martes, enero 08, 2008

DAGOBERTO PONE LOS PUNTOS SOBRE LAS IES

En estos tiempos que la especulación sobre la salud de FC y la búsqueda de apoyos para ejercer liderazgos se ha convertido en la actividad preferida de muchos cubanos de dentro y de afuera, pasan desapercibidas cosas que nos podrían enseñar cantidad. En diciembre pasado le fue entregado a Dagoberto Valdés el premdagoio Tolerancia Plus, otorgado por varias agrupaciones de la oposición interna. Como todos sabemos Dagoberto fue fundador y director de la revista católica cubana “Vitral” y del Centro de Formación Cívica y Religiosa. Durante la humilde ceremonia de entrega del premio, este católico cubano pronunció un discurso del cual hoy les presento un extracto. Le llamaría el decálogo de la tolerancia en Cuba. Veamos:

* "El primer enemigo de la tolerancia no es el otro: está dentro de mí mismo.

* Las puertas se abren por dentro y por fuera, pero las trancas casi siempre son por dentro.

* Reconocer las diferencias, decir lo que creo que es la verdad e incluso criticar los errores de los demás no significa considerarlos ni tratarlo como enemigos: Se puede ser adversarios políticos o filosóficos y ser amigos. De verdad. O por lo menos, conciudadanos decentes y cooperantes.

* Solo la intolerancia, el ataque descalificador, y la maniobra traicionera convierten a un adversario en un enemigo: aún así puede haber tolerancia si antes hay un reconocimiento de ambas partes, una rectificación de los errores, disculpas públicas y reconciliación. Es camino largo y paciente, pero posible.

* La inercia es mala consejera y la precipitación más. Las declaraciones públicas, atacando al diferente, no solo rompen el diálogo unilateralmente, sino que benefician a los que desean dividir y destruir.

* Solo se puede ser intolerante con la violencia verbal o física y con la intolerancia misma. Y aún así, no debemos usar sus mismos métodos.

* Nunca he encontrado a nadie tan diferente que no podamos encontrar puntos comunes: Nuestra humanidad y nuestra cubanidad ya son dos mínimos comunes evidentes e irrenunciables, suficientes para encontrar otros. La libertad es indivisible. Buscarla nos une por encima de todo. El día después en Cuba se hace hoy.

* Los puentes siempre tienen dos o más pontones: Nadie puede construir puentes de una sola cabeza. Serían caminos al abismo.

* El pretexto de la sospecha ha sido la mayor tentación y el mayor escollo: no ha existido ningún consenso en el mundo que no tenga un margen de sospecha y de riesgo. Ese margen es el campo de prueba para la tolerancia y la confianza.

* El caudillismo, el sectarismo y el poner a los partidos por encima de la nación no son errores del pasado remoto y reciente. Se han filtrado en nuestra cultura, en nuestras mentalidades, en nuestras actitudes, la mayoría de las veces sin darnos cuenta, con mil justificaciones. Los cubanos necesitamos aprender la gramática de la inclusión y de los consensos.

* Los verdaderos líderes, necesarios, plurales y carismáticos, son los que saben tejer con hilos diversos, los que saben perder con dignidad, saben retirarse a tiempo y saben hacer silencio cuando su palabra perjudica a personas o instituciones que consideran buenas para la comunidad y la nación.

* Es posible despertar de las pesadillas autoritarias. Tomar conciencia de ellas y sacarlas de nuestro comportamiento: Primero reconocerlas dentro de mí; después, hacer siempre trabajo en equipo; por último, cultivar una finísima sensibilidad ante esas lacras para que suenen las alarmas dentro y fuera. Cuanto antes se reconozcan en nuestro interior y en la sociedad, mejor para cada líder y para cada grupo, mejor para cada institución religiosa o partido político y, sobre todo, mejor para Cuba. Nunca más los falsos mesianismos ni los nuevos paternalismos. Creo que lo que Cuba necesita es virtud cívica y responsabilidad compartida"

FIN

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