viernes, mayo 23, 2008

UN DIA DE SOLIDARIDAD CON CUBA

Un día de solidaridad con Cuba


Por Condoleezza Rice y Carlos Gutiérrez

El gran logro de las Américas hoy es que cada vez más personas se están convirtiendo en protagonistas en la vida política, económica y social de sus países. Millones de hombres y mujeres confinados una vez a los márgenes de sus sociedades y excluidos como espectadores pasivos -los pobres, los que están en una posición desventajosa y los pueblos indígenas- ahora se están convirtiendo en ciudadanos democráticos activos. Son líderes libremente electos que están gobernando responsablemente, reduciendo la pobreza, adelantando la justicia social y extendiendo la seguridad regional. Esta es la nueva realidad que define hoy a nuestro hemisferio, y es por lo que esperamos que el gran pueblo cubano se una un día a esta nueva comunidad panamericana de libertad.

Esta semana, el pasado miércoles, celebramos un Día de Solidaridad con los orgullosos hombres y mujeres de Cuba. Lo que queremos decir es simple: señalamos este día para destacar nuestra aspiración común de que el pueblo cubano un día disfrute los beneficios de una sociedad libre y abierta en su país. Señalamos este día para afirmar que los cientos de presos políticos en las cárceles cubanas no están solos, y que creemos que ningún ciudadano debe ser encarcelado por el simple acto de estar en desacuerdo con su gobierno. Y señalamos este día para decir que ya es hora de que los gobernantes de Cuba traten a su pueblo como ciudadanos que merecen confianza y poder, no como súbditos a los que hay que espiar, oprimir y encarcelar.

El pueblo cubano está lleno de talento, y merece, no menos que cualquier otro pueblo de las Américas, escoger libremente su futuro, sin represión interna ni interferencia externa. La visión de una transición democrática en Cuba ha sido un objetivo de nuestra administración, y ha sido el propósito que ha motivado nuestra diplomacia regional e internacional. Actualmente en las Américas crece el consenso de que la única meta responsable es un futuro democrático para Cuba, trazado libremente sólo por el pueblo cubano. Este sueño de libertad y renacimiento político para los cubanos podría estar más cerca que nunca con la perspectiva de un cambio a corto plazo en La Habana.

Los países americanos, y muchos países de otros continentes, están observando atentamente para ver si el régimen cubano se abre a una nueva relación con su pueblo, y si de esa manera surge una oportunidad para una nueva relación con la comunidad de naciones responsables. Las recientes reformas menores que ha hecho el régimen en la economía y los viajes deben ser bienvenidas y alentadas, pero no debemos fingir que son los cambios reales que los ciudadanos de Cuba desean y merecen. Si los gobernantes de Cuba están verdaderamente comprometidos con iniciar un proceso significativo de cambios para darle derechos al pueblo cubano, deben empezar tomando medidas que pongan a su país en sintonía con el resto de los países americanos: liberar a los presos políticos, comenzar un verdadero proceso abierto de diálogo y reconciliación nacional, proteger las libertades y los derechos humanos mediante el imperio de la ley, y celebrar elecciones libres e imparciales.

En realidad, cualquier intento de que Cuba entre en el siglo XXI con aperturas económicas relativamente pequeñas y muy controladas no funcionará. El régimen cubano debe demostrar que tiene la confianza suficiente en sí mismo y en su pueblo para dejar de usar la policía secreta para controlar el discurso político del país. El régimen debe eliminar el factor del miedo en la vida política cubana. Estados Unidos está ansioso por apoyar a Cuba y su talentoso pueblo en la transformación de su sociedad. Queremos ayudar a Cuba, pero no hasta que el gobierno cubano decida tratar a su pueblo como ciudadanos libres, cuyos derechos y cuya dignidad no sean negociables.

La verdadera pregunta sobre Cuba hoy no es sobre lo que Estados Unidos está preparado para hacer. En última instancia, esto no tiene que ver con nosotros, sino con el futuro mejor que se merece el pueblo cubano. Por lo tanto, la verdadera pregunta que deben responder los gobernantes cubanos es: ¿desean reflejar y adelantar las aspiraciones democráticas de su pueblo? ¿O simplemente desean continuar las viejas políticas del pasado, disimuladas con falsas promesas de cambio real, que sólo sirven para adelantar sus intereses egoístas y su deseo de aferrarse al poder?

Las naciones libres de todo el mundo tienen la obligación moral de insistir en que el pueblo cubano, después de medio siglo de tragedia y tiempo perdido, ahora tenga la oportunidad de convertirse en el protagonista democrático de su vida nacional. No debemos perder de vista este objetivo, y debemos exigir a los gobernantes de Cuba el mismo nivel de civilidad y decencia que nos exigimos a nosotros. Esta semana, al celebrar el Día de Solidaridad con el pueblo cubano, esa es una promesa que vamos a cumplir.

Secretaria de Estado y secretario de Comercio de Estados Unidos, respectivamente.