miércoles, mayo 09, 2007

BIENVENIDOS AL INFIERNO

Tomado de Miscelaneas de Cuba.net

BIENVENIDOS AL INFIERNO
2007-05-09.

Por Asdrúbal Caner Camejo


“Me voy a cenar: spaghettis con calamares, bombones italianos de postre, café acabadito de colar y después un H. Upman #4. ¿No me envidias?”. “...Me cuidan, me cuidan un poquito entre todos. No le hacen caso a uno, siempre estoy peleando para que no me manden nada. Cuando cojo el sol por la mañana en shorts y siento el aire de mar, me parece que estoy en una playa... ¡Me van a hacer creer que estoy de vacaciones! ¿Qué diría Carlos Marx de semejantes revolucionarios?”.

Las palabras que reproduzco son de Fidel Castro. Son cartas desde la prisión. Asaltó un cuartel –en el que no participó, porque su carro “se perdió”– mató 22 militares. Lo sentenciaron a 15 años y lo liberaron 20 meses después, por una amnistía –firmada por F. Batista– en 1955. Tal y como escribe, pasó unas vacaciones durante 20 meses, comiendo de forma excelente, tomando sol y con todo tipo de comodidades.

En la década de 1950, durante la dictadura de Fulgencio Batista, a quien Castro derrocó en 1959, el sistema carcelario de Cuba tenía 4,000 reclusos en 14 cárceles y penitenciarías. El Instituto de Estudios Cubanos y Cubanoamericanos (IECC) de la Universidad de Miami publicó en 2004, un minucioso informe sobre los presos políticos de Fidel Castro, donde aseguraba, que la población penal en la isla "llega a 100,000 y sigue aumentando".

En este momento, según los reportes de la Comisión de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional de Cuba, hay cerca de 300 cárceles. Para 1950, en Santiago de Cuba había una gran cárcel, la Prisión de Boniato y un Vivac o pequeña penitenciaria de la polícia local. Guantánamo, Bayamo, Holguín y Las Tunas tenían cárceles, no tan grandes como Boniato. Hoy, en la provincia Santiago, existen 38 grandes cárceles. Lo mismo ocurre con las otras provincias. 300 cárceles con más de 300 prisioneros políticos y más de 100, 000 presos comunes, la mayoría de ellos negros.

Recuerdo haber entrado en la prisión de Boniato en los años noventa. Me habían mandado a filmar las “actividades culturales” que desarrollaban los presos. Todo el equipo de filmación fue dirigido al teatro de la cárcel y luego, a filmar una habitación para los encuentros matrimoniales.

El teatro tendría capacidad para unas 100 personas. De los presos, solo una persona era blanca. El resto eran negros. Dentro de la población de presos comunes, hay muchos que han cometido delitos muy graves. Pero la mayoría son sentenciados por delitos que sólo lo son en Cuba.

No hay cifras del número de personas que han pasado por las cárceles cubanas. Solo cuando Girón en 1961, fueron detenidas cerca de un millón de personas. Se utilizaron estadios de beisbol para los sospechosos. En 48 años, las cifras pueden sobrepasar los 2 millones y medio. Imaginen Cuba, una pequeña isla, con esas estadísticas tan tenebrosas.

El régimen de Fidel Castro ha dictado las sentencias más largas que conoce la Historia de Cuba y, posiblemente, de América Latina. Para opositores políticos y disidentes, las penas eran –en los primeros años– de 25-30 años. Actualmente, se mantiene en el mismo rango. Y fusilamientos. Más de 5,000 frente a los pelotones de fusilamiento y 3,500 asesinados en las cárceles, según la documentación del Archivo de la Memoria Histórica Cubana. Y el Archivo no ha terminado esa contabilidad de la muerte.

( Fidel Castro y demás moncadistas al finalizar sus ¨ vacaciones¨ )

No importa que sean activistas de derechos humanos, disidentes pacíficos, periodistas independientes u opositores violentos. Las penas siguen siendo enormes. Y siguen los fusilamientos, como lo demostró el caso de tres jóvenes negros, que secuestraron una embarcación para dirigirse a los EE.UU. Las madres se enteraron por la televisión.

Ahora fusilarán sin misericordia a los jovenes reclutas que trataron de secuestrar un avión, con el mismo propósito que los jóvenes anteriores. Fidel Castro jamás, en medio siglo, ha dado una amnistía para los presos políticos. Desde Huber Matos, Mario Chánes de Armas –el prisionero de condena más larga del mundo– hasta Jorge Luis García Pérez, “Antúnez”, todos han cumplido y sobrecumplido las penas. La condición de Reo con Licencia Extrapenal se otorga a algunos presos políticos en deplorables condiciones de salud. El régimen tiene miedo de la reacción internacional si uno de ellos muere en la cárcel. Se les da también, para comprar su silencio, a lo que ninguno se ha acogido. Tienen la cárcel siempre pendientes de un hilo.

Las condiciones carcelarias para esas decenas de miles de seres humanos, son las más abominables y sanguinarias que se han conocido en Cuba. Por eso, jamás han permitido la entrada de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, Amnistía Internacional, la Cruz Roja Internacional y otras organizaciones de Derechos Humanos.

Los medios internacionales de prensa, auspiciados por la canadiense Louise Arbour, Comisionada de DD:HH de la ONU, están muy concentrados en la denuncia de los terroristas presos en la Base Naval de EE.UU. en Guantánamo. Desde el Reporte de Christine Chanet en 2004, la ONU no sólo ha silenciado lo que ocurre en Cuba, sino que le dieron un puesto en la Comisión de DD.HH. a uno de los más infames y sanguinarios violadores de esos derechos en el mundo, Cuba. Para limpiarse las manos, todos los años viene la pantomima de Ginebra, sin ningún efecto sobre esa despiadada dictadura.

Las denuncias de los maltratos, humillaciones, vejaciones, hacinamiento, falta de alimentos, agua, atención médica, golpizas, son diarias. Salen por vía de la prensa independiente, que tiene 29 de sus miembros presos, por hablar de todo lo que está prohibido hablar.

Los que se revelan y denuncian esas infernales condiciones, son internados en cajas tapiadas, como las del Dr. Elias Biscet.
Varias sublevaciones se han producido en los últimos años. La violencia y la muerte se pasean por todo el sistema penitenciario.
Es un sistema que tiene como fundamento, la destrucción de los seres humanos. Los brutales asaltos sexuales contra los presos no tiene fin. En el caso de los presos políticos, toda la brutalidad está dirigida a destrozar su voluntad y llevarlos a los límites de la locura.

Algunos se tirán al vacío, desde los techos, para matarse. Se cortan las manos, las venas. Otros se ahorcan. Miles y miles se mutilan porque la muerte es mejor que como viven. Dante Alihgieri quiso pintar el Infierno en La Divina Comedia. Vivió muy pronto para conocerlo. Tenía que haber vivido en las cárceles del déspota de Cuba. Allí, podría haber puesto el mensaje sobre las Puertas del Infierno: “Abandonad toda esperanza todos los que entráis aquí..” ¡Adiós a toda esperanza ! “Voi qui.... lasciate ogni speranza”. ¡Cuba: Bienvenidos al Infierno Real!

Asdrúbal Caner Camejo, Representante del PSC en Canadá.