martes, marzo 25, 2008

CARTA ABIERTA AL CARDENAL BERTONE

CARTA ABIERTA AL CARDENAL BERTONE LA IGLESIA CATOLICA DEBE SER DECISIVA PARA UN FUTURO MEJOR EN CUBA


Carta abierta del Sacerdote Jesuita Pérez Lerena al Cardenal Bertone

Padre Francisco Pérez Lerena, S.J.
Superior de la Compañía de Jesús
Miami
Diario Las Américas
Florida
E.U.
Infosearch:
Fidel Nuñez
Analista
Jefe de Buró
Latinoamérica
Dept. de Investigaciones
La Nueva Cuba
Marzo 24, 2008

Carta del P. Pérez Lerena al Cardenal Bertone

El superior de la Compañía de Jesús en Miami, Padre Francisco Pérez Lerena, S.J. envió una carta al Cardenal Tarciso Bertone en la que le agradece su visita a Cuba y le menciona los sufrimientos que padece el país tras casi medio siglo de opresión y violaciones de los derechos humanos. Por la importancia de su contenido, Diario las Américas la reproduce a continuación:


Su Eminencia Cardenal Tarciso Bertone
Ciudad Estado del Vaticano
Europa

Su Eminencia:

Nuestro sentido agradecimiento por el viaje que usted dio a nuestra querida tierra, Cuba, a nombre de Su Santidad el Papa Benedicto XVI. Es realmente una fuente de orgullo y esperanza ver a tan distinguido prelado de la Iglesia visitar nuestra patria.

El mundo sabe bien que nuestro pueblo ha sufrido y está sufriendo mucho. Casi medio siglo de opresión y de violaciones de los más fundamentales derechos a la persona humana en Cuba, no son fáciles de sobrellevar. Casi medio siglo de exilio hace que las esperanzas de nuestra nación disminuyan y, sin embargo, continuamos creyendo en el futuro de nuestro país.

Su Eminencia, es tanto lo que pudiera escribirse. Miles de hombres han muerto frente al pelotón de fusilamiento por el solo “crimen” de oponerse al régimen. Muchos se enfrentaron al horror de la ejecución gritando “¡Salve, Cristo Rey!” Miles más, hombres, mujeres y niños, se han ahogado en las aguas del Estrecho de la Florida en busca de libertad. Nosotros sabemos que usted puede imaginarse la desesperación que lleva a un hombre a arriesgar su vida y la de su familia en un intento por cruzar más de cien millas de océano en una débil embarcación hecha en casa.

En la primavera del 2003, más de setenta hombres de integridad fueron sentenciados a largas condenas en prisión por atreverse a escribir algo – hasta mínimo – criticando al régimen de Castro. Algunos fueron arrestados simplemente por crear una pequeña biblioteca abierta al público y no controlada por el gobierno cubano. El Dr. Oscar Elías Biscet fue el primero en ir a prisión por condenar públicamente las clínicas de abortos del gobierno. Hoy, Las Damas de Blanco se reúnen en la Iglesia Católica de Santa Rita para comenzar sus peregrinaciones semanales en protesta por esos tan injustamente arrestados en el 2003. Cada dama lleva una rosa blanca en sus manos; la rosa que el apóstol de la independencia cubana, José Martí, llamó “La rosa blanca de la amistad”. Claramente no hay odio en sus corazones, sino amor, amor cristiano y motivación cristiana.

¿No es vergonzoso que el mismo día que el Canciller Cubano Pérez-Roque estaba firmando la Convención de Derechos Humanos en las Naciones Unidas, el Sr. Guillermo Fariñas fuera apaleado en una calle de La Habana por agentes del Ministerio del Interior porque él estaba distribuyendo el texto de la Convención que Pérez-Roque había firmado ese mismo día? El pueblo de Cuba, aquí en la diáspora y allá, en nuestra querida tierra, espera la liberación.

