LA VERDADERA HISTORIA DEL HOMBRE QUE CONTO LA MASACRE DE LA PLAZA DE TIANANMEN
La verdadera historia del hombre que contó la masacre de Tiananmen
Federico van Mameren y Daniel Dessein
enviados especiales del Diario La Gaceta
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-¿Por qué no le contó?
Diario chino evita la censura establecida sobre la matanza de Tiananmen
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Un pequeño texto, titulado Saludo a las infatigables madres de Tiananmen, ha aparecido en la parte inferior de la página 14 del diario chino Chengdu Evening Post, una sorprendente mención con apenas precedentes en casi dos décadas.
La aparición del artículo ha trascendido a la prensa extranjera y a la de Hong Kong -donde se permite mayor libertad de prensa y sí se publican algunas informaciones sobre Tiananmen-, tras lo cual algunos ejemplares del diario han sido retirados de tiendas y quioscos, aunque se desconoce si por orden de las autoridades.
Según el periódico hongkonés South China Morning Post, a última hora de la noche de ayer todavía se podían adquirir ejemplares del periódico en puntos de venta de la ciudad de Chengdu (suroeste de China), donde se publica y vende.
Los responsables del diario de Chengdu han reconocido que los anuncios no son sometidos a censura previa, como el resto de los contenidos, y son insertados y contratados por agencias publicitarias ajenas a la redacción.
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El parque Victoria de Hong Kong acogió la noche del lunes a unas 55.000 personas en la vigilia anual que se celebra en esta ciudad desde la matanza de estudiantes chinos en la plaza de Tiananmen hace 18 años.
Si bien la policía hongkonesa estimó que la participación no fue más allá de las 27.000 personas, la Alianza en Apoyo de Movimientos Democráticos Patrióticos, organizadora del acto, consideró que este año se superó en unas 11.000 personas la cifra del 2006.
Los asistentes, además de leer los nombres de los caídos en 1989, corearon eslóganes a favor del fin del partido único en China y de la construcción de una China democrática, además de reivindicar que no se olvidaran las protestas estudiantiles.
La ex-colonia británica y Macao, ex-colonia portuguesa, son los únicos territorios chinos donde se permite a los ciudadanos organizar actividades para recordar a los asesinados en la represión del régimen comunista en 1989.
«Tiananmen no fracasó, despertó la democracia»
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Entre ellas figuraba Zhang Zhenxia, cuyo hijo menor, Ya Aiguo, falleció en esa zona a las diez de la noche del 3 de junio víctima de un disparo en la nuca. «Tenía sólo 24 años y un brillante futuro por delante que jamás pudo disfrutar», se lamentó a ABC la mujer en la humilde casa que habita junto a su marido, Ya Weilin. «Buenos comunistas» Aunque ambos, ya jubilados tras trabajar en el Ejército y en empresas estatales, se declaran «gente del pueblo y buenos comunistas», no entienden «cómo el Ejército pudo abrir fuego contra su propio pueblo».«Jamás pensé que algo así podía ocurrir. Parecía la guerra. Veía las ráfagas de las metralletas en la oscuridad mientras los tanques avanzaban por las calles traspasando las barricadas y los helicópteros sobrevolaban el cielo», recordó emocionada Zhang Zhenxia sin dejar de abrazar un retrato de su hijo. Tras recorrer varios hospitales en los que coincidió con una legión de familias en su misma dolorosa situación, encontró al cabo de tres días a Aiguo (que en chino significa «amor a la patria»). «Buscamos en habitaciones llenas de bolsas de plástico que contenían los cadáveres, tan ensangrentados y destrozados que apenas se podían reconocer», se quejó la anciana, quien aún hoy sigue recibiendo frecuentes visitas de la Policía. Todo ello a pesar de la sentencia budista que cuelga en su salón, donde se lee que «la buena gente pasa una vida tranquila». Nada más lejos de la realidad para Liu Xiaobo, un profesor de Literatura de la Universidad de Pekín que medió entre el Gobierno y los estudiantes para evitar la matanza.«Casi impedimos la tragedia» Sus esfuerzos negociadores no sólo resultaron en vano, sino que además le han costado seis años en la cárcel, donde aún siguen trece manifestantes, y ser marcado como un «enemigo del Estado» sujeto a vigilancia policial.«Estuvimos a punto de impedir la tragedia porque habíamos llegado a un acuerdo con el Ejército para desalojar a las 4.000 personas que había en la plaza, pero al final los estudiantes cambiaron de opinión y optaron por resistir», explicó a ABC Liu Xiaobo en el reservado de un salón de té tras despistar a los agentes apostados ante su casa.
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