lunes, julio 28, 2008

UNA DICTADURA ES ... UNA DICTADURA

Tomado de http://prolibertadprensa.blogspot.com/


Una dictadura es…una dictadura

Por JuanGonzález Febles

Lawton, La Habana, julio 24 de 2008, (SDP) En fecha reciente y por primera vez, hasta donde sé, un líder del movimiento opositor interno se presentó por si mismo ante la autoridad constituida. Lo hizo para solicitar permiso, a fin de llevar adelante una demostración pacífica en las calles. Fue arrestado por toda respuesta. No le fue concedido el permiso que solicitó.

No obstante a todo lo anterior, Francisco Chaviano González, de Agenda Para la Transición, marcó un importante hito. Su emplazamiento a la dictadura militar que encabeza el general devenido presidente, Raúl Castro y familia, dará que pensar a muchos dentro y fuera de Cuba.

Cuando los simpatizantes de la dictadura militar de la familia Castro en Europa, los Estados Unidos y el resto del mundo se manifiestan en las calles de sus países libres, lo hacen respaldados por la ley en un estado de derecho. Tienen la autorización acreditada por la policía o por la autoridad habilitada a estos efectos, que concede permiso para la demostración, manifestación o lo que fuera. Democracia es orden y respeto al derecho; jamás anarquía y abuso.

Conceder estos permisos se corresponde con el respeto al derecho a manifestarse políticamente. Se corresponde con el reconocimiento del derecho a participar en la vida política del país en que se vive. Se corresponde con el derecho a la libre expresión.

Las autoridades castristas, usan la coartada de su diferendo con el gobierno de los Estados Unidos, para irrespetar los derechos de los cubanos. Es algo tan inmoral y entreguista como afirmar en la constitución del país el apego a una potencia extranjera. Exactamente lo que hicieron en la constitución aprobada de 1976 con su culto escandaloso y su apego a la antigua Unión Soviética.

Ahora vuelven a someter el derecho de los ciudadanos cubanos en función al desapego y rechazo a otra potencia extranjera, en este caso, los Estados Unidos.

Curiosamente, el gobierno del Sr. presidente, general Raúl Castro y familia, no hace comentarios sobre por qué no permite a la inmensa mayoría del pueblo cubano que no milita en el Partido Comunista, manifestarse en las calles contra ese partido y contra su gobierno. ¿Tendrá miedo? Muchos piensan que efectivamente es así.

El Partido Comunista de Cuba ha sufrido el desgaste de cinco décadas de ejercicio ilimitado e inmodesto del poder. La corrupción y los privilegios escandalosos que disfrutan algunos de sus miembros, han contribuido ciertamente a la desmoralización y el descrédito de esta organización política. La erosión que representó la quiebra del llamado socialismo real, muestra valores políticos devaluados como viejas y falsas monedas. Ya no tienen cosa alguna que ofrecer y lo saben.

Ni el gobierno colonial español alcanzó cotas de impopularidad como las que ha cosechado el Partido Comunista de Cuba. Estas altas cotas de rechazo no han sido gratuitas. Tras ellas, existe un cúmulo creciente de medidas absurdas de ingeniería y control social, destinadas a que el ciudadano viva en una nada enajenante y totalizadora que impide hasta respirar sin dificultad.

Las prohibiciones que han permitido que el Partido Comunista de Cuba (PCC) se erija como “fuerza conductora de la sociedad”, son al momento insostenibles. El régimen cubano se apoya tanto en estas prohibiciones que hasta el general presidente Raúl Castro y algún miembro de su familia han reconocido su carácter oneroso. Pero no nos engañemos, ellos no pueden vivir sin sus prohibiciones.

Un poeta inglés dijo en alguna ocasión: “Una rosa es…una rosa”. En Cuba, quizás debiéramos decir: Una dictadura es…una dictadura, y nada más.
jgonzafeb@yahoo.com