martes, mayo 13, 2008

PLAZOS SI GARANTIA

Plazos sin garantía


Por Juan González Febles

LA HABANA, Cuba, mayo (www.cubnet.org) - Raúl Castro piensa devolver el país a los cubanos a plazos. Aunque promete facilidades, los plazos serán largos y sin garantías. Una verdadera ganga al estilo de los contratos en Cuba. Esos que de forma tradicional tienen de una parte al pueblo privado de derechos, y de la otra, a la élite gobernante. El Vaticano, la Unión Europea y la prensa extranjera acreditada amortizan la operación contra riesgos y eventuales complicaciones.

Lo único claro en las promesas del mandatario es que no hay nada claro luego de fanfarrias y clarines por medidas cosméticas que sólo han beneficiado a menos del uno por ciento de la población.

Los cubanos pueden hospedarse en los hoteles consagrados al turismo, pero no con las mismas tarifas que los extranjeros. El nacional que decida matar su capricho de sentirse atendido como un ser humano, deberá pagar una tarifa diferente que la que paga el extranjero. Quiere decir que en el raulato, al igual que en la rebasada etapa fidelista, el cubano pierde y continúa discriminado. Pero existen otras formas que ponen al descubierto la perfidia con que actuó el gobierno de Raúl Castro.

Los empleados del hotel capitalino Meliá Cohiba manifestaron a este reportero, que todos los servicios en las instalaciones de esta firma están al alcance de los cubanos. Pero esto no es exactamente así. En la costa norte del oriente de la Isla e incluso en Varadero, existen espacios segregados para los cubanos. Estos son reservados exclusivamente desde el extranjero y no se cuenta para nada con la presencia de cubanos como clientes potenciales de los mismos.

De acuerdo con el pensamiento de los dirigentes, si los cubanos van a darse buena vida deben pagarla mejor que los extranjeros.

Los corresponsales extranjeros anunciaron el fin inminente de la tarjeta blanca. Si efectivamente lo es, será con alguna trampa. Quizás sea posible después del anunciado congreso del Partido Comunista.

Los permisos de entrada y salida del país constituyen elementos de presión y chantaje, usados para la represalia política dentro y fuera de Cuba. Es a partir de estos permisos que el régimen castiga con la separación a familias y centra su actividad de terrorismo de estado contra las personas. Adicionalmente, son también herramienta para practicar la usura mediante la imposición de gabelas absurdas, tanto para los que desean regresar o para los que desean salir del país.

Lo mismo sucede con la esperada autorización para la venta y compra de viviendas, o de locales y casas destinadas a estos fines. Digamos que en la actualidad la plataforma de gobierno se basa en plazos sin garantías.

Los altos oficiales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y el Ministerio del Interior quizás reciban algunas ventajas adicionales para sofocar el descontento que seguirá a la desilusión. Unos pesos más en el salario y unas libras de más en la bolsa de pacotilla mensual bastarán.

El dinero de las cuentas fantasmas y de la reserva del Comandante se destina a relaciones públicas en el mundo. Como anunció el ausente Fidel Castro, “se juega con la burguesía internacional” y con la ingenuidad y la traición de esos que catalogan como enemigos de clase internos y externos.

A fin de cuentas, el gobierno se ha sostenido frente a los cambios de humor del Comandante a lo largo de los últimos casi cincuenta años. Esto es algo más que un mérito y no fue fácil. Aporta una vaga idea sobre la combinación imprecisa de oportunismo, lealtad, servilismo, miedo y falta de escrúpulos que los mantuvo unidos durante tanto tiempo.

Sólo queda esperar que la oposición sea sabia, valiente y virtuosa. Que encuentre el camino para orientar al pueblo de Cuba para que inicie la definitiva huida hacia delante. Que no tomen migajas y exijan libertad.

En las vísperas del anterior congreso del Partido Comunista, a finales de los años 90 del pasado siglo, un grupo esclarecido de cubanos patriotas redactó un documento que conserva una singular actualidad. Me refiero a La Patria es de todos.

Como entonces, hoy estamos en la dilatada víspera del congreso. Está garantizada una nueva y larga temporada de totalitarismo y amenazas de pena de muerte si vuelven a entrar en pánico los que gobiernan.