¿No sería posible que la Iglesia cubana hiciera un intento por visitar a los prisioneros de conciencia en las cárceles cubanas? ¿Pudiera la Iglesia, siguiendo las palabras del Capítulo 25 del Evangelio de San Mateo, tratar de llevar el consuelo espiritual de Cristo a esos prisioneros? Claro está que seguramente la tiranía se negaría, pero igualmente seguro es que la Iglesias se habrá fortalecido.

Con todas nuestras faltas, y teníamos muchas, Cuba fue en una época una floreciente nación. En 1958 Cuba tenía el más alto ingreso per cápita (en dólares U.S.) de Latinoamérica. Ese mismo año la isla produjo una zafra de 5.6 millones de toneladas de azúcar, una cifra que el régimen comunista pocas veces ha podido alcanzar con éxito y consistentemente. El gobierno comunista cubano admite que en la actualidad los cubanos que viven en el extranjero envían a la isla más de mil millones de dólares anualmente. ¡Esta es una buena ayuda! Y, sin embargo, el régimen culpa al embargo por prácticamente todos los males de Cuba, pero la eficiencia en la producción del azúcar, la conservación apropiada de los terrenos, un competente transporte de la caña de azúcar a los ingenios para evitar que las plantas se sequen, no tiene nada que ver con el embargo. En 1955, Cuba produjo 467 millones de libras de carne de res (Esto representa 76,4 libras de carne al año por habitante). Durante décadas la revolución, en una terriblemente mala administración de la industria ganadera, no ha podido poner carne en el mercado semanalmente para el pueblo cubano. (Todas las estadísticas citadas en este párrafo pueden encontrarse en textos de las Naciones Unidas y de Cuba.)

El embargo fue el resultado de la confiscación por el régimen comunista de todas las propiedades norteamericanas en Cuba sin la debida compensación. ¿Pudiéramos humildemente sugerir que si el embargo se negociara la gente de Cuba pudiera recibir algunas libertades como resultado? ¿No sería un resultado aceptable la libertad de los prisioneros de conciencia? Su Eminencia, es tan fácil culpar a otros, en este caso al embargo de los EE.UU., por la terrible mala administración de la economía cubana de parte de la corrupta burocracia cubana. Cuba tiene relaciones comerciales con la mayor parte del mundo. No hay excusa para la explotación, abuso, terror, sufrimiento y miseria a que se somete el pueblo cubano por parte de los privilegiados “gobernantes” del Partido Comunista. Embargo o no embargo, es la misma historia de fracaso, de corrupción y de mal que el imperio comunista infligió a Polonia, Checoslovaquia, Lituania, etc. ¡Cuba desesperadamente necesita una “Perestroika”, un “Glasnost”!

Donde quiera que estemos, los cubanos consideramos nuestra Iglesia Católica como la única institución que puede ser un factor decisivo para contribuir valientemente a un futuro mejor para nuestra tierra. Todos los cubanos, dentro y fuera de la isla, están llenos de esperanza, están llenos de expectativas y sueños de estar juntos como hermanos en Cristo en una nación regida por la ley y que honre las libertades y los derechos humanos.

Nos viene a la mente una máxima de Horacio, “Y una vez que se lanza, una palabra toma un vuelo nunca visto” (ET semel , ernissum volat irrevocabile verbum). Evocando las palabras de nuestro Santo Padre Juan Pablo II, cuando le dijo al pueblo cubano que no tuviese miedo, que pueda su palabra, Eminencia, hablar de las ansias de libertad del pueblo de Cuba.

Que Dios lo bendiga a usted y a todo lo que haga en servicio de la Santa Madre Iglesia.

Respetuosamente,

Francisco Pérez Lerena S.J.

Superior de los Jesuitas en Miami

1 Comments:

At 3:58 p. m., Anonymous Anónimo said...

Esta carta va a tener tan poco efecto como la que yo perdi mi tiempo en escribirle al Papa sobre el mismo tema, aunque es mucho mas suave y dulce que la mia. Por supuesto no he recibido respuesta alguna, ni la espero. No hay peor sordo que el que no quiere oir.

 

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