del planeta, así sea a costa de los pocos recursos de los nacionales de a pie.

La recurrente enfermedad del innombrable presidente de la isla, que lo mantiene fuera del accionar gubernamental, históricamente errático, ha traído la eliminación de las pateaduras en plena calle, pero nunca de la represión ha sido tan descarnada como sofisticada, el sucesor “de facto” cambió su conducta pero jamás sus intenciones.

Estas medidas sustentatorias del poder dictatorial, limitan grandemente el accionar de la disidencia abierta, porque contribuyen a generalizar aún más el miedo, como angustiosa patología imantada a las almas de los hombres y mujeres, que niega al ente humano el papel de activo y transformador de la sociedad, actitud que tergiversa el camino hacia la democracia.

Los cubanos que le hacen el juego al sistema de “Sultanismo Criollo”, establecido hace más de 48 largos y angustiosos años, sin un tono peyorativo expresan que los opositores realmente son locos, insanos y dementes, pero también reafirman que se necesitan muchos otros, para democratizar el archipiélago, pues con admiración los nombran como: “Los necesarios y encantadores dementes.”