domingo, octubre 28, 2007

BUSH, AL PIE DE LA SEPULTURA DE CASTRO

Bush, al pie de la sepultura de Castro


El discurso del Presidente de Estados Unidos, sobre Cuba.
Carlos Alberto Montaner*

El presidente Bush convocó a medio mundo al Departamento de Estado. Quería dar una importante declaración a los cubanos de la Isla. No era un mensaje electoral dirigido a los votantes de la Florida. Era otra cosa mucho más seria.

Bush hablaba a todos los cubanos, pero muy especialmente a la cúpula dirigente. Los norteamericanos tienen una información vital y precisa: la inmensa mayoría del aparato de poder quiere cambios profundos. Los informes sobre las discusiones desatadas en Cuba de los problemas que afectan al país y los resultados son casi unánimes: prácticamente nadie quiere mantener el régimen actual.

Una inmensa mayoría quiere restaurar los derechos de propiedad, la democracia y el pluralismo. Por eso, Bush se dirigió a las Fuerzas Armadas y a los cuerpos de seguridad. Quienes recojan los deseos de la sociedad e inicien o faciliten la transición hacia la democracia tendrán el apoyo de Estados Unidos.

Hay otro elemento clave en el discurso. Prefiere la libertad a la estabilidad. No admite el cínico argumento de que es preferible una tiranía que mantenga la calma en la Isla, para evitar el éxodo masivo de los cubanos. Durante el siglo XX, Estados Unidos pactó con dictaduras repugnantes en busca de estabilidad y le salió mal. La izquierda le condenaba por esa postura. Ahora Bush se coloca frente a la dictadura de Castro, y la izquierda.

Bush y sus asesores comprenden que los intereses de Estados Unidos solo pueden garantizarse si se instaura en Cuba un régimen democrático dotado de un sistema económico eficiente. Es preferible un país sacudido por el cambio tumultuoso, como sucedió en Europa del Este, que lo ocurrido en Rusia, donde no hubo conflictos populares, pero acabó instalado en el Kremlin una mezcla antiamericana de mafiosos y policías. Afortunadamente, es lo mismo que quisieran casi todos los cubanos.

¿Cómo se financia esa Cuba durante el cambio? Bush también lo describió: Washington creará un fondo internacional para esos fines. La idea la aportó hace dos años en la Universidad de Princeton el ex presidente uruguayo Luis Alberto Lacalle, y le puso un nombre: Fondo José Martí. De ahí la recogió FAES, presidido por José María Aznar, y la incorporó al documento “América Latina: una agenda de libertad”, coordinado por el diputado Miguel Ángel Cortés. De la mano de Aznar, la idea entró en la Casa Blanca. Los cubanos no tendrán graves obstáculos económicos para transformar la dictadura en una democracia y pasar del colectivismo al mercado y la propiedad privada.

Esa parte del mensaje es muy importante. Fidel Castro se muere, pero pretende legarles a los cubanos un caudillo sustituto: Hugo Chávez. Y la manera para que lo acepten es o admitir la jefatura de Chávez con sus petrodólares y sus subsidios multimillonarios o morirse de hambre. Pero se acabó ese chantaje: ya hay cómo salir del abismo en que nos dejará el Comandante. Hugo Chávez, particularmente detestado por los cubanos, podrá largarse a otro sitio a vocear su delirante socialismo del siglo XXI. Los cubanos vivieron intensamente el del XX y quedaron escarmentados para siempre.